Edita Rubilar: "Un día me bajaron la venda y pude ver que estaba en el Regimiento donde me torturaban y violaban"Edita del Carmen Rubilar (73) es la segunda mujer detenida ilegalmente en tiempos de dictadura cívico militar en Comodoro Rivadavia. Fue secuestra a los 23 años, el 2 de julio de 1976, el día después al de Mirta (María Dolly) Silveira. Ellas se hicieron amigas mientras militaban en la Juventud Peronista comodorense y eran vecinas del barrio Jorge Newbery. Ambas estuvieron detenidas de manera separada en dependencias de la Policía Federal y el RI8 en la zona denominada "Las Casitas" en el Kilómetro 11. Rubilar es una pieza clave ya que aseguró que Guillermo "Pocho" Silveira, único desaparecido de Comodoro, estuvo junto a ella y los demás detenidos en el RI8. Cuando Edita fue trasladada a Rawson denunció ante el juez federal Omar Delfor Garzonio la violación que había sufrido, pero el magistrado le pidió pruebas y como no las tenía no le tomó la denuncia. Recobró su "libertad vigilada" recién a mediados del año 1980. Dialogó de manera exclusiva con El Extremo Sur, antes de declarar el próximo 24 de septiembre en la Causa 8008/2008 denominada "Chanfreau, Jorge Alberto y otros", y detalló el largo cautiverio y el trágico peregrinar por los centros clandestinos de detención que la mantuvo cinco años alejada de su pequeño hijo.
Detención, Falcon verde y primera tortura
¿Fue detenida el 2 de julio de 1976?
Sí. Cuando estaba trabajando como cocinera en el restaurante Ital Grill, en la calle Belgrano (entre Ameghino y Rawson). Y el día anterior habían detenido a Mirta Silveira.
¿Eran amigas con Mirta?
Sí, sí, vivíamos a tres cuadras. Yo vivía en el Jorge Newbery y ella también, nos conocimos en la Juventud Peronista.
¿Quiénes la detuvieron fueron miembros de la Policía Federal?
Sí, eran policías federales, por lo menos se identificaron como policías federales.
¿Tenía un hijo chiquito en ese momento?
Sí, mi hijo en ese momento, en el ‘76, tenía cuatro años.
¿Cómo se llama?
Adolfo Rubilar.
¿En su proceso de detención estuvo casi todo el tiempo con Mirta?
No, no porque a mí me detienen y me llevan a la Federal en la delegación que estaba en la Rivadavia donde está el avioncito; y ahí estuvimos dos noches en las que nos dieron la primera sesión de tortura. Me preguntaban por Dolly, yo no sabía quién era Dolly; decía que no la conocía, porque la mayoría no sabía que era Dolly -refiriéndose a Mirta Silveira-. Claro, por eso decía que no la conocía; la mayoría no sabía que se llamaba María Dolly. Y bueno, después de ahí nos tuvieron tres días y de ahí nos llevan al regimiento. Ahí estuvimos hasta el 4 de agosto.
¿En el Regimiento sí estuvieron juntas?
Ahí sí estuvimos juntas, pero no nos podíamos ver porque yo permanecía vendada y atada a una cama con esposa. O sea, sentíamos las voces, pero sabíamos que eran varios, pero no veíamos nada.
¿Ustedes eran militantes de la Juventud Peronista o de Montoneros?
Eramos militantes de la Juventud Peronista. En Comodoro nunca estuvo la organización como tal. Nosotros apoyamos la organización porque, bueno, eran los que estaban como referentes; pero de la organización Montoneros de Comodoro nunca existieron células. Siempre fue parte de la Juventud Peronista.
Pero lo que buscaban quienes la detuvieron era saber de militantes montoneros, querían saber de montoneros.
Claro, ¿a quiénes buscaban? A los que iban a cargo. La Juventud Peronista en el país en esa época estaba dividida en seccionales regionales y nosotros pertenecíamos, o sea el sur, a la Regional 7, que iba de Neuquén hasta Río Grande.
Militancia, traslado al RI8 y la historia de "Pocho"
Ya detenida le preguntaban por "Pocho", que en realidad era Guillermo Silveira (otro militante peronista y hermano de Mirta que se había ido a la casa de otra hermana en La Plata).
Y ahí fue donde supuestamente te preguntaban por "Pocho". "Pocho" Silveira, que es el hermano de Mirta. Era un compañero de Comodoro. También estaba "Colla" (Adolfo Silveira) que era otro hermano Silveira. Ellos eran tres hermanos. A Mirta la detuvieron en Comodoro y a "Colla" también. A "Pocho" lo detuvieron en La Plata, en la casa de la hermana.
¿"Pocho" Silveira es quien usted cree que estuvo detenido y torturado en Comodoro?
