Política

Elecciones libertarias: Ramírez al mando y una "última vida" para Santiago Caputo

Por Pedro Lacour 

Apenas unas horas después de que Javier Milei defendiera el rumbo económico en la Quinta de Olivos, su hermana Karina ejecutó el movimiento político más drástico desde la derrota bonaerense. En medio de los tropiezos legislativos y una jornada negra para los mercados, la secretaria general de la Presidencia rediseñó el mando de la campaña nacional de La Libertad Avanza: armó una nueva mesa y decidió entregar el control operativo a Pilar Ramírez y Santiago Caputo, en un gesto que condensa tanto el instinto de supervivencia como el intento de recuperar la iniciativa.

El jueves pasado, durante más de seis horas, en dos reuniones consecutivas en la residencia presidencial, pasaron más de setenta dirigentes libertarios: candidatos nacionales, jefes de campaña provinciales, funcionarios, armadores e influencers del ecosistema digital. La primera, al mediodía, reunió a casi medio centenar de postulantes a diputados y senadores -los dos primeros de cada lista provincial- junto a miembros de la mesa política, voceros y referentes mediáticos. La segunda, ya por la tarde, concentró a los responsables de la coordinación proselitista en las 24 provincias. En ese escenario, y con la cúpula expectante, Karina Milei resolvió el nuevo organigrama.

Ramírez, su principal aliada en la ciudad de Buenos Aires, fue ungida como "coordinadora política nacional", con la tarea de articular a los armadores provinciales y ordenar el vínculo con los jefes de campaña distritales. Y Caputo, el gurú que había quedado en penumbras tras el temblor bonaerense, va a ocupar el centro de la estrategia. En Olivos se leyó el gesto como una "última vida" para el asesor presidencial, en quien Karina vuelve a confiar a pesar de las resistencias que persisten dentro del oficialismo y el manto de sospechas que cae sobre él tras el escándalo de los audios.

El movimiento implicó también un desplazamiento silencioso de Eduardo "Lule" Menem, hasta ahora responsable del vínculo con las provincias. Golpeado por el affaire de las supuestas coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis), y cuestionado por gobernadores aliados por su estilo de construcción, el riojano -que no estuvo presente en la quinta presidencial- fue apartado del centro de decisiones y quedó encapsulado en la fiscalización electoral: un área secundaria que Karina decidió conservar bajo su órbita directa como gesto personal, para evitar su salida definitiva. Es que Lule no dejará de ser "la mano derecha" de El Jefe, quien en las últimas semanas resistió fuertes presiones internas y externas para desplazarlo. Pero su permanencia, coinciden en la Casa Rosada, responde más a la protección de ella que a su gravitación real en el esquema de poder.

Triángulo electoral

El reacomodamiento parió un nuevo triángulo de hierro electoral: Karina como jefa política, Caputo como estratega y Ramírez como coordinadora nacional, en reemplazo de Lule. Es, además, un giro de poder hacia el ala "karinista", que ahora concentra el mando de la estructura partidaria y el engranaje territorial, mientras Caputo recupera protagonismo en la estrategia pero con contrapesos internos que antes no existían. A su vez, la nueva "mesa de campaña", que combina funcionarios, armadores e influencers, reproduce el modelo que convirtió a Manuel Adorni en el único candidato libertario que logró imponerse este año, en la ciudad de Buenos Aires, frente a la macrista Silvia Lospennato. Ese antecedente es el que Karina busca escalar ahora a nivel nacional.

Detrás del retorno de Caputo vuelve a emerger también el entramado técnico de Move Group, la consultora que compartía con Tomás Vidal -ahora designado responsable operativo de la campaña- y que funcionó como su laboratorio electoral. Desde allí, y con datos de opinión que centraliza el director de Estudios de la Gestión Gubernamental, Julián Hampton, se diseñaron los últimos spots, eslóganes y narrativas presidenciales.

En paralelo, Las Fuerzas del Cielo, la agrupación que responde a Caputo, recuperó peso en el área de comunicación: su tropa -con el legislador bonaerense Agustín Romo, el multitasking Lucas "Sagaz" Luna y el influencer Mariano Pérez, entre otros- tiene intensiones de volver a ocupar un rol central en la batalla discursiva en redes. La apuesta es insistir en combinar músculo digital con despliegue territorial, un equilibrio que en el oficialismo reconocen que se rompió en la campaña bonaerense.

El clima que sobrevoló la quinta presidencial fue el de un punto de inflexión. No solo se analizaron las razones de la derrota bonaerense -la más dura en lo que va de la gestión-, sino que por primera vez se admitió en voz alta una pérdida de popularidad. En ese marco, Karina reordenó el tablero para contener a los suyos, mientras resolvía que la fiscalización nacional quede en manos de los armadores provinciales que responden a Lule, y no en un comando unificado como en 2023. En la Casa Rosada aseguran que no se replicará el dispositivo que coordinaron en aquel ballotage, y que esta vez se buscará apoyarse en la estructura territorial que el oficialismo construyó en los últimos dos años.

