Sociedad
Las estrellas y la teoría de la relatividadUna rara pareja de estrellas, a 7.000 años luz de la tierra, descubierta por el Observatorio Europeo Austral, ha ayudado a confirmar la teoría de la relatividad de Albert Einstein en un lugar hasta ahora inédito y en condiciones de fuerza de gravedad extremas, informó hoy la institución científica desde su sede en Garching, al sur de Alemania.
La Teoría General de la Relatividad, propuesta por Albert Einstein hace casi un siglo, es la más aceptada sobre cómo funciona la gravedad, pero algunos científicos creeían que no sería del todo válida en cuerpos extremadamente masivos, donde las fuerzas de atracción son muy superiores a las que encontramos en la Tierra.
Ahora John Antoniadis, del Instituto Max Planck de Radioastronomía en Bonn (Alemania) ha podido poner a prueba esta teoría en condiciones extremas, con el estudio de esta estrella masiva de neutrones - el tipo de estrella de mayor densidad - con una fuerza de gravedad extremadamente potente en su superficie y que junto con su compañera, una estrella enana blanca, tardan unas dos horas y media en orbitar una a la otra.
En un sistema de este tipo, las órbitas se deterioran y se emiten ondas gravitatorias que restan energía al conjunto, que pudieron ser medidas por los astrónomos mediante el Telescopio VLT (Very Large Telescope) en Chile, el de Apache Point en México y el Herschel de las islas Canarias (España).
Los radiotelescopios Arecibo de Puerto Rico y Effelsberg de Alemania proporcionaron además datos vitales sobre los cambios sutiles en la órbita de esta pareja de estrellas, afirma el estudio, publicado hoy en la revista Science.
Con las condiciones extremas de este sistema, bautizado PSRJO348+0432, algunos científicos pensaron que la Teoría General de la Relatividad podría no predecir con precisión la cantidad de radiación gravitatoria emitida y por tanto el ritmo del deterioro de la órbita.
A prueba de fallos
"Pensamos que este sistema podría ser lo suficientemente extremo como para mostrar un fallo en la Teoría General de la Relatividad, pero en vez de ello, las previsiones de Einstein se mantuvieron bastante bien", señaló otro de los autores, Paulo Freire, del Instituto Max Planck.
La Teoría de la Relatividad General de Einstein, que explica la gravedad como una consecuencia de la curvatura del espacio-tiempo creada por la presencia de masa y energía, ha superado todas las pruebas desde que fue publicada por primera vez hace casi cien años.
La estrella de neutrones es un púlsar que emite ondas de radio que pueden ser captadas desde la Tierra por los radiotelescopios, lo que la hace sin duda interesante pero, además, se trata de un laboratorio único para poner a prueba los límites de las teorías físicas.
Este pulsar, resultado de una explosión de supernova, es dos veces más pesado que el Sol pero tiene sólo 20 kilómetros de tamaño, y la gravedad en su superficie es más de 300.000 millones de veces más fuerte que la de la Tierra. Su compañera, la estrella enana blanca, es el brillante resto de una estrella mucho más ligera que ha perdido su atmósfera y se está enfriando lentamente.
El universo acelerado
En otro orden, dicen que si la comprensión del universo nos ayuda a comprender nuestra propia naturaleza, como afirmaba el escritor de ciencia ficción Stanislaw Lem, la incomprensión de la energía y la materia oscura, el enigmático ´cemento´ del universo que representa más del 95% de la materia de éste, es la incomprensión de nosotros mismos. Brian Schmidt, premio Nobel de Física en 2011, está en Madrid para demostrar que cuanto más sabemos del "destino final" del universo, más cerca estamos de comprender nuestro propio destino final.
El astrofísico norteamericano obtuvo el premio Nobel en 2011 por rescatar una idea que Albert Einstein descartó en su Teoría General de la Relatividad: la existencia de una constante cosmológica, de una energía que contrarresta a la gravedad, que empuja de forma inversa a la atracción de la gravedad. Se cree que esa incomprensible energía, que repele la luz y es imposible de detectar, es la llamada energía oscura, que en los años 90 confirmó la teoría de la ´constante de Hubble´ de que el universo está en constante expansión. Lo que Schmidt descubrió en 1998 es que, al contrario de lo que se pensaba, esa expansión no se está frenando, sino que se acelera cada vez más.