Estuvo en Comodoro. Yo lo puedo asegurar por los datos que él dio, porque justo estábamos en camas uno al lado de la otra y nosotros escuchábamos lo que hablaban los compañeros que estaban ahí. Ese día que llegó uno nuevo le empezaron a preguntar "dónde venís", "de dónde sos" y él dijo que era de Comodoro y que lo detuvieron en La Plata cuando "estaba en la casa de mi hermana". Hasta ese momento yo no sabía que era "Pocho", pero después llegamos a Devoto con Mirta y nos dimos cuenta que había sido "Pocho". Ese día no nos dieron sesión de tortura a ninguno de los que estábamos ahí, a ninguno; se la dieron todo el día a él. Después dijeron "se escapa, se escapa" y como que traían un cuerpo arrastrando y al rato se escucha un disparo y un grito. Y de ahí no se supo más nada de ese compañero que llegó al lado de la cama mía, no se supo más nada.
¿El estaba al lado de su cama?
Al lado de mi cama. Yo por eso escuchaba lo que él contaba.
¿Y con él no pudo hablar?
No, no, porque nosotros estábamos las 24 horas custodiados. Estábamos vendados, hasta esposados a una cama.
"Pocho" es el único desaparecido de todo ese grupo.
Es el único desaparecido de Comodoro, sí. Nunca más se supo.
¿Y cómo fueron esos días de tortura?
Fueron todos los días iguales. Todos los días nos sacaban para preguntar lo mismo. A mí me preguntaban ¿quién era tu encargado? Yo le decía, el Negro. ¿Estaba casado el Negro?, sí. ¿Con quién?, con la Negra. ¿Tenían hijos?, sí. ¿Cómo se llamaban?, los negritos. Porque era así, no le sabíamos el nombre a ninguno de los compañeros, por seguridad nos explicaban en ese tiempo los compañeros de que no teníamos que saberle la dirección.
¿Cómo se sentían esos días?
Y era una cosa de no saber qué te iba a pasar, era una cosa entrar con la idea que voy a estar una semana y me van a largar porque yo no hice nada, no sé nada, porque nunca pasó un operativo que digamos te podían acusar de algo, poner alguna bomba, secuestrar a alguien, ir a tirar tiros a alguna casa, nunca, nunca pasó nada de Comodoro, salvo antes había un enfrentamiento creo que del Sindicato de Panaderos, que fue el primer consejo de guerra que se hizo en Comodoro cuando asumió la Junta Militar. Nosotros como Juventud Peronista no se llegó a hacer nada.
¿Podría haber escapado de Comodoro para evitar la detención?
Ya cuando la organización Montoneros pasa la clandestinidad, los compañeros que estaban encargados de Comodoro nos dicen que se tienen que ir y ahí nos dicen que los compañeros que quisieran seguir militando tenían que irse de Comodoro. Y bueno, que cada uno tenía que tomar la decisión de qué hacer. Yo en ese tiempo tenía poco más de 20 años, tenía un hijo de cuatro años, yo era sostén de mi familia, entonces yo no podía decir yo me voy y pasar a la clandestinidad. Entonces le digo "mire compañero, yo no estoy en condiciones de irme, porque tendría que dejar a mi hijo" y no estaba mentalmente decidida como militante, porque era consciente que si me iba tenía que salir sin poderme comunicar con mis padres y con mi hijo. Entonces yo le dije a los compañeros que yo no me iba, que yo me quedaba en Comodoro, yo no me voy a ir, yo me quedo acá porque no estoy preparada ni políticamente ni psicológicamente para un paso así, no era una decisión fácil. Me acuerdo que les dije que si algún día pasaba todo esto y volvían otra vez a formar algo acá, yo volvía, pero en este momento irme no. Y la que se fue de Comodoro fue Mirta Silveira. Ella se fue a Bahía. Y ahí dejó de llamarse Mirta y pasó a llamarse Dolly. Pero yo no sabía. A mí me preguntaban por Dolly y yo no sabía quién era Dolly. Yo conocía a Mirta.
¿Cuándo se fue Mirta de Comodoro?
Mirta se tiene que haber ido después del golpe militar. Fue cuando la organización Montoneros declara que va a pasar nuevamente a la clandestinidad. Ahí se fue y se fue "Pocho" también. "Colla" no se fue, él se quedó en Comodoro. Y el resto de compañeros nos quedamos todos en Comodoro.
Mirta vuelve, porque la detienen en Comodoro.
A Mirta la detienen en Comodoro, porque se va a Bahía y después decide volverse a Comodoro. Ella en ese tiempo era mucho más chica que yo, si yo tenía 20, ella habrá tenido 18 o 19 años, era jovencita. Y bueno, llegó a Bahía y vio que no podía hacer, muchos compañeros no tenían conciencia de qué decisión habían tomado, entonces ella vio que no era lo mismo.
