La espía israelí y la presencia de Mengele en BarilochePor Adrián Moyano
Una mujer israelí de origen alemán murió de manera llamativa en el cerro López 65 años atrás. El Cordillerano ventiló el asunto el 14 de marzo último, cuando se cumplió el aniversario exacto del suceso. Ahora accedió a nuevas investigaciones que acrecientan la hipótesis según la cual Nora Eldodt era una agente que perseguía nazis y que, además, Joseph Mengele se hizo presente en esta ciudad para la misma época, aunque con una identidad falsa y como personal jerárquico de una conocida firma de calefones.
Hizo llegar a esta redacción sus contribuciones Rubén Ceminari, un vecino de Darregueira (provincia de Buenos Aires), quien hace 30 años que está en la huella que dejaron los prófugos del nazismo en la Argentina, según le confió al que firma. El autor elaboró un texto de 34 páginas de Word que incluye fotografías, al que aspira a convertir en parte integrante de un libro, cuya aparición siempre será oportuna.
Aporte sustantivo en la reconstrucción de la historia es que el Ceminari se tomó el trabajo de entrevistar a familiares de Eldodt, quienes viven en Rivera, una localidad bonaerense muy cercana a La Pampa por el centro de la jurisdicción. Así pudo establecer que antes de la irrupción del nazismo, "la familia Eldodt era propietaria de una tradicional mueblería en Frankfurt, donde los hermanos Moritz, Jesse y Nathan disfrutaban del trabajo en conjunto, y tenían una buen pasar económico, pero los cambios de gobierno trajeron lo impensado". Cuando empezó a consumarse el desastre, Moritz perdió la vida en el campo de concentración de Buchenwald, cerca de Weimar.
Fue en esa ocasión (1938) cuando Nathan y su compañera, Betty Eibereg, decidieron migrar a la Argentina junto con sus ocho hijos. Nurit era la mayor, también le decían Norita o Rita, por entonces contaba con 22 años y tomó otra decisión: "No voy con ustedes a Argentina, me marcho a Israel". Por entonces, el Estado de ese nombre no existía y Palestina estaba bajo control británico. "Muchos años después, recién en 1960, Nurit volvió a abrazar Betty, su madre y a sus hermanos (su padre ya había fallecido), pocos días antes de que se encontrara con la muerte en el cerro López de Bariloche", aporta la investigación.
El autor de la pesquisa entrevistó a Helga Eldodt y a otros integrantes de la familia en 2018 en la localidad bonaerense de Rivera, donde residen. A sus 90 años, la hermana de la hipotética agente admitió que "no recordaba a Rita, en realidad la conocí de nuevo en 1960: tenía ojos azules, era rubia, linda y muy sociable". Se comunicaron en alemán y la anciana compartió con el investigador algunos recuerdos, inclusive una fotografía.
Rubia, bonita y divertida
Ruth Nathasius de Eldodt era la cuñada de Nurit. En una entrevista anterior, le confió a Ceminari que en aquella oportunidad "Norita llegó desde Buenos Aires, donde trabajaba en el estudio de Moskovits, pasó por los campos de sus hermanos compartiendo unos días con cada uno y con su madre. La conocí cuando vino, era una mujer bonita, rubia, muy divertida. Hubo una gran alegría familiar por el regreso de Nurit, al punto que se quedó en el campo familiar alrededor de un mes, compartiendo comidas y charlas en alemán con toda la familia, sobre la vida de cada uno, y sobre Israel, donde pensaba regresar pronto, por lo que nos dijo".
También confió en aquella ocasión que "deseaba irse de viaje al sur, a la Patagonia, quería ir a conocer Bariloche, después de terminar su visita en Rivera", aportó la cuñada. Norita -o Rita- finalmente vino a esta ciudad, pero el reencuentro con los suyos nunca se produjo. "Un día vine del campo a realizar las compras, iba por el centro del Rivera y en la calle me llama un integrante de la Kehilá (Asociación Israelita de Rivera). Me dice: tengo que darle una mala noticia; su cuñada falleció en Bariloche, y ya enviaron su cadáver en tren, llega mañana o pasado".
