El mapa de la presencia femenina en el Poder Legislativo podría modificarse de cara a las elecciones del próximo 26 de octubre que renovarán la mitad del Congreso y un tercio del Senado. Argentina cuenta con una Ley de Paridad desde 2017 que establece que las candidaturas deben incluir varones y mujeres de manera intercalada. Aunque la mayoría de las provincias -incluida Chubut- muestran un claro avance en la paridad legislativa, en las otras dos patas del poder -Ejecutivo y Judicial- prima la masculinización. Tras la renovación del Ejecutivo en 2023, no quedó una sola mujer en la dirigencia de las provincias. En los municipios parece haber más presencia femenina, pero todavía muy lejos de la igualdad. Chubut muestra, sin embargo, un mayor porcentaje de mujeres al frente de las comunas rurales.
La primera normativa orientada a garantizar la presencia femenina en el ámbito legislativo fue la Ley 24.012, sancionada el 6 de noviembre de 1991, durante la presidencia de Carlos Menem, aunque la autora del proyecto original fue la senadora radical de Mendoza Margarita Malharro de Torres. La ley estableció que al menos el 30% de las listas de candidatos que se presentaran a las elecciones estuviera ocupado por mujeres. Fue la primera ley de cupo sancionada en América Latina, y otros países vecinos avanzaron en el mismo sentido en los años siguientes.
En principio fue aplicada en la Cámara de Diputados, pero se amplió en 1995 al Senado y en 2015 al Parlasur. La normativa tuvo un efecto real en el crecimiento de la paridad: el número de diputadas se quintuplicó en apenas algunos años, pasando de 4,9% en 1987 a 25,5% en 1995.
En el año 2000 el Decreto 1256/00 reforzó la reglamentación de la ley al disponer el rechazo de las listas que incumplieran con la cuota. De esta forma, la proporción de mujeres electas pasó de 25,4% en 1999 a 38,5% en 2007. Según señala un informe de CIPPEC, después de la elección del 2007, el crecimiento incremental se detuvo.
Es así que en noviembre de 2017 se sancionó la Ley de Paridad de Género en Ámbitos de Representación Política (Ley 27.412), que modifica el Artículo 60 bis del Código Electoral estableciendo como requisito para la oficialización de listas se senadores, diputados y parlamentarios del Mercosur, la obligatoriedad de ubicar de manera intercalada varones y mujeres. Su aplicación marcó otro hito en la participación política de las mujeres: tras su adopción la proporción de diputadas electas pasó, en promedio, de 35,2% a 44,4%.
La primera elección después de la sanción de la Ley mostró un claro avance: el 96.28% de las listas presentadas en las PASO cumplieron con la paridad, según el monitoreo elaborado por ADPRA y el Instituto Nacional de las Mujeres. Los incumplimientos fueron por el mismo motivo, que es la ausencia de alternancia en el paso de candidatos/as titulares a suplentes, lo que se vinculó con un error en la interpretación de la norma.
La aplicación de la ley, sin embargo, reveló otro obstáculo para garantizar la paridad. Aunque las listas cumplen con la alternancia entre sexos, son pocas las que tienen una mujer a la cabeza. En la elección del 2019, la mayoría de las provincias no superó el 30% de listas para Diputados encabezadas por mujeres. Sólo lo hizo Tierra del Fuego, con 4 de 7 listas presentadas encabezadas por mujeres. En Chubut fue apenas 1 de 8, y en algunas provincias como Jujuy, Neuquén o Tucumán la presencia femenina a la cabeza fue nula. Incluso se registró un descenso en el porcentaje de mujeres encabezando listas respecto de la elección del 2017 (19.06% versus 21.87%).
El panorama fue similar en el caso de los senadores, aunque para esta Cámara sí hubo un aumento en las listas encabezadas por mujeres, que pasó del 19,7% en 2017 al 25,35% en 2019.
Aunque la ley obliga la alternancia de varones y mujeres en las listas, la paridad efectiva en las Cámaras depende de los resultados de la elección. Entre otras cosas, la fuerte presencia de encabezamientos masculinos de las listas hace que todavía Argentina no pueda cumplir con un 50% de mujeres en las cámaras.
Chubut, cerca
Después de la última elección en 2023, la Cámara de Diputados quedó conformada con un 41% de presencia femenina, un retroceso respecto del 45% que se registró en 2021. El Senado, por otro lado, mantuvo la composición que tenía desde el 2021, con un 43% de bancas ocupadas por mujeres. Chubut fue una de las provincias, junto a Chaco, La Pampa, San Luis y Jujuy, que no sumó mujeres a la Cámara baja.
