Por más que se ponga el mameluco de YPF, Javier Milei es uno de los máximos responsables, aunque no el único, de la crisis productiva, laboral y de ingresos por la que atraviesan Comodoro Rivadavia, Chubut y el conjunto de la Cuenca del Golfo San Jorge. Sus decisiones políticas y empresariales borraron de un plumazo 118 años de historia desde aquel descubrimiento del petróleo el 13 de diciembre de 1907. Lo de esta YPF nada tiene que ver con el desarrollo nacional y la soberanía energética. Si Mosconi se levantara de la tumba lo mandaría a correr por la Marina de Guerra a culatazos como lo hacía, represivamente, con los obreros petroleros que protestaban a principios del siglo pasado. Lo sucedido con YPF en los últimos dos años ameritaría un juicio político al presidente Milei, el CEO Horacio Marín y todo el Directorio que conduce la empresa libertaria con mayoría accionaria estatal. La voracidad por obtener ganancias con una empresa del Estado, la insistencia por desarrollar los hidrocarburos no convencionales y la alocada ambición de obtener ganancias en dólares para hacer funcionar una economía deprimida y extranjerizada tiene y tendrá consecuencias nefastas para una región petrolera que supo aportar mucho al conjunto del país. Se robaron, con la lógica del mercado tirando del carro del abandono, el presente y el futuro de la Cuenca del Golfo San Jorge. Los padecimientos son de los pueblos patagónicos diezmados, incluyendo el pasivo ambiental centenario, y las vaquitas son ajenas.
Del descubrimiento a la crisis actual
Otro 13 de diciembre sin nada para festejar en el marco del Día del Petróleo, cuando en 1907 se descubrió el oro negro en Comodoro Rivadavia con el que la región y el conjunto del país lograron desarrollarse como una potencia sudamericana.
118 años después hay muy poco o casi nada por celebrar. La "Capital Nacional del Petróleo" ya perdió hace varios años esa categoría y ahora se transformó en una ciudad hundida en una crisis laboral, económica y social que aún no ha mostrado toda su dimensión.
Con la producción petrolera cayendo de manera constante desde hace años, con miles de obreros petroleros en sus casas tras la oleada de despidos y con las arcas de la provincia y los municipios cada vez más escuálidas de regalías; el panorama se pone muy oscuro para el futuro.
Comodoro le entregó al país más de un siglo de aportes no solamente en el crudo para la industria y los combustibles, esos barriles de petróleo se lograron sacar con el esfuerzo de miles de trabajadores dentro y fuera de la petrolera estatal. También el conjunto de la sociedad comodorense hizo lo propio para que ese proceso se pudiera desarrollar.
El crecimiento de Comodoro fue desordenado, mal planificado e inequitativo. Los campamentos ypefianos contaban con mucho de lo que el resto del pueblo adolecía.
A casi doce décadas desde que brotara petróleo en el Pozo N°2 Comodoro sigue padeciendo la falta de agua potable para su población, busca no caerse al mar en medio de erosión de sus costas y al interior de la ciudad el desarrollo fue urbanísticamente crítico entre medio de miles de pozos abandonados y un pasivo ambiental gigante.
Comodoro y su gente le pusieron el hombro a la explotación petrolera, el crecimiento de YPF como empresa nacional y al desarrollo del conjunto del país.
Hoy esa pétrea voluntad es desdeñada. El pueblo que vio brotar crudo por primera vez hace 118 años atraviesa quizás una de sus peores crisis, no porque antes no haya aguantado sacudones de bajas de precio del barril y oleadas de despidos, sino porque en esta ocasión el panorama más tétrico es el que se vincula con el futuro.
Osvaldo Soriano bien podría hacer encajar a Comodoro en su célebre "Triste, solitario y final", pero el pueblo comodorense se encargará, posiblemente, en demostrar que la ciudad sigue de pie, no es de descarte y está dispuesto a dar más peleas para no languidecer, ni tampoco solamente subsistir en medio del naufragio del oro negro que jamás hizo que este pueblo patagónico alcanzara el esplendor de una Texas o una Kuwait.
El abandono planificado de YPF
El descubrimiento del petróleo fue encabezado por el Estado nacional hace 118 años y luego llegaría el turno de la creación de YPF Sociedad del Estado (SE) para impulsar desde 1922 la explotación a gran escala de la riqueza hidrocarburífera que brotaba desde las entrañas de una Comodoro que crecía al ritmo del petróleo.
