Cultura

Miss Carbón: el orgullo en tiempos duros y la solidaridad de clase

Por Ernesto Zippo

Miss Carbón es un filme estrenado el 2 de octubre pasado. Narra una historia real; la de Carlita Rodríguez. Ella es la primera mujer trans de Río Turbio que logró ser reconocida como minera e ingresar al socavón para trabajar junto al resto de sus compañeros. Así logró romper con los prejuicios e impedimentos anquilosados de una sociedad llena de tabúes y marginación. Es además, una mirada que incluso con las contradicciones a cuestas y a pesar de ellas, también puede existir la solidaridad de clase.

Carlita tuvo que sortear todas las restricciones que se imponían en el pueblo minero de Río Turbio. Desde los prejuicios y el rechazo por su condición e identidad. Todo le cuesta el doble o el triple y así avanza la película de la directora Agustina Macri. El guión fue escrito por la escritora Érika Halvorsen e hilvana de manera dinámica cada escena. Mucho tiene que ver con que Érika creció en la cuenca carbonífera y logra retratar de manera más cercana la vida de una comunidad llena de contradicciones como la doble moral. La actriz Lux Pascal (hermana de Pedro Pascal), es la asume el rol de Carlita Rodríguez y lo hace de manera brillante. La acompaña un sólido elenco como Paco León, Laura Grandinetti, Romina Escobar y decenas de extras rioturbienses (varios de ellos son mineros en la vida real), que se sumaron a las escenas cuando la producción había convocado para la realización del filme.

La puesta en escena es cuidadosa en el manejo de las cámaras y los planos que acompañan la línea narrativa de manera coordinada con los diálogos de las y los protagonistas. Siempre existe la tensión a que pueda desencadenarse una tragedia, pero eso no ocurre y tampoco recurre a los golpes bajos o efectistas. Es todo lo contrario. Ante los momentos más adversos, Carlita siempre tiene en claro que quiere ser minera. Ella está influenciada por la idiosincrasia de Río Turbio e intentar ser parte de los trabajadores del carbón; que día a día ingresan al interior del cerro a extraer el negro mineral.

Como en todo filme, se toma sus licencias narrativas lógicas del cine e incluye escenas idílicas, como lo son la tradicional fiesta que suele realizarse en Río Turbio, durante el aniversario del pueblo y se elige "la reina del carbón". Quienes crecimos en ese pueblo sabemos que en ese evento se corona a la mujer más bella que luego estará presente en cada aniversario local o protocolar. En la película, se da un giro argumental que conmueve y no es el único que podrán ver las y los espectadores.

Incluso, existen otros elementos narrativos que ayudan a entender otros aspectos que sorprenden (digo por otro prejuicio en el cual es muy fácil de caer). Me refiero al prejuicio de creer que no existe la solidaridad obrera y las demandas de la comunidad LGTBIQ+. Carlita alguna vez me contó que el respaldo de sus compañeros mineros fue crucial para poder ser minera.

No es la única película que retrata el entrelazamiento de las luchas de la comunidad LGTBIQ+ y el movimiento obrero. Recordé al impactante filme "Pride: Orgullo y Esperanza (2014)", del director Matthews Warchus, que también está basado en hechos reales. En aquella película, retrata una sólida alianza entre activistas de la comunidad de gays y lesbianas de Londres que acompañaron la lucha de los mineros huelguistas de Gales, durante la era represiva de Margaret Thatcher.

Miss Carbón transcurre en un rincón del país, en un lugar frío y hostil de la Patagonia. Donde la vida no es fácil para nadie y mucho menos para las diversidades. Otro aspecto que resalta es rescatar la memoria de Marcela Chocobar, como un crimen de odio (transfemicidio), que conmovió por su crueldad ante una joven trans. Su introducción en la película es acertada y no se debe olvidar que ocurrió en el año 2015.

Finalmente, Carlita logra su anhelo y no es un spoiler, porque su meta tuvo repercusión en la cuenca carbonífera. Su historia atrapa porque por medio de ella, hoy trabajan cerca de una docena de mujeres más y de a poco se rompe con los mitos de que las mujeres dan mala suerte dentro de los socavones (antigua creencia que incluso existe en otras comunidades mineras del norte del país, en Bolivia y Perú). Ella puso en jaque ése discurso y prejuicio con el que muchos crecimos como un relato oficial instalado e incuestionable.

En la década del noventa, era impensado imaginar que alguna vez podrían trabajar las mujeres como mineras del carbón. Su máximo logro podía ser coronarse como una reina del carbón, en una fiesta tradicional y así crecimos en Río Turbio. En estos tiempos de negacionismos, de discursos reaccionarios, de separar las luchas gremiales de los reclamos de las diversidades; Miss Carbón llegó para decir que ninguna lucha se gana de manera separada. La lucha de la comunidad LGTBIQ+, puede triunfar si se entrelaza con las luchas de la clase obrera o viceversa. Eso es más que necesario.

Por ahora, puede verse en la plataforma Movistar Plus y el 19 de diciembre, llegará a Netfilx.

Fuente: Izquierda Diario