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Archivos de la corrupción: el caso Prima Klima, el radicalismo de Chubut y el rechazo popular

Por Federico Mehrbald (Exclusivo/El Extremo Sur).

Las declaraciones de Carlos Maestro sobre el "inexorable" devenir de la megaminería demuestran la coherencia de un ex gobernador que siempre privilegió el lobby empresarial por sobre el cuidado de los recursos naturales. El caso Prima Klima quizás sea el mejor de los ejemplos para describir su trayectoria.

A comienzos de los noventa, un grupo de países centrales había encontrado el plan perfecto para eludir la reducción de quema de petróleo, gas y carbón. Absorber el carbono de la atmósfera plantando pinos en países periféricos. Nacían los bonos verdes, una idea que en menos de diez años llegaría a la provincia en forma de negocio redondo.

El 25 de noviembre de 1999 el gobierno del Chubut firmaba sin consulta previa una serie de convenios con la fundación alemana Prima Klima, el Centro de Investigación y Extensión Forestal Andino Patagónico (CIEFAP) y la secretaria de Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable de la Nación, la Ingeniera María Julia Alsogaray. Nada bueno podía salir de ahí.

El convenio firmado planteaba que el gobierno del Chubut y Prima Klima invertirían, a partes iguales, 2.200.000 pesos/dólares para un proyecto de "manejo de bosques" que duraría cinco años. La provincia plantaría pinos en un área total de unas 125.000 hectáreas. Que 50.000 de esas hectáreas fueran de bosque de lenga nativo parecía solo un detalle.

Solo los árboles jóvenes toman grandes cantidades de Carbono. Como un bosque nativo de lenga consume mucho menos carbono, no rinde tantos bonos, los pinos en crecimiento eran una excelente idea y una población como la de Alto Río Senguer, por entonces con unos 1800 pobladores, no parecía ser un problema. O sí.

El gobernador radical Carlos Maestro no solo había realizado el acuerdo sin ningún tipo de consulta ni había dado a conocer la iniciativa. Por si eso fuera poco, firmó los convenios a menos de un mes de dejar el poder. La provincia asumía además la responsabilidad de realizar certificaciones de carbono.

 

El palacio

 

El 24 de octubre de 1999 José Luis "Cacho" Lizurume resulta electo gobernador del Chubut por la Alianza UCR?-?FREPASO con el 51,99% de los votos. Tras ocho arduos años Carlos Maestro -el más "menemista" de los gobernadores radicales- dejaba el mando a su ministro de Gobierno, un docente cordillerano cuyo oficio terrestre más célebre fue el de ser rematador de boletos en las carreras cuadreras del hipódromo de Esquel.

La interna radical había sido descarnada y todos tenían boletas por cobrar. Las aspiraciones de Maestro se medían a dos años y con el anhelo de probarse traje de senador para las legislativas de 2001.

La idea rivalizaba con los deseos de José María Saéz, quien detentaba ese traje y no tenía intención alguna de quitárselo. El acuerdo Maestro/Prima Klima llegó en ese tiempo de transición entre la elección y la asunción de Lizurume. Era solo cuestión de esperar la largada y cruzar primero el disco. El disparo inicial se dio en forma de tapa de diario.

"Alemanes alquilarán por 50 años mas de 50.000 hectáreas de bosques a las orillas de los lagos La Plata y Fontana" disparó el diario El Chubut, de José María Sáez. El cuerpo de la nota iba al hueso contra Guillermo Defossé, director del CIEFAP y ex secretario de Producción de Maestro; pero la onda expansiva también llegó contra el director de Bosques, Omar Picco (que trabaja en el CIEFAP antes de asumir el cargo). "En este proyecto no se contempla el corte de una sola hoja de lenga" dijo Maestro a pocos días de dejar el cargo. Mentía o no había leído lo que ya había firmado.

