Muertes por fentanilo: El ministro Lugones cada vez más acorraladoPor Luciana Rosende
Garrahan. Fentanilo. Anmat. Andis. En todos los grandes conflictos que sacuden al gobierno de Javier Milei en las últimas semanas está girando una figura que parecía resguardada por el blindaje oficial: el ministro de Salud, Mario Lugones. Con pocas apariciones en público para dar explicaciones -incluyendo un lagrimeo- el funcionario que comenzó su labor desde las sombras cumple un rol cada vez más ensombrecido.
Lugones era señalado como "ministro en las sombras" detrás de Mario Russo, el primer titular de la cartera sanitaria nacional de la era Milei. Su función se blanqueó en octubre del año pasado, tras la salida de su antecesor. Su primera intervención de peso estuvo vinculada a un conflicto que sigue sin resolverse: el reclamo salarial del personal del Garrahan, el principal hospital pediátrico de alta complejidad del país.
En los pasillos del hospital hay afiches con su cara y nombre y la leyenda "buscado por vaciar el Garrahan. Quiere robarle la salud a las infancias para beneficiar su propio negocio". Proveniente del sector de la medicina privada como presidente de la Fundación Güemes, es el padre de Rodrigo Lugones, consultor político cercano a Santiago Caputo. De ahí su nexo con el ‘triángulo de hierro' que gobierna el país, internas de por medio. «Si tocan a Lugones, tocan a Caputo», afirmaban cerca del Ejecutivo. Al menos hasta hace pocos días.
Omisión o connivencia
Previo a iniciar esta semana, las casi 100 cien muertes atribuidas al uso de ampollas de fentanilo contaminado producidas por los laboratorios HLB Pharma parecían no haber salpicado al ministro. Pese a que bajo su órbita está la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), cuestionada por su reacción lenta -como mínimo- ante las advertencias sobre irregularidades vinculadas a esa producción. Aunque, según se investiga, llegó a hacer un informe lapidario sobre el accionar del laboratorio Ramallo SA (el que producía), desoído por las autoridades sanitarias.
Lugones se quebró al hablar sobre esas muertes: "Me pongo muy mal cuando hablo de esto porque soy médico y es un atentado a la gente", lloró con TN. Acto seguido, se desligó del tema. Apuntó a la "conexión con el peronismo y con el kirchnerismo" del dueño de laboratorio, Ariel García Furfaro, ya detenido. También defendió a la titular de la Anmat, Nélida Agustina Bisio, pero desplazó a Gabriela Mantecón Fumadó, al frente del Instituto Nacional de Medicamentos (Iname).
El mandamás del Ministerio de Salud pretendía posicionarse como mero acusador contra HLB Pharma y de hecho se había presentado como querellante en la causa que investiga las muertes. Pero el juez que lleva el caso, Ernesto Kreplak, resolvió el jueves correrlo de ese lugar. Como informó Tiempo, ante planteos de otra querella y de la Fiscalía a cargo de María Laura Roteta, el magistrado sostuvo que existía "el grado de sospecha suficiente para orientar la continuidad de la investigación hacia las posibles responsabilidades derivadas de omisiones y/o connivencias que pudieran existir en los órganos de control del Poder Ejecutivo". Esos dependen de Lugones.
Entre audios y coimas
Casi en paralelo, otro escándalo estalló a su alrededor. La difusión de audios atribuidos a Diego Spagnuolo, ahora extitular de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis), dio cuenta de un supuesto entramado de corrupción en la compra de medicamentos que involucraría a los Milei y los Menem. La reacción del Gobierno tras el escándalo destapado por los audios fue echar a Spagnuolo y reemplazarlo por un hombre de Lugones. Alejandro Vilches, secretario de Gestión Institucional del Ministerio de Salud, es ahora interventor de la Andis. Para auditar lo que ya se venía auditando, según informó el vocero presidencial, Manuel Adorni. El recambio sumó preocupación entre personas con discapacidad, familiares y prestadores, que sostienen una lucha incansable contra el ajuste.
"Entendemos que todo el ajuste que hemos recibido -tanto en las prestaciones como las personas con discapacidad en las auditorías- ha sido diseñado por Lugones. Con lo cual creemos que la intervención va a ser para profundizar la crisis de nuestro sector", dijo a este diario la psicóloga María Belén Frías, de la Red de Vida Independiente Córdoba (ReViC) e integrante del Consejo Federal de Discapacidad (COFEDIS).