En la actualidad, la composición de legisladores nacionales que representan a Chubut está cerca de la paridad. En el Senado hay dos mujeres (Edith Terenzi y Andrea Cristina) y un varón (Carlos Linares). En Diputados son dos mujeres (Eugenia Allianelo y Ana Clara Romero) frente a tres varones (Jorge Ávila, José Glinski y César Treffinger). Este año termina el período de Romero (quien se volvió a presentar como candidata) y Allianelo. En total, se renovarán 127 bancas de Diputados -la mitad de la Cámara baja- y 24 bancas en el Senado -un tercio de la Cámara alta- por lo que el mapa de la paridad podría quedar muy diferente después de octubre.
De acuerdo al Índice de Paridad Política elaborado por el proyecto ATENEA (ONU), la Argentina registra un avance en cuanto a la participación de mujeres en ámbitos de poder. En 2016 obtuvo 44.7 puntos (considerando una serie de variables como las cuotas de paridad, los compromisos estatales con la igualdad de género y la presencia de mujeres en gobiernos locales y partidos políticos, entre otras). En su segunda medición en 2021, creció 12 puntos, alcanzando una puntuación de 56.5.
Sin embargo, el informe advierte que en lo formal la paridad aún no es un precepto constitucional. En la Administración Pública Nacional, por ejemplo, se aprecia un bajo porcentaje de mujeres ministras en el Gabinete Nacional (14%). La representación femenina en la Corte Suprema sigue siendo uno de los espacios más masculinizados, con solo un 20% de plantel femenino. El poder legislativo es el que más se acerca a la paridad: en los últimos años el porcentaje de mujeres ronda entre el 40% y el 45%, un número mucho mayor que en otros ámbitos pero aún alejado por algunos puntos del 50-50 que pretende la normativa.
La situación en las provincias
En el marco de la Ley de Cupo y Paridad Política, las provincias han avanzado en sus propias normativas para garantizar la paridad de género en el ámbito político. Córdoba fue la primera: en el año 2000 impulsó la Ley Provincial N° 8.901 que establece la paridad para cargos en la Legislatura y los órganos legislativos municipales.
En los años siguientes, el resto de las provincias avanzó en la misma dirección. Chubut hizo lo suyo en 2016, cuando la Legislatura sancionó la Ley de Igualdad Política de Género, aplicable a los partidos políticos en cargos legislativos a nivel provincial y municipal. Establece, además, que las autoridades partidarias y la conducción del partido también deben respetar la paridad de género de manera intercalada. La Legislatura provincial, en este caso, muestra hoy un porcentaje alto de mujeres (48%) aunque los varones siguen siendo mayoría (52%).
A la fecha, las únicas provincias que no han implementado o actualizado leyes propias de paridad son Tierra del Fuego, que mantiene la Ley de Cupo Femenino que establece un mínimo del 30% de mujeres en las listas y Tucumán, que aplica la Ley de Cupo provincial de 1995 que indica que los varones no pueden superar el 70% de las listas.
Un país sin gobernadoras
Pese al aumento de participación política de las mujeres en los últimos años, la paridad en el Poder Ejecutivo sigue siendo una deuda pendiente. Para la Gobernación de Chubut, sólo una mujer se postuló como candidata en la última elección del 2023 que renovó el Poder Ejecutivo. La situación no es exclusiva de la provincia: en todo el país se registra una fuerte masculinización en gobernaciones y municipios.
El período entre 2015 y 2017 fue excepcional en cuanto a la presencia de mujeres en las gobernaciones, cuando coincidieron cinco a la vez: María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires, Claudia Ledesma Abdala en Santiago del Estero, Rosana Bertone en Tierra del Fuego, Lucía Corpacci en Catamarca y Alicia Kirchner en Santa Cruz. Del 2017 a la fecha, la distribución del poder en las provincias se fue replegando paulatinamente hacia la masculinización.
En este sentido, la elección del 2023 implicó un retroceso en cuanto a la distribución de género en las gobernaciones: de 2 gobernadoras mujeres del período anterior la Argentina pasó a tener cero mujeres al frente de las provincias, un panorama político que no parece casual si se tienen en cuenta la impronta que marcó la Libertad Avanza en las últimas elecciones ejecutivas con una agenda muy alejada de las políticas públicas de género que habían caracterizado el escenario institucional hasta ese momento.
Hasta la fecha, Chubut no ha tenido una mujer al frente de su Gobernación. La última elección tuvo sólo una candidata, Emilse Saavedra (FIT-U), lo que muestra la disminución de la presencia de mujeres en los espacios políticos con mayor poder de decisión.
La composición de género en las carteras provinciales tampoco ha variado significativamente en el último período. Durante la gestión anterior, 2 de los 17 ministerios estaban ocupados por mujeres (Florencia Perata en el Ministerio de Educación y Lorena Viviana Coria en la Secretaría de Contrataciones, respectivamente), lo que representa apenas un 11%. En la actualidad, este porcentaje es del 15%, con 3 de las 20 carteras encabezadas por mujeres: Florencia Papaiani en el Ministerio de Desarrollo Humano, Soledad Denise Acosta en la Secretaría de Salud y Macarena Acuipil en la Secretaría General de Gobierno.