Lizurume supuso que una vez asumido como primer mandatario provincial y con la cancha marcada a los opositores internos se podía seguir con el convenio sin problemas. Maestro había entendido, María Julia no estaba más allí, el nuevo gobierno de Fernando de la Rúa le era afín. "Hace poco tomé conocimiento del proyecto, que me parece importantísimo. Tras algunos ajustes le daremos curso", dijo el flamante gobernador.

 

La calle

 

Las incipientes organizaciones de vecinos alertadas desde comenzado el conflicto, fueron las primeras en ver la dimensión real del problema por fuera de la hojarasca de la interna radical.

La estrategia común sumó a integrantes del Proyecto Lemu, que desde 1990 habían establecido desde el Valle de Epuyén el objetivo de la conservación y revalorización de los bosques nativos andino-patagónicos, con otros actores de peso como Javier Rodríguez Pardo, que desde el Movimiento Antinuclear del Chubut (MACH) en el Valle, era emblema contra la intención de establecer un Basurero Nuclear de Gastre.

A Lemu y el MACH se le sumaron la Fundación Shoam Hue, y hasta la Ornitológica de la cuenca del Puelo. Para cuando Greenpeace amplificó las voces, la movilización en la provincia era sorprendente y al calor de esa movida fue que vecinos y vecinas autoconvocados de Alto Río Senguer dieron nacimiento a la organización Vuquipura Mapu que perdura desde esos días hasta la actualidad. Lizurume, mal aconsejado, dilató una reunión con los vecinos, y ese primer error le costó carísimo. Su segundo gesto -silenciar los pedidos de audiencias públicas- lo comprometió mucho más.

Antes de la llegada del primer invierno de 2000 los radicales veían naufragar el acuerdo. Para el 5 de junio de 2000 la red nacional de acción ecologista RENACE pedía la cabeza de Picco y de Defossé, que seguían en sus cargos.

 

Despierta Comodoro

 

La insistencia con el Proyecto Prima Klima puso en movimiento a esa gigante ciudad apática que suele ser Comodoro Rivadavia. El reclamo por los bosques de lenga fue tomado por el profesor Eduardo Cabezas. El biólogo marino en pleno uso de sus cargos como funcionario municipal, docente universitario, consejero académico y miembro del partido de gobierno, realizó un planteo quirúrgico: la tala de bosque nativo y su suplantación por pino podría modificar la cuenca del Río Senguer lo que pondría en riesgo la provisión de agua de riego, agua potable para los valles y las ciudades con cuencas costeras dependientes del Senguer. Ciudades como Comodoro Rivadavia, estaban en riesgo.

El proyecto tambaleaba cuando la defensoría del Pueblo dio curso a un recurso de amparo presentado por los colectivos ambientalistas ante el juez de Sarmiento Alejandro Panizzi, que impuso la instancia de no innovar.

Para cuando Greenpeace le dio peso internacional a la protesta, pocas personas en Chubut apoyaban el proyecto de Maestro continuado por Lizurume. Las multitudinarias marchas de octubre y noviembre de 2000, los vecinos movilizados junto a los pueblos originarios y la percepción sobre la presencia de hechos de corrupción fueron explicitadas en un video que se vio en Alemania vía Greenpeace Internacional. El repudio en Berlín y en Bonn fue instantáneo. El final estaba ya escrito.

En invierno de 2001 los alemanes se retiraban vencidos. El 14 de octubre de 2001 las elecciones legislativas llevarían pese a todo a Carlos Maestro a la Cámara Alta. Faltaban apenas dos meses para que el país estallara en miles de pedazos.

La movilización de vecinos y vecinas de Chubut, hija del repudio contra la instalación del repositorio nuclear en Gastre, pariría un nuevo tipo de organización que desembocaría en el plebiscito antiminero de Esquel que sería?-?otra vez?-?la semilla del "No a la megaminería" de comienzos de la década del veinte del nuevo siglo.