Petróleo

¿Qué falta para que Vaca Muerta convierta al país en una potencia energética regional?

"Para que Argentina pueda cumplir con su objetivo de exportar gas licuado, necesitamos al menos 800 pozos nuevos en Vaca Muerta", afirmó recientemente Horacio Marín, reflejando la urgencia de acelerar la expansión de la principal cuenca shale del país. El número no es arbitrario: según Rystad Energy, alcanzar los objetivos de producción para 2030 requiere sumar 800 pozos adicionales desde 2025, un desafío que combina inversión, infraestructura y eficiencia operativa.

En agosto de 2025, la producción nacional de crudo promedió 825.000 barriles por día, con Vaca Muerta aportando 527.000 (64%). En gas, el pico se alcanzó en julio con 159 millones de metros cúbicos por día, de los cuales 90 (57%) provinieron de la Cuenca Neuquina. Rystad proyecta que, para 2030, Argentina podría llegar a 1 millón de barriles de petróleo por día y 170 millones de metros cúbicos por día de gas, un escenario que posicionaría al país como potencia regional, siempre que se implementen una serie de medidas críticas.

El informe detalla que, para alcanzar los 800 pozos adicionales, la flota de perforación debe escalar de las 38 torres de perforación o rigs actuales, a un rango de 55 a 64, dependiendo de mejoras de eficiencia. Actualmente, cada pozo toma aproximadamente 26 días; si se redujera a 21 días gracias a optimización de prácticas y tecnología, bastarían unos 55 rigs para cumplir la meta.

La actividad de completamiento también está en récord: en mayo de 2025 se completaron unas 3.500 etapas de fractura hidráulica, lo que refleja el potencial de acelerar la producción con la infraestructura adecuada.

Los proyectos clave

La infraestructura o midstream es otro punto crítico. Duplicar Plus de Oleoductos del Valle (Oldelval) alivió la toma de crudo, pero para superar 1 millón de barriles, será necesario completar las fases VMOS I-III (y posiblemente IV para condensados) y considerar una nueva línea de 100.000 barriles por día hacia 2030. Sin estos desarrollos, el sistema podría saturarse, obligando a recurrir a transporte por camión o almacenamiento temporal, encareciendo la operación y limitando el crecimiento.

En materia de NGL (Líquidos de Gas Natural, por sus siglas en inglés), la capacidad actual de procesamiento es limitada, alrededor de 7.500 toneladas por día. Rystad proyecta que, con proyectos aprobados y en expansión, la capacidad podría alcanzar 17.000 toneladss diarias hacia 2030 y hasta triplicarse si se concretan otras iniciativas. Sin estas plantas, el butano y el propano podrían ser rechazados o vendidos a precios desfavorables, reduciendo la rentabilidad de la producción.

El gas natural licuado (GNL) se perfila como la llave para monetizar la producción. Proyectos avanzados o con decisión final de inversión (FID en inglés), como Southern Energy LNG (FLNG Hilli Episeyo más MK II, por 6 MTPA) y ARGFLNG 2 y 3 (Shell y Eni, con 6 y 12 MTPA respectivamente) podrían colocar a Argentina en un rango competitivo internacional, con un breakeven de gas de alrededor de 9 dólares por millón de BTU.

Sin embargo, Rystad advierte que el mercado del GNL podría sobreofertarse después de 2029, por lo que la sincronización de FIDs y la competitividad de costos son esenciales para mantener la ventana de oportunidad.

En eficiencia operativa, algunas áreas maduras muestran declinos de productividad por interferencia entre pozos y laterales más largos, mientras que zonas emergentes presentan mejores rendimientos por pie lateral. Actualmente, Vaca Muerta perfora unos 700 ft/día (214 metros), frente a 1.200 ft/día (365 metros) en Permian Delaware. Reducir los ciclos y optimizar proppant (arenas) y longitud de laterales se perfila como un multiplicador clave de capacidad.

Rystad estima que la inversión anual requerida podría acercarse a 20.000 millones de dólares hacia 2030, concentrada en no convencionales y GNL, aumentando la participación de Argentina en la inversión regional de 15% a más de 25%.

La actividad de ventas y fusiones se mantiene intensa: YPF, por ejemplo, ejecuta su estrategia 4×4 de desinversión en activos convencionales para focalizar capital en shale y GNL, liberando recursos que deben ser absorbidos por compradores capaces de sostener los activos convencionales.

Lo que debe hacer Argentina para dar el salto

En términos de competitividad regional, Argentina, Guyana y Surinam se perfilarán como los principales exportadores netos de petróleo. Sin embargo, Argentina podría destacarse como mayor exportador de gas, combinando el volumen de Vaca Muerta con capacidad de GNL y monetización de NGL. Esto requiere cerrar la brecha entre producción onshore y capacidad de transporte y licuefacción.

El informe resume los "must do" para 2030: escalar flota de rigs y frac spreads, mejorar performance de perforación y terminación, completar el oleoducto VMOS y ampliar tuberías de condensados, triplicar la capacidad de NGL, asegurar financiamiento y señales regulatorias claras, coordinar expansión del upstream y midstream, fortalecer capital humano y proveedores locales, y mantener estabilidad macroeconómica.

Los riesgos -según la firma internacional- incluyen el declino en áreas maduras, volatilidad del mercado del GNL y cuellos de botella temporales en midstream y NGL que podrían desacelerar la perforación.

No obstante, Rystad concluye que la geología de Vaca Muerta sigue siendo favorable y que, con coordinación entre inversión, capacidad de ejecución y señales regulatorias, Argentina tiene una ventana real para convertirse en potencia energética: 1 millón de barriles por día (y hasta 1,4 millón más adelante) y 170 millones de metros cúbicos de gas hacia 2030, con potencial de ampliar aún más la producción de crudo y consolidar su posición en gas en América Latina.

Fuente: Río Negro