Poco más de un siglo después la otrora YPF estatal profundizaba su plan de abandono de Comodoro. Bajo la conducción libertaria de Horacio Marín -ex CEO de Paolo Rocca en Techint- comenzó el desguace definitivo en los yacimientos maduros bajo la argumentación que no eran rentables y que la compañía necesitaba focalizarse exclusivamente en la explotación no convencional de Vaca Muerta en la Cuenca Neuquina.
No fue el primer proceso de embestida contra Comodoro y la Cuenca del Golfo San Jorge, desde el 2012 y en tiempos del kirchnerismo se puso proa hacia Vaca Muerta con los millonarios subsidios estatales que fomentaron y potenciaron la posibilidad de desarrollo de los pozos de shale.
Esa política fue acompañada por el macrismo, el albertismo y el mileísmo. Ahí no hubo grieta ni batalla cultural que los desuna, todos apuntaron con sus matices y velocidades hacia la misma dirección.
El anterior gran golpe dado a YPF y la región se había producido en tiempos del menemismo cuando se privatizó la mayor empresa estatal, permitiendo que ingresaran como accionistas los inversores privados y desplazando a miles de trabajadores ypefianos hacia el camino de los parias sin trabajo.
YPF nunca fue la misma tras la privatización menemista, ni siquiera tras la fallida "argentinización" de los Eskenazi o de la "recuperación" parcial de la empresa a través de la expropiación del 51% de las acciones en tiempos del kirchnerismo.
La petrolera estatal que desarrolló el país con vistas a la industrialización y el autoabastecimiento comenzó a funcionar desde la dictadura militar del '76 como una vaca lechera que daba enormes ganancias al país, se tomaba a través suyo enormes endeudamientos extranjeros y poco a poco se la iba vaciando.
Desde la privatización la soberanía petrolera siempre estuvo en riesgo y con la llegada al poder de la administración libertaria de Milei se potenciaron los problemas para Comodoro y la Cuenca del Golfo San Jorge.
A poco de asumir la presidencia de la compañía, Marín puso proa exclusivamente hacia Vaca Muerta para intentar resolver los problemas de infraestructura y apuntar esencialmente a la exportación de petróleo y gas licuado sin importar el desarrollo del conjunto de los yacimientos nacionales ni el autoabastecimiento energético de la Nación.
Dólares del Plan Andes y pasivo ambiental
Con una lógica extractivista extrema y con la única prioridad de bajar los costos de producción para hacer competitivas las exportaciones, la YPF libertaria se consolidó con una empresa más del mercado petrolero vernáculo donde la rentabilidad pasó a ser la única meta.
La herramienta diseñada por Marín fue el Plan Andes con el cual vendería todos los yacimientos maduros que tenía YPF en el país y se focalizaría en Vaca Muerta para desarrollar todo lo que falta con el objetivo de exportar todo lo posible y obtener los tan ansiados dólares que el país necesita para saciar sus necesidades internas y las externas a la hora pagar los vencimientos de deuda.
El Plan Andes fue llevado al directorio de YPF marco del Plan 4x4 para cuadruplicar el valor de la compañía en los próximos 4 años y desarrollar a mayor velocidad Vaca Muerta. A finales de febrero del 2024 la casi totalidad de los directores -en su gran mayoría puestos por las provincias productoras de hidrocarburos- votaron a favor del deshacerse de los yacimientos maduros y focalizarse en los no convencionales. Sólo un director se opuso al plan de Marín.
Poco a poco YPF fue vendiendo los 55 yacimientos que tenía en Chubut, Mendoza, Neuquén y Río Negro. Más tiempo llevaron las negociaciones para desprender de las áreas en Santa Cruz, con varios tira y aflojes por el pasivo ambiental, y las de Tierra del Fuego que aún están en danza.
En Chubut YPF vendió casi todas sus áreas convencionales y no pagó nada, tampoco hay datos certeros sobre el traspaso del pasivo ambiental a las nuevas operadoras que le compraron las concesiones de las áreas; mientras que en la semana se confirmó la venta del yacimiento de Manantiales Behr por el que cobraría en 450 y 500 millones de dólares.
Algo similar sucedió en Mendoza, Neuquén y Río Negro; en ninguna de estas provincias se conoció en detalle el pago o la transferencia del pasivo ambiental.
