Géneros

Violencia de género: la denuncia de su pareja que obligó a Barbato a irse de Lotería del Chubut

Carlos Barbato tuvo que abandonar el cargo de presidente de Lotería del Chubut como consecuencia de una denuncia de violencia de género presentada por su propia pareja, una promotora de la entidad que regula los juegos y a quien conoció tras su asunción. La cuestión es privada, pero su protagonista es un hombre público que trató de mostrarse agredido para justificar las heridas que causó. En lugar de asumir la situación y afrontar las consecuencias, buscó por todos los medios pasar como víctima cuando en realidad todos los consideraron un victimario.

A Barbato no le quedaba otra salida más que su salida del gobierno. Si no renunciaba por iniciativa propia ya el gobernador Mariano Arcioni estaba recibiendo presiones internas y externas para echarlo de su cargo, al estilo de lo que hubiese hecho su propio mentor Mario Das Neves de estar en el sillón de Fotana 50. No hubiera tardado tanto tiempo, dicen los memoriosos, ni en este caso ni en otros como los de Cigudosa y Chicala. Al fin y al cabo, ministros y titulares de entes son fusibles del gobernador y no son elegidos por el voto popular.

Arcioni había sido cuestionado por la Asociación de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos (AMADH) , quienes le exigieron que "Barbato no esté más en la función pública, no tiene que seguir amenazando, ni buscando a una nueva mujer para golpear" agregando que "estuvo a punto de matar a una mujer, y esta bestia sigue firme como si nada y mintiendo".

"Con estas bestias no hay diálogo, excepto que Arcioni avale la golpiza a mujeres, la violencia de género. No nos olvidemos que ya tuvo en su gabinete a un ministro Coordinador que habló muy mal de las mujeres, otros funcionarios en Familia que acosaron a varias empleadas y la lista sigue. ¿Será algo natural para el señor gobernador?", destacó la militante feminista Myriam Vázquez.

Parche en el ojo

Mostrarse públicamente con un parche en el ojo en una actividad institucional de Lotería tras la denuncia de violencia de género que había presentado su compañera no hizo más que acelerar los tiempos de su despedida del cargo. El mensaje que algunos leyeron en ese rostro parchado y herido fue "le pegué porque me pegó", tratando de salir airoso de una situación que lo compromete no solo en la política, ya que también podría hacerlo ante la Justicia. Si hay delitos, la Justicia deberá cumplir con su rol. Barbato se fue de Lotería tal vez pensando que le ponía punto final al incidente. Para algunos, su salida del gobierno es solamente el principio.

Desde 2015

El ahora extitular el ente más recaudador del Estado, llegó a ese lugar cuando Mario Das Neves asumió su tercera gobernación en 2015. Fue el premio a su lealtad pese a que el fallecido exgobernador estaba fuera del poder real. Barbato realizó un trabajo calificado de "impecable" tras recibir un ente quebrado y plagado de deudas. Logró sacarlo a flote, refinanciar grandes deudas y volva repartir grandes premios.

Fallecido Das Neves, el nuevo gobernador le ratificó su confianza. Tal vez no muy conforme con su decisión, teniendo en cuenta que Barbato era considerado un dasnevista de "paladar negro". Como se sabe, quienes rodearon a Arcioni desde el principio le aconsejaron "borrar" todo aquello que tenía que ver con su antecesor si quería construir una carrera política con nombre propio. Arcioni fue cumpliendo al pie de la letra esos consejos; más aún después de las ollas destapadas de la corrupción.

Barbato fue una excepción. Logró ganarse la confianza del nuevo gobernador y parecía que nadie iba a moverlo de su sillón. Ni siquiera las ráfagas del viento de la desgracia, que como en las descripciones del gran Gabriel García Márquez soplaron a metros de su despacho y terminaron con la suerte de dos de sus más inmediatos funcionarios; hoy investigados por la Justicia.

Barbato sobrevivió a todo pese a sus públicas peleas con el asesor Daniel Taito, hombre fuerte del gobierno que se legitimó todavía más después del triunfo de Arcioni en las elecciones.

Barbato incurrió en potencial violencia de género, algo que la sociedad no tolera y castiga severamente en todos los casos y con ánimo recargado cuando se trata de personas con responsabilidades públicas

Barbato pudo creer que se trataba de una tormenta pasajera que se diluiría en el marco de una elección ganada por su jefe político, pero la sociedad cada vez perdona menos. La dirigencia política debe asumir esa demanda social con responsabilidad en una época en que hechos y circunstancias se mueven como ese viento de la desgracia que sopló en las páginas de "Cien años de soledad" y pareció ingresar al despacho de un funcionario que hasta hace algunas horas se consideraba intocable.