Patagonia

Peligro de extinción: "Lo que se está discutiendo es más grave que una cuestión presupuestaria, el INTA se va a transformar en una herramienta del Gobierno"

En el último día de facultades delegadas, el Gobierno nacional avanzó con el vaciamiento de los organismos públicos. El INTA fue uno de los principales afectados: a través del Decreto 462/2025 se dispuso la modificación de la estructura de gobernanza, en el marco de la "modernización institucional" que propone el Ejecutivo. De esta forma, el INTA se convierte en un organismo desconcentrado dependiente de la Secretaría de Agricultura. En lugar de ser conducido por un Consejo Directivo público-privado y una Dirección Nacional quedará a cargo de un presidente designado por el Poder Ejecutivo.

El Director del Centro Regional Patagonia Sur del INTA, Eduardo Cittadini, precisó los alcances del decreto y destacó las actividades del organismo en la región patagónica. "Queda el INTA con el nombre, pero el funcionamiento y la orientación puede ser modificado totalmente. La palabra clave es incertidumbre. Este decreto es relativamente corto, dice algunas cosas que nos preocupan y omite muchas cosas que nos preocupan también", explica.

Cittadini se refirió a los argumentos del Gobierno en torno a la ineficiencia del organismo, y advirtió: "Si tenemos problemas de dinamismo, de agenda y demás, centralizando todas las decisiones en una persona en Buenos Aires difícilmente se mejore. No vemos esa correlación entre las medidas que se están tomando y lo que se declara como objetivos".

Por otro lado, remarcó las actividades del INTA en la Patagonia en materia de investigación y extensión, con "temas sumamente complejos, de mucha importancia social, económica y ambiental". Y destacó especialmente su alcance territorial: unos 280 trabajadores hoy cubren una extensión de 2.200 kilómetros entre Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego.

"A veces muchas de estas decisiones de que si sobra agencia, que si sobra gente se toman desde una oficina mirando un Excel sin tomar la real dimensión de lo que estamos hablando", subrayó.

¿Qué implica, concretamente, el decreto que se publicó esta semana? ¿Cómo afecta el modelo de gobernanza que hasta ahora mantenía el organismo?

El INTA tiene 69 años; en 69 años ha pasado por distintos gobiernos de todos los colores y cada gobierno obviamente le pone su impronta, su orientación, pero tiene algunas características que han tenido con cierta estabilidad. Una es que tiene investigación y extensión en la misma institución. Otra es que tenemos presencia territorial en todo el país. Tenemos agencias experimentales por todo el país desde Tierra del Fuego a La Quiaca. Tenemos una gobernanza participativa, o sea, nuestra conducción está comandada por un Consejo Directivo, público-privado, un cuerpo colegiado que toma decisiones, no es asesor. Es directivo, es como una junta de la empresa y después hay una gerencia, esta gerencia es el Director Nacional. Y los concursos en general, todos los ingresos al INTA son por concurso y para los cargos jerárquicos son concursos abiertos, cualquiera se puede presentar si tiene los antecedentes suficientes y compite. Bueno, todo eso queda medio en el aire ahora, sobre todo la gobernanza. En lugar de tener ese Consejo Directivo, va a haber un presidente que decide todo. Deja de existir la Dirección Nacional, es decir, la alta gerencia no está más. Hay solamente un presidente definido desde el Ejecutivo que puede proponer nueva estructura, nuevo organigrama, nueva agenda, disponer de personal, es un poder muy centralizado.

¿Qué riesgos conlleva esta centralización?

Se corre el riesgo de perder la conexión con las necesidades, porque tanto el Consejo Directivo como los consejos regionales -a nivel regional tenemos la misma lógica- garantizan un vínculo estrecho entre las necesidades del sector productivo, de los territorios, de las regiones, de las provincias con la agenda del INTA. No podemos hacer cualquier cosa descolgada por curiosidad científica. Ahora todo va a depender de la decisión final de este presidente. Va a haber un Consejo, pero ya no va a ser directivo, va a ser un Consejo Técnico que es de asesoramiento, se va a poder elevar alguna propuesta, pero después la decisión va a ser de una persona. Y atrás de eso viene todo lo demás, porque esta persona puede decidir cambiar la forma de hacer extensión o no hacerla más, puede cambiar cómo se accede a los concursos, puede cambiar todo. Es una concentración total de poder en una sola persona. Que más allá del nombre propio, no estamos hablando de un juicio de valor de la persona que esté, eso es coyuntural, sino que el diseño institucional es gravísimo. Dentro de unos años cambia el gobierno y el nuevo gobierno puede tomar una orientación completamente distinta y vamos a ir a los banquinazos a un lado para el otro. Lo que hasta ahora en estos 69 años ha sido una política de estado con cierta estabilidad, con un rumbo, se va a transformar simplemente en una herramienta del gobierno de turno. Entonces ya no va a haber nada de largo plazo, va a ser todo coyuntural, como una herramienta más de cualquier gobierno puntual.

Aunque el decreto ya entró en vigencia, resta una instancia legislativa que podría revertirlo. ¿Hay expectativas de que pueda darse esa discusión?

El decreto ya entró en vigencia en cuanto se publica, al otro día entra en vigencia, pero tiene que pasar por control del Congreso. Ahora ya tiene 10 días el Ejecutivo para enviar el decreto a la Comisión Bicameral. La Comisión Bicameral tiene 10 días también para analizarlo y dar dictamen y después, en todo caso, se puede tratar o no en ambas cámaras. Para rechazarlo tiene que ser rechazado por ambas cámaras (diputados y senadores). Así que es una discusión que se va a dar en las próximas semanas. Es un contexto difícil porque se están discutiendo temas mucho más graves que el INTA y que se está avanzando, así que sabemos que es difícil, pero esa discusión se va a dar seguramente en el Congreso.

