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Los obreros ya son dueños de la fábrica sin patrones

POR GERARDO BURTON. Neuquén. EES 121

 

Once años de gestión obrera dieron sus frutos: el gobierno de Jorge Sapag dispuso mediante decreto liberar los $23 millones para formalizar la expropiación de la planta de producción de cerámicos que la familia Zanon tenía en el Parque Industrial neuquino. Ahora se disipa el fantasma del desalojo y los trabajadores pueden proyectar la renovación tecnológica. “Es una muy buena noticia”, dijo el histórico dirigente del sindicato, Raúl Godoy.

Tres años después de sancionada la ley de expropiación y a once años de gestión obrera en la fábrica, el gobierno neuquino liberó los 23 millones de pesos para que la planta de producción de cerámicos radicada en el parque industrial local que pertenecía a la familia Zanon pase a ser formalmente propiedad de los trabajadores. Para los ceramistas fue “una muy buena noticia” ya que la fábrica pasará “a ser propiedad de los trabajadores y del pueblo de Neuquén”.

El planteo de los obreros era una expropiación sin pago pero, mediante el decreto 1979 emitido a partir de la ley 2656 de expropiación, el dinero se repartirá entre los acreedores privilegiados: la Corporación Financiera Internacional, organismo financiero del Banco Mundial, Sacmi Impianti, la proveedora de maquinaria y el Iadep, un instituto provincial promotor del desarrollo y la industria, y el ex Banco Nacional de Desarrollo, Banade.

El gremialista Raúl Godoy, secretario general del sindicato cuando se produjo el conflicto con los Zanon y la actual conducción desplazó a la anterior dirigencia, notoriamente burocratizada, dijo que se trataba de una excelente noticia que ponía a la cooperativa FaSinPat –Fábrica sin patrones- en condiciones de proyectar un desarrollo tecnológico a partir de la estabilidad financiera lograda.

El actual diputado provincial por el Frente de Izquierda de los Trabajadores, FIT, Alejandro López, y sucesor de Godoy al frente del gremio, también se refirió a las posibilidades de renovación tecnológica y la ampliación de los puestos de trabajo con mejoras en la calidad y cantidad de la producción.

Mariano Pedrero, abogado del sindicato, dijo que al conocerse la firma del decreto, se realizó una asamblea “muy emotiva” en la planta puesto que, tras once años transcurridos desde que “los Zanon vaciaron y abandonaron la fábrica, y a tres años de la ley de expropiación, finalmente se logrará iniciar la finalización del trámite de la expropiación”. Ratificó el desacuerdo sindical con el pago a los acreedores puesto que siempre consideraron que “se podía hacer sin pagar”.

El monto aprobado reduce entre 150 y 180 millones de pesos la deuda estimada originalmente por los estudios contables de los acreedores, pero la intención del gobierno de Jorge Sapag, desde su asunción en 2007 era la de llegar a una “expropiación con avenimiento” para solucionar el diferendo.

Según Pedrero, una vez efectivizado el pago a los acreedores, el juez de la causa entregará la propiedad formal del complejo fabril a la cooperativa FaSinPat “y al pueblo de Neuquén, con la función social que siempre desarrollamos. Con esto, se diluye el fantasma de desalojo y se formalizaron los procesos, los acreedores volvieron a la carga y las fábricas terminaron en manos de sus antiguos propietarios”.

Señaló que “ése es el peligro concreto que se cernía sobre Zanon”, y mencionó el caso de un establecimiento similar en la provincia de Buenos Aires que sufrió un proceso de expropiación inversa.

Entonces, el decreto establece una especie de paraguas jurídico que impide cualquier desalojo, y, en segundo término, habilita “el inicio de un plan de renovación tecnológica”, imprescindible si se tiene en cuenta que la última actualización de la fábrica ocurrió en 1994, cuando se instaló la línea de producción de porcellanato.

“Es que cada ocho o diez años la maquinaria se convierte en obsoleta”, dijo Pedrero y anticipó que se solicitarán aportes crediticios a los gobiernos nacional y provincial para realizar la transformación tecnológica que permita aumentar de manera sustancial la producción. Según los proyectos elaborados por la Universidad Nacional del  Comahue y el Copade –un organismo de desarrollo tecnológico dependiente del gobierno neuquino-, se necesitan entre 5 y 10 millones de dólares para la renovación del parque de maquinarias. Con esa inversión se puede modernizar parcial o totalmente las ocho líneas de producción con que cuenta el establecimiento.

