El Presupuesto 2026 profundiza el ajuste en el sistema científico y universidades Por Nora Bär
A pesar de que durante su discurso transmitido en cadena nacional el presidente Javier Milei anunció que el Presupuesto 2026 incluye aumentos en las partidas para ciencia y educación, un análisis más detallado de las partidas destinadas a estas áreas, que ya están disponibles en el sitio del Ministerio de Economía, revela que dichos aumentos serían ínfimos o directamente inexistentes. Al revés, en la mayoría de los organismos, el ajuste se profundiza.
Uno de los que hizo una comparación de lo actual y lo que propone la "ley de leyes" para el año próximo es el físico Jorge Aliaga, ex decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, y actual integrante del consejo directivo de la Universidad Nacional de Hurlingham y del Directorio del Conicet.
"El ejercicio que hice fue tomar el presupuesto de los años ya terminados (desde 2024 hacia atrás); el de 2025, que está vigente, suponiendo que se va a gastar todo, aunque todavía no lo sabemos; y para el año que viene, consideré lo que figura en el proyecto que enviaron al Parlamento -explicó-. Para llevar todo a valores comparables, los convertí a pesos de 2026, tomando para este año y el próximo lo que el presupuesto dice que va a pasar (que creo que es muy difícil que ocurra; entre otras cosas, porque calcula una inflación anual para el próximo período del 10%, o 0,8% mensual)".
El resultado no deja lugar a dudas: todos los organismos del sistema de ciencia y tecnología tendrán el año que viene menos fondos que éste, y no más. Dentro de este escenario sin precedente, lo que para Aliaga es verdaderamente dramático, es que la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación recibirá casi lo mismo que en los últimos dos años, un monto irrisorio.
"Hoy, eso es lo que está afectando más al sistema, no hay recursos para trabajar -subraya-. Si en lugar de esos poco más de 29.000 millones de pesos le hubieran adjudicado 100.000 millones (70.000 millones en un presupuesto es lo mismo que nada, incluso podrían sacarlo de la Secretaría de Ciencia), ya con eso sería un respiro. No sería para festejar, pero tampoco cero. Hoy es cero. Cero. Con ese presupuesto, la Agencia puede pagar salarios y lo que queda de becas, que se están muriendo. Nada más. Y lo peor es que eso no afecta solo a algunos, sino a todos". Este organismo es el "motor" de la ciencia local, ya que distribuye los fondos para proyectos de investigación que permiten comprar reactivos, equipamiento, hacer obras...Solo para estar igual que en 2023, debería disponer de 130.000 millones de pesos, cuatro veces más que lo previsto.
Por su parte, el químico y bioinformático de la Universidad Nacional de Córdoba Rodrigo Quiroga, especializado en análisis de datos, puso bajo la lupa el presupuesto estimado para las universidades. "Se habló de aumento y, en realidad, si la inflación termina siendo alrededor del 20%, como estima el Relevamiento de Expectativas de Mercado del Banco Central [REM, informe que recopila las proyecciones macroeconómicas de especialistas tanto locales como extranjeros], el aumento es minúsculo, de aproximadamente 100 millones de pesos", enfatizó.
El investigador subrayó que lo que sería un aumento significativo es lo que figura en la ley de financiamiento universitario, cuyo veto se discutirá mañana en el Parlamento. Lo que piden las universidades, en pesos constantes (es decir, contemplando la inflación) llevaría el presupuesto a niveles de 2023. No se trata de nadar en la abundancia, pero permitiría pagar los servicios, encarar algunas obras, y recuperar el sueldo gravemente castigado del personal docente y no docente para frenar la sangría. Eso es lo que pide el Consejo Interuniversitario Nacional.
El equipo de Gobierno calculó que la inflación de 2026 rondará un 10% de punta a punta, el valor del dólar será a fin de año más bajo que ahora y la economía crecerá un 5%. Para hacerse una idea de lo lejos que están las cifras barajadas en el proyecto de las necesidades de las universidades, que son indisolubles del sistema de ciencia y tecnología ya que allí trabaja el 80% de los investigadores, Aliaga invitó a considerar que "el presupuesto de estas descendió alrededor de un 40% y plantean subirlo aproximadamente un 4% por encima de una inflación que no sabemos si va a ser la real"...