¿Y seguían militando mientras tanto, se seguían reuniendo?
En Comodoro no, en otras partes sí, porque se levantó todo porque no había seguridad, no estaban dadas las condiciones para que compañeros puedan seguir moviéndose dentro de Comodoro sin correr peligro de detención. O sea que después del golpe se desarticuló la organización.
La venda, las estrellas y las violaciones
¿Cómo logró identificar que estaba en el R8 en Kilómetro 11?
Mirá, hacía menos de dos o tres semanas que estábamos ahí. A nosotros nos llevaban al baño, nos traían al baño, nos sacaban para llevarnos a la sala de tortura, nos bañaban ellos, nos llevaban al baño, nos bajaban los pantalones, nos subían los pantalones, todo lo hacían y nosotros vendados. Y un día había uno que decía que era enfermero, pero cuando yo tenía una reacción alérgica en todo, entonces él iba, me revisaba y viste que las manos temblaban. Yo decía, o este es alcohólico o sufre mal de parkinson, porque era como temblaba, entonces un día yo pido ir al baño y él me dice, yo te llevo, era de noche, yo te llevo, y me llevó; cuando estábamos volviendo al galpón que es donde estábamos nosotros, ahí yo vi que era un corque, él me dice: ¿querés que te saque la venda? Yo le dije que no, no, le dije, tenía miedo. Entonces me dice: ¿querés que te saque la venda y podés mirar? Le dije de nuevo que no. Entonces me dijo, te lo voy a sacar un ratito.
Me sacó la venda y así miré, vi el galpón grande donde estábamos nosotros, que era como un galpón que tenía una entrada como para entrar camiones; y al lado se veía el Regimiento. Después miré así alrededor y vi el aeropuerto que tiene lucecitas rojas y la pista de noche. Le digo, ¿eso es el aeropuerto? Sí me dijo.
¿Y logró identificar quién era él, el que le bajó la venda?
Yo lo vi, físicamente yo no me lo olvidé nunca más. Era una persona joven, cara así de gente del norte, viste, morocho, humano, por ahí era. Era un uniformado, era un militar del Ejército. Alto, era del Ejército. El decía que era enfermero, yo no sé si habrá sido enfermero. ¿Por qué lo hizo el tipo? No lo sé; porque después me puso la venda, me llevó, me volvió a esposar y quedé ahí. Me dijo no le digas a nadie que te saqué la venda.
Aunque suene duro recordarlo, ¿en esa situación de detención clandestina también la violaron?
Sí, también.
¿Una vez?
No, dos veces o tres veces habrán sido. Porque había dos guardias. Una guardia buena, la otra mala. Una guardia buena que te llevaba al baño y otra guardia que te insultaba y nos decía que éramos perejiles, que éramos idiotas útiles y una manga de putas. Nos denigraban como mujeres, como personas, como todo. Y bueno, en una guardia de esas me violaron, igual la violaron a Mirta. A las mujeres que habíamos en ese momento no violaron. Es una cosa que yo la tengo superada. Estoy tan cansada de contarlo porque se lo he contado, saben mis hijos, mi familia, mis amigos, en el partido que he militado. He dado charlas en la Universidad, en los colegios, me preguntan y yo lo digo naturalmente, no sé si estaré más loca que antes o menos loca, pero es una etapa, o sea algo que nunca me perjudicó en el sentido de hacerme pelota o decir voy a caer en depresión, no, no.
Cuando estuvo frente al juez Omar Garzonio -el juez federal en Rawson- quiso denunciar las violaciones. ¿Y qué le dijo?
Por supuesto que tenía que tener pruebas y saber de las personas que me habían violado. ¿Cómo quería que sepas si yo no lo vi? ¿Y qué pruebas ibas a tener? Cuando yo denuncié la tortura, la picana eléctrica, la violación, los submarinos mojados, el submarino seco, todo tipo de tortura. Me dijo, ¿pero usted vio quién se lo hizo? ¿Puede denunciar a quien la violó? ¿Puede decirnos cómo era físicamente? Pero cómo iba a saber si yo estaba atada, esposada a una cama y me violaron; cómo querían que sepa yo quiénes habían sido.
Y el juez no le tomó la denuncia.
No, no me la tomó, menos me la iba a tomar imagínate en el '76. No, no, no me la tomó.
¿Después de Comodoro fue a parar a Rawson?
Fuimos a Rawson primero y declaramos ante Garzonio. A los compañeros varones que había los pudimos ver porque llegamos sin vendarnos. A los varones los llevaron a la cárcel de Rawson y a nosotras dos mujeres nos llevaron a la alcaldía de Trelew. Llegamos el 4 de agosto porque estuvimos un mes detenidos en Comodoro. Con Mirta estuvimos ahí, estuvimos hasta el 13 de diciembre de 1976 y nos trasladaron a Bahía Blanca, a la cárcel La Floresta donde éramos 34 mujeres. Las únicas dos de Comodoro éramos Mirta y yo, después había compañeras de Neuquén, de Bahía Blanca, de Cipolletti y de Viedma. Después nos trasladaron a Villa Devoto hasta 1981.
