Patagonia

Cómo era la Patagonia bajo agua en la época de los dinosaurios

Por Adrián Moyano

Grandes masas de agua que provenían del que hoy llamamos Océano Pacífico llegaban a las cercanías de la actual General Roca. Otros mares señoreaban sobre el norte neuquino del presente y el área donde en nuestros días se erige Bariloche se levantó y permaneció con una inclinación que es la que explica por qué ríos como el Limay trascurren hacia el noreste, o directamente hacia el este, en busca del Atlántico.

La fotografía se completaba con la presencia de bosques tropicales donde hoy hay estepa. En esos tiempos, la fauna de la todavía inimaginable Patagonia se componía de curiosos cocodrilos terrestres, dinosaurios cuyo tamaño podía equipararse al de los animales domésticos del presente y otros que contrariamente, eran de proporciones monumentales. Por entonces, faltaba muchísimo para que los primeros humanos transitaran por estas latitudes.

Es que "la Patagonia integró a comienzos del período Cretácico uno de los supercontinentes, llamado Gondwana, que abarcó Sudamérica, África, Australia, Antártida e India hasta hace unos 140 millones de años". Cabe recordar que la presencia humana más antigua en la zona de Bariloche apenas si supera los 10.000 años antes del presente. "El movimiento de las placas tectónicas provocó la separación de estos territorios, que fueron tomando lentamente sus ubicaciones actuales".

La dispersión fue tan paulatina e imperceptible que "los restos fósiles de varias especies (de dinosaurios), como los hallados en El Chocón, revelan que están emparentadas con especies encontradas en Sudáfrica". La aseveración puede leerse en "Río Negro. Los caminos de la historia" (Pido la Palabra Editorial, 2021), libro de autoría conjunta que tuvo como editora a la historiadora neuquina Susana Bandieri.

Los párrafos que traemos a colación fueron escritos por las historiadoras barilochenses Giulietta Piantoni y Liliana Pierucci, a quienes hace poco consultó El Cordillerano por un asunto diametralmente distinto: la búsqueda de obras de arte que formaron parte de un concurso que ideó Parques Nacionales en 1948. Fue durante la reciente Noche de los Museos, cuando supimos que de varias de aquellas pinturas se desconoce destino.

Pero volvamos a cómo era el norte de la Patagonia en tiempos de los dinosaurios. "Donde hoy vemos estepa, monte y espinal, en otro tiempo hubo bosques tropicales, dunas y lagunas, e incluso, costas marinas y bancos de arrecifes", asevera el texto. Además, "en diferentes momentos, uno u otro océano bañaron los suelos patagónicos, como, por ejemplo, durante parte de la Era Mesozoica -en los períodos Jurásico y Cretácico-, el océano Pacífico ingresó por el Oeste e inundó grandes extensiones de la actual provincia de Río Negro -se cree que estas aguas llegaron hasta lo que hoy es la ciudad de General Roca-. Por otra parte, a finales del período Cretácico, el océano Atlántico avanzó tanto que cubrió una gran parte del norte de la Patagonia".

División continental

En áreas que hoy son cualquier cosa, menos marítimas, "el mar invadió un sector de la actual provincia de Neuquén y cubrió incluso la región de Malargüe, en el sur de la provincia de Mendoza", añade la contribución de Piantoni y Pierucci. En algún momento, muchos millones de años atrás, "se estima que el continente quedó dividido en dos partes y muchos años después el mar se retiró dejando al descubierto la zona de los valles tal cual la conocemos en el presente".

En la zona donde está Bariloche y en rigor, más al norte y también al sur "con el cambio de era de Mesozoica a Cuaternaria, se produjo el levantamiento de la cordillera de los Andes a causa de los movimientos tectónicos, lo que produjo la inclinación del continente hacia el Este y determinó que el sentido del recorrido de los ríos adquiriera la pendiente atlántica que los caracteriza en la actualidad", como es el caso del Limay.

Los/as amantes de ciertos gigantes saben que, "como resultado de estos procesos hoy contamos con diversos sitios de interés paleontológico en las provincias de Neuquén y Río Negro, de gran importancia científica", destacaron las historiadoras. "En estos yacimientos se han encontrado restos fósiles de dinosaurios terópodos y saurópodos; de aves, de diversos reptiles como cocodrilos, serpientes y tortugas; huellas -icnitas- y nidadas con huevos".

Los hallazgos también incluyen "coprolitos de dinosaurios y mamíferos; huellas y restos de pterodáctilos; plesiosaurios e ictiosaurios; peces, amonites; trilobites, etcétera.; junto con restos de flora como troncos, piñas, improntas de hojas y de helechos en muy buen estado de conservación", enumeraron las investigadoras. No por nada "especies emblemáticas para la paleontología mundial fueron descubiertas en estos territorios".

Entre ellas, se puede mencionar al "Argentinosaurus huinculensis, uno de los herbívoros más grande del mundo (que) habitó la región actual de Plaza Huincul y Cutral Co". También es destcable "la Gasparinisaurus cincosaltensis, un ornitópodo herbívoro de 70 cm de largo y 50 cm de alto proviene de la localidad de Cinco Saltos". Es decir, donde en el presente se erige la localidad.

Menos impresionante por su tamaño quizá resulte el "Neuquenornis, un ave cretácica del tamaña de una paloma" que habitó "las actuales bardas de la ciudad de Neuquén", junto con "el ave dinasauriana Alvarezsaurus de 80 cm de alto y el ave corredora Patagopteryx de 40 cm de alto". Como contrapartida, más impactantes resultaron los "restos de diversos Titanosaurios con fémures de hasta 1,80 m de alto -entre ellos Andesaurus y Rebbachisaurus-" que "fueron hallados en el norte neuquino y rionegrino".

La nómina de estos auténticos "primeros pobladores" incluye además a "cocodrilos terrestres pertenecientes a la familia de Notosuchus y Comahuesuchus y otro gigante, el Giganotosaurio carolinii, considerado el carnívoro más grande del mundo", cuyos restos "fueron hallados en El Chocón. El llamado Abelisaurio Comahuensis, un terópodo que vivió a finales del período Cretácico fue encontrado en Rincón de los Sauces", completa el repaso. Tan, pero tan antiguos, que todavía nadie podía llamar Patagonia a la Patagonia.

Fuente: El Cordillerano