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Avanza la Educación Emocional, mientras se desarticula la ESI: El debate pedagógico que aterriza en Chubut

Casi al mismo tiempo que el Gobierno nacional presentó la Ley de Reforma Educativa, en la Legislatura de Chubut se volvió a presentar un proyecto ligado a la implementación de la Educación Emocional en las escuelas, un enfoque que ha cobrado relevancia en el debate pedagógico en los últimos años e incluso ha sido adoptado formalmente en algunas provincias. El avance no es casual, sino que se produce en un momento de desfinanciamiento de la Educación Sexual Integral. A pesar de seguir vigente, en muchas provincias -como Chubut- registra obstáculos para su plena implementación, vinculados a la falta de inversión, la desarticulación de equipos institucionales y la paulatina modificación de la currícula hacia contenidos de educación emocional. Docentes y especialistas advierten que este modelo desconoce el avance de la ESI y busca reemplazarla con un paradigma más individualista del sujeto. "No hace falta ningún tipo de reforma que incorpore la Educación Emocional porque la ESI no solo las incluye sino que las comprende de manera crítica. Y esto es lo que se busca modificar. Es decir, descontextualizar estas emociones y dejarlas bajo responsabilidad de cada quien, de cada persona, de cada niño, de cada adolescente", precisó a El Extremo Sur Sol Cañumil, docente de ESI.

El proyecto de Otero

Recientemente se conoció que la diputada provincial del bloque Despierta Chubut, Karina Otero, presentó un proyecto de ley que busca incorporar contenidos de Educación Emocional al diseño curricular de todos los jardines de infantes de Chubut.

La propuesta, orientada tanto a instituciones públicas como privadas, busca incorporar contenidos vinculados a autoestima, empatía, autoconciencia, autocontrol y resolución de conflictos para construir vínculos saludables desde la primera infancia. La iniciativa ya habría ingresado a la Legislatura y sería analizada en comisión antes de llegar al recinto.

En la fundamentación del proyecto, Otero remarca que ya son varias las provincias que avanzaron con legislaciones similares, entre ellas Corrientes, Misiones, Chaco, Tucumán y Jujuy, por lo que considera necesario que Chubut implemente estos contenidos de forma "sistemática y transversal" en todo el Nivel Inicial.

Por otro lado, señala que la primera infancia -desde el nacimiento hasta los seis años- constituye una etapa clave para el desarrollo del cerebro y la adquisición de herramientas emocionales. La diputada remarca que organismos como la UNESCO afirman que los niños criados en entornos seguros y estimulantes logran desarrollar mejor su potencial, habilitando su inserción plena en la vida social, educativa y laboral.

En este sentido, se apoya en distintos autores como Rafael Bisquerra, psicólogo y presidente de la Red Internacional de Educación Emocional y Bienestar o Claude Steiner y Paul Perry, psicólogos y autores del libro "La Educación Emocional". En síntesis, definen la educación emocional como un proceso educativo orientado al fortalecimiento de competencias como la empatía, la gestión emocional, la escucha activa y la resolución de conflictos, aspectos que consideran fundamentales para la integración social.

El proyecto de Otero define la Educación Emocional como el proceso de enseñanza y aprendizaje de habilidades socioemocionales mediante actividades como juegos, dinámicas grupales, análisis de películas y expresiones artísticas. Entre sus objetivos, se destacan: promover el reconocimiento y expresión de emociones; fomentar la gestión emocional para manejar impulsos y frustraciones; estimular habilidades para detectar situaciones de violencia; promover el respeto por la integridad personal y ajena; prevenir diversas formas de vulneración de derechos, como maltrato infantil, abuso o trata.

La autoridad de aplicación será el Ministerio de Educación, que deberá diseñar lineamientos pedagógicos, capacitar a los docentes, crear espacios de formación para familias y evaluar la implementación del programa.

No es el primer proyecto de este tipo que se presenta en la provincia. En los últimos años, dos proyectos vinculados a la Educación Emocional fueron presentados en Chubut: uno perteneciente a la diputada provincial Jacqueline Caminoa, denominado "Programa Educativo de Aprendizaje Emocional, Etico y Social", presentado el año pasado, y el otro perteneciente a la Fundación Ser Protagonista de Puerto Madryn, presidida por la coach Ana Barros, que tomó estado parlamentario en 2019 y estuvo cerca de ser tratado, aunque se frenó ante el rechazo de los gremios docentes.