"Una energía que desconocemos está ´empujando´ la fuerza de la gravedad", afirma Schmidt en una rueda de prensa previa a la conferencia ´El universo acelerado´ de la Fundación BBVA, que ha pronunciado este martes en Madrid. Y esa interacción antagónica entre esas dos energías provoca la expansión del universo. "Alrededor de un 30% de ella tira, atrae, como los átomos que conocemos, mientras que el 70% restante parece que empuja, repele esa otra energía. Es un juego constante de atracción y repulsión en el universo".
Energía oscura
Schmidt analizó durante años varias supernovas muy lejanas - esto es, también muy antiguas- que emitían una luz mucho más débil de lo convencional. La idea que desarrolló tras su estudio fue algo que él mismo estuvo a punto de descartar. Su brillo era tan débil porque el universo se estaba desplazando más rápido de lo pensado, y no de una forma constante, como se creía. Y la causa de esa aceleración es la energía oscura.
Una energía que sigue siendo un misterio, a pesar de que según Schmidt estamos "a una idea brillante de descifrarla". Y que aumentará a la vez que se expande el universo. Schmidt lo explica: "Imagina una superficie flexible de caucho, o de goma, en la que hay muchas estrellas. Al estirarla, las estrellas se separan cada vez más". Y el espacio que hay entre ellas, ese ´cemento´ de la energía oscura y materia oscura, aumenta. Cuanto más se expanda el universo, más cantidad de energía oscura se creará. Y cuanto mayor energía oscura, mayor velocidad de aceleración del universo.
La idea que sigue sin encontrar respuesta, pero que cada vez está más cerca de hacerlo, es la del destino final del universo. Schmidt ha descubierto que su ritmo de expansión se acelera, pero si lo hará eternamente o colapsará en un ´Big Crunch´, la teoría del ´Gran Colapso´ que sostiene que el universo llegará a un punto en el que frenará su expansión y sus elementos convergerán en un único punto de energía que explosionará, es aún un enigma.
Fuente: El Mundo
La Teoría General de la Relatividad, propuesta por Albert Einstein hace casi un siglo, es la más aceptada sobre cómo funciona la gravedad, pero algunos científicos creeían que no sería del todo válida en cuerpos extremadamente masivos, donde las fuerzas de atracción son muy superiores a las que encontramos en la Tierra.
Ahora John Antoniadis, del Instituto Max Planck de Radioastronomía en Bonn (Alemania) ha podido poner a prueba esta teoría en condiciones extremas, con el estudio de esta estrella masiva de neutrones - el tipo de estrella de mayor densidad - con una fuerza de gravedad extremadamente potente en su superficie y que junto con su compañera, una estrella enana blanca, tardan unas dos horas y media en orbitar una a la otra.
En un sistema de este tipo, las órbitas se deterioran y se emiten ondas gravitatorias que restan energía al conjunto, que pudieron ser medidas por los astrónomos mediante el Telescopio VLT (Very Large Telescope) en Chile, el de Apache Point en México y el Herschel de las islas Canarias (España).
Los radiotelescopios Arecibo de Puerto Rico y Effelsberg de Alemania proporcionaron además datos vitales sobre los cambios sutiles en la órbita de esta pareja de estrellas, afirma el estudio, publicado hoy en la revista Science.
Con las condiciones extremas de este sistema, bautizado PSRJO348+0432, algunos científicos pensaron que la Teoría General de la Relatividad podría no predecir con precisión la cantidad de radiación gravitatoria emitida y por tanto el ritmo del deterioro de la órbita.
A prueba de fallos
"Pensamos que este sistema podría ser lo suficientemente extremo como para mostrar un fallo en la Teoría General de la Relatividad, pero en vez de ello, las previsiones de Einstein se mantuvieron bastante bien", señaló otro de los autores, Paulo Freire, del Instituto Max Planck.
