Se inició un expediente oficial que podría derivar en sanciones para el responsable y no descartan acciones legales, aunque por el momento no hay nada confirmado. La decana Olga Herrera explicó que "el reglamento establece que quienes cometan hechos de esta naturaleza serán sancionados por el equipo directivo". Las medidas disciplinarias pueden ir desde suspensiones transitorias, privación temporal del derecho a rendir exámenes hasta la inhabilitación temporal para ingresar a cualquier carrera de la Facultad. Luego de conocerse los hechos, docentes, centros de estudiantes y agrupaciones se expresaron al respecto, reivindicando los valores democráticos de la Universidad pública y exigiendo celeridad en la respuesta de las autoridades.
La semana pasada, un estudiante de la Facultad de Ciencias Naturales y Ciencias de la Salud lanzó un tacho lleno de basura desde un primer piso contra no docentes que se manifestaban en el hall de la Universidad de manera pacífica. El hecho ocurrió en la Sede Comodoro de la UNPSJB y da cuenta del clima de violencia que hoy se profundiza en el escenario público. Aunque fue rápidamente repudiado por la comunidad, todavía no se han aplicado medidas contra el responsable. Docentes y estudiantes expresaron su preocupación por el incidente en un momento crítico para las universidades, y lejos de avalar la confrontación, remarcan que en esta coyuntura es cada vez más necesario abrir espacios de diálogo y debate.
Repudio generalizado
Tras lo sucedido, desde la APUNP (Asociación del Personal No Docente de la UNPSJB) confirmaron que el estudiante está identificado y expresaron preocupación por el grado de violencia que se vive en la Universidad, en el marco de los reclamos salariales y presupuestarios.
La Facultad de Ciencias Naturales y Ciencias de la Salud inició un expediente que podría derivar en sanciones, y no descartan acciones legales, aunque por el momento no hay nada confirmado. La decana de la Facultad, Olga Herrera, explicó que "el reglamento establece que quienes cometan hechos de esta naturaleza serán sancionados por el equipo directivo". Las medidas disciplinarias pueden ir desde suspensiones transitorias, privación temporal del derecho a rendir exámenes hasta la inhabilitación temporal para ingresar a cualquier carrera de la Facultad.
Luego de conocerse los hechos, docentes, centros de estudiantes y agrupaciones universitarias se expresaron al respecto, reivindicando los valores democráticos de la Universidad pública y exigiendo celeridad en la respuesta de las autoridades. El investigador y docente de la UNPSJB, Jorge Spíndola, publicó la Carta Abierta a la Comunidad Universitaria Patagónica, en la cual enmarca el hecho en una coyuntura signada por la violencia del discurso público y el ajuste sobre el sistema universitario-científico.
"Duele esa violencia porque, aunque parezca individual y aislada, es política. Duele la ceguera, la falta de empatía, con el otro y consigo mismo. Porque ese tacho de basura cae sobre nuestros compañeros pero también cae sobre su propia cabeza. Llena de basura nuestro corazón y el suyo", expresó el docente.
En la carta, Spíndola exige sanciones disciplinarias para el estudiante, sobre todo con el sentido de ponerle un límite a este tipo de violencia, pero también expresa su deseo de que reconozca su error y pida disculpas a la comunidad: "Lo queremos consciente de todo lo que nos ha costado y lo que nos cuesta sostenerla en pie. Lo queremos libre de odio y de esa violencia, consciente de todo el bien que anhelamos para su vida como sujeto de derechos colectivos". La Facultad de Ciencias Naturales hizo pública su adhesión a la carta, que fue ampliamente replicada por toda la comunidad universitaria.
La agrupación estudiantil CTE (Colectivo en Transformación Educativa) también publicó un comunicado en el que repudia enérgicamente el acto violento, "que no puede entenderse de manera aislada".
"Estos hechos forman parte de un clima de hostigamiento y de instalación de discursos de odio que, lejos de ser inocentes, habilitan y legitiman agresiones concretas contra quienes se organizan, se expresan, creen y defienden la universidad pública", prosigue el comunicado.
Y remarca: "La violencia nunca puede ser la respuesta frente a la protesta ni al disenso. La universidad fue, es y será un espacio de debate, de construcción colectiva y de diálogo democrático. Cualquier ataque contra esta esencia implica un retroceso peligroso para toda la comunidad educativa".