El otro dato saliente fue el giro en el rol del propio Presidente. Hasta ahora había delegado la política en su hermana y se limitaba a la economía, pero este jueves se mostró como virtual jefe de campaña y prometió involucrarse de lleno en la coordinación proselitista, sin permitir que la elección se "provincialice" como ocurrió en Buenos Aires. Viajó el viernes a Córdoba -donde protagonizó su acto de lanzamiento de campaña bajo la consigna "Que el esfuerzo valga la pena"- y tiene planeado pisar Santa Fe, Mendoza, Corrientes y el interior de la provincia de Buenos Aires, además de oficiar de mediador en la nueva mesa política bonaerense.

El encuentro en Olivos tuvo como trasfondo la cadena de derrotas en el Congreso y el riesgo de repetir errores. Por eso, desde su atril, Milei trazó las directrices del discurso que los libertarios deberán desplegar en la campaña: pidió "valorar el esfuerzo de los argentinos e invitarlos a defenderlo para que todo valga la pena" y ordenó "hablar de inflación e inseguridad, no de apellidos". Los estrategas del oficialismo coinciden en que el nombre del Presidente sigue midiendo mejor que los candidatos de La Libertad Avanza y que el desafío es transferir esa adhesión personal a las boletas. "Hay que cruzar ese Rubicón", sintetizó un referente.

La apuesta federal de Karina: duplicar bancas y acotar a Villarruel

Con la estructura de campaña ya reordenada, La Libertad Avanza pondrá en marcha la fase federal con un objetivo central: ampliar la representación libertaria en el Senado y limitar la capacidad de maniobra de Victoria Villarruel, que hasta ahora capitaliza su rol institucional como presidenta de la Cámara alta.

Hoy, el oficialismo es apenas una minoría: ocupa seis de las 72 bancas. En la Casa Rosada confían en que el nuevo esquema, sumado a las alianzas provinciales, permita duplicar ese número en las elecciones de medio término.

En octubre, ocho distritos renovarán sus tres bancas en el Senado: Río Negro, Salta, Neuquén, la ciudad de Buenos Aires, Tierra del Fuego, Santiago del Estero, Entre Ríos y Chaco. En cada una, el partido que más votos obtenga se quedará con dos escaños y el segundo con uno.

La pulseada porteña será la más observada: allí Karina Milei decidió que la boleta esté encabezada por Patricia Bullrich, ministra de Seguridad y una de las funcionarias más cercanas al Presidente, acompañada por el economista Agustín Monteverde. El mensaje es doble: blindar el territorio más simbólico para el oficialismo y mostrar que el PRO, pese a las tensiones, sigue plegado al proyecto libertario.

En Neuquén, la apuesta combina outsiderismo y acuerdos silenciosos: la diputada Nadia Márquez, referente evangélica y con llegada al electorado conservador, será la primera candidata, secundada por el radical aliado Pablo Cervi, uno de los llamados "radicales con peluca" que orbitan el mileísmo. La jugada busca disputar el voto antiperonista sin romper los puentes con el gobernador Rolando Figueroa, aunque el nombre de Márquez genera resquemores: Carlos Eguía, candidato de Milei en 2023 y hoy postulante a una banca en la Cámara alta por su partido Fuerza Libertaria, suele recordar que la actual diputada nacional tiene antecedentes judiciales vinculados a una causa por estafa y otra por peculado.

En Río Negro, en tanto, la candidata será la diputada Lorena Villaverde, actual presidenta del partido en la provincia. Su nominación generó tensiones con el PRO local, pero en el entorno de Karina destacan su alineamiento sin fisuras con la conducción nacional.

En Chaco, un territorio que el oficialismo considera estratégico para consolidar su alianza con el gobernador radical Leandro Zdero, la boleta estará encabezada por Juan Cruz Godoy y Silvana Schneider, dos dirigentes de confianza del dispositivo libertario provincial.

En Entre Ríos, la conducción nacional logró contener a las tribus locales y selló un acuerdo con el PRO del gobernador Rogelio Frigerio: el primer lugar será para Joaquín Benegas Lynch, hermano del actual diputado nacional, acompañado por Romina Almeida, figura emergente del armado libertario entrerriano.

En Salta, por su parte, Karina habilitó la candidatura de Alfredo Olmedo, histórico dirigente ultraconservador y aliado del primer momento de Milei. Su postulación fue confirmada públicamente por la diputada María Emilia Orozco, que seguirá en Diputados y operará como sostén del esquema libertario en el NOA.

En Santiago del Estero, el elegido es Tomás Figueroa, presidente de La Libertad Avanza en la provincia y hombre cercano a la familia Menem, con quien comparte una larga trayectoria como asesor en el Senado antes de sumarse al mileísmo. Y en Tierra del Fuego, la boleta estará integrada por Agustín Coto, actual legislador provincial y presidente partidario, junto a la concejala Belén Monte de Oca, con respaldo directo de la Casa Rosada.

En el Gobierno lo resumen como un movimiento de pinzas: mientras Milei se pone la campaña al hombro para recuperar apoyo en los grandes centros urbanos, Karina intenta blindar el Senado con una red de leales que respondan a la nueva mesa electoral. Si ese dispositivo logra traducirse en votos, dicen en la Casa Rosada, no solo cambiará la aritmética parlamentaria: también redefinirá el equilibrio de poder dentro del propio gobierno.

Fuente: elDiarioAr