Política

¿En qué gasta Arcioni los ingresos provinciales?: no cierran los números y el problema no son los sueldos

¿Hay o no hay plata en Chubut? De golpe aparecieron algunos fondos para pagar el segundo tramo escalonado de los salarios provinciales, pero las explicaciones no convencen. Mientras tanto, el estudio del economista Facundo Ball, de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, revela datos precisos e incómodos para el gobierno provincial. Al analizar los números de las cuentas públicas se puede concluir que el problema no radica en el pago de los sueldos.

Los gastos que no se destinan a los empleados públicos crecieron 118% hasta mayo, más del doble que la inflación patagónica, pero igual se profundiza la crisis. La gestión de Arcioni debería transparentar todos los datos oficiales, explicar por qué no puede pagar los sueldos y a qué fines destina el resto de los ingresos.

Desde hace más de un mes el gobierno de Mariano Arcioni asegura que no cuenta con los fondos para pagar los sueldos de los trabajadores estatales de Chubut. Por eso instrumentó en julio un demorado pago por sectores y ahora en agosto volvió al pago escalonado en tres tramos de los que apenas canceló uno solo hasta la actualidad.

Como no publica oficialmente los datos financieros mensuales o trimestrales -ni siquiera se conocen los que envió el ex ministro de Economía Luis Tarrío a la Legislatura cuando iba a ser interpelado- la veracidad de los dichos gubernamentales queda en duda y sólo pueden constatarse en la realidad a través de las filtraciones no oficiales que se producen desde el área de Hacienda provincial.

Igual que en 2018

Este es el mismo panorama que se vivió el año pasado cuando en medio del conflicto con los estatales y tras el fracasado ajuste del gasto público que iba a recaer sobre los empleados públicos, El Extremo Sur accedió a información que desmintió los déficits y demostró que había plata para pagar sueldos y aumentos paritarios.

Ahora nuevamente se transita por la misma situación. Falta información oficial, un día se dice una cosa y al otro día otra. Un ministro dice que no se pueden pagar los sueldos y que habrá pago escalonado, otro lo desmiente y dice que se pagará por sumas fijas.

El recién estrenado ministro de Economía, Oscar Antonena, negó que el Poder Ejecutivo cuente con los fondos para cancelar los sueldos. Luego de eso apareció parte de los fondos para hacerlo, aunque nunca se explica de dónde y cuáles claramente los números reales del déficit de la provincia.

Los funcionarios públicos se cansaron de asegurar que si no conseguían fondos nacionales, no podían tomar nuevos préstamos y correr los vencimientos de la deuda -tanto la que está colocada en dólares como en pesos-, no se contaba con los dineros para pagar los salarios; pero de golpe, sin préstamos, sin diferimientos de los vencimientos y sin que los billetes se multipliquen como los panes y los peces.

Ahora parece que algo había guardado bajo el colchón.

Para despejar las dudas, falsedades y suspicacias, Arcioni debe apelar a difundir mensualmente el estado de situación, detallando los ingresos y los egresos, para de esa manera ponerle fin a las incertidumbres.

Hasta el 13 de agosto no había un solo dato oficial del 2019 y a la actualidad apenas se publicaron los del primer trimestre, mostrando un retraso de por lo menos 4 meses en la circulación de la información pública.

¿Hay o no hay plata? Solo la Administración gubernamental puede responder esa pregunta de manera oficial y transparente; si no lo hace es porque oculta información, la manipula y profundiza el desmanejo del Estado, profundiza la conflictividad y lleva la crisis al borde la gobernabilidad.

La revelación de los números

Los datos disponibles de manera extraoficial sobre las cuentas públicas revelan lo sucedido durante los primero cinco meses de este año. Si bien los resultados arrojan un déficit primario creciente, hay elementos que permiten dudar sobre la imposibilidad de pagar los sueldos en tiempo y forma, e incluso de cumplir con los aumentos paritarios-. Esto tiñe de oscuridad los atrasos en los pagos a los proveedores y los servicios de la obra social SEROS.

El economista chubutense Facundo Ball (Director del Departamento Economía de la UNPSJB) reveló los datos financieros de los primeros cinco meses del año, y de allí se desprende una afirmación que él mismo realizó en su blog.