La Teoría de la Relatividad General de Einstein, que explica la gravedad como una consecuencia de la curvatura del espacio-tiempo creada por la presencia de masa y energía, ha superado todas las pruebas desde que fue publicada por primera vez hace casi cien años.
La estrella de neutrones es un púlsar que emite ondas de radio que pueden ser captadas desde la Tierra por los radiotelescopios, lo que la hace sin duda interesante pero, además, se trata de un laboratorio único para poner a prueba los límites de las teorías físicas.
Este pulsar, resultado de una explosión de supernova, es dos veces más pesado que el Sol pero tiene sólo 20 kilómetros de tamaño, y la gravedad en su superficie es más de 300.000 millones de veces más fuerte que la de la Tierra. Su compañera, la estrella enana blanca, es el brillante resto de una estrella mucho más ligera que ha perdido su atmósfera y se está enfriando lentamente.
El universo acelerado
En otro orden, dicen que si la comprensión del universo nos ayuda a comprender nuestra propia naturaleza, como afirmaba el escritor de ciencia ficción Stanislaw Lem, la incomprensión de la energía y la materia oscura, el enigmático ´cemento´ del universo que representa más del 95% de la materia de éste, es la incomprensión de nosotros mismos. Brian Schmidt, premio Nobel de Física en 2011, está en Madrid para demostrar que cuanto más sabemos del "destino final" del universo, más cerca estamos de comprender nuestro propio destino final.
El astrofísico norteamericano obtuvo el premio Nobel en 2011 por rescatar una idea que Albert Einstein descartó en su Teoría General de la Relatividad: la existencia de una constante cosmológica, de una energía que contrarresta a la gravedad, que empuja de forma inversa a la atracción de la gravedad. Se cree que esa incomprensible energía, que repele la luz y es imposible de detectar, es la llamada energía oscura, que en los años 90 confirmó la teoría de la ´constante de Hubble´ de que el universo está en constante expansión. Lo que Schmidt descubrió en 1998 es que, al contrario de lo que se pensaba, esa expansión no se está frenando, sino que se acelera cada vez más.
"Una energía que desconocemos está ´empujando´ la fuerza de la gravedad", afirma Schmidt en una rueda de prensa previa a la conferencia ´El universo acelerado´ de la Fundación BBVA, que ha pronunciado este martes en Madrid. Y esa interacción antagónica entre esas dos energías provoca la expansión del universo. "Alrededor de un 30% de ella tira, atrae, como los átomos que conocemos, mientras que el 70% restante parece que empuja, repele esa otra energía. Es un juego constante de atracción y repulsión en el universo".
Energía oscura
Schmidt analizó durante años varias supernovas muy lejanas - esto es, también muy antiguas- que emitían una luz mucho más débil de lo convencional. La idea que desarrolló tras su estudio fue algo que él mismo estuvo a punto de descartar. Su brillo era tan débil porque el universo se estaba desplazando más rápido de lo pensado, y no de una forma constante, como se creía. Y la causa de esa aceleración es la energía oscura.
Una energía que sigue siendo un misterio, a pesar de que según Schmidt estamos "a una idea brillante de descifrarla". Y que aumentará a la vez que se expande el universo. Schmidt lo explica: "Imagina una superficie flexible de caucho, o de goma, en la que hay muchas estrellas. Al estirarla, las estrellas se separan cada vez más". Y el espacio que hay entre ellas, ese ´cemento´ de la energía oscura y materia oscura, aumenta. Cuanto más se expanda el universo, más cantidad de energía oscura se creará. Y cuanto mayor energía oscura, mayor velocidad de aceleración del universo.
La idea que sigue sin encontrar respuesta, pero que cada vez está más cerca de hacerlo, es la del destino final del universo. Schmidt ha descubierto que su ritmo de expansión se acelera, pero si lo hará eternamente o colapsará en un ´Big Crunch´, la teoría del ´Gran Colapso´ que sostiene que el universo llegará a un punto en el que frenará su expansión y sus elementos convergerán en un único punto de energía que explosionará, es aún un enigma.
Fuente: El Mundo