O sea que estuvo 5 años detenida.
Sí, 5 años detenida sin causa federal, solamente con el PEN (Poder Ejecutivo Nacional).
Y en Devoto lo volvió a ver al juez Garzonio, ¿qué le dijo?
Me preguntó qué hacía ahí, yo le digo porque no me han dado la libertad. Le dieron la libertad a Mirta. Mirta se fue un año antes que yo, pero después Garzonio vio que yo estaba detenida y Mirta estaba en libertad, la vuelven a detener a ella cuando recién había sido mamá. A mí me largaron con libertad vigilada cuando tenía los papales para irme con mi familia a Francia, pero como había conseguido la libertad me quedé en Comodoro. Estuve seis meses presentándome semanalmente al Comando, con prohibición de salir, de visitar gente, no podía ver gente extraña. El movimiento era poder trabajar, salir del trabajo, volver a mi casa y quedarme ahí.
Durante esos cinco años que estuvo detenida, ¿cuántas veces vio a sus padres y a su hijo?
A mi hijo no lo vi en esos cinco años y a mi papá lo logré ver porque él me venía siguiendo los pasos y me pudo ver una vez en Trelew. Recién dos años después lo volví a ver porque se fue a dedo hasta Buenos Aires para verme en la cárcel de Devoto. A mi hijo lo dejé de ver a los cuatro años y lo volví a ver casi a los diez. Fue duro, pero lo puedo contar; muchos compañeros no pudieron contarla.
¿Le vuelven muy seguido los recuerdos de lo que pasó mientras estuvo detenida en Comodoro?
No, no. No es algo que esté pensando continuamente; lo comento cuando me invitan para el Día de la Memoria o cuando me preguntan mis nietos. Si no lo quiero contar no me aparece ni en sueños.
El juicio, la política y una vida sin quebrarse
¿Qué expectativas tiene con este juicio que empezó?
No creo que pase nada. No sé, yo pensé que ya lo habían dejado en el olvido, pero tengo poca fe, más con el gobierno actual. No creo que se haga justicia, ni con el gobierno que tenemos, es como pensar que los reyes más buenos existen.
¿Después de la vuelta de la democracia volvió a militar?
Sí, volví a militar, pero nunca más en el peronismo.
¿Por qué?
Porque me di cuenta lo que era el peronismo y hoy estoy más convencida que antes.
¿De qué?
Y que Perón nunca fue un gobierno para los trabajadores, daba beneficios porque la situación mundial se lo permitió. El mundo venía saliendo de una guerra mundial, donde él ponía las condiciones siendo el granero del mundo. Yo pienso que el peronismo es lo mismo, es lo mismo, se va a ir (Javier) Milei, va a ganar el peronismo y vos te crees que lo que hizo Milei va a volver para atrás. Pienso que no van a volver para atrás todas las medidas que ha tomado Milei.
Cuando volvió a militar, ¿militó en la izquierda?
Me fui a partidos a partidos de izquierda. Primero entré como parte peronista dentro del PC (Partido Comunista). Después me di cuenta que no servía ni para mirar quién viene y me fui al MAS (Movimiento al Socialismo), pero se disolvió en 20 mil partes. Cuando llegué acá (actualmente vive en la ciudad de General Roca en la provincia de Río Negro) me encontré con Amalia Quintillán, una compañera de los derechos humanos que había conocido en Comodoro y que estaba militando en el Partido Obrero. Me encontré con ella y por ella volví a militar en el Partido Obrero. Estuve como cuatro años militando en el PO, pero después también se rompió. Ahora sigo creyendo en el socialismo, pero no milito.
¿Después de tanta tortura y cinco años presa siente que no pudieron quebrarla?
No, no me quebraron. Me comí la tortura y cinco años de cárcel, pero no me quebraron. Te digo, para mí esto va de mal, no sé en qué va a terminar yo como le digo a mis nietos a mí me queda poco hilo en el carrete, tengo 73 años, pero qué futuro les espera a mis nietos, qué país.
¿Y qué piensa sobre que el actual gobierno use el Nunca Más como slogan de campaña?
Es un hijo de puta. Tenemos un gobierno con un tipo que no es normal. Un tipo normal no puede hacer lo que él hace. O es tan hijo de puta que lo hace adrede. Lamentablemente mucha gente pensó que era la solución. Fue vivo. Le dieron manija y la juventud se comió un pescado podrido. Mirá, yo soy vendedor ambulante. Con eso te digo todo. Yo si hubiese querido ser hija de puta, me meto dentro del peronismo y por lo menos a concejal llego seguro, pero yo soy vendedor ambulante.
