Mirta Silveira: "Quiero justicia para mi hermano Guillermo desaparecido, yo no olvido ni perdono"Mirta Silveira (69) -su nombre es María Dolly- es una de las dos mujeres detenidas ilegalmente durante la última dictadura cívico militar en Comodoro Rivadavia y que sufrieron la tortura y violación en las instalaciones de la Policía Federal y el Regimiento de Infantería Mecanizado 8 "General O'Higgins" (RI8). A los 19 años, como militante de la Juventud Peronista, fue secuestrada por uniformados en un Ford Falcon verde que se la llevaron de la casa de los sus padres en el barrio Jorge Newbery, permaneciendo encarcelada en diferentes puntos del país hasta que a finales de 1980 recuperó si libertad. Su hermano Guillermo "Pocho" Silveira es el único detenido desaparecido de la ciudad y su cuerpo nunca pudo ser encontrado. Junto a una veintena de víctimas forma parte de los testigos centrales que en la Causa 8008/2008 denominada "Chanfreau, Jorge Alberto y otros" declararán, ella el 26 de septiembre, en el juicio oral y público que se acaba de iniciar por delitos de lesa humanidad que se tramita en el Juzgado Federal de Comodoro Rivadavia. Mirta vive actualmente en Neuquén capital y accedió a una entrevista exclusiva con El Extremo Sur para dar detalles del calvario que padeció entre los años 1976 y 1980.
Bronca, sospechas y secuestros a mansalva
¿Puede contar cómo fue aquello que vivió durante la dictadura?
Ah, sí. Antes que nada, no sé si se dio cuenta que Canal 9 y los otros medios no dicen nada que se va a hacer el juicio en Comodoro. No se está informado de nada a la población, nada de nada. ¿Y por qué los periodistas no hacen nada?
Justamente por eso le estamos haciendo la entrevista, para que se conozca y difunda el caso.
Entiendo, pero estoy diciendo a nivel ciudad, provincia, no sé si me entiende. ¿Estamos en democracia? Pero nadie sabe nada. Bueno no importa, para mí está todo arreglado, me da bronca.
(Hace un largo silencio) Usted sabe que a un chico jovencito que lo llevaron del barrio. A Guido (Ñancupel Uribe) se lo llevaron porque era amigo de mi hermano. Es tremendo lo que hicieron. Hay otros chicos más que ahora no me acuerdo sus nombres, a ellos también se los llevaron; uno de ellos falleció. Todos eran amigos del barrio, jugaban a la pelota en la calle, no eran militantes peronistas. Pero bueno, dejemos eso de lado y sigamos con la entrevista... Ahí me acordé, Abel se llamaba el chico que se llevaron del barrio, un muchachito que después murió a los pocos años.
En la lista de las personas que aparecen en la causa como víctimas no aparece ningún Abel.
Qué hijos de puta. ¿Y Lorenzi está?
Sí, Hugo Luis Lorenzi figura en el listado de víctimas.
Él también era del barrio y estuvo una semana más o menos, después fue a buscarlo la mamá y lo sacó. Ese era amigo de mi amiga, a ella no se la llevaron porque se agarró de la falda de la abuela pobre. Ese pibito, igual, nada de que ver, nunca nada, era amigo de mi hermano más grande. No importa eso porque ellos saben bien lo que hicieron y siempre van a seguir así, va a costar y hay que pelear por la democracia.
En el barrio Jorge Newbery entonces levantaron a varias personas.
No sé si a muchos, pero sí a varios. Conozco una señora que tenía como 50 años, una enfermera, me acuerdo. Después vi la hija. La hija era más chiquita, tendría 7 u 8 años. La llevan porque conocía a mamá y mi casa. Se la llevaron porque conocía a mi familia y la largaron desnuda a la calle a la madrugada. Esa señora nunca más habló con mi mamá. Cuando salí en libertad vigilada me enteré de eso.
Detención, libros, capucha y primera tortura
¿Qué recuerda Mirta de aquel día que la detuvieron?