Por todos estos frentes, Lugones deberá ir a dar explicaciones al Congreso. Según confirmó a este diario Daniel Arroyo, titular de la Comisión de Discapacidad e impulsor del proyecto de Ley de Emergencia para el sector, el ministro de Salud fue citado para el martes, junto al flamante interventor. "Que nos expliquen la situación y qué van a hacer con la Agencia, porque la situación es desesperante", definió el legislador. Y tildó de "obsceno" el contenido de los audios sobre coimas de miles de dólares, mientras prestadores reclaman una suba sobre los pagos ínfimos que dispone el nomenclador nacional. Por estas horas, Lugones aparece cada vez más apuntado. En medio de las internas, los comunicadores oficialistas se centraron en su figura por primera vez. Jonathan Viale se pregunto: «¿El ministro Lugones renuncia?». Alejandro Fantino fue más directo: «Sucio como una papa. Cien muertos, Agarrá los bolsos y volá».
Abandono y abuso de autoridad
Mario Lugones estrenó su gestión como ministro de Salud desplazando al Consejo de Administración del Garrahan, encabezado por el prestigioso médico Oscar Imventarza. ¿El motivo? Esa administración había otorgado un bono extraordinario de 500 mil pesos al personal, para aplacar un reclamo salarial que comenzaba a escalar.
Por esa medida aleccionadora el ministro fue imputado por presunto abuso de autoridad. La denuncia -presentada por Elisa Carrió- fue luego ampliada por «abandono de persona", ante el ajuste sobre pacientes pediátricos.
Los gremios denuncian que hubo casi 240 renuncias en el Garrahan en el último tiempo por las malas condiciones salariales. A esto se suma la precarización de las residencias, denigradas al concepto de becas.
"La presencia de Lugones en el Ministerio de Salud ha sido un atentado contra la salud pública", resumió Alejandro Lipcovich, secretario general de la Junta Interna de ATE en el Garrahan. Añadió que "lo que sucede con el hospital no es un tema exclusivamente del Garrahan. Es el resultado de un planteo de desmantelamiento de la salud pública, que quiere coronar lo que la dictadura genocida del 76 oportunamente comenzó: descentralizar la salud. Traspasarla a provincias o incluso a municipios sin ninguna capacidad de sostenerla. Para que todos los recursos del Estado nacional vayan al pago de deuda, a los negocios financieros y no a garantizar este derecho que para nosotros es fundamental".
Fuente: Tiempo Argentino
Por Luciana Rosende
Garrahan. Fentanilo. Anmat. Andis. En todos los grandes conflictos que sacuden al gobierno de Javier Milei en las últimas semanas está girando una figura que parecía resguardada por el blindaje oficial: el ministro de Salud, Mario Lugones. Con pocas apariciones en público para dar explicaciones -incluyendo un lagrimeo- el funcionario que comenzó su labor desde las sombras cumple un rol cada vez más ensombrecido.
Lugones era señalado como "ministro en las sombras" detrás de Mario Russo, el primer titular de la cartera sanitaria nacional de la era Milei. Su función se blanqueó en octubre del año pasado, tras la salida de su antecesor. Su primera intervención de peso estuvo vinculada a un conflicto que sigue sin resolverse: el reclamo salarial del personal del Garrahan, el principal hospital pediátrico de alta complejidad del país.
En los pasillos del hospital hay afiches con su cara y nombre y la leyenda "buscado por vaciar el Garrahan. Quiere robarle la salud a las infancias para beneficiar su propio negocio". Proveniente del sector de la medicina privada como presidente de la Fundación Güemes, es el padre de Rodrigo Lugones, consultor político cercano a Santiago Caputo. De ahí su nexo con el ‘triángulo de hierro' que gobierna el país, internas de por medio. «Si tocan a Lugones, tocan a Caputo», afirmaban cerca del Ejecutivo. Al menos hasta hace pocos días.
Omisión o connivencia
Previo a iniciar esta semana, las casi 100 cien muertes atribuidas al uso de ampollas de fentanilo contaminado producidas por los laboratorios HLB Pharma parecían no haber salpicado al ministro. Pese a que bajo su órbita está la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), cuestionada por su reacción lenta -como mínimo- ante las advertencias sobre irregularidades vinculadas a esa producción. Aunque, según se investiga, llegó a hacer un informe lapidario sobre el accionar del laboratorio Ramallo SA (el que producía), desoído por las autoridades sanitarias.
Lugones se quebró al hablar sobre esas muertes: "Me pongo muy mal cuando hablo de esto porque soy médico y es un atentado a la gente", lloró con TN. Acto seguido, se desligó del tema. Apuntó a la "conexión con el peronismo y con el kirchnerismo" del dueño de laboratorio, Ariel García Furfaro, ya detenido. También defendió a la titular de la Anmat, Nélida Agustina Bisio, pero desplazó a Gabriela Mantecón Fumadó, al frente del Instituto Nacional de Medicamentos (Iname).