Para alimentar el misterio que todavía hoy se perpetúa, "mi marido y sus hermanos querían ir a ver qué pasó, pero en dos días llegó el féretro cerrado con el cadáver de Nora en el tren. Su madre pedía a gritos que abran el cajón para verla, pero no fue así: la sepultaron directamente". Enseguida la familia se topó con la hipótesis del asesinato, porque "vino a Rivera a saludar y dar sus condolencias un amigo de ella, israelí, que la acompañaba en Bariloche: él nos contó que una noche buscaron unas fotos con ella, y el día después desapareció... La encontraron a los dos días tirada o caída en una barranca cercana al cerro López. Nos dijo que su muerte no fue un accidente, que a Nurit la habían asesinado". En otro tramo de la conversación con Ceminari confió su cuñada: "Después escuchamos que podría ser una agente secreto israelí: si era así lógicamente nunca nos contó nada, pero el que lo hizo seguramente ya lo pagó".
El investigador encontró ciertas incongruencias en los papeles que aluden a Nora Eldodt en los archivos argentinos. Si bien ingresó al país como turista, fijó domicilio en Trelles 2176 (Buenos Aires), donde aparentemente convivía con otro israelí. Al rato comenzó a trabajar en el barrio de Once con José Moskovits y llamativamente, si bien hacía 25 años que no veía a su madre, demoró en ir a visitarla.
En el armado de su rompecabezas, Ceminari estableció que Moskovits fue presidente honorario de Sherit Hapleitá, por entonces la Asociación Israelita de Sobrevivientes de la Persecución Nazi, que hoy continúa, aunque con otro nombre. También ocupó la vicepresidencia de la Federación Mundial de Combatientes Judíos, Partisanos y Prisioneros de Campos, y fue "uno de los máximos referentes de los sobrevivientes del Holocausto que vivieron en Argentina". A tal punto que colaboró con el Mossad (servicio secreto israelí) en la captura de Adolf Eichmann en Buenos Aires (1960).
También fue amigo de Simon Wiesenthal, el célebre "cazador de nazis": "austríaco de origen judío, que dedicó toda su vida a buscar y facilitar la captura de criminales de guerra del nazismo", recuerda el aporte del investigador. Por su parte, "Moskovits denunció ante la Justicia argentina la presencia de varios jerarcas nazis" y "falleció en Buenos Aires el 30 de noviembre del 2014".
El aporte de un barilochense
Las inquietudes del bonaerense también lo trajeron hacia esta ciudad. "En Bariloche, hace unos años, pude dar con otro aporte interesante de don Carlo Botazzi, quien fue uno de los rescatistas, miembro de la Comisión de Auxilio del Club Andino Bariloche ese fatídico día. Le dijo al investigador sobre el hallazgo que "su piel estaba toda amarilla" porque "sin dudas sufrió una lesión hepática aguda y posibles hemorragias internas por el golpe, lo que le produjo ictericia, e indica que estuvo viva un tiempo después de caer".
Algunas de esas observaciones ya las mencionamos en El Cordillerano meses atrás, pero sumemos aspectos que no conocíamos: "Luego que encontráramos y rescatáramos el cadáver, nos llamó mucho la atención la actitud de un israelí que andaba con el grupo de la mujer fallecida: se esforzaba mucho en pasar desapercibido, y era evidente que eso buscaba... Recuerdo que hablaba alemán, y se amparaba en eso para escabullirse", aportó Botazzi. Para Ceminari se trataba de Dov Zin, que había ascendido con Nora al cerro López.