Edita del Carmen Rubilar (73) es la segunda mujer detenida ilegalmente en tiempos de dictadura cívico militar en Comodoro Rivadavia. Fue secuestra a los 23 años, el 2 de julio de 1976, el día después al de Mirta (María Dolly) Silveira. Ellas se hicieron amigas mientras militaban en la Juventud Peronista comodorense y eran vecinas del barrio Jorge Newbery. Ambas estuvieron detenidas de manera separada en dependencias de la Policía Federal y el RI8 en la zona denominada "Las Casitas" en el Kilómetro 11. Rubilar es una pieza clave ya que aseguró que Guillermo "Pocho" Silveira, único desaparecido de Comodoro, estuvo junto a ella y los demás detenidos en el RI8. Cuando Edita fue trasladada a Rawson denunció ante el juez federal Omar Delfor Garzonio la violación que había sufrido, pero el magistrado le pidió pruebas y como no las tenía no le tomó la denuncia. Recobró su "libertad vigilada" recién a mediados del año 1980. Dialogó de manera exclusiva con El Extremo Sur, antes de declarar el próximo 24 de septiembre en la Causa 8008/2008 denominada "Chanfreau, Jorge Alberto y otros", y detalló el largo cautiverio y el trágico peregrinar por los centros clandestinos de detención que la mantuvo cinco años alejada de su pequeño hijo.
Detención, Falcon verde y primera tortura
¿Fue detenida el 2 de julio de 1976?
Sí. Cuando estaba trabajando como cocinera en el restaurante Ital Grill, en la calle Belgrano (entre Ameghino y Rawson). Y el día anterior habían detenido a Mirta Silveira.
¿Eran amigas con Mirta?
Sí, sí, vivíamos a tres cuadras. Yo vivía en el Jorge Newbery y ella también, nos conocimos en la Juventud Peronista.
¿Quiénes la detuvieron fueron miembros de la Policía Federal?
Sí, eran policías federales, por lo menos se identificaron como policías federales.
¿Tenía un hijo chiquito en ese momento?
Sí, mi hijo en ese momento, en el ‘76, tenía cuatro años.
¿Cómo se llama?
Adolfo Rubilar.
¿En su proceso de detención estuvo casi todo el tiempo con Mirta?
No, no porque a mí me detienen y me llevan a la Federal en la delegación que estaba en la Rivadavia donde está el avioncito; y ahí estuvimos dos noches en las que nos dieron la primera sesión de tortura. Me preguntaban por Dolly, yo no sabía quién era Dolly; decía que no la conocía, porque la mayoría no sabía que era Dolly -refiriéndose a Mirta Silveira-. Claro, por eso decía que no la conocía; la mayoría no sabía que se llamaba María Dolly. Y bueno, después de ahí nos tuvieron tres días y de ahí nos llevan al regimiento. Ahí estuvimos hasta el 4 de agosto.
¿En el Regimiento sí estuvieron juntas?
Ahí sí estuvimos juntas, pero no nos podíamos ver porque yo permanecía vendada y atada a una cama con esposa. O sea, sentíamos las voces, pero sabíamos que eran varios, pero no veíamos nada.
¿Ustedes eran militantes de la Juventud Peronista o de Montoneros?
Eramos militantes de la Juventud Peronista. En Comodoro nunca estuvo la organización como tal. Nosotros apoyamos la organización porque, bueno, eran los que estaban como referentes; pero de la organización Montoneros de Comodoro nunca existieron células. Siempre fue parte de la Juventud Peronista.
Pero lo que buscaban quienes la detuvieron era saber de militantes montoneros, querían saber de montoneros.
Claro, ¿a quiénes buscaban? A los que iban a cargo. La Juventud Peronista en el país en esa época estaba dividida en seccionales regionales y nosotros pertenecíamos, o sea el sur, a la Regional 7, que iba de Neuquén hasta Río Grande.
Militancia, traslado al RI8 y la historia de "Pocho"
Ya detenida le preguntaban por "Pocho", que en realidad era Guillermo Silveira (otro militante peronista y hermano de Mirta que se había ido a la casa de otra hermana en La Plata).
Y ahí fue donde supuestamente te preguntaban por "Pocho". "Pocho" Silveira, que es el hermano de Mirta. Era un compañero de Comodoro. También estaba "Colla" (Adolfo Silveira) que era otro hermano Silveira. Ellos eran tres hermanos. A Mirta la detuvieron en Comodoro y a "Colla" también. A "Pocho" lo detuvieron en La Plata, en la casa de la hermana.
¿"Pocho" Silveira es quien usted cree que estuvo detenido y torturado en Comodoro?