En Santa Cruz las negociaciones fueron escabrosas y finalmente en el 2025 consiguió cerrar un acuerdo con el gobernador Claudio Vidal a cambio de alrededor de 335 millones de dólares, 200 millones como pago resarcitorio por la reversión de las áreas a la provincia y otros 135 millones pagaderos por deudas con la provincia. Mientras que queda pendiente la evaluación del pasivo ambiental que tiene más de 80 años y que YPF pagaría en cuotas en el marco de un plan quinquenal de remediación ambiental.
Marín logró que YPF no solamente se deshaga de un pasivo ambiental centenario en las cuencas maduras del país, sino que además llevó a las arcas de la compañía varios cientos de millones de dólares en lo que podría considerarse una reprivatización de los yacimientos que son propiedad de las provincias productoras.
Producción y reservas en baja con miles de obreros expulsados
La empresa bajo conducción libertaria se termina de ir de Chubut, con la confirmación de la venta de Manantiales Behr, bajando notablemente la producción en la última década y haciendo decrecer las reservas como consecuencia de niveles de inversión que rozan lo irrisorio.
Hasta el 2024 YPF devaluó las reservas comprobadas de crudo en El Trébol un 71%; en Campamento Central el 71% y en El Tordillo un 37%. Sólo las aumentó en Manantiales Behr un 77%.
El proceso de desinversión exploratorio que hizo decrecer las reservas lleva muchos años y se intensificó desde el 2022, pero los últimos 25 años YPF decreció las reservas petroleras chubutenses en un 65% y en más del 80% en flanco norte santacruceño.
Esos niveles de achicamiento del valor de la compañía inclusive impactaron en los precios de venta de los yacimientos maduros, bajándolos a niveles irritantes; aunque los dólares obtenidos fueron solamente a las arcas de YPF y a las provincias poseedoras de los recursos no les quedó casi nada.
La producción petrolera también decreció por el accionar de YPF en ritmos alarmantes. Durante los últimos 25 años la extracción de crudo bajó 26% en El Trébol; 50% en Campamento Central y 62% en El Tordillo asociada con Tecpetrol de Paolo Rocca. Manantiales Behr que es la joya de la abuela ypefiana solamente subió el 29% y es el séptimo yacimiento más importante para la compañía en todo el país.
Todos estos ritmos productivos y exploratorios en franco decrecimiento, profundizados desde que asumió Marín la presidencia, cimentaron la enorme expulsión de trabajadores que se viene concretando en este 2025.
La YPF libertaria hizo el trabajo sucio de achicar la cantidad de trabajadores en los yacimientos de la CGSJ y le dejó el terreno allanado a las nuevas concesionarias que ingresaron tanto a Chubut como al norte de Santa Cruz.
La maximización de la rentabilidad en la CGSJ se apuntala con el aumento de la productividad obrera, de esa manera con YPF a la cabeza y con el acompañamiento de las demás operadoras se está produciendo una brusca baja de los costos de producción.
Ante la falta de números oficiales no está claro aún cuántos miles de puestos de trabajo se destruyeron en el conjunto de la Cuenca, pero los primeros indicios extraoficiales dan cuenta de una cifra que rondaría entre los 5.000 y los 10.000 empleos menos de los que había hasta el 2023.
Lo cierto es que han sido varios miles de puestos de trabajo perdidos que ahondaron una crisis laboral instalada en ambas orillas de la CGSJ y que se traduce en un proceso recesivo en el consumo regional que impacta sobre otras actividades económicas y productivas de la región.
"Pozo del sueño": La apuesta al fracking y las exportaciones
Chubut busca denodadamente una salida a la crisis a partir de algunas opciones y modificaciones en las reglas de juego. La explotación de los recursos no convencionales de la formación D-129 apuntan como una de las oportunidades para encontrar una alternativa a la deprimida extracción convencional que abandonó YPF y que el resto de las operadoras no han conseguido orientar en una dirección positiva.
Desde hace varios años, especialmente tras la impronta estatal para poner en marcha Vaca Muerta, que en los yacimientos chubutenses se menciona la posibilidad de concretar el fracking como una opción complementaria; aunque en varias oportunidades la misma había sido frenada por amparos judiciales presentados desde los pueblos originarios.
Este año la exploración de los convencionales alcanzó su mayor punto de inserción de la mano de las fracturas hidráulicas concretadas por Pan American Energy (PAE) en lo que se conoce como el área de Río Chico y que se denominó Aurora Austral.