En esa oportunidad, el investigador preguntó a su entrevistado si tenía alguna referencia sobre la presencia de Mengele en Bariloche y la respuesta inicial fue negativa. Entonces, inquirió si conocía al "señor Mertig, dueño de una conocida fábrica de calefones y calefactores". En este caso, fue positiva: "trabajé muchos años para él, como representante de Orbis en Bariloche... Y solía ir a verlo a su chalet: Sibro, en la subida al cerro Otto". Acto seguido, Ceminari quiso saber si Botazzi había conocido a Fritz Fischer: "También lo conocí. Solía acompañar a Mertig cuando venía de Buenos Aires. También trabajaba en la empresa: era uno de sus gerentes".
El montañista y activo partícipe de la colectividad italiana de Bariloche falleció en octubre del año pasado. Para el bonaerense, los datos que suministró son muy relevantes: "Fritz Fischer es indicado como uno de los tantos nombres falsos que utilizó Josep Mengele, nazi que ingresó al puerto de Buenos Aires a bordo del barco North King el 22 de junio de 1949, quien tenía una muy cercana relación con la familia Mertig en Buenos Aires".
Ceminari cruzó los datos con otros aportes. "Conocí al jefe del Tiro del acorazado Graf Spee, el capitán de Fragata Friedrich Wilhem Rasenack, quien ya jubilado de la Orbis, en el año 2000, me contó que compartió el trabajo diario de los talleres de la fábrica por un tiempo, junto a dos alemanes del Tercer Reich que recién habían llegado". Según el ex marino, "Adolf Eichmann y Josep Mengele eran sus verdaderos nombres, y trabajaron por un corto tiempo en la misma área que yo de la fábrica Orbis. Fui muy amigo de Hans Rudel y sabía muy bien quienes eran. No eran amigos míos", aclaró el náufrago. Rudel era un habitué del cerro Catedral y la trama podría expandirse hacia otros nombres, pero quedémonos con los aportes más sustantivos: es más que probable que Nora Eldodt muriera asesinada y parece muy verosímil que Mengele estuviera frecuentemente en Bariloche.
Fuente: El Cordillerano
Por Adrián Moyano
Una mujer israelí de origen alemán murió de manera llamativa en el cerro López 65 años atrás. El Cordillerano ventiló el asunto el 14 de marzo último, cuando se cumplió el aniversario exacto del suceso. Ahora accedió a nuevas investigaciones que acrecientan la hipótesis según la cual Nora Eldodt era una agente que perseguía nazis y que, además, Joseph Mengele se hizo presente en esta ciudad para la misma época, aunque con una identidad falsa y como personal jerárquico de una conocida firma de calefones.
Hizo llegar a esta redacción sus contribuciones Rubén Ceminari, un vecino de Darregueira (provincia de Buenos Aires), quien hace 30 años que está en la huella que dejaron los prófugos del nazismo en la Argentina, según le confió al que firma. El autor elaboró un texto de 34 páginas de Word que incluye fotografías, al que aspira a convertir en parte integrante de un libro, cuya aparición siempre será oportuna.
Aporte sustantivo en la reconstrucción de la historia es que el Ceminari se tomó el trabajo de entrevistar a familiares de Eldodt, quienes viven en Rivera, una localidad bonaerense muy cercana a La Pampa por el centro de la jurisdicción. Así pudo establecer que antes de la irrupción del nazismo, "la familia Eldodt era propietaria de una tradicional mueblería en Frankfurt, donde los hermanos Moritz, Jesse y Nathan disfrutaban del trabajo en conjunto, y tenían una buen pasar económico, pero los cambios de gobierno trajeron lo impensado". Cuando empezó a consumarse el desastre, Moritz perdió la vida en el campo de concentración de Buchenwald, cerca de Weimar.
