Minería

El uranio argentino vuelve al centro de la agenda: presión de EE.UU. y reservas en Chubut

Por Santiago Núñez

"Argentina es rica en Uranio. Están comprometidos con la entrada de empresas privadas estadounidenses". La frase es de Scott Bessent, secretario del Tesoro de los Estados Unidos, en una entrevista de Fox News en octubre pasado. Si bien el uranio no apareció taxativamente en el documento del acuerdo marco comercial entre EE UU y Argentina, el texto habla del "sector de los minerales críticos".

Tesoro oculto

La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) define al uranio como "la materia prima clave para el desarrollo de la tecnología nuclear". Según la CNEA, la Argentina cuenta con 33.650 toneladas de uranio como recursos identificados y recuperables a un costo de producción de U$S 130 por kilo. La energía contenida en ese uranio y el consumo local actual del mineral arrojan un suministro apara 150 años.

Según la World Nuclear Association, la Argentina tiene el 0,56% de las reservas de uranio del mundo. Chubut concentra la mitad de esas reservas: los proyectos Cerro Solo, Meseta Central y Laguna Salada representan el 48,8% del total nacional.

Argentina declaró al uranio como recurso estratégico en 1945 y extrajo alrededor de 2600 toneladas entre 1952 y 1997. "Como el precio del mercado debe superar ampliamente el costo de la extracción, ahí se hacen todos los estudios para ver si existe factibilidad. La Argentina deja de extraer el uranio en 1997 justamente por este tema: es más barato importarlo que producirlo en este país", dice Viviana Moreno, bioquímica, integrante de la Asamblea "No a la Mina" de Chubut. Las reservas de uranio no se tocan desde hace casi 30 años: son un tesoro oculto. Hay un negocio que no ha sido explotado. A eso apuntó Milei en diciembre de 2024, cuando presentó el Plan Nuclear Nacional.

La explotación del uranio argentino engarza con la situación de EE UU, que posee el 10% de las reservas mundiales pero con una política global de restringir a sus competidores el acceso a fuentes de uranio, al tiempo que crece el interés como negocio por la suba del precio del uranio que se duplicó entre 2020 y 2024, hasta llegar a los U$S 72,6 por libra. Ello impulsa los gastos de exploración y construcción de minas dentro de cada país que, según el informe "Uranium 2024: Resources, Production and Demand", llegó a U$S 840 millones en 2023 desde menos de la mitad tres años antes.

Pero junto al negocio (y en relación a él) hay algo más, que impulsa a Bessent y su jefe, Donald Trump. "Cuando empezó la guerra en Ucrania vimos el riesgo que eso implicaba. Si Occidente dejaba de comprar el uranio proveniente de esa zona seguramente iban a venir por el uranio de Chubut", indica Pablo Palicio Lada, activista y comunicador del Movimiento Antinuclear de esa provincia.

Los dueños

Según las cifras oficiales de la Secretaría de Minería de la Nación, en el país hay diecisiete proyectos de uranio. Ocho de ellos están en Chubut, lo que coloca a la provincia patagónica en el centro de este debate. Luego hay dos en Mendoza, uno en Neuquén, cuatro en Río Negro y uno tanto en Salta como en Santa Cruz.

Entre los dueños de cada uno de los proyectos aparecen la CNEA (titular de Cerro Solo, Laguna Colorada, Arroyo Perdido U, Sierra Cuadrada, Sierra Pintada U, Catriel U ISL y Don Otto) pero también algunas empresas internacionales: Jaguar Uranium Corp., canadiense, dueña de Laguna Salada, en Chubut, y Huemules, en Mendoza; UrAmérica LTD, inglesa, titular de Meseta Central, en Chubut; y Blue Sky Uranium Corp, también canadiense, al frente de Amarillo Grande, Río Negro.

Hope y Lago Seco, de Chubut; Cateos, de Neuquén; Kaia y Lucho U, de Río Negro; y Meseta Sirven U, de Santa Cruz, aparecen en el registro oficial con el rótulo "Null". Esto quiere decir o bien que la concesión no ha sido realizada o que no está identificada. No obstante, en mayo de este año el gobernador de Santa Cruz, Claudio Vidal, informó una asociación con la empresa Sophia Energy SA, de Eduardo Costa, para explotar uranio en Meseta Sirven.

Riesgo ambiental

"Yo soy un antinuclear, no veo perspectiva de futuro en esto. Pero pongámoslo en términos económicos. Con la legislación que tenemos hablamos de un virtual saqueo. En Catamarca y San Juan, las regalías de un año son una lágrima". Lada apunta a la Ley de Inversiones Mineras (24.196), que coloca las regalías en torno al 3%, y los mayores beneficios fiscales del RIGI, votado en 2024.

De allí su alarma ante los riesgos ambientales. "La minería a cielo abierto, que utiliza ácido sulfúrico, es el método más común. Es conocido por sus impactos alrededor del mundo. La propia CNEA reconoce que hay más de 6 millones de toneladas de desechos tóxicos y radiactivos en las minas de uranio que se explotaron allá por los 70".

"La estimación -sigue Lada- es que más o menos por cada tonelada de uranio extraído quedan tras de sí unas 1000 toneladas de desechos tóxicos y radiactivos". Chubut puede producir más de 16.000 toneladas. "Me da escalofríos de solo pensarlo", concluye.

Fuente: Tiempo Argentino