Wisky: de sobrevivir al Hantavirus a pelear la gobernación de Río NegroEs un sobreviviente del hantavirus. Es médico y en 1996 contrajo la enfermedad durante el traslado de un paciente al hospital de El Bolsón. Actualmente es diputado nacional (PRO - Río Negro) y se postula a la Gobernación de su provincia por Cambiemos.
Un brote de hantavirus es una situación angustiante. Parece que todo se desborda y nada lo va a contener.
Recuerdo mi experiencia como médico en El Bolsón, durante el brote del año 96. En aquella ocasión contraje la enfermedad de una manera desconocida hasta el momento que era el contagio interpersonal.
Hasta ese momento eran 16 pacientes, de los cuales uno era un gran amigo mío. Yo era el 17 y asumí que me iba a morir. Fue una experiencia sumamente movilizadora, como la de cualquier ser humano que se enfrenta a su propia muerte.
Lo más importante, como sociedad, es mantener la calma y estar alertas. El brote puede contenerse y quienes contraen la enfermedad tienen chances de sobrevivir.
Hay que seguir a rajatabla con las medidas de prevención, combatir el agente de transmisión que es el roedor, limpiar y ventilar los ambientes y, ante todo, frente a los primeros síntomas concurrir al médico y evitar el contacto estrecho con otras personas.
Es un sobreviviente del hantavirus. Es médico y en 1996 contrajo la enfermedad durante el traslado de un paciente al hospital de El Bolsón. Actualmente es diputado nacional (PRO - Río Negro) y se postula a la Gobernación de su provincia por Cambiemos.
Un brote de hantavirus es una situación angustiante. Parece que todo se desborda y nada lo va a contener.
Recuerdo mi experiencia como médico en El Bolsón, durante el brote del año 96. En aquella ocasión contraje la enfermedad de una manera desconocida hasta el momento que era el contagio interpersonal.
Hasta ese momento eran 16 pacientes, de los cuales uno era un gran amigo mío. Yo era el 17 y asumí que me iba a morir. Fue una experiencia sumamente movilizadora, como la de cualquier ser humano que se enfrenta a su propia muerte.
Lo más importante, como sociedad, es mantener la calma y estar alertas. El brote puede contenerse y quienes contraen la enfermedad tienen chances de sobrevivir.
Hay que seguir a rajatabla con las medidas de prevención, combatir el agente de transmisión que es el roedor, limpiar y ventilar los ambientes y, ante todo, frente a los primeros síntomas concurrir al médico y evitar el contacto estrecho con otras personas.