Fueron a la casa, eran las 2 de la tarde; entraron a mi casa y yo estaba en una habitación que era de mi hermano. Un tipo vestido de militar con una ametralladora me pone contra la pared, otro me palpa de armas y revisan toda mi casa. Ya habían hecho otro allanamiento anterior en el que detuvieron a mi otro hermano (Adolfo Edgardo Silveira) un mes antes. Me acuerdo que tenía unos libros, uno era Viven (que cuenta el accidente de los rugbiers uruguayos en la Cordillera de los Andes). Uno de los milicos me mira y me dice qué era eso, le dije que era un libro y porque decía Viven se lo llevó junto a El Aleph (de Jorge Luis Borges) y otro de Khalil Gibran; lástima que no tenía uno de (Mario) Benedetti (sonríe). Empiezan a preguntar dónde estaban las armas y yo le dije que no había armas. Mi padre le pregunta por qué me llevan y le dicen que era para anotar mi nombre. Me suben en la parte de atrás de un Falcon con las manos esposadas y cuando estábamos como a dos cuadras me ponen una capucha y me tiran para debajo de los asientos. Tenía uno ahí conmigo.
¿Le pegaban en el viaje?
No me pegaban, ninguno hablaba. Fue un viaje corto. Me bajaron y subí como tres escalones a las corridas y después empezaron a torturarme.
¿Se supone que ya estaba en la delegación de la Policía Federal?
Sí, porque cuando sentí que estaba sola me saqué las esposas y me asomé para fijarme a la calle y vi el avión y los baños públicos. Fue un riesgo, porque yo no estaba segura si había alguien más ahí; pero en ese momento no te fijás del riesgo. Después me puse las esposas de nuevo y me quedé quieta.
¿Usted tenía 17 años?
No, yo tenía 18. A ver, pará, yo nací en el 56: tenía 19 años y cumplía 20 en septiembre.
Y cuando la torturaban, ¿qué le pedían? ¿Nombres?
Ahí me sacaron la ropa de abajo y empezaron a torturarme, diciéndome dónde estaban las armas, qué hacía y quién era fulana, porque Edita era mi amiga y le encontraron una foto mía en la billetera.
A Edita Rubilar la detuvieron un día después, el 2 de julio.
Quién lo dijo.
La propia Edita.
No sé, cuando nos encontramos ella mi dijo que le habían encontrado una foto carnet mía en la billetera, que mi madre guardó y yo todavía la tengo. Ella les dijo que era su amiga. Lo que preguntaban es quiénes eran de la Juventud Peronista y los nombres de los demás.
Montoneros, el general Pita y la encapuchada que ve
¿Le preguntaban si militaban en Montoneros?
Sí, si estaba en la organización Montoneros.
Pero ustedes no estaban dentro de Montoneros, eran de la JP.
Eramos de la Juventud Peronista, ¿qué tiene que ver con Montoneros? ¿Qué diferencia tiene? ¿Porque era una organización armada? Era un plan sistemático y ellos no pensaban que éramos activistas peronistas buenitos, por eso detuvieron a tantos chicos que no tenían nada que ver.
¿De la Federal a dónde la llevaron?
De ahí me llevaron a una o dos comisarías, pero después me llevaron, creo que en un camión, no recuerdo muy bien, hasta lo que después me enteré que era el Regimiento 8. Fue un viaje medio largo, pero no veía nada porque siempre estuve con capucha y esposada. Ahí me ponen esposada a una cama con barrotes. No sentí a nadie alrededor, pero después sí. Me empezaron a torturar y me preguntaban dónde estaba el general Pita (El general Juan Alberto Pita fue secuestrado por el ERP en La Plata durante mayo de 1976 y se fugó en diciembre de ese mismo año). Yo no sé quién carajo era el general Pita, pero me torturaban por eso. Preguntaban dónde iban a hacer el atentado.
¿Pudo verle la cara a alguno de los torturadores?
No porque siempre estaba vendada, aunque un día me cambiaron la venda porque decían que veía: "Esta hija de puta ve" decían. Lo que pasaba es que yo usaba muchos el oído y los olores para darme cuenta dónde estaba o quiénes venían. Por los olores y los ruidos me daba cuenta de los cambios de guardia, quién entraba y si había alguien.
¿Había uno que decía que era enfermero, que fue el que una vez la llevó al baño y le sacó la venda?