Pero si los valores de inflación y precio del dólar estimados en el Presupuesto 2026 son muy discutibles, otros aspectos son igualmente graves. Por ejemplo, la derogación del artículo N° 9 de la Ley 26.206, que fija un piso mínimo de inversión en educación del 6% del PBI, y de los artículos 5°, 6° y 7° de la Ley 27.614 de financiamiento de la ciencia, que establecían la obligatoriedad de aumentar la inversión en esa área de acuerdo con una pauta creciente que debía llegar al 1% del PBI en 2032.
"A mí me parece que, al prometer aumentos, intentan darles algún tipo de argumento a los que van a votar a favor del veto, como si aunque se vetara la ley [de financiamiento universitario], igual hubiera un aumento -dijo Quiroga-. Lo están ofreciendo para captar más votos de diputados, pero hay que ser conscientes de que, primero, es minúsculo, y segundo, no hay garantía de que se cumpla, porque lo más probable es que este proyecto no sea aprobado. Si hubieran querido elevar el financiamiento, podrían haberlo hecho ahora en lugar de posponerlo para el año que viene".
También el grupo Economía, Política, Ciencia (EPC) del Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación (Ciicti) llegó a conclusiones similares.
"El Proyecto de Ley de Presupuesto 2026 presentado por el Poder Ejecutivo profundiza el panorama de ajuste para el sistema nacional de ciencia y tecnología al estipular un crédito inicial para la Función Ciencia y Técnica el año próximo de 1,57 billones de pesos -escribieron en su último informe-. Esto implica un retroceso del 7,2% en términos reales para el conjunto de organismos y programas de la Administración Pública Nacional, que se agrega a la caída del 30,2% en 2024 y del 23,0% en el corriente año".
De acuerdo con el análisis de este grupo, la "función ciencia y tecnología" cae un 50,1% en tres años en términos reales y en 2026 se reduciría a un mínimo histórico: 0,149% del PBI. "Para ese año la ley de financiamiento de la ciencia, que el Proyecto deroga en lo sustancial, estipulaba un financiamiento global del 0,52%", destacaron.
Con respecto a los organismos, con excepción de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología, todos ven caer su crédito en términos reales, dijo EPC. Los más afectados serían la Conae, con un 34,6%; el INTI, un 17,9%; y la Comisión Nacional de Energía Atómica, con un 14,1%. El informe completo se puede consultar en aquí.
Fuente: El Destape
Por Nora Bär
A pesar de que durante su discurso transmitido en cadena nacional el presidente Javier Milei anunció que el Presupuesto 2026 incluye aumentos en las partidas para ciencia y educación, un análisis más detallado de las partidas destinadas a estas áreas, que ya están disponibles en el sitio del Ministerio de Economía, revela que dichos aumentos serían ínfimos o directamente inexistentes. Al revés, en la mayoría de los organismos, el ajuste se profundiza.
Uno de los que hizo una comparación de lo actual y lo que propone la "ley de leyes" para el año próximo es el físico Jorge Aliaga, ex decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, y actual integrante del consejo directivo de la Universidad Nacional de Hurlingham y del Directorio del Conicet.
"El ejercicio que hice fue tomar el presupuesto de los años ya terminados (desde 2024 hacia atrás); el de 2025, que está vigente, suponiendo que se va a gastar todo, aunque todavía no lo sabemos; y para el año que viene, consideré lo que figura en el proyecto que enviaron al Parlamento -explicó-. Para llevar todo a valores comparables, los convertí a pesos de 2026, tomando para este año y el próximo lo que el presupuesto dice que va a pasar (que creo que es muy difícil que ocurra; entre otras cosas, porque calcula una inflación anual para el próximo período del 10%, o 0,8% mensual)".
El resultado no deja lugar a dudas: todos los organismos del sistema de ciencia y tecnología tendrán el año que viene menos fondos que éste, y no más. Dentro de este escenario sin precedente, lo que para Aliaga es verdaderamente dramático, es que la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación recibirá casi lo mismo que en los últimos dos años, un monto irrisorio.
"Hoy, eso es lo que está afectando más al sistema, no hay recursos para trabajar -subraya-. Si en lugar de esos poco más de 29.000 millones de pesos le hubieran adjudicado 100.000 millones (70.000 millones en un presupuesto es lo mismo que nada, incluso podrían sacarlo de la Secretaría de Ciencia), ya con eso sería un respiro. No sería para festejar, pero tampoco cero. Hoy es cero. Cero. Con ese presupuesto, la Agencia puede pagar salarios y lo que queda de becas, que se están muriendo. Nada más. Y lo peor es que eso no afecta solo a algunos, sino a todos". Este organismo es el "motor" de la ciencia local, ya que distribuye los fondos para proyectos de investigación que permiten comprar reactivos, equipamiento, hacer obras...Solo para estar igual que en 2023, debería disponer de 130.000 millones de pesos, cuatro veces más que lo previsto.