La Educación Emocional viene ocupando un lugar central en el debate pedagógico en la Argentina, y ya son varias las provincias que cuentan con contenidos de este tipo en las currículas educativas. Corrientes fue la primera en sancionar una norma al respecto en 2016. Le siguen Misiones, en 2018; Jujuy en 2021; Chaco en 2022 y Tucumán en 2023. Sin embargo, otras provincias, como Chubut, comenzaron a discutir desde hace ya varios años la posibilidad de implementación. El tema tomó mayor relevancia el año pasado, con la presentación de diversos proyectos a nivel nacional.

Lucas Malasi, psicólogo y presidente de la Fundación Educación Emocional, es el autor de uno de los proyectos presentados en la Cámara de Diputados de la Nación. Según explica en el texto del proyecto, "es menester abordar una educación que favorezca el desarrollo de la resiliencia, salud emocional y satisfacción personal, dinamización de recursos y el entrar en acción, tolerancia a la frustración y automotivación". En la misma línea que el proyecto presentado por Otero, plantea la implementación de conocimientos para la regulación de las emociones a partir de los siguientes ejes: a) Cooperación y el trabajo en equipo, b) Bienestar integral, c) Empatía y d) Autoconciencia. En paralelo, la diputada por San Luis, Karina Bachey, también presentó un proyecto de Ley de Incorporación de la Educación Emocional al Sistema Educativo.

Un paradigma individualista

Las distintas propuestas presentadas en relación a la Educación Emocional suscitan críticas y resistencias. Gremios docentes, organizaciones y especialistas han señalado que estos proyectos están íntimamente vinculados a los ideales de las políticas neoliberales y que su implementación desconoce el avance de la Educación Sexual Integral, que establece líneas de trabajo en relación a las emociones, aunque se sitúa en un paradigma diferente.

La Educación Emocional considera el desarrollo emocional como parte indisociable del desarrollo global del individuo y tiene como objetivo la regulación de las propias emociones, la prevención de los efectos perjudiciales de las emociones negativas intensas y el fortalecimiento de la habilidad para relacionarse de manera positiva con los demás (1).

En el marco del reflote de los proyectos de Educación Emocional el año pasado, Ctera publicó un comunicado en el que advertía que "todas estas iniciativas tienen un enfoque que se liga explícitamente a los ideales del sistema neoliberal en lo económico y neoconservador en lo político-pedagógico, en el que se priorizan las salidas individuales frente a los problemas sociales y educativos, la meritocracia como la manera de superación de las dificultades y la competencia como regla general en un contexto en el que la educación y el conocimiento son vistos como una mercancía más".

En la misma línea, ATECh publicó una Carta para la docencia en Chubut -firmada por colectivos feministas y transfeministas, sindicales, universitarios, políticos y de Derechos Humanos- en la que exponen seis razones para el fortalecimiento de la ESI en las escuelas, al tiempo que destaca el componente afectivo y emocional de sus contenidos curriculares. "Creemos que es necesario encontrarnos para discutir las diferentes políticas educativas, con sus trasfondos ideológicos, identificando la idea de educación que sustentan, para quiénes y a favor de quiénes", remarcaron.

En primer lugar, se refieren a la necesidad de "alojar los afectos propios, de estudiantes y familias", entendiendo la educación "como derecho social y no como bien de consumo, intercambiable bajo lógicas mercantilistas y tecnocráticas".

También recuerdan que uno de los ejes de la ESI tiene que ver con valorar la afectividad y trabajar con actitudes como la escucha, la empatía, la solidaridad, el respeto y el amor desde una perspectiva dialógica y colectiva. Y subrayan: "Una escuela con ESI conjuga los verbos cuidar, acompañar, escuchar, mirar, entre otras. La ESI nos reconoce como seres sensibles, por ello las experiencias emocionales están siempre corporizadas, y pueden ser exploradas, mezcladas, jugadas, sentidas, compartidas en la escuela. En cambio, la Educación Emocional trata de recortar, aislar, etiquetar, encasillar, imponiendo una verdad: ‘esto es la alegría', ‘esto da miedo, esto no', ‘la alegría es amarilla, la ira es roja, el miedo es negro', etc".