En el marco institucional, el hecho fue tratado en el Consejo Superior que se llevó a cabo el pasado martes, donde se presentaron los repudios por parte de todos los actores institucionales. "Pero nos quedó con bastante sabor a poco lo que dijo la decana de Ciencias Naturales con respecto a las sanciones y cómo se va a llevar adelante el proceso con este estudiante", indica la referente de ADU, Fabiana Marino, en diálogo con este medio. Y remarca que el responsable, por el momento, continúa cursando normalmente.
"Según lo que nos comentó la decana, están llevando adelante el procedimiento institucional dentro de la facultad. Pero se va alargando en el tiempo y estas cuestiones se diluyen después. Eso es preocupante. En el Consejo Superior todos, desde los no docentes, los docentes, los estudiantes, todos planteamos el repudio a los hechos de violencia. Hubiéramos deseado que en ese mismo momento también se dijera cuáles iban a ser las sanciones para una persona que comete esta falta dentro de una comunidad. Porque nosotros tenemos normas y tenemos que cumplirlas", enfatizó.
"No somos ajenos a lo que está sucediendo en nuestra sociedad"
Marino, si bien remarcó que el hecho fue "sorprendente" en su momento, también "es parte del proceso histórico que estamos viviendo". Se refirió en este sentido a un escenario complejo, no sólo por los reclamos que vienen sosteniendo trabajadores y estudiantes, sino por estar en medio de un año de elecciones, tanto legislativas como universitarias.
Respecto a las críticas que circularon de algunos estudiantes sobre las molestias por el ruido de quienes se manifiestan en los espacios de la Universidad, Marino remarcó que "los no docentes estaban cumpliendo una hora a la semana. Ese era el ruido que había, una hora en cada jornada, nada en relación al resto del tiempo que pueden estar transcurriendo los estudiantes en la Universidad. Me parece que estamos con una distorsión bastante fuerte con respecto a qué cosas están bien y qué cosas están mal".
"El único lugar donde estaban tocando los redoblantes era el hall. Ni siquiera estaban pasando por los pisos o estaban haciendo alguna actividad en el resto del edificio, solo en el hall. Pero bueno, más allá de eso me parece que sea donde sea debía haber sido un poco más contundente la reacción", subrayó.
Tras lo sucedido, indica que hoy es necesario "conversar con los estudiantes y plantear estos límites, que se plantean a la hora de los reclamos y de las necesidades de cumplir los derechos de unos y de otros. Pero también los estudiantes tienen que saber que hay pautas de convivencia dentro de la universidad. Y el respeto de los derechos de unos y otros tienen que ver con estas pautas de convivencia y el derecho al reclamo por un salario justo, por una universidad que los contenga a ellos también. Porque una parte del reclamo tiene que ver con los salarios, pero otra tiene que ver con que haya presupuesto para la universidad", agrega.
"No somos ajenos a todo lo que está sucediendo en nuestra sociedad. Tenemos representantes y voces de todos estos movimientos políticos que han surgido en estos años que acompañan al gobierno nacional y también tenemos representantes dentro de la institución. No somos necios en eso, pero sí que van a tener que acomodarse a las normas de las instituciones", expresó Marino, y remarcó que entre estas actividades se encuentra el reclamo por mejores condiciones presupuestarias y los debates vinculados a la política universitaria, "porque parece que da lo mismo hacer cualquier cosa o decir cualquier cosa y en la Universidad no da lo mismo".
Generar espacios de diálogo
Agustina Fernández Pérez, parte de la agrupación CTE (Colectivo de Transformación Educativa) y consiliaria del Consejo Superior, habló del hecho de violencia "como parte de un resumen de varias acciones que se vienen arrastrando desde el año pasado" y explicó que "desde las agrupaciones de estudiantes se está hablando de empezar a habitar otros espacios de diálogo que que no incentiven a esto y también ver cómo sigue el caso puntualmente con este estudiante de la Facultad de Ciencias Naturales y Ciencias de la Salud".
La estudiante indicó que tras la reunión del Consejo Superior salió un pronunciamiento que expedía a las autoridades que se hicieran cargo de la situación. Sin embargo, el tema parece ir más allá de las decisiones administrativas y plantea un desafío en relación a la situación del responsable de los hechos, que ya habría estado vinculado con canales de Whatsapp donde circulaba contenido violento.
