Patagonia

A 30 años del abrazo popular en el río Limay que impidió la construcción de una represa

Por Lorena Roncarolo

Los impulsores de aquella primera movilización multitudinaria recalcan que el proyecto aún está al acecho y promueven "pasar la posta" a las nuevas generaciones: «Aquí estamos tus paisanos para defenderte, Limay». La frase que marcó ese 8 de octubre de 1995 cuando unas 5.000 personas se concentraron en la naciente del río para rechazar la construcción de la represa Segunda Angostura se repitió una y otra vez este miércoles, a 30 años del conocido «Abrazo al Limay»: En esa ocasión, el proyecto de la represa no prosperó, pero quienes impulsaron esta resistencia popular insisten en que aún hoy persisten los riesgos. «Han pasado tres décadas de aquel momento en que la gente demostró que se puede hacer historia cuando se une por una causa justa. Es una gran emoción. En ese momento, logramos que desistan del proyecto, pero no podemos bajar los brazos. Están vendiendo todo y siempre está el peligro de que las cuatro represas río abajo se vendan y entiendan que para producir más energía hace falta más agua de la reserva del lago», explicó Hugo Brockeroff, un poblador de Dina Huapi desde 1979 que, en ese momento, era comisionado de Fomento y promovió la movilización.

El proyecto durante el gobierno de Carlos Menem

Allá por enero de 1995, durante el gobierno de Carlos Menem, el ambientalista Alejandro Beletzki denunció la reactivación del antiguo proyecto de aprovechamiento hidroeléctrico "Segunda Angostura" en el ingreso del anfiteatro. La iniciativa generó alarma y un pequeño grupo de vecinos comenzó a recabar información en Parques Nacionales, de ingenieros, geólogos y vecinos de otras localidades que ya se habían visto afectados por represas. La conclusión fue que podría producirse una degradación absoluta y el río desaparecería.

Rosemarie Maderholz, integrante de la Comunidad del Limay, recordó: "Era un proyecto antiguo que tenía la intención de potenciar la energía de grandes urbes. Una vez más, se intentaba destruir algo para tener más energía. En esos años, no se pensaba en la ecología sino en energía. Hoy la gente tiene más conciencia ecológica".

La consigna ese 8 de octubre fue «No a la represa, que viva el Limay". Fue multitudinaria. Y sorpresiva. Brockeroff recordó que no sabían si la gente se sumaría al reclamo: «Mirábamos hacia Dina Huapi sin saber si vendrían o no hasta que de pronto, enfrente del Limay vinos una hilera infinita de gauchos a caballo y uno de ellos gritó: ‘Aquí estamos tus paisanos'. Aún hoy me hace llorar cuando lo recuerdo. Sigue vigente».

Por esos años, el entonces secretario de Energía de Nación, Alfredo Mirkin, visitó el hospital Ramón Carrillo en Bariloche. "Lo atajamos con un compañero, Claudio Rapoport. Nos presentamos pero nos dijo que ya sabía quiénes éramos. Le pedimos que se retire el proyecto de la cartera de Energía y nos respondió: ‘¿Hasta cuándo piensan tener a la población en pie?´. ‘Lo que sea necesario´, dijimos", recordó Maderholz.

Brockeroff contó que hoy se trabaja para incluir el Abrazo al Limay como tema curricular en las escuelas porque muchos chicos no saben de qué se trata. «Queremos inculcar esto a los chicos. Pasar la posta. No sabemos qué pueda pasar mañana, pero la semilla ya está sembrada», dijo.

Una convocatoria que superó las expectactivas

«¡Qué hermosa mezcla comunitaria!«, gritó el músico y escritor Edgardo Lanfré, al comienzo del acto que reunió una gran cantidad de personas, en medio de un fuerte viento patagónico y varias banderas argentinas, de Río Negro y mapuche.

«Aquí están los protagonistas de aquella historia -agregó Lanfré- y quienes, años después, escucharon hablar del abrazo. Fue en una sala donde se reunió un grupo de vecinos para encender ese fueguito que se transformó en una hoguera«.

Con la canción «Sube, sube, sube» de Mercedes Sosa, se izó la bandera a unos pocos metros del río Limay. Durante el acto, afloraron todo tipo de recuerdos, se leyeron poemas y hubo canciones. Incluso los estudiantes de la escuela primaria y secundaria de Dina Huapi agradecieron a la Comunidad del Limay por «aquel abrazo que permitió que, hoy, sigamos teniendo este río».

«Hoy el Limay se ve más crecido porque a más de uno se nos escapó una lágrima. Los felicito por estar acá luchando«, recalcó Marité Berbel, hija de Marcelo Berbel, reconocido compositor y músico folklorista y uno de los poetas más influyentes de la región patagónica.

La mujer cantó «Dulce Limay», el homenaje al río considerado como «un himno», mientras un grupo de folclore bailaba. Luego, se desplegó una bandera argentina enorme y los participantes del abrazo la rodearon dando lugar al tradicional abrazo.

Fuente: Río Negro