Política

Precoces candidatos: Di Pierro, la sucesión

EES 124

Dicen que es una ciudad ingobernable por los intereses en pugna, la riqueza petrolera y las influencias foráneas que hacen impracticable tomar decisiones sin haber conciliado antes con los "poderosos de afuera". En voz baja o a los gritos parece imposible torcer los brazos de los poderosos que viven a miles de kilómetros y que tienen a Comodoro presente solo a la hora de contar ganancias. Sin embargo, son muchos los que se prueban el traje de intendente para 2015. Hay al menos un concejal, un secretario, dos ministros y un cooperativista dispuestos a dar la pelea. Por ahora van midiendo fuerzas. Entre sí y con otros influyentes que, por acción u omisión, tampoco están dispuestos a resignar algo de su cuota-fuerza.

 

"En los últimos ocho años, ningún gobierno tomó en serio la salud de Comodoro", se escuchó decir públicamente a principios de la primera semana de marzo a un dirigente político. ¿Es de la oposición, teniendo en cuenta que se refiere a gobiernos justicialistas? No, es un hombre del propio oficialismo vernáculo. Es más, quien así se expresó fue ni más ni menos que el presidente del bloque del FpV en el Concejo Deliberante, Juan Pablo Luque.

Es cierto que cualquier observador puede corroborar que lo que ocurre en el Hospital Regional viene de mal en peor. Que en los últimos 20 años solo ha habido anuncios rimbombantes, inauguraciones precarias y conflicto, mucho conflicto con el personal que allí trabaja. Que ni durante los "reinados" de Carlos Maestro y Mario Das Neves se estableció una política de Estado al respecto. Lo cierto es que la renuncia masiva de los cirujanos puso negro sobre blanco y al parecer llegó a las tripas de más de uno. A las tripas y a la cabeza de las especulaciones electorales también.

En tiempos de reivindicaciones históricas, lo de la salud pública de la ciudad más rica de Chubut ya no se puede disimular. Y eso que en los últimos ocho años estuvieron en el gobierno municipal un ex director del Hospital Regional, Raúl Simoncini, y el actual gobernador. De Buzzi, es cierto, todos esperan que haga en esta ciudad más o menos lo que hizo Carlos Menem con Anillaco, o Néstor Kirchner con El Calafate.

Volvamos al comienzo. Habló Luque, alguien no muy afecto a pronunciamientos polémicos, o que le puedan granjear inconvenientes dentro de su interna. El joven concejal responde al intendente Néstor Di Pierro, aunque en el último año tomó cierto distanciamiento y pareció más a gusto con el gobernador, tal vez leyendo los aires desmadrados del intendente.

Luque es el mismo que como presidente del club Gimnasia y Esgrima (hoy Indalo) le negó a Néstor Kirchner el estadio Socios Fundadores para que hiciera su último acto de campaña en Comodoro Rivadavia. Claro, en ese momento recibió presiones directas del "dasnevismo" y necesitaba la ayuda de Provincia para seguir solventando al equipo que participa de la Liga que alguna vez ganó, aunque en los últimos años viene haciendo enormes esfuerzos para no terminar en el pelotón de abajo. Sin embargo, en las últimas dos temporadas el equipo le sirve de trampolín político. Curiosamente desde que se alió con Cristóbal López, sus jugadores y su cancha hoy lucen orgullosos las publicidades de C5N, Minuto Uno y Diario Patagónico.

El concejal Juan Pablo Luque se presenta como potencial candidato a intendente de Comodoro en 2015. Quiere ir directamente a la campaña, sin esperar, si se analiza su conducta en el Concejo y ante los medios.

Luce seguro y sabe juntarse con lo mejor de cada cuadra. Si debe enfrentar cuestiones ásperas -como la del hospital-, se pone codo a codo con el viceintendente Carlos Linares, pero en otros menesteres puede compartir la ruta con los afortunados de cuna. Después de todo, él también es un hombre de suerte. Ya desde sus días de estudiante en Buenos Aires, cuando halló un inesperado botín en el lugar menos pensado (según cuenta la mitología urbana de la ciudad petrolera).

 

¿El gran elector o el ancla?

 

Si bien resulta prematuro, en este marzo se oye hablar de precoces candidatos a intendente de Comodoro para dentro de dos años. La agitación está dentro del justicialismo, ya que lejos están los radicales de un armado temprano, mientras las demás fuerzas apenas logran meter un bocadillo en la agenda.

