Petróleo

El petróleo enfrenta la crisis productiva más dura de los últimos 25 años y podría acercarse a los niveles de finales de los ‘90

El panorama petrolero desmejora en la provincia de Chubut: Mientras las inversiones profundizan su migración hacia Vaca Muerta, a pesar que el curdo Escalante cotiza por encima de los 65 dólares, los niveles productivos continúan transitando una constante retracción en los niveles de extracción de crudo. En junio hubo una recuperación respecto del año anterior cuando se produjo el temporal de nieve, pero el primer semestre arrojó una pérdida del 1,9% que significó 400 mil barriles menos. Los actuales niveles productivos son los más bajos de los últimos 25 años y se encuentran por debajo de los registrados en el año 2001 a pesar que el precio del crudo triplica los valores. En paralelo el empleo petrolero sigue drenando de manera permanente, aunque por ahora la cantidad de barriles producidos por obrero es notoriamente menor a la registrada en los finales de la década del '90.

Junio con aumento, semestre a la baja

Los datos oficiales recientes de la Secretaría de Energía revelaron que en junio la producción petrolera chubutense aumentó el 15,6% sumando 504.532 barriles respecto del mismo mes del 2024.

Si bien el dato parece revertir la tendencia permanente de baja productiva, la realidad sofoca cualquier festejo. Es que en junio del año pasado se suscitó el fuerte temporal de nieve y lluvias que hizo retroceder la extracción de crudo en niveles superiores a los que marcó la recuperación de este año.

En junio del 2024 se produjeron 3.242.268 barriles por el temporal y la baja intermensual fue del 20,7% (-846.821 barriles) y la interanual frente al mismo mes del 2023 fue del 20,9% (-856.502 barriles).

Ese panorama se ve reflejado en resultado productivo acumulado del primer semestre en Chubut.

Mientras que en la primera mitad del 2024 se extrajeron 23.430.585 barriles en el mismo período de este año se produjeron 22.992.815 barriles, lo que reflejó una retracción semestral acumulada del 1,9% que se tradujo en 437.770 barriles menos.

Lo curioso es que en junio de este año no se suscitó ningún temporal de nieve y lluvias como los del año pasado, pero a pesar del acompañamiento climático no se pudo volver a los niveles productivos de cuando los yacimientos quedaron tapados por el manto blanco.

Si bien la producción de junio subió en 504 mil barriles, para emparejar los niveles del mismo mes del año pasado deberían haber aumentado por lo menos en 350 mil barriles más, pero eso no sucedió y se volvió a acumular otro mes de retroceso.

En Chubut durante el primer semestre el peor resultado en medio de su salida de la provincia lo mostró YPF que redujo la producción en un 25,1% (-1.577.009 barriles), pero si se suma lo producido por PECOM se registra que entre ambas compañías casi empardaron los niveles extractivos del 2024 mostrando una merma de tan sólo el 0,7% (-46.239 barriles); sin perder de vista que los niveles del año pasado ya eran bajos.

Por su parte PAE contrajo la producción semestral en un 3,4% (-447.307 barriles) y Tecpetrol un 14,9% (-142.599 barriles). Mientras que CAPSA subió la extracción de crudo Escalante en un 2,6% (50.040 barriles) y CAPEX en el 4,9% (50.011 barriles).

Los niveles más bajos en 25 años

A lo largo del primer semestre del 2025 la producción promedio en Chubut fue de 125.988 barriles diarios y ese registro fue el más bajo desde el año 2001 cuando se produjo una media de 127.632 barriles diarios.

El retroceso es significativo ya que en el medio de ese proceso quedaron muchas acciones de los diferentes gobiernos provinciales que buscaron incentivar a largo plazo la producción de crudo chubutense, pero los efectos conseguidos en algún lapso se fueron esfumando hasta llegar a la actual situación.

Las renegociaciones anticipadas de las concesiones petroleras que extendieron los contratos por 40 años, el otorgamiento de incentivos fiscales y demás medidas gubernamentales se muestran hoy como insuficientes para conseguir elevar los niveles productivos de la provincia.

El dato más curioso en medio de la retracción productiva es que en la primera mitad de este 2025 el precio del crudo Escalante promedió los 66 dólares, lo que a priori abre enormes interrogantes ya que una cotización tan elevada no parece ser la explicación que justifique del achicamiento en los niveles extractivos de la provincia.

Habitualmente las petroleras privadas argumentan sus achicamientos productivos en función de la baja de los precios del crudo, pero desde hace cuatro años el crudo Escalante viene oscilando entre los 61 y los 66 dólares -incluyendo los picos de 75 dólares en el 2022 y del 2024 con un promedio de 73 dólares-.

El promedio del barril Escalante en los últimos cuatro años y medio fue de 69 dólares, mientras que en contra partida desde el 2021 la producción provincia de crudo cayó el 9,9%; pasando de 139.918 barriles diarios a los 125.988 barriles de este 2025.

En los últimos diez años se produjo el pico productivo más significativo cuando la producción promedio los 159.709 barriles con un precio del crudo Escalante que se ubicó en los 52 dólares. De ahí en adelante comenzó el constante proceso de retroceso productivo con eleves oscilaciones alcistas en los años 2018 y 2019, pero a lo largo de la década el achicamiento extractivo fue del 21,1%.

En el medio de los últimos 25 años atrás quedó el período del boom de los precios del crudo cuando el Escalante superó los 70 dólares entre los años 2011 y 2014; pero la producción comenzó el proceso de caída y nunca recuperó los niveles que se ubicaban por encima de los 160 mil barriles diarios.

