Pueblos originarios

El "Trafkimün", cultura y economía mapuche como camino colectivo hacia el buen vivir

El Tercer Encuentro de Artesanas y Productores "Trafkimün" en Aldea Epulef, se consolida como un espacio de intercambio económico, cultural y político en la meseta de Chubut. Con trueque, música y saberes ancestrales, la comunidad mapuche-tehuelche reafirma su identidad, recupera prácticas de resistencia y defiende el territorio frente a las promesas extractivas, proyectando el camino colectivo hacia el Küme Felen, el buen vivir.

El próximo 6 de diciembre, en Aldea Epulef, en la meseta de Chubut, se realizará el Tercer Encuentro de Artesanas y Productores "Trafkimün". La jornada comenzará a las 10:00 horas en el Salón de Usos Múltiples de la comuna rural y se presenta como un espacio fundamental para fortalecer la economía local y reafirmar la identidad mapuche-tehuelche.

La agenda del encuentro incluye la venta y trueque de producción hortícola y de artesanías, un concurso de hilado, desfile de prendas artesanales y actividades recreativas como cancha de taba, buffet y baile campero. La jornada contará con las actuaciones musicales de Millanahuel, Marcos Nahueltru, Nahuel Hueche, Miguel Neculqueo, El Trío de la Meseta y la Juventud Chamamecera.

La organización es impulsada un grupo de artesanas y colaboradores locales, quienes han logrado convertir este espacio en un punto de referencia regional. Jonathan Reynacul, uno de los organizadores y promotores de la iniciativa, explicó el origen y los objetivos del Trafkimün que significa "intercambio de conocimientos" en la lengua mapuche.

El origen y la recuperación identitaria

"Surgió a partir de la idea de dos artesanas, Roxana Astudillo y Berta Llanos, quienes querían ser reconocidas en su labor", relató Reynacul a infoterritorial. "Ellas siempre salían a vender sus productos afuera, pero la idea surgió de decir: ¿por qué no hacer algo acá en Aldea Epulef?" El primer intento de Trafkimün, organizado en el año 2022 con gran esfuerzo, apenas reunió a tres personas y obligó a repensar las estrategias de convocatoria. Desde entonces, comenzaron a articular con comunas rurales y municipios, extendiendo invitaciones para que artesanos y productores de la región se sumen y fortalezcan la propuesta: "que puedan acceder a ese encuentro, traer sus productos, mejorar o tener una mejor rentabilidad dentro de lo comercial", explicó Jonathan.

Más allá del comercio, el encuentro se propone como una apuesta a la revitalización cultural. Reynacul, quien a sus 28 años lleva diez inmerso en un proceso de "reivindicación de la identidad Mapuche-gününa kena", subraya que parte de la comunidad, descendiente del lonko Mariano Epulef, ha "perdido u olvidado mucho de nuestra historia y mucho de nuestra cultura", producto de las migraciones a las ciudades, sobre todo por parte de los más jóvenes para estudiar, pero que vuelven a sus familias en búsqueda de recuperar y fortalecer sus raíces. El Trafkimün se convierte, así, en un espacio para recuperar el Kimun (conocimiento) de la Mapu (tierra) y la estructura social completa de su Pueblo.

La respuesta a las crisis económicas

El evento nació también como una respuesta directa a la crisis económica. "Acá, tanto para los productores como para los artesanos en el campo, ha ido bajando la comercialización; la lana vale poco, no es rentable como lo era antes", explicó el organizador. Ante esta desventaja productiva, agravada por el aislamiento geográfico de la aldea -que solo recibe transporte una vez por semana desde Esquel, a unos 165 kilómetros-, el encuentro se pensó como un lugar donde se dé valor a su producción.

Reynacul hizo hincapié en la necesidad de retornar a las prácticas ancestrales: "El objetivo, como está baja la economía, es poder hacer un intercambio de productos, que la gente sepa que es un lugar abierto a hacer trueque, a hacer intercambio, no solamente con dinero, sino con plantas, con sus productos. Y eso igual es un objetivo: volver a los conocimientos de los Pueblos Originarios, que hoy nos pueden salvar las papas en este contexto."

Memoria y resistencia

Según los datos del último censo, Aldea Epulef contaba con 166 habitantes en 2022. Compuesta por unas 50 familias en la localidad y otras 20 en los campos circundantes, mayoritariamente descendientes mapuche-tehuelche que se identifican con caciques históricos como Sayhueque y Calfucurá, Aldea Epulef es un testimonio vivo de la resistencia y el desplazamiento forzado posterior al genocidio perpetrado por el Estado argentino durante la mal llamada "Campaña del Desierto". Tras el despojo territorial masivo y la consecuente dispersión y sometimiento de su gente, el Lonko Mariano Epulef lideró un proceso de reasentamiento. Según los relatos de los pobladores, en 1919, Epulef movilizó a 28 familias desde Neuquén, buscando refugio y un nuevo punto de arraigo para su Lof (comunidad) en la zona. Las familias mapuche lograron establecer sus huertas y criar a sus animales incluso en un terreno pedregoso, bajo el viento hostil y las frías temperaturas.

Conciencia colectiva frente a la minería

Un siglo después, este acto de resistencia se resignifica en un contexto donde las promesas de salvación económica se manifiestan en proyectos mineros. Pero estos proyectos sólo ofrecen empleo temporal a cambio de la destrucción de la naturaleza; una vez saqueado el territorio, las mineras se retiran, dejando sólo devastación. Por ello, el encuentro actual funciona como un acto de conciencia y defensa territorial. La población de Aldea Epulef, en particular, mantiene una postura firme contra la explotación extractiva. "En Aldea Epulef, periódicamente nos han visitado las empresas mineras, y los loncos han dicho que no. El último lonco que hizo una nota fue en el 2021, donde juntó a toda esa comunidad en rechazo de la megaminería", recordó Reynacul.

"Nosotros le decimos no a la minería, pero ¿qué pasa? Nosotros también somos comunidades antiquísimas, que durante mucho tiempo fuimos sometidas, y quedó ese miedo", reflexionó Reynacul. La defensa se articula a través de estos espacios de afirmación: "Una de las formas de concientizar es este Trafkimün, donde hablamos del Feyentun (respeto a la naturaleza), del Itrofil Mongen (diversidad de vida) que hay en la mapu (tierra)." Esta postura se mantiene activa en el territorio, especialmente en relación con la Sierra del Lonko Trapial, área cercana señalada por intereses de explotación de uranio. El Trafkimün es, en esencia, fruto de un largo proceso de conciencia en busca del Küme Felen (buen vivir) dentro del territorio.

Fotos: Matías Valenzuela

Fuente: InfoTerritorial