La producción futura está atada a un ambicioso proyecto: la participación de FaSinPat en la obra pública, como proveedor de cerámicos para las viviendas, hospitales, escuelas y otros edificios que construyan los gobiernos provincial y municipales de Neuquén. También tienen previsto realizar convenios similares con el gobierno nacional.

En cuanto a la cuestión tarifaria –la fábrica es gran consumidora de electricidad y de gas-, Pedrero dijo que se logró, “después de mucho pelear”, una tarifa subsidiada con la empresa provincial de energía eléctrica, EPEN, hace un año, por la vetustez de la maquinaria, aunque de todas maneras el subsidio es inferior al que recibía Zanon. Con la empresa proveedora de gas no hubo ningún acuerdo, pero se mantiene el aporte nacional de los Repro, que es un importe de 600 pesos mensuales por trabajador.

En la actualidad se desempeñan 450 obreras y obreros que producen un promedio de 300 mil metros cuadrados de cerámicos al mes, y se pueden contabilizar dos mil puestos de trabajo más indirectos en las canteras, los proveedores de bancales, cajas, productos de embalaje y otros proveedores, indicó Pedrero. Es la única fábrica del parque industrial de Neuquén “que prácticamente ha duplicado la planta de trabajadores, ya que comenzó con 236 en 2001”, y además aumentó notablemente la proporción de mujeres -con Zanon, sobre una planta de 480 había siete mujeres, y hoy hay 70 sobre 450-.

Además, indicó un logro de la gestión obrera en la cuestión de seguridad industrial, uno de los motivos que generó conflicto durante la gestión Zanon. Recordó que en esa época había unos 40 accidentes graves y uno fatal por año mientras que en los últimos doce meses, la gestión obrera se realizó sin accidentes.

Además, al finalizar el actual ciclo lectivo egresarán los primeros estudiantes secundarios del establecimiento que funciona en la planta, el CPEM 88.

“La superioridad de la gestión obrera se puede demostrar desde todo punto de vista”, dijo Pedrero, “desde el punto de vista económico, porque mantenemos el nivel de la gestión empresarial, y desde el punto de vista humano también, porque se pueden incorporar mujeres, y los compañeros que pueden trabajar y estudiar, por lo tanto, la superioridad no es sólo en la producción vista económicamente, sino en una visión humana integral”. Y recordó, por ejemplo, que los primeros puestos de trabajo creados a principios de la gestión fueron cubiertos por jóvenes desocupados de los barrios.

Según la ley de expropiación, FaSinPat se hará cargo de las instalaciones y maquinarias de la fábrica y por eso compensará en especies, con la venta al costo de los productos que requiera el gobierno para ejecutar la obra pública.

El conflicto en la fábrica comenzó en 2001 cuando Cerámica Zanon despidió a sus 380 operarios. Un mes antes, la justicia ya había decretado el “lockout patronal ofensivo”, a instancias de los abogados del sindicato.

La fábrica fue inaugurada en 1979 por el empresario italiano Luigi Zanon, en el recién habilitado parque industrial, con apoyo del gobierno de la dictadura cívico-militar. La construcción de la fábrica estuvo marcada por el flujo de capitales que tanto el gobierno provincial como nacional aportaron al inversor extranjero.

La planta incorporó tecnología de punta –la sección porcellanato, por caso- y requirió aportes oficiales que se mantuvieron durante los períodos democráticos, en especial durante la presidencia de Carlos Menem. Fue la época de mejor desempeño de la fábrica hasta que comenzó, en 1998, la recesión, un proceso acompañado por el ingreso a bajo precio de productos similares importados. La empresa no se pudo recuperar del dúmping, al tiempo que perdía el incipiente mercado chileno al que apostaba como alternativa al exclusivo consumo doméstico de los cerámicos, ya que la obra pública en la provincia se había prácticamente paralizado.

Luego de declarar iniciado el preventivo de crisis y comenzar con las suspensiones, en 2001 la firma decidió el despido de la mayoría de sus trabajadores. Así las cosas, los obreros respondieron con la toma, que al principio no tuvo resistencia por parte de Luigi Zanon.

En 2002, con la devaluación, la empresa volvió a ser rentable y los Zanon quisieron recuperarla. Lo hicieron mediante presiones legales y políticas que no tuvieron éxito.