El país

"¿Qué hora son mi corazón?": El cambio de huso horario y su impacto en la salud de los argentinos

Por Daniel Cassola

Tras la media sanción en la Cámara de Diputados, el cambio de huso horario podría convertirse en una realidad para todos los argentinos. El proyecto de ley impulsado por el senador Julio Cobos propone retrasar en una hora el reloj, pasando del actual UTC -3 al UTC -4, que corresponde geográficamente a gran parte del territorio nacional.

El proyecto plantea que durante el invierno el horario se retrase una hora, mientras que en verano se volvería a la normalidad. De esta manera, se busca alinear el tiempo social con el tiempo solar. Aunque a primera vista el cambio podría parecer un simple ajuste técnico, múltiples investigaciones en cronobiología y medicina del sueño advierten que las modificaciones horarias no son inocuas, ya que afectan los ritmos biológicos humanos.

La salud humana está estrechamente vinculada al funcionamiento del reloj circadiano, un sistema interno que regula los ciclos de sueño, la producción hormonal y la temperatura corporal en función de la exposición a la luz solar. Cuando se imponen cambios bruscos de horario, se produce lo que los especialistas llaman "cronodisrupción", una desalineación entre el tiempo biológico y el social.

Este desajuste puede tener múltiples consecuencias: insomnio, somnolencia diurna, disminución en la concentración, irritabilidad e incluso un mayor riesgo de problemas cardiovasculares. Estudios internacionales muestran que los días posteriores a los cambios de hora aumentan los casos de infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares, lo que evidencia que el impacto va mucho más allá de una simple molestia pasajera.

Despertar de noche

María Juliana Leone, licenciada en Biotecnología y especialista en Neurociencias, explicó que el huso horario actual genera complicaciones en la vida cotidiana, particularmente en los estudiantes. "Tiene un impacto importante en la mañana, cuando nos levantamos siendo de noche todavía, y cuando nuestro cuerpo no está del todo preparado para estar activos y funcionar. Entrar a la escuela de noche tiene un impacto negativo, ya que se desalinea el reloj biológico. Nos queremos adaptar al ritmo solar y no llegamos. Esto afecta el rendimiento cognitivo y físico, sobre todo en las ciudades del oeste del país, donde el desfasaje es mayor", señaló.

En ese sentido, el cambio de huso horario podría resultar beneficioso para la población, ya que permitiría una mejor alineación con los ciclos de luz natural. No obstante, la especialista advierte que los primeros días de transición traerán problemas temporales en los ciclos de sueño, especialmente en niños pequeños y adultos mayores. La recomendación es que la adaptación sea progresiva, ajustando paulatinamente las rutinas para que el paso resulte más imperceptible.

El sueño es uno de los aspectos más sensibles al cambio de horario. La reducción de horas de descanso o la dificultad para conciliarlo tienen efectos directos en el aprendizaje, la memoria y el estado de ánimo. En los adolescentes, que de por sí atraviesan cambios fisiológicos en sus patrones de sueño, un huso horario desalineado con el ciclo solar puede intensificar problemas de rendimiento académico y generar fatiga crónica.

Afecta la salud mental

La investigación en cronobiología ha demostrado que la exposición a la luz solar en las primeras horas de la mañana favorece la regulación de la melatonina, la hormona que induce el sueño. Por ello, entrar a clases cuando todavía es de noche supone un obstáculo para el desempeño escolar y el bienestar general. El nuevo huso horario, al retrasar la salida del sol en menor medida que el actual, podría ayudar a corregir esta desincronización.

Más allá de los efectos físicos, también existen repercusiones en la salud mental. El desajuste circadiano se asocia con irritabilidad, ansiedad y mayor vulnerabilidad a los trastornos afectivos estacionales. Si bien la propuesta de retrasar el huso horario se presenta como una solución para mejorar la relación con la luz natural, los especialistas enfatizan la necesidad de acompañar el proceso con medidas de educación sobre el sueño y hábitos saludables que faciliten la adaptación.

El cambio de huso horario en Argentina aún requiere la aprobación del Senado, pero la media sanción en Diputados abre un nuevo escenario. Más allá del ahorro de energía, el punto central es la salud de los ciudadanos, que podría mejorar si el horario social se alinea con el ritmo solar, aunque el proceso de adaptación demande un esfuerzo inicial.

Fuente: www.curarconopinion.com