Estuvo en Comodoro. Yo lo puedo asegurar por los datos que él dio, porque justo estábamos en camas uno al lado de la otra y nosotros escuchábamos lo que hablaban los compañeros que estaban ahí. Ese día que llegó uno nuevo le empezaron a preguntar "dónde venís", "de dónde sos" y él dijo que era de Comodoro y que lo detuvieron en La Plata cuando "estaba en la casa de mi hermana". Hasta ese momento yo no sabía que era "Pocho", pero después llegamos a Devoto con Mirta y nos dimos cuenta que había sido "Pocho". Ese día no nos dieron sesión de tortura a ninguno de los que estábamos ahí, a ninguno; se la dieron todo el día a él. Después dijeron "se escapa, se escapa" y como que traían un cuerpo arrastrando y al rato se escucha un disparo y un grito. Y de ahí no se supo más nada de ese compañero que llegó al lado de la cama mía, no se supo más nada.
¿El estaba al lado de su cama?
Al lado de mi cama. Yo por eso escuchaba lo que él contaba.
¿Y con él no pudo hablar?
No, no, porque nosotros estábamos las 24 horas custodiados. Estábamos vendados, hasta esposados a una cama.
"Pocho" es el único desaparecido de todo ese grupo.
Es el único desaparecido de Comodoro, sí. Nunca más se supo.
¿Y cómo fueron esos días de tortura?
Fueron todos los días iguales. Todos los días nos sacaban para preguntar lo mismo. A mí me preguntaban ¿quién era tu encargado? Yo le decía, el Negro. ¿Estaba casado el Negro?, sí. ¿Con quién?, con la Negra. ¿Tenían hijos?, sí. ¿Cómo se llamaban?, los negritos. Porque era así, no le sabíamos el nombre a ninguno de los compañeros, por seguridad nos explicaban en ese tiempo los compañeros de que no teníamos que saberle la dirección.
¿Cómo se sentían esos días?
Y era una cosa de no saber qué te iba a pasar, era una cosa entrar con la idea que voy a estar una semana y me van a largar porque yo no hice nada, no sé nada, porque nunca pasó un operativo que digamos te podían acusar de algo, poner alguna bomba, secuestrar a alguien, ir a tirar tiros a alguna casa, nunca, nunca pasó nada de Comodoro, salvo antes había un enfrentamiento creo que del Sindicato de Panaderos, que fue el primer consejo de guerra que se hizo en Comodoro cuando asumió la Junta Militar. Nosotros como Juventud Peronista no se llegó a hacer nada.
¿Podría haber escapado de Comodoro para evitar la detención?
Ya cuando la organización Montoneros pasa la clandestinidad, los compañeros que estaban encargados de Comodoro nos dicen que se tienen que ir y ahí nos dicen que los compañeros que quisieran seguir militando tenían que irse de Comodoro. Y bueno, que cada uno tenía que tomar la decisión de qué hacer. Yo en ese tiempo tenía poco más de 20 años, tenía un hijo de cuatro años, yo era sostén de mi familia, entonces yo no podía decir yo me voy y pasar a la clandestinidad. Entonces le digo "mire compañero, yo no estoy en condiciones de irme, porque tendría que dejar a mi hijo" y no estaba mentalmente decidida como militante, porque era consciente que si me iba tenía que salir sin poderme comunicar con mis padres y con mi hijo. Entonces yo le dije a los compañeros que yo no me iba, que yo me quedaba en Comodoro, yo no me voy a ir, yo me quedo acá porque no estoy preparada ni políticamente ni psicológicamente para un paso así, no era una decisión fácil. Me acuerdo que les dije que si algún día pasaba todo esto y volvían otra vez a formar algo acá, yo volvía, pero en este momento irme no. Y la que se fue de Comodoro fue Mirta Silveira. Ella se fue a Bahía. Y ahí dejó de llamarse Mirta y pasó a llamarse Dolly. Pero yo no sabía. A mí me preguntaban por Dolly y yo no sabía quién era Dolly. Yo conocía a Mirta.
¿Cuándo se fue Mirta de Comodoro?
Mirta se tiene que haber ido después del golpe militar. Fue cuando la organización Montoneros declara que va a pasar nuevamente a la clandestinidad. Ahí se fue y se fue "Pocho" también. "Colla" no se fue, él se quedó en Comodoro. Y el resto de compañeros nos quedamos todos en Comodoro.
Mirta vuelve, porque la detienen en Comodoro.
A Mirta la detienen en Comodoro, porque se va a Bahía y después decide volverse a Comodoro. Ella en ese tiempo era mucho más chica que yo, si yo tenía 20, ella habrá tenido 18 o 19 años, era jovencita. Y bueno, llegó a Bahía y vio que no podía hacer, muchos compañeros no tenían conciencia de qué decisión habían tomado, entonces ella vio que no era lo mismo.
¿Y seguían militando mientras tanto, se seguían reuniendo?