Sin que se profundicen demasiado los debates sobre la cantidad de agua necesaria para las fracturas, en una región donde justamente falta el vital fluido para el consumo humano, y los sismos que la actividad genera; se avanza en la búsqueda resultados positivos que le posibiliten extraer shale gas para exportar por los barcos que instalará con YPF en la rionegrina zona de Río Colorado.
Para ello consiguió que el gobierno chubutense reduzca el porcentaje de regalías a pagar por esta actividad no convencional -del 12 al 9%-. Sin que haya muchos anuncios certeros, PAE avanza y el viernes el sindicato petrolero, conducido por Jorge Avila, concretó una masiva movilización frente a lo que denominó el "pozo del sueño".
En las inmediaciones del pozo de fracking que está perforando el equipo 160 de DLS en Cerro Dragón, Avila puso todas las expectativas entorno de la explotación no convencional y al mismo tiempo advirtió que se tratará de un largo proceso de "seis o siete años" hasta que la actividad alcance ritmo.
"Loma" Avila agradeció a PAE, anticipó que serán los últimos cuatro años de mandato sindical, confirmó que "los despidos se terminaron" y le apuntó todos sus dardos al abandono protagonizado por YPF. Dijo que "no le podemos dar gratis que se llevan 500 palos (en dólares), que dejen un pasivo social y una ciudad destruida. No podemos dejar que suceda".
El lunes 15 se realizará la manifestación frente a la sede de YPF en Kilómetro 3 y el sindicato dejará una "corona negra" para despedir a la petrolera bajo conducción libertaria que se va de Comodoro.
En ese marco, el Gobierno provincial firmó acuerdos con Nación para que se eliminen las retenciones a las exportaciones para que de esa manera se puedan potenciar la producción convencional y vender más crudo Escalante al extranjero.
De Mosconi a Milei, un retroceso histórico con alto costo social
La salida de YPF de Chubut es un proceso que se inició hace ya varios años. Tras jugar un papel principal en la expropiación de Repsol en el 2012, las posteriores conducciones de la compañía fueron virando sus prioridades y relegaron a una Comodoro Rivadavia que la vio nacer y la cobijo durante más de un siglo.
Desde mediados de los años '90 YPF puso especial atención al desarrollo de yacimientos en el norte de Santa Cruz, como el de Los Perales y Las Heras, pero ese lineamiento podía hacer convivir a ambas zonas de la Cuenca.
En el año 2020 se produjo uno de los mayores golpes anticipatorios a lo que luego sería el abandono de Comodoro. En medio de la pandemia de COVID y bajo la presidencia en el Directorio del economista Guillermo Nielsen, la gobernadora santacruceña anunció en junio que "la sede de la regional sur de YPF estará en nuestra provincia".
El gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner dieron rienda suelta a otro golpe para una Comodoro, la que ya venía sacudida por las políticas del macrismo en el ámbito energético y en el terreno productivo.
Pocos pataleos se escucharon en el año de la pandemia sobre la salida de YPF con el traslado de la administración central, Chubut y Comodoro dejaron pasar la oportunidad de pararse de manos para enfrentar una decisión que las perjudicaba enormemente. Algo similar sucedió cuando la YPF libertaria anunció su salida definitiva de Comodoro. La clase política, por acción y omisión, posibilitó que este proceso se desarrolle sin grandes sobresaltos para los jerarcas de la compañía.
Hace 103 años el general Enrique Mosconi creó YPF, la primera de su tipo en toda América Latina, como una empresa estatal vital para pensar en el desarrollo y crecimiento del país a partir de controlar la producción de hidrocarburos y combustibles.
Comodoro ha quedado huérfana del Estado paternalista que Mosconi diseñó y Milei se encargó de destruirlo completamente. La prioridad está puesta en exportar y conseguir los dólares que le faltan a la economía nacional, pero el costo es altísimo para una ciudad y una región que entregó su esfuerzo y su sangre para hacer grande al país.
El pueblo comodorense y de la Cuenca seguramente darán pelea, se las ingeniarán para otra vez superar una crisis y quizás el resultado pueda ser favorable.
Lo que la historia no podrá ignorar es que desde hace largos años YPF rompió el enamoramiento con Comodoro Rivadavia, aunque ahora se está concretando el divorcio definitivo y la empresa conducida por libertarios abandona al amor de su vida.
Este 13 de diciembre no fue uno más en la historia, marcó el final de un proceso y el inicio de otro; aunque el futuro es incierto.