El peronismo es el club de la pelea, como se sabe. Hoy está vigente la disputa por las dos candidaturas a diputado nacional del mes de octubre próximo. Algunos saben que este no es su turno, pero ya mueven sus fichas (léase apoyos, pronunciamientos) pensando en 2015.

Uno de ellos es Néstor Di Pierro, quien en algún momento pensó ser candidato este año. Sin embargo, la disputa con el Valle por el puntito y medio de más en las regalías lo hizo irse de boca y eso de las "papas y batatas" no cayó bien en Trelew, Rawson y demás, donde se vota regionalmente.

Ahora, si el intendente de Comodoro quiere saltar a la búsqueda del sillón de Buzzi en Fontana 50 deberá hacer los deberes como para que su gestión en Comodoro no sea un ancla cuando haya que definir y pedirle permiso a Cristina. En el plano personal, Di Pierro parece más cerca del hastío y la búsqueda de otros horizontes, más plácidos y menos comprometidos que el manejo de una ciudad "favelizada" que requiere una gestión durante las 24 horas de cada día.

Lo más probable es que -si el kirchnerismo logra preservar el poder en 2015-  vuelva a Buenos Aires a algún cargo ejecutivo o legislativo. Después de todo, es en la metrópolis donde más cómodo se siente Di Pierro. De allí se mudó solo por expreso pedido de su conductor: Néstor Kirchner.

Dentro de dos años será la gobernación, Buenos Aires o el dulce retiro junto a su nueva familia. Pero una cosa es segura. No irá por la reelección en una ciudad de la que vive quejándose. De cómo se la dejaron sus predecesores, de cómo funciona la cooperativa, y hasta de la desidia de sus habitantes, que mucho hacen para que Comodoro luzca siempre como si acabara de salir de un desastre natural.

Hay que decir que razones no le faltan a Di Pierro en sus afirmaciones. El tema es que él es el responsable de que las cosas cambien, no es un comentarista. Por otro lado, resulta evidente que él también parece a punto de irse. Entonces, es difícil que los depredadores a los que les habla se lo tomen muy en serio.

 

El ojo del secretario

 

Hay otros que aspiran a la intendencia de Comodoro y que bien pueden llegar con chances a 2015. Ricardo Gaitán, el mismo que fuera una especie de organizador "en las sombras" durante los gobiernos municipales de Marcelo Guinle (1995-99) y Simoncini (2003-07). Es el hombre que sabe de memoria los apodos de todos los vecinalistas de la ciudad y que conoce cada rincón del municipio como si fuera un empleado público de toda la vida.

Tanto, que hace poco dijo de él la concejal Viviana Navarro que "sabe quién trabaja y quién no" dentro de la municipalidad, para algarabía de los contribuyentes que estaban escuchando la radio y que en función de las largas colas a las que los someten cuando deben hacer trámites, ahora esperan que Gaitán actúe con el peso que da su responsabilidad pública y revele esos nombres, tan deseados para hacer justicia.

El hombre que logró recuperarse muy bien de un ataque que minó su salud a partir del stress, fue secretario general del municipio de Simoncini, y antes de Obras y Servicios Públicos de Guinle.

Ex diputado provincial y siempre ligado a actividades sociales en la ciudad, tiene la mancha negra que significó haber sido el candidato a intendente de Mario Das Neves en 2011. Sin embargo, ninguneado por el ex candidato a vice de Duhalde, no se jugó mucho. Enseguida encargó encuestas confiables para compararlas con las que le enviaba la familia de Das Neves, percibió que Di Pierro le ganaba y fue acomodando sus petates para pasarse de bando. Dijo que si perdía, sería concejal, tal como lo establece la Carta Orgánica Municipal.

Mientras su suplente, Alicia Dubreuil, se preguntaba cómo se ganaría la vida, Gaitán aceptó ser secretario de Gobierno de Di Pierro y dejó libre la banca en un bloque donde nunca tuvo ascendencia. Tal es así que de los cinco legisladores del Modelo Chubut apenas Marcelo Rey parece compartir con él algunos posicionamientos.

Lo cierto es que en estos momentos hasta se habla de un posible ascenso de Gaitán en la estructura, para convertirse en secretario Coordinador de Gabinete, con lo cual Di Pierro se sentiría todavía más suelto de manos y cómodo en sus viajes. El tema es que antes Gaitán debe superar resistencias internas. La principal es la del tándem Linares-Luque, que lo confrontan con dureza en la intimidad de la mesa chica de "El Tano".