En Comodoro no, en otras partes sí, porque se levantó todo porque no había seguridad, no estaban dadas las condiciones para que compañeros puedan seguir moviéndose dentro de Comodoro sin correr peligro de detención. O sea que después del golpe se desarticuló la organización.
La venda, las estrellas y las violaciones
¿Cómo logró identificar que estaba en el R8 en Kilómetro 11?
Mirá, hacía menos de dos o tres semanas que estábamos ahí. A nosotros nos llevaban al baño, nos traían al baño, nos sacaban para llevarnos a la sala de tortura, nos bañaban ellos, nos llevaban al baño, nos bajaban los pantalones, nos subían los pantalones, todo lo hacían y nosotros vendados. Y un día había uno que decía que era enfermero, pero cuando yo tenía una reacción alérgica en todo, entonces él iba, me revisaba y viste que las manos temblaban. Yo decía, o este es alcohólico o sufre mal de parkinson, porque era como temblaba, entonces un día yo pido ir al baño y él me dice, yo te llevo, era de noche, yo te llevo, y me llevó; cuando estábamos volviendo al galpón que es donde estábamos nosotros, ahí yo vi que era un corque, él me dice: ¿querés que te saque la venda? Yo le dije que no, no, le dije, tenía miedo. Entonces me dice: ¿querés que te saque la venda y podés mirar? Le dije de nuevo que no. Entonces me dijo, te lo voy a sacar un ratito.
Me sacó la venda y así miré, vi el galpón grande donde estábamos nosotros, que era como un galpón que tenía una entrada como para entrar camiones; y al lado se veía el Regimiento. Después miré así alrededor y vi el aeropuerto que tiene lucecitas rojas y la pista de noche. Le digo, ¿eso es el aeropuerto? Sí me dijo.
¿Y logró identificar quién era él, el que le bajó la venda?
Yo lo vi, físicamente yo no me lo olvidé nunca más. Era una persona joven, cara así de gente del norte, viste, morocho, humano, por ahí era. Era un uniformado, era un militar del Ejército. Alto, era del Ejército. El decía que era enfermero, yo no sé si habrá sido enfermero. ¿Por qué lo hizo el tipo? No lo sé; porque después me puso la venda, me llevó, me volvió a esposar y quedé ahí. Me dijo no le digas a nadie que te saqué la venda.
Aunque suene duro recordarlo, ¿en esa situación de detención clandestina también la violaron?
Sí, también.
¿Una vez?
No, dos veces o tres veces habrán sido. Porque había dos guardias. Una guardia buena, la otra mala. Una guardia buena que te llevaba al baño y otra guardia que te insultaba y nos decía que éramos perejiles, que éramos idiotas útiles y una manga de putas. Nos denigraban como mujeres, como personas, como todo. Y bueno, en una guardia de esas me violaron, igual la violaron a Mirta. A las mujeres que habíamos en ese momento no violaron. Es una cosa que yo la tengo superada. Estoy tan cansada de contarlo porque se lo he contado, saben mis hijos, mi familia, mis amigos, en el partido que he militado. He dado charlas en la Universidad, en los colegios, me preguntan y yo lo digo naturalmente, no sé si estaré más loca que antes o menos loca, pero es una etapa, o sea algo que nunca me perjudicó en el sentido de hacerme pelota o decir voy a caer en depresión, no, no.
Cuando estuvo frente al juez Omar Garzonio -el juez federal en Rawson- quiso denunciar las violaciones. ¿Y qué le dijo?
Por supuesto que tenía que tener pruebas y saber de las personas que me habían violado. ¿Cómo quería que sepas si yo no lo vi? ¿Y qué pruebas ibas a tener? Cuando yo denuncié la tortura, la picana eléctrica, la violación, los submarinos mojados, el submarino seco, todo tipo de tortura. Me dijo, ¿pero usted vio quién se lo hizo? ¿Puede denunciar a quien la violó? ¿Puede decirnos cómo era físicamente? Pero cómo iba a saber si yo estaba atada, esposada a una cama y me violaron; cómo querían que sepa yo quiénes habían sido.
Y el juez no le tomó la denuncia.
No, no me la tomó, menos me la iba a tomar imagínate en el '76. No, no, no me la tomó.
¿Después de Comodoro fue a parar a Rawson?
Fuimos a Rawson primero y declaramos ante Garzonio. A los compañeros varones que había los pudimos ver porque llegamos sin vendarnos. A los varones los llevaron a la cárcel de Rawson y a nosotras dos mujeres nos llevaron a la alcaldía de Trelew. Llegamos el 4 de agosto porque estuvimos un mes detenidos en Comodoro. Con Mirta estuvimos ahí, estuvimos hasta el 13 de diciembre de 1976 y nos trasladaron a Bahía Blanca, a la cárcel La Floresta donde éramos 34 mujeres. Las únicas dos de Comodoro éramos Mirta y yo, después había compañeras de Neuquén, de Bahía Blanca, de Cipolletti y de Viedma. Después nos trasladaron a Villa Devoto hasta 1981.