Fue en esa ocasión (1938) cuando Nathan y su compañera, Betty Eibereg, decidieron migrar a la Argentina junto con sus ocho hijos. Nurit era la mayor, también le decían Norita o Rita, por entonces contaba con 22 años y tomó otra decisión: "No voy con ustedes a Argentina, me marcho a Israel". Por entonces, el Estado de ese nombre no existía y Palestina estaba bajo control británico. "Muchos años después, recién en 1960, Nurit volvió a abrazar Betty, su madre y a sus hermanos (su padre ya había fallecido), pocos días antes de que se encontrara con la muerte en el cerro López de Bariloche", aporta la investigación.
El autor de la pesquisa entrevistó a Helga Eldodt y a otros integrantes de la familia en 2018 en la localidad bonaerense de Rivera, donde residen. A sus 90 años, la hermana de la hipotética agente admitió que "no recordaba a Rita, en realidad la conocí de nuevo en 1960: tenía ojos azules, era rubia, linda y muy sociable". Se comunicaron en alemán y la anciana compartió con el investigador algunos recuerdos, inclusive una fotografía.
Rubia, bonita y divertida
Ruth Nathasius de Eldodt era la cuñada de Nurit. En una entrevista anterior, le confió a Ceminari que en aquella oportunidad "Norita llegó desde Buenos Aires, donde trabajaba en el estudio de Moskovits, pasó por los campos de sus hermanos compartiendo unos días con cada uno y con su madre. La conocí cuando vino, era una mujer bonita, rubia, muy divertida. Hubo una gran alegría familiar por el regreso de Nurit, al punto que se quedó en el campo familiar alrededor de un mes, compartiendo comidas y charlas en alemán con toda la familia, sobre la vida de cada uno, y sobre Israel, donde pensaba regresar pronto, por lo que nos dijo".
También confió en aquella ocasión que "deseaba irse de viaje al sur, a la Patagonia, quería ir a conocer Bariloche, después de terminar su visita en Rivera", aportó la cuñada. Norita -o Rita- finalmente vino a esta ciudad, pero el reencuentro con los suyos nunca se produjo. "Un día vine del campo a realizar las compras, iba por el centro del Rivera y en la calle me llama un integrante de la Kehilá (Asociación Israelita de Rivera). Me dice: tengo que darle una mala noticia; su cuñada falleció en Bariloche, y ya enviaron su cadáver en tren, llega mañana o pasado".
Para alimentar el misterio que todavía hoy se perpetúa, "mi marido y sus hermanos querían ir a ver qué pasó, pero en dos días llegó el féretro cerrado con el cadáver de Nora en el tren. Su madre pedía a gritos que abran el cajón para verla, pero no fue así: la sepultaron directamente". Enseguida la familia se topó con la hipótesis del asesinato, porque "vino a Rivera a saludar y dar sus condolencias un amigo de ella, israelí, que la acompañaba en Bariloche: él nos contó que una noche buscaron unas fotos con ella, y el día después desapareció... La encontraron a los dos días tirada o caída en una barranca cercana al cerro López. Nos dijo que su muerte no fue un accidente, que a Nurit la habían asesinado". En otro tramo de la conversación con Ceminari confió su cuñada: "Después escuchamos que podría ser una agente secreto israelí: si era así lógicamente nunca nos contó nada, pero el que lo hizo seguramente ya lo pagó".
El investigador encontró ciertas incongruencias en los papeles que aluden a Nora Eldodt en los archivos argentinos. Si bien ingresó al país como turista, fijó domicilio en Trelles 2176 (Buenos Aires), donde aparentemente convivía con otro israelí. Al rato comenzó a trabajar en el barrio de Once con José Moskovits y llamativamente, si bien hacía 25 años que no veía a su madre, demoró en ir a visitarla.
En el armado de su rompecabezas, Ceminari estableció que Moskovits fue presidente honorario de Sherit Hapleitá, por entonces la Asociación Israelita de Sobrevivientes de la Persecución Nazi, que hoy continúa, aunque con otro nombre. También ocupó la vicepresidencia de la Federación Mundial de Combatientes Judíos, Partisanos y Prisioneros de Campos, y fue "uno de los máximos referentes de los sobrevivientes del Holocausto que vivieron en Argentina". A tal punto que colaboró con el Mossad (servicio secreto israelí) en la captura de Adolf Eichmann en Buenos Aires (1960).