¿Qué baño? Nunca fui al baño. A mí no me llevó a nadie al baño, había un tacho al lado de mi cama para que hiciera. Un día me vino el periodo y comenzaron a decir "esta hija de puta está sangrando" y no sé qué mierda me pusieron. Como yo no iba de cuerpo me decían "tenés que cagar, te van a operar". Un día me llevan a hacer afuera, para que haga mis necesidades en el piso, para que el aire me haga ir de cuerpo (exclama: "hay Dios mío"). Y al que estaba conmigo le pregunté cómo estaba el cielo y me dijo que había Luna. Le dije si podía ver la Luna y me dijo que no. Le insistí que era para verla y me dijo que me saque la venda para verla. Me saqué la venda, miré para arriba y me fijé dónde estaba.
¿Y qué vio?
Había árboles, casas con techos a dos aguas que se veían a lo lejos con piedras y cemento. Después me tuve que poner la venda. Para ellos la venda había quedado floja y me decían que veía. Por eso me pusieron una venda en toda la cabeza, cubriéndome toda la cabeza, como cuando a uno lo operan de la cabeza. La cuestión que esta era para aplicarme la picana en la cabeza. Antes me picaneaban las tetas, las axilas, la vagina; pero nunca me habían puesto la picana en la cabeza.
¿Y para ese momento ya la habían violado?
No. Fue después... (largo silencio). Un día nos manguerearon a las dos desnudas (junto a Edita) y hablaban de nuestros cuerpos. "Mirá la de las piernas largas, mira el culo que tiene la petisa", decían. Un día viene uno de la guardia y yo le digo que a mí me habían violado.
¿Una vez o fueron muchas?
¿Es necesario que yo le responda?
Si no quiere, no.
Ah, bueno. Bueno, la cuestión es que aparece un hombre porque yo había dicho que me habían violado y me preguntan si reconocía quién me había violado. Ellos decían que yo podía ver, pero yo los reconocía por como caminaban, por sus olores, por como tiraba el cigarrillo. La cuestión es que esa guardia no la olí más. Vino un tipo, me sentaron en la cama y me preguntó qué me había pasado. Le dije que me habían violado. Mirá que hijo de puta, me dijo que "acá las alojaron para que se las cuide, no para que se las violen ni nada". Después firmé mi denuncia y me dijo que "esto es una denuncia, quédese tranquila que no le va a pasar más eso".
¿Cuándo se enteró que estaba su hermano Guillermo ahí detenido?
Un día escuché gritos y alguien gritó "se nos va, se nos va". Cuando entra un tipo donde yo estaba la pregunté qué pasaba y si era mi hermano, mi otro hermano más grande (Adolfo) que habían detenido antes que yo. Me dijo: "No, es alguien que trajeron de Bahía Blanca y se quiso escapar". Ahí escuché el grito de otro hermano (Adolfo), pero yo no sabía que estaba mi otro hermano ahí (aludiendo a Guillermo).
- ¿Cómo supo que esa persona por la que decían "se nos va" era su hermano Guillermo?
Porque después nos vimos con Edita en Rawson y pudimos hablar, ella me contó que había sido "Pocho".
Simulacro de fusilamiento, juez parcial y blanqueo
¿Del Regimiento 8 de Comodoro la trasladaron al Valle?
Sí, pero antes de salir del Regimiento un día me paran contra una pared y me dicen que me van a matar, que haga mi último pedido. Yo le dije que quería verle la cara al que me iba a matar. Me sacaron la venda, siempre mirando a la pared y me dijo que cuando me avisaran me diera vuelta. Me di vuelta, le vi la cara y me sacó una foto con un aparato al lado. Era un sueño. Esa foto con mi poncho la vi en el juzgado de Garzonio, está en la causa.
¿Cuando estuvo en Rawson, pudieron hablar junto a Edita con el juez federal Omar Garzonio?
Sí, sí, nos llevaron para legalizarnos y quedarnos bajo el Poder Ejecutivo Nacional (PEN). De la Brigada del Regimiento nos llevaron a la delegación de la Policía Federal y cuando pregunté si había alguien ahí me pegaron un golpe en el oído. Después me llevaron a la Seccional Segunda para alojarme porque me iban a trasladar. La policía me saca la venda y dijeron que era peligrosa. Me dejaron en un calabozo y un policía me preguntó si fumaba, me dio uno prendido y me dijo que después lo tire por la ventana. Cuando me llevan por el pasillo vino uno a buscarme y me dio vuelta quejándose porque me habían sacado la venda. Pidió algo para vendarme y me pusieron en los ojos esos trapos negros que usan cuando te marcan los dedos, me apretó con todo. Nos tiraron a todos amontonados como bolsa de papa y nos llevaron al avión, todos boca abajo y con el botín apretado en la cabeza. Nos llevan a una comisaría de Rawson y la vi a Edita. Vimos a Garzonio y uno de los que me llevó a declarar con el juez me dijo "cuídate de lo que hablás, la próxima vez no va a haber desaparecidos, va a haber muertos".