O sea que estuvo 5 años detenida.
Sí, 5 años detenida sin causa federal, solamente con el PEN (Poder Ejecutivo Nacional).
Y en Devoto lo volvió a ver al juez Garzonio, ¿qué le dijo?
Me preguntó qué hacía ahí, yo le digo porque no me han dado la libertad. Le dieron la libertad a Mirta. Mirta se fue un año antes que yo, pero después Garzonio vio que yo estaba detenida y Mirta estaba en libertad, la vuelven a detener a ella cuando recién había sido mamá. A mí me largaron con libertad vigilada cuando tenía los papales para irme con mi familia a Francia, pero como había conseguido la libertad me quedé en Comodoro. Estuve seis meses presentándome semanalmente al Comando, con prohibición de salir, de visitar gente, no podía ver gente extraña. El movimiento era poder trabajar, salir del trabajo, volver a mi casa y quedarme ahí.
Durante esos cinco años que estuvo detenida, ¿cuántas veces vio a sus padres y a su hijo?
A mi hijo no lo vi en esos cinco años y a mi papá lo logré ver porque él me venía siguiendo los pasos y me pudo ver una vez en Trelew. Recién dos años después lo volví a ver porque se fue a dedo hasta Buenos Aires para verme en la cárcel de Devoto. A mi hijo lo dejé de ver a los cuatro años y lo volví a ver casi a los diez. Fue duro, pero lo puedo contar; muchos compañeros no pudieron contarla.
¿Le vuelven muy seguido los recuerdos de lo que pasó mientras estuvo detenida en Comodoro?
No, no. No es algo que esté pensando continuamente; lo comento cuando me invitan para el Día de la Memoria o cuando me preguntan mis nietos. Si no lo quiero contar no me aparece ni en sueños.
El juicio, la política y una vida sin quebrarse
¿Qué expectativas tiene con este juicio que empezó?
No creo que pase nada. No sé, yo pensé que ya lo habían dejado en el olvido, pero tengo poca fe, más con el gobierno actual. No creo que se haga justicia, ni con el gobierno que tenemos, es como pensar que los reyes más buenos existen.
¿Después de la vuelta de la democracia volvió a militar?
Sí, volví a militar, pero nunca más en el peronismo.
¿Por qué?
Porque me di cuenta lo que era el peronismo y hoy estoy más convencida que antes.
¿De qué?
Y que Perón nunca fue un gobierno para los trabajadores, daba beneficios porque la situación mundial se lo permitió. El mundo venía saliendo de una guerra mundial, donde él ponía las condiciones siendo el granero del mundo. Yo pienso que el peronismo es lo mismo, es lo mismo, se va a ir (Javier) Milei, va a ganar el peronismo y vos te crees que lo que hizo Milei va a volver para atrás. Pienso que no van a volver para atrás todas las medidas que ha tomado Milei.
Cuando volvió a militar, ¿militó en la izquierda?
Me fui a partidos a partidos de izquierda. Primero entré como parte peronista dentro del PC (Partido Comunista). Después me di cuenta que no servía ni para mirar quién viene y me fui al MAS (Movimiento al Socialismo), pero se disolvió en 20 mil partes. Cuando llegué acá (actualmente vive en la ciudad de General Roca en la provincia de Río Negro) me encontré con Amalia Quintillán, una compañera de los derechos humanos que había conocido en Comodoro y que estaba militando en el Partido Obrero. Me encontré con ella y por ella volví a militar en el Partido Obrero. Estuve como cuatro años militando en el PO, pero después también se rompió. Ahora sigo creyendo en el socialismo, pero no milito.
¿Después de tanta tortura y cinco años presa siente que no pudieron quebrarla?
No, no me quebraron. Me comí la tortura y cinco años de cárcel, pero no me quebraron. Te digo, para mí esto va de mal, no sé en qué va a terminar yo como le digo a mis nietos a mí me queda poco hilo en el carrete, tengo 73 años, pero qué futuro les espera a mis nietos, qué país.
¿Y qué piensa sobre que el actual gobierno use el Nunca Más como slogan de campaña?
Es un hijo de puta. Tenemos un gobierno con un tipo que no es normal. Un tipo normal no puede hacer lo que él hace. O es tan hijo de puta que lo hace adrede. Lamentablemente mucha gente pensó que era la solución. Fue vivo. Le dieron manija y la juventud se comió un pescado podrido. Mirá, yo soy vendedor ambulante. Con eso te digo todo. Yo si hubiese querido ser hija de puta, me meto dentro del peronismo y por lo menos a concejal llego seguro, pero yo soy vendedor ambulante.