El mandamás del Ministerio de Salud pretendía posicionarse como mero acusador contra HLB Pharma y de hecho se había presentado como querellante en la causa que investiga las muertes. Pero el juez que lleva el caso, Ernesto Kreplak, resolvió el jueves correrlo de ese lugar. Como informó Tiempo, ante planteos de otra querella y de la Fiscalía a cargo de María Laura Roteta, el magistrado sostuvo que existía "el grado de sospecha suficiente para orientar la continuidad de la investigación hacia las posibles responsabilidades derivadas de omisiones y/o connivencias que pudieran existir en los órganos de control del Poder Ejecutivo". Esos dependen de Lugones.
Entre audios y coimas
Casi en paralelo, otro escándalo estalló a su alrededor. La difusión de audios atribuidos a Diego Spagnuolo, ahora extitular de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis), dio cuenta de un supuesto entramado de corrupción en la compra de medicamentos que involucraría a los Milei y los Menem. La reacción del Gobierno tras el escándalo destapado por los audios fue echar a Spagnuolo y reemplazarlo por un hombre de Lugones. Alejandro Vilches, secretario de Gestión Institucional del Ministerio de Salud, es ahora interventor de la Andis. Para auditar lo que ya se venía auditando, según informó el vocero presidencial, Manuel Adorni. El recambio sumó preocupación entre personas con discapacidad, familiares y prestadores, que sostienen una lucha incansable contra el ajuste.
"Entendemos que todo el ajuste que hemos recibido -tanto en las prestaciones como las personas con discapacidad en las auditorías- ha sido diseñado por Lugones. Con lo cual creemos que la intervención va a ser para profundizar la crisis de nuestro sector", dijo a este diario la psicóloga María Belén Frías, de la Red de Vida Independiente Córdoba (ReViC) e integrante del Consejo Federal de Discapacidad (COFEDIS).
Por todos estos frentes, Lugones deberá ir a dar explicaciones al Congreso. Según confirmó a este diario Daniel Arroyo, titular de la Comisión de Discapacidad e impulsor del proyecto de Ley de Emergencia para el sector, el ministro de Salud fue citado para el martes, junto al flamante interventor. "Que nos expliquen la situación y qué van a hacer con la Agencia, porque la situación es desesperante", definió el legislador. Y tildó de "obsceno" el contenido de los audios sobre coimas de miles de dólares, mientras prestadores reclaman una suba sobre los pagos ínfimos que dispone el nomenclador nacional. Por estas horas, Lugones aparece cada vez más apuntado. En medio de las internas, los comunicadores oficialistas se centraron en su figura por primera vez. Jonathan Viale se pregunto: «¿El ministro Lugones renuncia?». Alejandro Fantino fue más directo: «Sucio como una papa. Cien muertos, Agarrá los bolsos y volá».
Abandono y abuso de autoridad
Mario Lugones estrenó su gestión como ministro de Salud desplazando al Consejo de Administración del Garrahan, encabezado por el prestigioso médico Oscar Imventarza. ¿El motivo? Esa administración había otorgado un bono extraordinario de 500 mil pesos al personal, para aplacar un reclamo salarial que comenzaba a escalar.
Por esa medida aleccionadora el ministro fue imputado por presunto abuso de autoridad. La denuncia -presentada por Elisa Carrió- fue luego ampliada por «abandono de persona", ante el ajuste sobre pacientes pediátricos.
Los gremios denuncian que hubo casi 240 renuncias en el Garrahan en el último tiempo por las malas condiciones salariales. A esto se suma la precarización de las residencias, denigradas al concepto de becas.
"La presencia de Lugones en el Ministerio de Salud ha sido un atentado contra la salud pública", resumió Alejandro Lipcovich, secretario general de la Junta Interna de ATE en el Garrahan. Añadió que "lo que sucede con el hospital no es un tema exclusivamente del Garrahan. Es el resultado de un planteo de desmantelamiento de la salud pública, que quiere coronar lo que la dictadura genocida del 76 oportunamente comenzó: descentralizar la salud. Traspasarla a provincias o incluso a municipios sin ninguna capacidad de sostenerla. Para que todos los recursos del Estado nacional vayan al pago de deuda, a los negocios financieros y no a garantizar este derecho que para nosotros es fundamental".
Fuente: Tiempo Argentino