En diálogo con este medio, la especialista en ESI, Liliana Maltz, advertía que "la Educación Emocional surge en las escuelas a partir de cuestiones que se trabajan en las empresas, por eso los verbos que acompañan al sustantivo emoción, son ‘autogestionar', ‘autoregular', ‘autoncontrolar.' Por un lado, los verbos tienen esta característica de gestión empresarial y una concepción individualista, de que la responsabilidad de estar bien está en el sujeto: independientemente de las causas que generan la emoción lo importante es gestionarla, regularla, controlarla para poder estar siempre felices y contentos".

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La ESI, por otro lado, parte de lo colectivo, "como una construcción que se dan en el marco de una cultura, y pone la mirada en cómo pensar la convivencia pensando también en el marco de derechos en la perspectiva de género". En este sentido, asume una postura crítica ante la dicotomía de las emociones "negativas" y "positivas": "Nos cuestionamos por qué es negativo el enojo, la bronca, la vergüenza, y por qué son positivas la alegría y la felicidad. No existe una positividad o una negatividad en relación a las emociones, es como que se proponen guardar el enojo en una cajita, ir al rincón de la calma, ponerla en un frasco y no entender qué generó esa emoción".

"Esto lleva no solo a la culpabilización o patologización de algunos aspectos, sino a guardar la bronca, guardar el enojo. Y esto como perspectiva futura y pensando en nuestras adolescencias, es gravísimo, ¿qué hace un adolescente que no pudo expresar sus malestares y la propuesta siempre fue guardarlo, en este contexto de altas tasas de suicidio, por ejemplo?", cuestiona Maltz.

La ESI es clave en el reconocimiento, abordaje y prevención de las violencias, precisamente por las herramientas que propone para reconocer emociones que traen aparejadas las vulneraciones de derechos y que la Educación Emocional clasifica como negativas.

"Hay un imaginario que hay que problematizar"

"Esta propuesta de incorporación de la Educación Emocional a nivel provincial se presenta casi al mismo tiempo o muy cercana a la propuesta de reforma educativa a nivel nacional. Una reforma que es acorde al modelo neoliberal que desarrolla el gobierno de Milei, y que responde a las exigencias de los intereses capitalistas mundiales. Por ejemplo, como el FMI, que son en definitiva quienes dictan estas políticas a implementarse", señala Sol Cañumil, activista y docente de ESI, en diálogo con El Extremo Sur.

La reforma educativa de Milei busca derogar la Ley de Educación Nacional vigente desde 2006, y habilita la educación presencial, virtual o en el hogar, crea evaluaciones obligatorias y modifica el financiamiento de escuelas y universidades. Por otro lado, desplaza el peso del sistema hacia las provincias y da un rol central a las familias.

"Se busca legitimar a través de estas reformas legislativas un proyecto político-pedagógico que se sustenta en la meritocracia, que es la idea de acceder a un derecho, a un recurso, a algo, por merecerlo, la idea del mérito. Y acá un imaginario que hay que problematizar, y es que este mérito se suele construir ligado al esfuerzo personal, eso es la idea que se promueve. Sin embargo, en esa lógica, que es intencional, lo que se desconoce son los privilegios alrededor del capital económico con el que cuentan las personas, las familias y las comunidades", cuestiona Cañumil. "Entonces inevitablemente bajo esta lógica de meritocracia lo que se promueve es la competencia, por los recursos, por los lugares y por ende ligado a eso, el individualismo. No son coincidencias, son políticas que van de la mano en este contexto en particular", agrega.

En referencia al proyecto presentado en Chubut, orientado al Nivel Inicial, sostiene que "se basa en un paradigma individualista que se presenta, y hay que decirlo, como una iniciativa bien intencionada, que lo que se propondría es prevenir los conflictos apelando a una regulación o gestión de las emociones. Y con ello validando y promoviendo unas emociones en detrimento de otras". Sin embargo, señala que la ESI, "que también se ha ido ampliando, complejizando, tensionando, profundizando" no niega las emociones ni desconoce su importancia.

