Patagonia

Cómo pensar en prevención en medio de un sistema devastado: en Parques Nacionales faltan recursos para afrontar la temporada de incendios

Personal de Parques Nacionales de todo el país denuncia una situación crítica de inestabilidad laboral: tras un año de desfinanciamiento, en enero se produjo una importante ola de despidos que mantuvo en alerta a los trabajadores. Hoy prima la incertidumbre y la precarización laboral, condiciones que dificultan las tareas de prevención y las acciones a largo plazo. Hace apenas algunos meses, en plena temporada de incendios en la Patagonia, se hizo evidente la saturación del sistema. Ahora, el Gobierno nacional pasó el fideicomiso del Manejo del Fuego al Ministerio de Seguridad, lo que podría implicar cambios en las políticas de manejo de los fondos. En la provincia de Chubut este escenario afecta a unos 157 trabajadores del Parque Nacional Los Alerces y del Parque Nacional Lago Puelo.

Ola de despidos

A la par de trabajadores estatales de otras áreas, durante el 2024 los integrantes de Parques Nacionales denunciaron un escenario de pérdida de personal, incertidumbre y desfinanciamiento, panorama que se profundizó a principios de este año con una ola de despidos. A la fecha, se perdieron más de 150 puestos de trabajo entre administrativos, personal científico-técnico, guardaparques y brigadistas.

"Nosotros tuvimos un primer momento que no había autoridades. Después que se oficializaron las autoridades empezaron los despidos y bueno, desde ahí hasta ahora, nosotros contamos unos 150 despidos. En algunos casos hubo reincorporaciones y en otros no. Todo eso se fue dando a lo largo de todo el país", expresó Hernán Mondino, brigadista del Parque Los Alerces y delegado de ATE.

"Acá en Alerces le tocó a una sola compañera que después finalmente decidió no continuar o no pelear por el otro condicionante que hay que es el salario", relató. Mondino precisa que la precarización general también ha motivado renuncias: "Me parece que es un poco la política general del Gobierno, los salarios son bastante bajos y tenés una inestabilidad constante. Así que muchos también dejan de trabajar".

"Como ejemplo, acá en Alerces, en la temporada pasada, se fueron cuatro compañeros brigadistas en plena temporada de incendios, me parece que es como un símbolo, por un lado la necesidad de trabajadores y por el otro, la cuestión objetiva de lo que les pasa a esos laburantes, que el sueldo no es bueno y que es todo inestable todo momento", agrega.

Los trabajadores venían reclamando la incertidumbre generada por contratos de tres meses, que no permiten estabilidad laboral ni desarrollo profesional. La situación se profundizó con el cambio de autoridades: a principios de junio se anunció la designación del nuevo director, el arquitecto Sergio Alvarez, tras la salida de Cristian Larsen. Mondino señala que "en el cambio de autoridades nos llegaron los contratos de un mes, que eso fue como detonante, todavía más extremo todo. Surgieron asambleas en varios parques, un poco de denuncias públicas, un poco de medios y eso se revirtió. Pero así es el clima general".

Mondino hizo referencia a la merma en la cantidad de brigadistas en todo el país, que como señaló en otra entrevista con este medio, "son el eslabón más concreto" en la lucha contra incendios: "En un año pasamos de 430 a 390 en todos los Parques Nacionales".

"Según el contrato, no llegamos a la temporada"

En los últimos meses, desde la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) han denunciado despidos por causas ideológicas. Es el caso de Andrea Torres, brigadista con más de 10 años de experiencia, que fue despedida del Parque Nacional Los Glaciares a principios de año por una publicación en redes sociales sobre una opinión personal en torno al cobro de acceso en el parque. El intendente del Parque, Horacio Pelozo, argumentó que fue despedida "por postear en sus redes sociales personales sus posturas políticas y por su militancia fuera del trabajo".

Mondino señala que la trabajadora actualmente "está con acciones legales, porque básicamente la despidieron por opinar". Y explica que más allá de los casos puntuales "hay presión, en torno a esto desde el presentismo, pero es todo el momento, todo el tiempo hay que justificar cada movimiento y después en tornos los trabajos, presentar informes cada cierta cantidad de tiempo y ciertas exigencias, que no estaban".

Reclamos brigadistas en medio de los incendios patagónicos: "Hay medios logísticos, pero el eslabón más concreto sigue estando precarizado"

"A priori, está bien informar qué laburo hacemos, lo que tiene es todo el contexto de inestabilidad, de presión y los bajos sueldos, hay ojos enfocados en algunos parques", advierte, "en Alerces no tuvimos ese tipo de discusiones, pero sí hay un ojo puesto en abrir nuevos emprendimientos, como que hay presiones sobre ciertos nichos económicos que tienen los parques, eso sí existe".

"Nos juntamos los brigadistas con el SPLIF (Servicio de Prevención y Lucha contra Incendios Forestales), y nos preguntamos, ¿cómo podemos pensar en prevención si tenés contrato de un mes, de tres meses? Según el contrato, nosotros no llegamos a la temporada", cuestiona.