¿Qué le dijo al juez Garzonio?
Cuando lo veo yo le digo, mire a mí me torturaron y me violaron; pero él me dijo que yo no estaba para denunciar nada, porque era una subversiva. A mí no me encontraron nada, ni armas ni nada. Cuando le dije de la tortura y la violación no me dio bolilla, me dio cinco años de prisión y diez años de inhabilitación.
¿Esto en qué época fue?
Fue en agosto más o menos, un mes y pico después que me detuvieron.
¿En Rawson cuando la blanquean ante el PEN la trasladan a la cárcel de la U6?
No, me llevan a la Alcaidía de Trelew y después a Bahía Blanca. Para ir al aeropuerto nos llevaron con capucha y esposadas. En Bahía estuvimos unos meses y después nos llevaron a Devoto. En Devoto estuve desde diciembre más o menos del ‘76 hasta el '79 y después me dan la libertad vigilada en Comodoro. Supuestamente se equivocan y el mismo juez Garzonio cuando me vuelve a ver me dijo que se habían equivocado porque la que tenía estar en libertad vigilada era Edita y no yo, pero me la dieron a mí.
¿Con la libertad vigilada vuelve a Comodoro y se tenía que presentar semanalmente?
Sí, me tenía que presentar en la Unidad Regional y me llevaban a la azotea para sacarme fotos para ver si me cambiaba el pelo.
¿Cuándo la vuelven a detener, en 1980?
En mi casa. En agosto. Supuestamente porque no había cumplido con los cinco años que me había dado Garzonio. Esperaron que yo tenga el bebé, porque lo tuve el 27 de julio y en agosto me volvieron a detener. La Federal me llevó y pensé que no iba a volver. Le pedí a mi hermano y mi mamá que se hicieran cargo del bebé que tenía cuatro o cinco días. Me llevaron a la Alcaidía y le pedí a la policía si me podían mandar a comprar un poco de algodón porque estaba con período después de parir, pero me dijeron que no y me puse un pedazo de tela del colchón. Tenía que tirar la leche por la ventana y a los meses pude volver a mi hijo cuando me lo llevó mi hermana. Y en diciembre del '80 recuperé de nuevo la libertad.
Mirta, más allá del relato de cómo se fueron dando las cosas, ¿hoy en día tiene recuerdos permanentes de esas situaciones o es algo que tiene guardado y no lo recuerda?
Yo no me olvido, ni olvido ni perdón. Tengo a mi hermano que torturaron y familia sufrió mucho. Cuando yo estaba en la tortura me decían "está buena tu hermana más chica cuando va a la escuela". Mi padre le tuvo que dar la patria potestad a mi hermano para llevarse a la chica de Comodoro y la tuvieron que internar cinco años. No le digo que todos los días me acuerdo de eso, sino no hubiera tenido hijos y una vida, uno tiene que superarlo.
¿Después de todo esto, volvió a militar políticamente?
No, no. Crié a mi hijo, tuve otros hijos; pero siempre me seguían. Siempre sentí que me seguían.
Ni olvido, ni perdón
¿Cree que con este juicio va a haber justicia?
Creo que para mí es como finalizar algo. Bueno, finalizamos, por lo menos ya terminamos esto. De última tiene que haber justicia, por lo menos para decir, Juan Pérez estuvo metido en esto. Para que no pase Nunca Más, para que la gente de Comodoro sepa todo lo que pasó. Así como a nosotros nos decían los subversivos o los montoneros, la gente tiene que saber quiénes fueron los que torturaron o miraban como se torturaba en Comodoro. Tenemos que cuidar la democracia. Yo quiero justicia por mi hermano desaparecido, quiero saber qué pasó, quiero saber qué hicieron con él. Mi familia quiere que se haga justicia. Yo no me olvido, ni tampoco perdono.