"La ESI reconoce las emociones en el marco de unas relaciones sociales, de unas condiciones materiales, históricas y entonces desde mi punto de vista, no hace falta ningún tipo de reforma que incorpore la Educación Emocional porque la ESI no solo las incluye sino que las comprende de manera crítica. Y esto es lo que se busca modificar. Es decir, descontextualizar estas emociones y dejarlas bajo responsabilidad de cada quien, de cada persona, de cada niño, de cada adolescente. Esto a grandes rasgos podría llamarse la idea del ‘autocontrol'", resume Cañumil.

Los discursos de autocontrol y de regulación de las emociones, señala la docente, están en boga desde hace tiempo, pero hoy las reformas buscan "que estos discursos anclen en las escuelas". Un paradigma que deja de lado el enfoque crítico al momento de comprender las emociones, y que desconoce, además, los ejes que estructuran la ESI: La perspectiva de género, la diversidad, el ejercicio de los derechos humanos, la afectividad y el cuerpo y la salud. "Cada uno de estos ejes implican un reconocimiento y un análisis de las relaciones de poder, las asimetrías, las jerarquías, las desigualdades, las hegemonías, todas estas categorías construidas social e históricamente", indica.

"Hay que prestar atención ahí, como todo esto queda de lado en esta perspectiva individualista de la Educación Emocional. Y cómo en vez de legitimar y validar solo algunas emociones, y en vez de reprimir y desalentar otras, la ESI le da lugar al enojo frente a la injusticia, a la tristeza frente al dolor y a la crueldad, le da lugar al fracaso como parte necesaria de los aprendizajes", añade Cañumil.

En este sentido, hace un llamado a "cuestionar, a informar, a alertar sobre estas propuestas que son intencionalmente dirigidas a las niñeces y que se constituyen en planes para las generaciones de trabajadores y trabajadoras del futuro. Desde mi punto de vista son políticas capilares, de amansamiento, de domesticación, de sumisión, de disciplinamiento, que de la mano de políticas como la reforma educativa nacional, se vuelven peligrosas en tanto socavan el derecho a la educación y sus implicancias en la vida de las personas, por ejemplo, en la movilidad social. Están preparando, para mí, las poblaciones a explotar hoy y en el futuro, para seguir pagando las deudas que nos dejan".

La ESI, desfinanciada

La crítica hacia la Educación Emocional y la apuesta por la ESI está vinculada a una coyuntura política de desfinanciamiento y el avance de una narrativa antiderechos. Mientras avanzan propuestas de Educación Emocional, la Educación Sexual Integral -vigente desde 2006 mediante la Ley 27.234- es fuertemente desfinanciada. En 2024 los fondos destinados a la implementación de ESI en todo el país sufrieron un recorte del 68%. Para 2025, ni siquiera se destinaron fondos.

Este año estuvo signado por la falta de provisión de materiales educativos y de capacitación docente, y aunque existen iniciativas provinciales que intentan sostener la Educación Sexual Integral, el escenario se complejiza con la marcada ausencia de Nación. En la mayoría de los casos, no se logró la continuidad de los equipos técnicos y aunque la ley sigue vigente, en muchas provincias no se garantiza.

Entre las medidas de recorte, se incluye la retirada de los materiales del portar Educ.ar, que se utilizaban como contenido oficial de la ESI. El Gobierno afirmó que los recursos que no se ajusten a los criterios actuales serán reemplazados paulatinamente. Por otro lado, mediante el decreto N° 436/2025, publicado en junio, el Poder Ejecutivo derogó el artículo 3° de la Ley 27.234 que garantizaba la jornada anual "Educar en Igualdad" en todas las escuelas públicas y privadas, destinada a la prevención y erradicación de la violencia de género, argumentando que se trataba de una "responsabilidad innecesaria".

Organismos del ámbito educativo advierten que estas decisiones impactan en la prevención de violencias contra las infancias y que producen desigualdades en la capacidad de ejecución de las provincias. De hecho, así lo demostró el Informe de X Más ESI correspondiente a diciembre del 2024, que registró graves falencias en la implementación de la ESI en las provincias.