Por su parte, el químico y bioinformático de la Universidad Nacional de Córdoba Rodrigo Quiroga, especializado en análisis de datos, puso bajo la lupa el presupuesto estimado para las universidades. "Se habló de aumento y, en realidad, si la inflación termina siendo alrededor del 20%, como estima el Relevamiento de Expectativas de Mercado del Banco Central [REM, informe que recopila las proyecciones macroeconómicas de especialistas tanto locales como extranjeros], el aumento es minúsculo, de aproximadamente 100 millones de pesos", enfatizó.
El investigador subrayó que lo que sería un aumento significativo es lo que figura en la ley de financiamiento universitario, cuyo veto se discutirá mañana en el Parlamento. Lo que piden las universidades, en pesos constantes (es decir, contemplando la inflación) llevaría el presupuesto a niveles de 2023. No se trata de nadar en la abundancia, pero permitiría pagar los servicios, encarar algunas obras, y recuperar el sueldo gravemente castigado del personal docente y no docente para frenar la sangría. Eso es lo que pide el Consejo Interuniversitario Nacional.
El equipo de Gobierno calculó que la inflación de 2026 rondará un 10% de punta a punta, el valor del dólar será a fin de año más bajo que ahora y la economía crecerá un 5%. Para hacerse una idea de lo lejos que están las cifras barajadas en el proyecto de las necesidades de las universidades, que son indisolubles del sistema de ciencia y tecnología ya que allí trabaja el 80% de los investigadores, Aliaga invitó a considerar que "el presupuesto de estas descendió alrededor de un 40% y plantean subirlo aproximadamente un 4% por encima de una inflación que no sabemos si va a ser la real"...
Pero si los valores de inflación y precio del dólar estimados en el Presupuesto 2026 son muy discutibles, otros aspectos son igualmente graves. Por ejemplo, la derogación del artículo N° 9 de la Ley 26.206, que fija un piso mínimo de inversión en educación del 6% del PBI, y de los artículos 5°, 6° y 7° de la Ley 27.614 de financiamiento de la ciencia, que establecían la obligatoriedad de aumentar la inversión en esa área de acuerdo con una pauta creciente que debía llegar al 1% del PBI en 2032.
"A mí me parece que, al prometer aumentos, intentan darles algún tipo de argumento a los que van a votar a favor del veto, como si aunque se vetara la ley [de financiamiento universitario], igual hubiera un aumento -dijo Quiroga-. Lo están ofreciendo para captar más votos de diputados, pero hay que ser conscientes de que, primero, es minúsculo, y segundo, no hay garantía de que se cumpla, porque lo más probable es que este proyecto no sea aprobado. Si hubieran querido elevar el financiamiento, podrían haberlo hecho ahora en lugar de posponerlo para el año que viene".
También el grupo Economía, Política, Ciencia (EPC) del Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación (Ciicti) llegó a conclusiones similares.
"El Proyecto de Ley de Presupuesto 2026 presentado por el Poder Ejecutivo profundiza el panorama de ajuste para el sistema nacional de ciencia y tecnología al estipular un crédito inicial para la Función Ciencia y Técnica el año próximo de 1,57 billones de pesos -escribieron en su último informe-. Esto implica un retroceso del 7,2% en términos reales para el conjunto de organismos y programas de la Administración Pública Nacional, que se agrega a la caída del 30,2% en 2024 y del 23,0% en el corriente año".
De acuerdo con el análisis de este grupo, la "función ciencia y tecnología" cae un 50,1% en tres años en términos reales y en 2026 se reduciría a un mínimo histórico: 0,149% del PBI. "Para ese año la ley de financiamiento de la ciencia, que el Proyecto deroga en lo sustancial, estipulaba un financiamiento global del 0,52%", destacaron.
Con respecto a los organismos, con excepción de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología, todos ven caer su crédito en términos reales, dijo EPC. Los más afectados serían la Conae, con un 34,6%; el INTI, un 17,9%; y la Comisión Nacional de Energía Atómica, con un 14,1%. El informe completo se puede consultar en aquí.
Fuente: El Destape