Más allá del decreto puntual, el INTA, al igual que otros organismos públicos, ya venía de una situación de desfinanciamiento e incertidumbre.

Sí, como en toda la Administración Pública. El Gobierno está funcionando sin ley de Presupuesto, se ha prorrogado del 2023 al 2024, del 2024 al 2025, así que es discrecional lo que se va liberando de fondos. Así que constantemente hay que gestionar algún refuerzo para poder funcionar mínimamente. Pero en realidad lo que se está discutiendo ahora es mucho más grave que una cuestión presupuestaria. De hecho, estamos acostumbrados a tener restricciones presupuestarias y tenemos funcionamiento también en alianza con empresas, con organismos, con fondos competitivos nacionales e internacionales, a veces se sale al campo sin viáticos, sin cubrir el bolsillo. Se puede trabajar igual con problemas presupuestarios, pero lo que se acaba de resolver con este decreto es mucho más de fondo, mucho más estructural. Queda el INTA con el nombre, pero el funcionamiento y la orientación puede ser modificado totalmente. La palabra clave es incertidumbre. Este decreto es relativamente corto, dice algunas cosas que nos preocupan y omite muchas cosas que nos preocupan también. Hay muchas cosas que no dice: de extensión, por ejemplo, no dice nada; cómo se va a hacer la extensión. Solamente es mencionada en el objetivo del INTA que sigue existiendo la extensión como una de las herramientas, pero no se sabe de qué se va a hacer al respecto.

¿Cuál es el rol del INTA en la región patagónica?¿Qué actividades se desarrollan en el territorio?

El INTA en general como estrategia tiene investigación, investigación aplicada y extensión, que es el acercamiento de las propuestas tecnológicas, de los diagnósticos, de los procesos de organización al sector productivo. Es un término general. Y en cuanto a líneas, trabajamos con las principales cadenas y con las principales zonas de la región en horticultura, fruticultura, ganadería ovina extensiva. Hace un tiempo estamos trabajando también con el tema del guanaco, que es una situación muy conflictiva con el sector ganadero. Toda la interacción de fauna con el sector ganadero genera muchas tensiones, algunas cosas venimos haciendo hace un tiempo y otras estamos arrancando ahora, quizás incluso tardíamente, pues tenemos esa capacidad autocrítica también, pero bueno, todo eso está en riesgo. La fruticultura en la cordillera, en la zona de Esquel, se está trabajando mucho, con frutillas, con frutos rojos, en convenios con empresas exportadoras. Se está trabajando en riego, en muchos procesos de organización, de productores, de comercialización, de agregado de valor, ganadería bovina que está creciendo mucho en los últimos años, el INTA también es protagonista en la dinamización de todo eso. En Tierra del Fuego estamos también empezando algunas líneas con perros asilvestrados, perros que se han hecho salvajes que ya están en el monte, en la transición entre el bosque y la estepa, son temas sumamente complejos, de mucha importancia social, económica, ambiental. Desde el punto de vista científico son muy interesantes también porque son muy novedosos y justamente su complejidad los hace todo un desafío, que no sabemos siquiera si vamos a poder arrancar.

¿Con cuánto personal cuenta, aproximadamente, la región Patagonia Sur?

En este momento somos aproximadamente 280 personas, hay distintas formas de vinculación, planta permanente, no permanente y demás, pero básicamente somos 280 personas en el centro regional en total, que incluye las provincias de Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego. Los patagónicos estamos acostumbrados a las distancias, pero hay que tener alguna referencia. Este territorio tiene el tamaño de Francia. Desde Ushuaia hasta El Hoyo, que son las dos agencias de extensión más distantes, hay 2200 kilómetros, que es más o menos la distancia entre Madrid y Copenhague. Lo expreso de esa manera como para tener alguna referencia. A veces muchas de estas decisiones de que si sobra agencia, que si sobra gente se toman desde una oficina mirando un Excel sin tomar la real dimensión de lo que estamos hablando.

En el marco de los "planes de modernización" de los organismos públicos que propone el Gobierno se ha hablado de mal uso de fondos y de ineficiencia, como justificaciones para el desfinanciamiento. ¿Qué opinión te merece esta postura?

En el caso del INTA no ha habido acusaciones de corrupción, sí de ineficiencia, de que los procesos son muy lentos, muy burocráticos, que queremos dinamizar, que queremos ser más eficaces, estar más cerca de los problemas. Todas cuestiones con las que estamos de acuerdo como metas, como objetivos. El tema es que las decisiones que se toman para eso van en sentido contrario. Si tenemos problemas de dinamismo, de agenda y demás, centralizando todas las decisiones en una persona en Buenos Aires difícilmente se mejore. No vemos esa correlación entre las medidas que se están tomando y lo que se declara como objetivos.

¿Cómo sigue el proceso a partir del nuevo decreto? ¿Qué postura han tomado desde los distintos centros del organismo?

Hay mucho revuelo, por supuesto, distintas instancias, los directores de centros regionales, centros de investigación y coordinadores de programa dimos conocer una nota marcando nuestra posición. Hoy los directores de experimentales e institutos de investigación se sumaron a esa misma nota, o sea, toda la gerencia media del INTA está muy preocupada. Por otro lado hay toda una movilización gremial que también está muy preocupado por algunas razones en común y por otras también específicas. Así que hay mucho movimiento. Estamos también muy expectantes a ver cuáles son las próximas medidas de cómo se implementa esto porque hay algunas definiciones generales estructurales, pero después hay que ver cómo se capilariza, cómo se hace operativo todo esto. A nivel del Congreso, sin duda, seguramente se estarán haciendo gestiones para tratar de revertir esta medida que consideramos que es muy equivocada.