"Él es parte de otros grupos de estudiantes que tenían canales de WhatsApp con fotos de compañeras desnudas, que incentivaba también al uso de armas en la Facultad. A principios de año hubo una amenaza de atentado en la Universidad, y era parte de este mismo grupo de estudiantes", detalla Fernández Pérez, quien agrega que en la reunión del martes también se habló de medidas vinculadas a la salud mental del implicado.
"Se habló de sanciones, se habló de tratamientos de salud mental, acompañamiento por parte de la dirección de Orientación Estudiantil, se habló de la expulsión de la Universidad, se habló de varias cosas, pero lo real es que no se llegó en nada concreto -porque además la Rectora no pudo estar presente- más que esta ordenanza que hace un pedido que en los próximos días se haga un tratamiento adecuado del estudiante, sobre todo porque es bastante complejo el tema legal", apuntó.
Desde la agrupación enfatizan la necesidad de "generar espacios de diálogo y no de confrontación", sobre todo de cara a las elecciones de decanatos y Rectorado.
El día posterior al hecho se convocó a una asamblea interclaustro y una actividad de repudio en el hall de la Universidad. Fernández Pérez remarcó que hubo buena participación por parte de los estudiantes y que en esa instancia pudieron conocer mejor los hechos, "porque también es real que si uno no está involucrado en cuestiones de política universitaria no se entera de las cosas que pasan. Justamente fue un hecho que todos los medios de comunicación levantaron y sacaron el momento que sucedió, pero la verdad es que a la comunidad universitaria nos cuesta hacernos saber las cosas y enterarnos de las cosas".
"Este año es particular porque hay elecciones y todos están muy activos, pero la realidad es que la desmovilización es un piso que nos viene siguiendo hace varios años", advirtió la estudiante.
"Dentro del sistema que nos rige, no podés cambiar la ley si no sos parte de la ley, y es bastante triste llegar a este tipo de situaciones para que nos demos cuenta como comunidad universitaria que las cosas están mal", agrega.
"Quizás en ese intercambio de diálogo puede llegar a estar una de las posibles pautas, pero bueno, también hay muy poco espacio para ese diálogo, por lo menos que nos enteremos todos, porque a la asamblea que convoca a los chicos, por ejemplo, no va a ir este pibe, porque no le interesa o porque no siente que es parte. Entonces, quizás es encontrar y pensar todos juntos, que es una forma de hacer política hoy", concluye.
Cómo sigue la lucha
En el medio de este proceso, se mantiene vigente el plan de lucha que los gremios plantearon hasta principios de septiembre, cuando se espera una nueva Marcha Federal Universitaria. La próxima semana se convocó a un paro el 1 y 2 de septiembre, en línea con los paros rotativos que se acordaron a principios del cuatrimestre.
"Esta semana cerramos poniendo unas fajas de clausurado en las aulas de peligro para llamar la atención de los estudiantes y de los profesores, tuvimos alto acatamiento, lo mismo en las sedes que hubo clases públicas y otras actividades, con lo cual nosotros sostenemos nuestro reclamo", apuntó Marino.
Recordó el aumento propuesto por el Gobierno, que consta de un 7,5% entre septiembre y noviembre y un bono de $25.000 para las dedicaciones exclusivas, aunque señala que la mayoría va a cobrar poco más de $6.000, debido a que las dedicaciones más bajas reciben una proporción de ese bono. "Ese monto acá en Comodoro Rivadavia, ¿qué significa? Una vianda. En la universidad eso cuesta una vianda", enfatizó.
"Nosotros estamos sin obras de mantenimiento, los edificios están detonados, las conectividades dentro del edificio día por medio se caen, los servidores están saturados, estamos teniendo muchas limitaciones a la hora de trabajar, las becas están en los límites históricos, el comedor universitario también está en crisis, o sea, tenemos una situación de de fragilidad que es bastante preocupante y los estudiantes aparentemente no están viendo esta situación", detalló.
"No están viendo, porque me parece que nosotros siempre tratamos de compensar con los estudiantes, de mantener sus procesos de formación y tratar de equilibrar, y nos está jugando bastante en contra en este momento", cierra.
Mientras estudiantes y docentes de Comodoro debaten cómo dar respuesta a la violencia, la comunidad universitaria nacional se mantiene expectante en plena semana de lucha, a la espera de que la Ley de Financiamiento Universitario, recientemente aprobada por ambas Cámaras, pueda sortear un posible veto presidencial.