"Los datos oficiales de ingresos y gastos de la Provincia del Chubut, están disponibles hasta Mayo de este año, esto permite hacer una primera evaluación de la dinámica exhibida por las finanzas públicas de la Provincia en relación al año pasado. De la misma surge que no hay un problema de ingresos, por el contrario los ingresos experimentaron un fuerte crecimiento, muy por arriba de cualquier índice inflacionario. A pesar de esto, el déficit fue creciente, lo cual se explica por una expansión del gasto total que superó con creces la evolución positiva de los ingresos", sentenció Ball.

Irresponsabilidad fiscal

No conforme con la revelación, Ball agregó que "respecto a estos últimos meses, la irresponsabilidad fiscal es tan o más clara que la de largo plazo, es insostenible para las finanzas de cualquier provincia, que aún con un incremento de ingresos interanual del 80%, como el que exhibió Chubut en los primeros 5 meses del año, el Gasto total haya aumentado un 121% interanual, según informa el propio gobierno en la ejecución de gastos. No hay razones técnicas que justifiquen tal desfasaje de ingresos y egresos, pues todas las variables pueden ser proyectadas, en diferentes escenarios, con un alto grado de precisión, por lo cual no puede tomar por sorpresa a las autoridades económicas de la provincia".

Contundencia y oscurantismo

Del análisis sobre los datos publicados por Ball se desprende que los ingresos provinciales permitirían afrontar el pago de los salarios en tiempo y forma, especialmente porque los gastos no vinculados a la masa salarial crecieron casi a la par que los salarios. Claro que esos gastos no se vieron reflejados en los primeros cinco meses del año en un mejor funcionamiento de la infraestructura del Estado -con meses de escuelas cerradas por falta de calefacción o mantenimiento-.

Si la plata no alcanza para los sueldos, tampoco se paga a los proveedores y el mantenimiento de escuelas y demás edificios de servicios públicos es ampliamente deficitario, no se hace obra pública ni se cumple con la transferencia de subsidios a los municipios (como los del transporte); ¿dónde están esos ingresos? ¿en qué se gastaron? ¿cómo se distribuyeron? ¿por qué de golpe aparecen fondos sin nuevos endeudamientos o corrimientos de los vencimientos de la deuda?

Datos incómodos

Los números publicados por el economista de la Universidad reflejan que los ingresos totales de la provincia crecieron un 80,4% a lo largo del período comprendido entre enero y mayo de este año respecto al año pasado. Los gastos totales tuvieron una variación alcista del 121,6% y generaron un déficit de 544 millones de pesos en los primeros tres meses, pasando a ser de 1.106 millones de pesos en el lapso de cinco meses.

La mejora en los ingresos chubutenses se produjo esencialmente por el aumento del 74,3% de las regalías petroleras -que además subieron 3,9% en dólares sólo en cinco meses- y también por una suba del 60% en la recaudación de impuestos provinciales, ambos porcentajes por encima de la inflación patagónica; mientras que los ingresos coparticipables sólo subieron 44,5% y quedaron casi 13 puntos porcentuales por debajo del incremento inflacionario.

Los gastos en el pago de sueldos, tan promocionado por el gobierno provincial, aumentaron en ese período 124,1%; pero el dato relevante es que la masa salarial sólo creció 0,6% su incidencia sobre el total de los gastos provinciales, es decir que no se produjo un desequilibrio financiero importante que la transforme en imposible de solventar.

La deuda

Un párrafo especial amerita el tema de la deuda, la madre de todos los problemas de Chubut más allá de la falta de transparencia, porque el pago de las amortizaciones sólo crecieron 2,6% en los primeros cinco años; mientras que el pago de los intereses varió 234,3%. La incidencia en los gastos del pago de las amortizaciones cayó 7,9% y la del pago de los intereses subió 3,4%.

Todos los demás gastos provinciales, sin considerar los salarios, tuvieron un crecimiento de 118,7%; lo que significa que tuvieron un alza donde más que se duplicó a la inflación patagónica, que para el mes de mayo fue del 57,9% interanual.

En ese dato de los gastos que no contienen a los sueldos hay una explicación que la gestión de Arcioni debe darle a la sociedad chubutense y en especial a los trabajadores estatales, tanto pasivos como activos, que son quienes más padecen las consecuencias de los descalabros financieros.

Saber cómo, cuánto y en qué se gastos esos fondos provinciales son respuestas indispensables para entender lo que sucede con las arcas públicas.

De lo contrario podría suponerse que esos dineros públicos tuvieron otros fines que no fueron la mejora de las escuelas, el pago a proveedores, las prestaciones de SEROS o el funcionamiento en general de los servicios que brinda el Estado.