Mirta Silveira (69) -su nombre es María Dolly- es una de las dos mujeres detenidas ilegalmente durante la última dictadura cívico militar en Comodoro Rivadavia y que sufrieron la tortura y violación en las instalaciones de la Policía Federal y el Regimiento de Infantería Mecanizado 8 "General O'Higgins" (RI8). A los 19 años, como militante de la Juventud Peronista, fue secuestrada por uniformados en un Ford Falcon verde que se la llevaron de la casa de los sus padres en el barrio Jorge Newbery, permaneciendo encarcelada en diferentes puntos del país hasta que a finales de 1980 recuperó si libertad. Su hermano Guillermo "Pocho" Silveira es el único detenido desaparecido de la ciudad y su cuerpo nunca pudo ser encontrado. Junto a una veintena de víctimas forma parte de los testigos centrales que en la Causa 8008/2008 denominada "Chanfreau, Jorge Alberto y otros" declararán, ella el 26 de septiembre, en el juicio oral y público que se acaba de iniciar por delitos de lesa humanidad que se tramita en el Juzgado Federal de Comodoro Rivadavia. Mirta vive actualmente en Neuquén capital y accedió a una entrevista exclusiva con El Extremo Sur para dar detalles del calvario que padeció entre los años 1976 y 1980.
Bronca, sospechas y secuestros a mansalva
¿Puede contar cómo fue aquello que vivió durante la dictadura?
Ah, sí. Antes que nada, no sé si se dio cuenta que Canal 9 y los otros medios no dicen nada que se va a hacer el juicio en Comodoro. No se está informado de nada a la población, nada de nada. ¿Y por qué los periodistas no hacen nada?
Justamente por eso le estamos haciendo la entrevista, para que se conozca y difunda el caso.
Entiendo, pero estoy diciendo a nivel ciudad, provincia, no sé si me entiende. ¿Estamos en democracia? Pero nadie sabe nada. Bueno no importa, para mí está todo arreglado, me da bronca.
(Hace un largo silencio) Usted sabe que a un chico jovencito que lo llevaron del barrio. A Guido (Ñancupel Uribe) se lo llevaron porque era amigo de mi hermano. Es tremendo lo que hicieron. Hay otros chicos más que ahora no me acuerdo sus nombres, a ellos también se los llevaron; uno de ellos falleció. Todos eran amigos del barrio, jugaban a la pelota en la calle, no eran militantes peronistas. Pero bueno, dejemos eso de lado y sigamos con la entrevista... Ahí me acordé, Abel se llamaba el chico que se llevaron del barrio, un muchachito que después murió a los pocos años.
En la lista de las personas que aparecen en la causa como víctimas no aparece ningún Abel.
Qué hijos de puta. ¿Y Lorenzi está?
Sí, Hugo Luis Lorenzi figura en el listado de víctimas.
Él también era del barrio y estuvo una semana más o menos, después fue a buscarlo la mamá y lo sacó. Ese era amigo de mi amiga, a ella no se la llevaron porque se agarró de la falda de la abuela pobre. Ese pibito, igual, nada de que ver, nunca nada, era amigo de mi hermano más grande. No importa eso porque ellos saben bien lo que hicieron y siempre van a seguir así, va a costar y hay que pelear por la democracia.
En el barrio Jorge Newbery entonces levantaron a varias personas.
No sé si a muchos, pero sí a varios. Conozco una señora que tenía como 50 años, una enfermera, me acuerdo. Después vi la hija. La hija era más chiquita, tendría 7 u 8 años. La llevan porque conocía a mamá y mi casa. Se la llevaron porque conocía a mi familia y la largaron desnuda a la calle a la madrugada. Esa señora nunca más habló con mi mamá. Cuando salí en libertad vigilada me enteré de eso.
Detención, libros, capucha y primera tortura
¿Qué recuerda Mirta de aquel día que la detuvieron?