La irrupción de Vaca Muerta y el impacto en Chubut

El último período de esplendor productivo de Chubut se dio entre los años 2004 y 2011 cuando se promediaron 162 mil barriles diarios, pero de ahí en adelante comenzó la migración de las inversiones petroleras hacia el fracking de una Vaca Muerta subsidiada por el Estado nacional a través de múltiples programas de incentivos a la extracción de gas.

La caída productiva de Chubut no tiene esencialmente que ver con el declino de los yacimientos maduros y centenarios de la provincia, tampoco se vinculó estrictamente con la variable del precio del crudo y mucho se relaciona con el impulso direccionado intencional y desesperadamente hacia los no convencionales neuquinos con los que los últimos cuatro gobiernos buscan encontrar los dólares -faltantes en la economía- a través de las exportaciones de petróleo y gas.

La falta de planificación y coordinación entre los Estados provinciales -propietarios de los recursos- y el Estado nacional empecinado en desarrollar el fracking de Vaca Muerta desencadenó un proceso que ahora parece no encontrar equilibrio, menos aún de revertir en las actuales condiciones y deja enormes perjuicios para Chubut y la porción santacruceña de la Cuenca del Golfo San Jorge.

El colmo de este proceso se refleja con el accionar de la actual conducción libertaria de YPF que para concentrarse en los yacimientos no convencionales abandonó la mayoría de los añejos campos maduros del país, incluyendo los de Chubut y Santa Cruz. En la provincia aún tiene bajo su control la concesión de Manantiales Behr, que es su yacimiento más productivo, pero avanza con la venta que se disputan PECOM, CAPSA y Crown Point.

Si bien parece una discusión estratosférica, situaciones como estas desencadenan la pérdida de miles de puestos de trabajo y una recesión económica que no sólo impacta en el mundo petrolero, sino que también se expande como una mancha negra que oscurece y retrae toda la economía y el ámbito laboral del resto de los sectores productivos de la provincia y la región.

La crisis del ‘98

Entre los años 1996 y 2000 Chubut atravesó la última gran crisis petrolera que impactó de lleno en la sociedad comodorense y chubutense, inclusive se anticipó a lo que sucedería a nivel nacional con la debacle de finales del 2001 y todo el 2002.

Ejércitos de desocupados, comercios cerrados y economía completamente deprimida fueron las constantes que dominaron ese período en la provincia, especialmente en 1998 cuando el precio del crudo bajó a los 10 dólares y generó una crisis de proporciones que aún hoy resuena entre los más memoriosos.

Para 1999 Chubut sólo producía 105.184 barriles diarios de promedio y como consecuencia de esa caída se destruyeron casi 500 puestos de trabajo directos en el sector petrolero, generando una onda expansiva que llenó los barrios comodorenses de trabajadores desocupados que se organizaban para subsistir y reinsertarse de alguna manera en el mercado laboral.

Para cuando estalló la crisis nacional Chubut ya había comenzado a revertir su propia crisis petrolera y subía la producción junto al empleo del sector.

Si bien los registros productivos actuales son todavía diferentes a los de 1998 y 1999, con un margen por encima del 20% respecto de aquellos niveles extractivo, la situación actual muestra una tendencia que enciende alarmas porque podía emparentarse con la crítica realidad de finales de los años '90.

Hasta el año 2000 había en Chubut entre 3.200 y 3.900 trabajadores petroleros vinculados de manera directa, posibilitando contabilizar un promedio de 30 barriles diarios producidos por cada trabajador.

En la medida que fue aumentando la producción se fue incrementando la cantidad de trabajadores en los yacimientos chubutenses, un proceso que se potenció a partir de la altísima conflictividad laboral que se dio desde los años 2004 y 2005 habilitando reestructuraciones de las condiciones de trabajo que desembocaron en un significativo incremento de los puestos de trabajo.

Entre los años 2008 y el 2024 el nivel de empleo petrolero de la provincia se mantuvo relativamente estabilizado por encima de los 12 mil puestos de trabajo petroleros, alcanzando su punto más elevado en el 2015 con 14.622 empleos registrados en la provincia.

El índice de barriles producidos por cada trabajador fue bajando en la medida que los yacimientos se llenaron de obreros, oscilando entre los 14 barriles del 2018 y los 10 barriles registrados el año pasado.

Los últimos datos oficiales del empleo petrolero en la provincia son hasta el 2024, no registrando los retiros voluntarios y despidos que se vienen produciendo en el primer semestre de este 2025.

Es de suponer que la cantidad de petroleros en la provincia decreció en aproximadamente entre 15 y un 20% para ubicarse levemente por encima de los 10 u 11 mil obreros contratados; aunque esa especulación sólo podrá dilucidarse cuando se publiquen los registros de la primera mitad del año.

Algunos referentes del sector empresarial petrolero mencionan que aún es necesario reducir más la cantidad de obreros y argumentan que si no se achica la planta de personal un 60% la explotación chubutense "no es rentable". Eso significaría reducir la cantidad de trabajadores a alrededor de 6.000 empleos y se registrarían niveles similares a los que se vivieron a principios de la década del 2.000.

Hoy en día Chubut tiene mucho más profundizada su crisis productiva que la del empleo en el sector petrolero, lo cual por un lado parece una media buena noticia y al mismo tiempo enciende las alarmas de lo que podría suceder en un futuro no muy lejano si los niveles productivos siguen decreciendo a ritmos de finales de los años '90.

El panorama actual es complejo para Comodoro Rivadavia y todo el sur de Chubut, inclusive para el Estado provincial en materia recaudatoria; pero la perspectiva puede empeorar si no se logra frenar la constante caída productiva y la pérdida de empleo petrolero que impacta en el conjunto de la actividad económica regional.