Pocas intendentas en Chubut
Según el Observatorio DataGénero, para el período 2023-2027 se registra un crecimiento de la cantidad de intendentas a nivel nacional, aunque su participación continúa siendo magra: el porcentaje pasó de 13% a 15% respecto al período anterior. Tucumán es la provincia que tiene mayor porcentaje, con un 30% de sus municipios a cargo de mujeres. En el otro extremo se encuentra Tierra del Fuego, sin intendencias femeninas.
En la provincia de Chubut el porcentaje no supera el 10%, con apenas 2 intendentas en 27 municipios. Se trata de Mariel Peralta (Rada Tilly) y Claudia Loyola (Camarones). El panorama de las comunas rurales muestra mejores índices de participación femenina, aunque todavía lejos de la paridad: de 20 comunas, 5 están encabezadas por mujeres, lo que representa el 25%. En este caso, se trata de Patricia Tapia (Aldea Beleiro), Rosa Beatriz Roa (Cerro Centinela), Fátima Avilés (Dr. Atilio Viglione), Vilma Edith Pinilla (Facundo) y Nadia Bilbao (Lago Blanco).
En 2020, la organización ELA indicó en su informe "Sexo y Poder ¿Quién manda en Argentina?" que desde la recuperación de la democracia en 1983 las mujeres no habían llegado a ocupar más que el 10% de los cargos ejecutivos en municipios. Para ese año, el porcentaje había crecido apenas al 12,6%.
El informe "¿Quién tiene el poder en las provincias argentinas?" que realizó Fundar en 2021 concluye que el Poder Ejecutivo es uno de los sectores más masculinizados: "La disparidad no se da sólo en la cantidad de mujeres que integran los gabinetes, sino en sus jerarquías y los puestos que ocupan. De hecho, ninguna provincia llega al máximo puntaje de paridad dado que, aun donde el gabinete es paritario, quien gobierna es un varón. A nivel municipal, la situación es similar: la cantidad de mujeres intendentas por provincia es por lejos el indicador con peores resultados de todo el índice y ninguna provincia alcanza la paridad".
La metodología de análisis implicó categorizar las provincias en tres grupos de mayor a menor índice de igualdad. Chubut está ubicada en el Grupo B que nuclea a casi la mitad de las provincias, con una paridad media y una alta masculinización del Poder Ejecutivo provincial, así como valores bajos en relación al liderazgo privado y el poder partidario de las mujeres.
Los resultados del 2021 mostraban a Chubut como la única provincia patagónica que alcanzaba la paridad en el indicador de "poder partidario" (medido en términos de la cantidad de listas legislativas que compiten electoralmente por asientos en el Poder Legislativo Nacional y que están encabezadas por mujeres). Sin embargo, también advirtieron que pese al compromiso explícito del Gobierno con la igualdad de género, en ese momento era la provincia de la Patagonia con menor presencia de mujeres en su gabinete.
A la par del Poder Ejecutivo, el Poder Judicial es el que más se resiste a la paridad. A pesar de que las mujeres representan el 57% del plantel total de la Justicia, ocupan apenas el 30% de los cargos de mayor jerarquía (ministras/os, procuradoras/es generales, defensoras/es generales) y enfrentan mayores obstáculos a la hora de presentarse a concursos para ser juez.
En 2021, en el marco de la renovación de 4 de los 6 integrantes del STJ provincial, distintas organizaciones reclamaron el cumplimiento de la perspectiva de género en el proceso de selección. En Chubut rige, a la par de la Ley de Igualdad Política de Género, la Ley Nº 152 que reglamenta la designación de ministros y dispone que, en la medida de lo posible, se deberá respetar la paridad de género.
Finalmente, asumieron como nuevos ministros Daniel Báez, Ricardo Napolitani, Silvia Bustos y Camila Banfi Saavedra, por lo que el STJ provincial tuvo, por primera vez en su historia, mujeres ocupando la máxima jerarquía. La presencia femenina, sin embargo, representa apenas el 30%. Salvo escasas provincias que superan la paridad o no registran mujeres en su máximo órgano de justicia, en promedio el porcentaje de mujeres oscila entre el 16% y el 45%.
Las mediciones de paridad muestran un claro avance en la última década, aunque hoy el panorama parece modificarse a la luz de espacios políticos con una fuerte apuesta a la agenda anti-derechos. Por otro lado, los índices no reflejan las experiencias personales y los obstáculos que atraviesan las mujeres en sus carreras políticas para lograr ocupar espacios de toma de decisión. Con proyectos políticos acéfalos de perspectiva de género, la permanencia del techo de cristal y leyes que no logran garantizar la equidad efectiva, el poder en Argentina sigue teniendo rostro de hombre.