Fueron a la casa, eran las 2 de la tarde; entraron a mi casa y yo estaba en una habitación que era de mi hermano. Un tipo vestido de militar con una ametralladora me pone contra la pared, otro me palpa de armas y revisan toda mi casa. Ya habían hecho otro allanamiento anterior en el que detuvieron a mi otro hermano (Adolfo Edgardo Silveira) un mes antes. Me acuerdo que tenía unos libros, uno era Viven (que cuenta el accidente de los rugbiers uruguayos en la Cordillera de los Andes). Uno de los milicos me mira y me dice qué era eso, le dije que era un libro y porque decía Viven se lo llevó junto a El Aleph (de Jorge Luis Borges) y otro de Khalil Gibran; lástima que no tenía uno de (Mario) Benedetti (sonríe). Empiezan a preguntar dónde estaban las armas y yo le dije que no había armas. Mi padre le pregunta por qué me llevan y le dicen que era para anotar mi nombre. Me suben en la parte de atrás de un Falcon con las manos esposadas y cuando estábamos como a dos cuadras me ponen una capucha y me tiran para debajo de los asientos. Tenía uno ahí conmigo.
¿Le pegaban en el viaje?
No me pegaban, ninguno hablaba. Fue un viaje corto. Me bajaron y subí como tres escalones a las corridas y después empezaron a torturarme.
¿Se supone que ya estaba en la delegación de la Policía Federal?
Sí, porque cuando sentí que estaba sola me saqué las esposas y me asomé para fijarme a la calle y vi el avión y los baños públicos. Fue un riesgo, porque yo no estaba segura si había alguien más ahí; pero en ese momento no te fijás del riesgo. Después me puse las esposas de nuevo y me quedé quieta.
¿Usted tenía 17 años?
No, yo tenía 18. A ver, pará, yo nací en el 56: tenía 19 años y cumplía 20 en septiembre.
Y cuando la torturaban, ¿qué le pedían? ¿Nombres?
Ahí me sacaron la ropa de abajo y empezaron a torturarme, diciéndome dónde estaban las armas, qué hacía y quién era fulana, porque Edita era mi amiga y le encontraron una foto mía en la billetera.
A Edita Rubilar la detuvieron un día después, el 2 de julio.
Quién lo dijo.
La propia Edita.
No sé, cuando nos encontramos ella mi dijo que le habían encontrado una foto carnet mía en la billetera, que mi madre guardó y yo todavía la tengo. Ella les dijo que era su amiga. Lo que preguntaban es quiénes eran de la Juventud Peronista y los nombres de los demás.
Montoneros, el general Pita y la encapuchada que ve
¿Le preguntaban si militaban en Montoneros?
Sí, si estaba en la organización Montoneros.
Pero ustedes no estaban dentro de Montoneros, eran de la JP.
Eramos de la Juventud Peronista, ¿qué tiene que ver con Montoneros? ¿Qué diferencia tiene? ¿Porque era una organización armada? Era un plan sistemático y ellos no pensaban que éramos activistas peronistas buenitos, por eso detuvieron a tantos chicos que no tenían nada que ver.
¿De la Federal a dónde la llevaron?
De ahí me llevaron a una o dos comisarías, pero después me llevaron, creo que en un camión, no recuerdo muy bien, hasta lo que después me enteré que era el Regimiento 8. Fue un viaje medio largo, pero no veía nada porque siempre estuve con capucha y esposada. Ahí me ponen esposada a una cama con barrotes. No sentí a nadie alrededor, pero después sí. Me empezaron a torturar y me preguntaban dónde estaba el general Pita (El general Juan Alberto Pita fue secuestrado por el ERP en La Plata durante mayo de 1976 y se fugó en diciembre de ese mismo año). Yo no sé quién carajo era el general Pita, pero me torturaban por eso. Preguntaban dónde iban a hacer el atentado.
¿Pudo verle la cara a alguno de los torturadores?
No porque siempre estaba vendada, aunque un día me cambiaron la venda porque decían que veía: "Esta hija de puta ve" decían. Lo que pasaba es que yo usaba muchos el oído y los olores para darme cuenta dónde estaba o quiénes venían. Por los olores y los ruidos me daba cuenta de los cambios de guardia, quién entraba y si había alguien.
¿Había uno que decía que era enfermero, que fue el que una vez la llevó al baño y le sacó la venda?
