Ambiente

La desigualdad agrava el calentamiento global

KUALA LUMPUR - La acumulación de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), sigue aumentando, en un mundo cada vez más desigual, un factor que está acelerando el calentamiento global. También está agravando las disparidades, especialmente entre los ricos y el resto de la población, tanto a nivel nacional como internacional.

Emisiones desiguales

En nuestro mundo tan desigual, las disparidades internacionales representan dos tercios de las desigualdades de ingresos globales. Los agregados y promedios de los ingresos nacionales pueden ser engañosos, ya que ocultan importantes disparidades dentro de los países.

El Informe sobre la Desigualdad Mundial sostiene que las disparidades en las emisiones de GEI se deben principalmente a las desigualdades dentro de los países. Mientras tanto, las emisiones de GEI siguen aumentando a medida que su acumulación acelera el calentamiento del planeta.

Las disparidades en las emisiones dentro de los países representan ahora casi dos tercios de la desigualdad mundial en las emisiones, casi el doble que en 1990, cuando eran algo más de un tercio.

La mitad más pobre de la población de los países ricos ya ha alcanzado, o está cerca de alcanzar, los objetivos de emisiones equivalentes de dióxido de carbono per cápita para 2030 fijados por sus gobiernos. Sin embargo, el 10 % más rico de Norteamérica es el mayor emisor de GEI del mundo.

¡Sus emisiones medias son 73 veces superiores a las de la mitad inferior de la población del sur y el sudeste asiático! Los ricos de Asia oriental también emiten muchos GEI, pero mucho menos que en América del Norte.

La mitad inferior de su población emite casi diez toneladas per cápita al año en América del Norte, alrededor de cinco toneladas en Europa y unas tres toneladas en Asia oriental.

La huella de carbono mucho menor de la mayor parte del Sur global contrasta con las emisiones de GEI de los deciles superiores de sus propios países y las del 10 % más rico de las regiones más pobres.

Los deciles superiores del sur y el sudeste asiático emiten más del doble de GEI que la mitad inferior de Europa. Incluso el decil superior de África subsahariana emite más que la mitad inferior de Europa en promedio.

La desigualdad impulsa las emisiones

Jayati Ghosh, Shouvik Chakraborty y Debamanyu Das sostienen que la desigualdad ha impulsado el aumento de las emisiones de GEI. Mientras que la mitad inferior de la población de Estados Unidos y Europa redujo sus emisiones per cápita entre 15 % y 20 % entre 1990 y 2019, el 1 % más rico aumentó las suyas.

Solo el decil superior del mundo es responsable de casi la mitad de las emisiones de GEI. A medida que los ricos se hacen aún más ricos, aumentan sus efectos adversos sobre el medioambiente.

A pesar de la retórica engañosa, la mayoría de los impuestos sobre el carbono no son progresivos, sino que suelen gravar mucho más a los grupos de ingresos medios y bajos que a los más responsables, los ricos.

Las políticas para reducir las emisiones de GEI deben frenar el consumo excesivo de los ricos, así como la producción «extractivista» en todo el mundo para satisfacer sus demandas.

Los beneficios prevalecen sobre el interés público

Mientras tanto, las empresas transnacionales y los gobiernos occidentales se han negado a respetar la excepción de salud pública (PHE, en inglés) al acuerdo sobre derechos de propiedad intelectual (PI) de la Organización Mundial del Comercio (OMC), los conocidos como Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (Trips, en inglés).

El compromiso PHE se acordó en 2001 para reanudar las negociaciones comerciales de la OMC en su reunión interministerial de Doha, tras la conferencia abortada de Seattle en 1999.

Sin embargo, los gobiernos de los países ricos bloquearon las solicitudes de los países en desarrollo de una exención de la PHE para producir urgentemente pruebas, tratamientos, equipos y vacunas asequibles durante la pandemia de covid-19.

Por lo tanto, es poco probable que se concedan concesiones significativas en materia de propiedad intelectual para impulsar los esfuerzos de los países en desarrollo por mitigar y adaptarse para hacer frente de manera eficaz al calentamiento global.

Las fuentes del calentamiento global son locales, mientras que el calentamiento planetario es mundial, aunque desigual. Las políticas y medidas eficaces para hacer frente a este problema son costosas y, en general, más gravosas para las clases pobres y medias.

Existen alternativas que pueden permitir una mayor equidad y sostenibilidad. Sin embargo, ha resultado muy difícil movilizar una resistencia más concertada y eficaz contra el calentamiento planetario.

Injusticia climática

La acumulación histórica de emisiones de GEI es la principal causa del calentamiento planetario. Los países desarrollados fueron responsables de casi cuatro quintas partes de las emisiones acumuladas de GEI entre 1850 y 2011.

Mientras tanto, sus efectos adversos en los países en desarrollo de los trópicos son peores. El Sur global también tiene menos capacidad para hacer frente a la situación debido a su limitado margen de maniobra y sus escasos medios.

Los compromisos de «cero emisiones netas» de los países no reconocen la enorme carga climática impuesta por la acumulación de GEI en el pasado, lo que socava las perspectivas de una transición justa.

En las negociaciones internacionales, las economías ricas han eludido su responsabilidad histórica por la «deuda climática» centrándose en las emisiones actuales e ignorando su acumulación durante los dos últimos siglos.

Ignorar esta deuda climática histórica también sirve para legitimar que se ignore la compensación a los más afectados en los países de ingresos bajos y medios-bajos, que ya han sufrido daños y pérdidas considerables.

Esta pretensión no solo es injusta, sino también contraproducente. Ha socavado la solidaridad y la cooperación internacionales necesarias para hacer frente al calentamiento global.

Superación del umbral

Las emisiones previstas por los países ricos actuales agotarán tres quintas partes del umbral de calentamiento global restante para el «presupuesto de carbono» mundial hasta 2050, a fin de no superar el aumento de 1,5 °C con respecto a los niveles preindustriales.

Sin embargo, el escenario más optimista del último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) prevé que el umbral de 1,5 °C se supere en 2040.

Pero incluso antes de que el presidente estadounidense Donald Trump reacelerara el calentamiento global tras su reelección, el entonces enviado especial de la ONU y actual primer ministro canadiense, Mark Carney, advirtió de que este umbral se superaría a finales de esta década.

Fuente: IPS