 

En las sombras

 

Luque y Gaitán no están solos en la carrera. Hay algunos "tapados" que aunque no lo dicen con todas las letras, pueden llegar a guiñar un ojo si se los mira fijo. Dos de ellos provienen del sector del senador Guinle. Son Miguel Montoya y Luis Zaffaroni.

Aunque nacido en Sarmiento, el primero es un comodorense más desde sus días de estudiante universitario, cuando aún no se había encolumnado en el movimiento y tenía posturas más cercanas al centro izquierda del Partido Intransigente de Oscar Alende. Sin embargo quedó expuesto en 1992, cuando hizo campaña por Arturo Canero como rector de la UNSPJB, quien perdió en la asamblea con el radical Manuel Vivas.

Después Montoya se fue a estudiar Derecho a La Plata y volvió ya como kirchnerista de la primera hora para hacerse cargo de la delegación local de ANSeS. Allí hizo un buen trabajo y retomó lo que mejor sabe hacer: política.

Fue diputado provincial, crítico del "dasnevismo" e importante cuadro técnico del "buzzismo" en los diversos cargos por los que ha pasado. Hoy es el viceministro de Carlos Eliceche en la Coordinación de Gabinete y se le reconoce una capacidad de trabajo envidiable.

También proveniente del "guinlismo", Luis Zaffaroni suena en Rawson como potencial candidato a intendente de Comodoro dentro de dos años. Aunque debe decirse que lo suyo es más difícil porque afronta una zona crítica como ministro de Educación. Mientras se lleva bien con casi toda la dirigencia sindical de todo Chubut, su estilo genera controversias en su propia ciudad. Es que sus aliados sindicales de Comodoro son minoría. Perdieron la última interna, a pesar del apoyo del ministro. Y eso no se lo perdonan los ganadores que le viven generando dolores de cabeza con sus demandas sindicales. Este año no empezaron las clases primarias el día previsto, y tampoco las secundarias.

Como en aquella anécdota del ex ministro radical de Economía Juan Carlos Pugliese ("Les hablé con el corazón y me contestaron con el bolsillo"), mientras él destaca la "calidad" de los nuevos contenidos en el nivel secundario, en la Regional Sur de ATECh le recuerdan a Zaffaroni el costo de la canasta de vida en una ciudad que se rige por salarios de la industria petrolera.

Pero Zaffaroni no decae. Por ahora lo consuela el reconocimiento del mismísimo gobernador y por las dudas tiene su banca de concejal reservada. Es que había sido reelecto como legislador cuando Buzzi lo convocó.

 

Tharian, bajo perfil

 

Finalmente por ahora, otro que deslizó que si ve agua -no precisamente las que corren por muchas calles de Comodoro- se tira a la pileta, es el presidente de la Sociedad Cooperativa Popular de Comodoro Rivadavia desde noviembre de 2011, Gabriel Tcharian. Su figura ha estado marcada desde siempre por el bajo perfil y su fuerte vínculo con instituciones deportivas, además de su larga militancia en una histórica unidad básica de la ciudad.

Desde que asumió en la SCPL se mantuvo alejado de la militancia, y recibió embates públicos y privados de Di Pierro. Prometió sanear la entidad, realizó una auditoría a cargo de la Universidad Nacional de la Patagonia que develó maniobras y chanchullos, y encaró una tarea de "limpieza" difícil de llevar adelante. Tomó la decisión de despedir a tres altos funcionarios largamente cuestionados, a los que les achacó todos los males. Curiosamente, uno de ellos encontró refugio en el municipio, bajo el ala de Néstor Di Pierro.

En el ojo de la tormenta por el servicio que presta la entidad y la controversia por las tarifas, Tcharian no la tiene sencilla, aunque en los últimos meses parece decidido a tomar el toro por las astas y enfrentar las camarillas enquistadas en la cooperativa. Su pulseada es con el gremio más poderoso de la SCPL.

"En los últimos años no tomaron trabajadores, sino fuerzas de choque y a ésos es muy difícil hacerlos trabajar", expresó públicamente luego del último temporal en la ciudad, del cual todavía hay rastros en las calles. Le apuntó directamente a José Santiago, el conductor del gremio. El mismo que fue secretario de Servicios Públicos del intendente José Pierángeli en 1991-93. El dipierrismo lo mira con desconfianza, aunque eso puede convertirse en un valor del mismo Tcharian más cerca de 2015.