¿Qué baño? Nunca fui al baño. A mí no me llevó a nadie al baño, había un tacho al lado de mi cama para que hiciera. Un día me vino el periodo y comenzaron a decir "esta hija de puta está sangrando" y no sé qué mierda me pusieron. Como yo no iba de cuerpo me decían "tenés que cagar, te van a operar". Un día me llevan a hacer afuera, para que haga mis necesidades en el piso, para que el aire me haga ir de cuerpo (exclama: "hay Dios mío"). Y al que estaba conmigo le pregunté cómo estaba el cielo y me dijo que había Luna. Le dije si podía ver la Luna y me dijo que no. Le insistí que era para verla y me dijo que me saque la venda para verla. Me saqué la venda, miré para arriba y me fijé dónde estaba.
¿Y qué vio?
Había árboles, casas con techos a dos aguas que se veían a lo lejos con piedras y cemento. Después me tuve que poner la venda. Para ellos la venda había quedado floja y me decían que veía. Por eso me pusieron una venda en toda la cabeza, cubriéndome toda la cabeza, como cuando a uno lo operan de la cabeza. La cuestión que esta era para aplicarme la picana en la cabeza. Antes me picaneaban las tetas, las axilas, la vagina; pero nunca me habían puesto la picana en la cabeza.
¿Y para ese momento ya la habían violado?
No. Fue después... (largo silencio). Un día nos manguerearon a las dos desnudas (junto a Edita) y hablaban de nuestros cuerpos. "Mirá la de las piernas largas, mira el culo que tiene la petisa", decían. Un día viene uno de la guardia y yo le digo que a mí me habían violado.
¿Una vez o fueron muchas?
¿Es necesario que yo le responda?
Si no quiere, no.
Ah, bueno. Bueno, la cuestión es que aparece un hombre porque yo había dicho que me habían violado y me preguntan si reconocía quién me había violado. Ellos decían que yo podía ver, pero yo los reconocía por como caminaban, por sus olores, por como tiraba el cigarrillo. La cuestión es que esa guardia no la olí más. Vino un tipo, me sentaron en la cama y me preguntó qué me había pasado. Le dije que me habían violado. Mirá que hijo de puta, me dijo que "acá las alojaron para que se las cuide, no para que se las violen ni nada". Después firmé mi denuncia y me dijo que "esto es una denuncia, quédese tranquila que no le va a pasar más eso".
¿Cuándo se enteró que estaba su hermano Guillermo ahí detenido?
Un día escuché gritos y alguien gritó "se nos va, se nos va". Cuando entra un tipo donde yo estaba la pregunté qué pasaba y si era mi hermano, mi otro hermano más grande (Adolfo) que habían detenido antes que yo. Me dijo: "No, es alguien que trajeron de Bahía Blanca y se quiso escapar". Ahí escuché el grito de otro hermano (Adolfo), pero yo no sabía que estaba mi otro hermano ahí (aludiendo a Guillermo).
- ¿Cómo supo que esa persona por la que decían "se nos va" era su hermano Guillermo?
Porque después nos vimos con Edita en Rawson y pudimos hablar, ella me contó que había sido "Pocho".
Simulacro de fusilamiento, juez parcial y blanqueo
¿Del Regimiento 8 de Comodoro la trasladaron al Valle?
Sí, pero antes de salir del Regimiento un día me paran contra una pared y me dicen que me van a matar, que haga mi último pedido. Yo le dije que quería verle la cara al que me iba a matar. Me sacaron la venda, siempre mirando a la pared y me dijo que cuando me avisaran me diera vuelta. Me di vuelta, le vi la cara y me sacó una foto con un aparato al lado. Era un sueño. Esa foto con mi poncho la vi en el juzgado de Garzonio, está en la causa.
¿Cuando estuvo en Rawson, pudieron hablar junto a Edita con el juez federal Omar Garzonio?
Sí, sí, nos llevaron para legalizarnos y quedarnos bajo el Poder Ejecutivo Nacional (PEN). De la Brigada del Regimiento nos llevaron a la delegación de la Policía Federal y cuando pregunté si había alguien ahí me pegaron un golpe en el oído. Después me llevaron a la Seccional Segunda para alojarme porque me iban a trasladar. La policía me saca la venda y dijeron que era peligrosa. Me dejaron en un calabozo y un policía me preguntó si fumaba, me dio uno prendido y me dijo que después lo tire por la ventana. Cuando me llevan por el pasillo vino uno a buscarme y me dio vuelta quejándose porque me habían sacado la venda. Pidió algo para vendarme y me pusieron en los ojos esos trapos negros que usan cuando te marcan los dedos, me apretó con todo. Nos tiraron a todos amontonados como bolsa de papa y nos llevaron al avión, todos boca abajo y con el botín apretado en la cabeza. Nos llevan a una comisaría de Rawson y la vi a Edita. Vimos a Garzonio y uno de los que me llevó a declarar con el juez me dijo "cuídate de lo que hablás, la próxima vez no va a haber desaparecidos, va a haber muertos".