También fue amigo de Simon Wiesenthal, el célebre "cazador de nazis": "austríaco de origen judío, que dedicó toda su vida a buscar y facilitar la captura de criminales de guerra del nazismo", recuerda el aporte del investigador. Por su parte, "Moskovits denunció ante la Justicia argentina la presencia de varios jerarcas nazis" y "falleció en Buenos Aires el 30 de noviembre del 2014".
El aporte de un barilochense
Las inquietudes del bonaerense también lo trajeron hacia esta ciudad. "En Bariloche, hace unos años, pude dar con otro aporte interesante de don Carlo Botazzi, quien fue uno de los rescatistas, miembro de la Comisión de Auxilio del Club Andino Bariloche ese fatídico día. Le dijo al investigador sobre el hallazgo que "su piel estaba toda amarilla" porque "sin dudas sufrió una lesión hepática aguda y posibles hemorragias internas por el golpe, lo que le produjo ictericia, e indica que estuvo viva un tiempo después de caer".
Algunas de esas observaciones ya las mencionamos en El Cordillerano meses atrás, pero sumemos aspectos que no conocíamos: "Luego que encontráramos y rescatáramos el cadáver, nos llamó mucho la atención la actitud de un israelí que andaba con el grupo de la mujer fallecida: se esforzaba mucho en pasar desapercibido, y era evidente que eso buscaba... Recuerdo que hablaba alemán, y se amparaba en eso para escabullirse", aportó Botazzi. Para Ceminari se trataba de Dov Zin, que había ascendido con Nora al cerro López.
En esa oportunidad, el investigador preguntó a su entrevistado si tenía alguna referencia sobre la presencia de Mengele en Bariloche y la respuesta inicial fue negativa. Entonces, inquirió si conocía al "señor Mertig, dueño de una conocida fábrica de calefones y calefactores". En este caso, fue positiva: "trabajé muchos años para él, como representante de Orbis en Bariloche... Y solía ir a verlo a su chalet: Sibro, en la subida al cerro Otto". Acto seguido, Ceminari quiso saber si Botazzi había conocido a Fritz Fischer: "También lo conocí. Solía acompañar a Mertig cuando venía de Buenos Aires. También trabajaba en la empresa: era uno de sus gerentes".
El montañista y activo partícipe de la colectividad italiana de Bariloche falleció en octubre del año pasado. Para el bonaerense, los datos que suministró son muy relevantes: "Fritz Fischer es indicado como uno de los tantos nombres falsos que utilizó Josep Mengele, nazi que ingresó al puerto de Buenos Aires a bordo del barco North King el 22 de junio de 1949, quien tenía una muy cercana relación con la familia Mertig en Buenos Aires".
Ceminari cruzó los datos con otros aportes. "Conocí al jefe del Tiro del acorazado Graf Spee, el capitán de Fragata Friedrich Wilhem Rasenack, quien ya jubilado de la Orbis, en el año 2000, me contó que compartió el trabajo diario de los talleres de la fábrica por un tiempo, junto a dos alemanes del Tercer Reich que recién habían llegado". Según el ex marino, "Adolf Eichmann y Josep Mengele eran sus verdaderos nombres, y trabajaron por un corto tiempo en la misma área que yo de la fábrica Orbis. Fui muy amigo de Hans Rudel y sabía muy bien quienes eran. No eran amigos míos", aclaró el náufrago. Rudel era un habitué del cerro Catedral y la trama podría expandirse hacia otros nombres, pero quedémonos con los aportes más sustantivos: es más que probable que Nora Eldodt muriera asesinada y parece muy verosímil que Mengele estuviera frecuentemente en Bariloche.
Fuente: El Cordillerano