Chubut está entre las provincias que ha dejado de impartir ESI de manera transversal. El cambio es profundo si se compara con el escenario de hace algunos años atrás: según los resultados de la evaluación Aprender en 2019, en el 99% de las 222 escuelas que participaron del operativo se abordaban contenidos de ESI. Y el 98,6% de los docentes afirmó que contaba con materiales para dar clases vinculadas a esta temática. Es decir, se garantizaba casi en su totalidad.

El panorama actual, según el informe X Más ESI, está caracterizado por "el fuerte desfinanciamiento del Programa Nacional y la consecuente ausencia casi total de acciones de alcance nacional". El documento afirma que la presencia curricular de la ESI es despareja entre las provincias, situación que se acentúa en los Institutos de Formación Docente (IFD). A la falta de materiales se suma una "distorsión" de los contenidos curriculares de la ESI hacia los planteos de la Educación Emocional.

"Es evidente que la ESI está en jaque por la falta de garantías del estado nacional y de la mayoría de los gobiernos provinciales", afirma el informe. Las 13 provincias que en 2025 mantuvieron la ESI expresaron que la falta de financiamiento nacional produjo merma de integrantes de los equipos y de las acciones llevadas a cabo para la implementación de los contenidos.

"En todos los casos, el achicamiento o el desmantelamiento total de los equipos contratados representa una pérdida de la experiencia acumulada en la generación de políticas de ESI y, por lo tanto, un retroceso en el laborioso proceso de dieciocho años que lleva la Ley", sostienen.

En seis jurisdicciones, la ESI y los equipos residuales fueron subsumidos en otros equipos referidos a otras temáticas. Es el caso de Chaco, Neuquén, Santa Cruz, Misiones, CABA y Chubut. En esta última los equipos y el área se desarticularon y quedaron dentro del equipo de Trayectorias Escolares. En otras provincias quedaron bajo la órbita de áreas como Prevención y Cuidados, Educación Emocional y Convivencia Escolar. El informe destaca que algunas provincias llevaron a cabo acciones de sostenimiento de las jornadas de capacitación y la entrega de materiales, pero Chubut no figura en esta lista.

La reestructuración institucional parece indicar que la ESI y la Educación Emocional pueden convivir. De hecho, el autor de una de las leyes a nivel nacional, Lucas Malasi, actualmente imparte un curso online junto a Fernanda Martin donde proponen "realizar un viaje por la ESI y la Educación Emocional para el bienestar social". Sin embargo, para Liliana Maltz no son proyectos que puedan coexistir: "No sólo se trata de dos respuestas didácticas o estilos de recursos que son diferentes, sino que de alguna manera responden a pensar un proyecto casi de país y de manera de vincularnos que son muy diferentes".

Lejos de la convivencia, la especialista afirma que "hay una clara intención de reemplazar la ESI por la Educación Emocional, porque se está desfinanciando a la ESI, y se están poniendo todas las fichas en crear leyes de Educación Emocional con presupuesto acorde, no es una percepción subjetiva mía, hay algo que se traduce en políticas públicas de donde pongo las fichas, ergo, el presupuesto y esto es claro: quieren transformar a la ESI para que se ocupe del cuerpo desde una perspectiva biológica y sacar la diversidad, sacar la cuestión de género".

A pesar de las múltiples propuestas que se presentaron en Chubut en los últimos años y que aspiran a integrar los contenidos de Educación Emocional en el sistema educativo, hasta la fecha son sólo proyectos, y es la Ley de ESI la que está vigente y marca los contenidos curriculares que deben impartirse en las escuelas de todos los niveles.

Cañumil concluye que el rol de la ESI "sigue siendo develar y ofrecer explicaciones complejas de nuestras realidades y brindar herramientas para la transformación social y el bienestar común, las violencias y las desigualdades de dan en el marco de un sistema capitalista, colonial, patriarcal que la ESI problematiza, que genera interrogantes para no naturalizar ese sistema y nos alienta a imaginar y ensayar alternativas basadas en el cuidado, la solidaridad, la interdependencia y la justicia".

(1) Vivas, García, M. (2003). La educación emocional: conceptos fundamentales. Sapiens. Revista Universitaria de Investigación, vol. 4, núm. 2, diciembre, 2003, p. 0