¿Qué le dijo al juez Garzonio?
Cuando lo veo yo le digo, mire a mí me torturaron y me violaron; pero él me dijo que yo no estaba para denunciar nada, porque era una subversiva. A mí no me encontraron nada, ni armas ni nada. Cuando le dije de la tortura y la violación no me dio bolilla, me dio cinco años de prisión y diez años de inhabilitación.
¿Esto en qué época fue?
Fue en agosto más o menos, un mes y pico después que me detuvieron.
¿En Rawson cuando la blanquean ante el PEN la trasladan a la cárcel de la U6?
No, me llevan a la Alcaidía de Trelew y después a Bahía Blanca. Para ir al aeropuerto nos llevaron con capucha y esposadas. En Bahía estuvimos unos meses y después nos llevaron a Devoto. En Devoto estuve desde diciembre más o menos del ‘76 hasta el '79 y después me dan la libertad vigilada en Comodoro. Supuestamente se equivocan y el mismo juez Garzonio cuando me vuelve a ver me dijo que se habían equivocado porque la que tenía estar en libertad vigilada era Edita y no yo, pero me la dieron a mí.
¿Con la libertad vigilada vuelve a Comodoro y se tenía que presentar semanalmente?
Sí, me tenía que presentar en la Unidad Regional y me llevaban a la azotea para sacarme fotos para ver si me cambiaba el pelo.
¿Cuándo la vuelven a detener, en 1980?
En mi casa. En agosto. Supuestamente porque no había cumplido con los cinco años que me había dado Garzonio. Esperaron que yo tenga el bebé, porque lo tuve el 27 de julio y en agosto me volvieron a detener. La Federal me llevó y pensé que no iba a volver. Le pedí a mi hermano y mi mamá que se hicieran cargo del bebé que tenía cuatro o cinco días. Me llevaron a la Alcaidía y le pedí a la policía si me podían mandar a comprar un poco de algodón porque estaba con período después de parir, pero me dijeron que no y me puse un pedazo de tela del colchón. Tenía que tirar la leche por la ventana y a los meses pude volver a mi hijo cuando me lo llevó mi hermana. Y en diciembre del '80 recuperé de nuevo la libertad.
Mirta, más allá del relato de cómo se fueron dando las cosas, ¿hoy en día tiene recuerdos permanentes de esas situaciones o es algo que tiene guardado y no lo recuerda?
Yo no me olvido, ni olvido ni perdón. Tengo a mi hermano que torturaron y familia sufrió mucho. Cuando yo estaba en la tortura me decían "está buena tu hermana más chica cuando va a la escuela". Mi padre le tuvo que dar la patria potestad a mi hermano para llevarse a la chica de Comodoro y la tuvieron que internar cinco años. No le digo que todos los días me acuerdo de eso, sino no hubiera tenido hijos y una vida, uno tiene que superarlo.
¿Después de todo esto, volvió a militar políticamente?
No, no. Crié a mi hijo, tuve otros hijos; pero siempre me seguían. Siempre sentí que me seguían.
Ni olvido, ni perdón
¿Cree que con este juicio va a haber justicia?
Creo que para mí es como finalizar algo. Bueno, finalizamos, por lo menos ya terminamos esto. De última tiene que haber justicia, por lo menos para decir, Juan Pérez estuvo metido en esto. Para que no pase Nunca Más, para que la gente de Comodoro sepa todo lo que pasó. Así como a nosotros nos decían los subversivos o los montoneros, la gente tiene que saber quiénes fueron los que torturaron o miraban como se torturaba en Comodoro. Tenemos que cuidar la democracia. Yo quiero justicia por mi hermano desaparecido, quiero saber qué pasó, quiero saber qué hicieron con él. Mi familia quiere que se haga justicia. Yo no me olvido, ni tampoco perdono.