"Lo que más labura es la posibilidad de que te pueden echar, no es que está el contrato y no pasa nada y hay una normalidad en ese contrato, y continúa, sino que hay una posibilidad real de que se termine, que lo terminen de cualquier manera. Todo eso genera un desgano, se hace difícil laburar con cuestiones en las que hay que entregar mucho, la difusión, la prevención, todo eso es un laburo más de dedicación, más de proyección, tanto de los propios sistemas como del trabajador. Porque cuando cayó el contrato de un mes, uno se pregunta ¿Para qué? ¿Para qué te vas a romper la cabeza? ¿Para qué te vas a matar? Si en cualquier momento te echan, a nadie le importa", agrega.

"En la discusión que tenemos lo entendemos como una política clara del Gobierno de vaciamiento, de dejar de hacer y que después entre la discusión como en Vialidad de que bueno, si no arreglan las rutas porque no sirve, hay que eliminarlo", señala, aunque subraya: "No sé si eliminarán Parques porque tiene su nicho de negocios, pero así para la carrera, para el laburante es más complicado continuar".

En este marco, en las últimas semanas se ha hecho hincapié en la posible privatización de Parques Nacionales, lo que generó preocupación entre trabajadores y ambientalistas. Mondino enfatizó que hasta el momento no hay nada concreto, pero sí hay una idea de "habilitar más negocios": "Hay una apertura a brindar servicios y que eso está ligado a cuestiones de negocio en algunos casos y eso está bien presente y es marcado en cuanto a la diferencia con la gestión anterior, hay un cambio ahí".

Disolución del Fondo Nacional del Manejo del Fuego

A través del Decreto 463/2025 publicado el 8 de julio en el Boletín Oficial, el Gobierno nacional dispuso la disolución de tres fondos fiduciarios, entre ellos, el Fideicomiso del Fondo Nacional del Manejo del Fuego, en el marco de un proceso de revisión de la Sindicatura General de la Nación (SIGEN).

Según se fundamenta en el decreto, los fondos registraban un "uso ineficiente de los recursos públicos, deficiencias en los mecanismos de control y una escasa o nula rendición de cuentas". Cabe remarcar que a pesar de la disolución del fideicomiso, el Sistema Federal del Manejo del Fuego sigue vigente.

Mondino explicó que se disolvió el fideicomiso como instrumento legal pero la recaudación tendrá continuidad y será utilizada por el Ministerio de Seguridad de la Nación (a cargo de Patricia Bullrich), que desde febrero está a cargo del Servicio Nacional de Manejo del Fuego.

"Un poco la lectura que hacemos va en la dirección que tomó el Gobierno de pasar en su momento la parte operativa del Servicio Nacional al área de Seguridad. Ahora se desarma el fondo, pero la plata que se sigue recaudando la maneja Seguridad. Habrá que ver cómo terminan de definir el uso del fideicomiso en función de las políticas que apliquen para los incendios", remarca.

Aunque advierte que "a priori, un poco la lectura más personal es que Seguridad con prevención de incendios poco tiene que ver. A lo mejor si hay una cuestión de la acción en la emergencia, pero bueno, el fuego también tiene que ver con una cuestión más integral, más social. Hay cuestiones de prevención, de charlas, de un montón de manejos o de tratamiento de temas antes de que pase la emergencia, que yo creo que seguridad no lo va a aplicar".

"Queda ver ahí cómo lo van a terminar de aplicar y ahí es donde me parece que van a aparecer los números concretos de qué es lo que se hizo con esa plata", resume.

Sistemas saturados para combatir los incendios

Todavía no hay certezas sobre el manejo que desplegará el Ministerio de Seguridad de cara a la temporada de incendios. Lo que sí queda claro, para Mondino, es que el año pasado los sistemas se saturaron.

"No había de dónde sacar brigadistas y eso también conlleva a lesiones de los propios brigadistas, lleva temas de insumo como ropas o rotura de material. Ahí hay un costo que, bueno, lo tendrán que hacer esta temporada como para tener la capacidad de respuesta óptima", enfatiza.

Subraya que "eso no lo vemos todavía, no es que se están comprando cosas para prepararse para la temporada, sino que cerró la temporada, continuamos como veníamos y no hay mucho".

El brigadista advierte que si no avanzan en políticas concretas estiman que en la temporada habrá "problemas de ropa, de insumos, de materiales que son caros; en función de la temporada pasada también habrá problemas de reposición, eso que se rompió, los brigadistas que están lesionados o el cansancio que también implica tener el sistema saturado".

"Todo eso se nota, y seguramente si no hay corrección de todas esas políticas va a saltar algún tipo de conflicto en torno a todo eso, porque también tenemos la parte más social de la emergencia, como fue el caso de los incendios acá en la Comarca, dentro de los pueblos", cierra Mondino.

Los incendios que azotaron la Comarca Andina durante el verano -que consumieron más de 50 mil hectáreas- fueron la postal de un sistema desfinanciado y un reclamo histórico de los trabajadores que hoy se profundiza. A meses del verano patagónico, el recurso humano y técnico parece ser cada vez más limitado.