Política

"Vermouth con papas fritas y good show": Chubut digiere las muertes docentes y Arcioni afirma que no hay "ni agua"

La que terminó el viernes 20 de septiembre fue una de las semanas más intensas, dolorosas y descontroladas para la provincia de Chubut en las últimas décadas. Se asemeja al sarcástico y recordado monólogo de Tato Bores con su "vermouth, papas fritas y good show". Tras expresar un respetuoso reconocimiento a las dos docentes fallecidas y a sus familiares, el conjunto de la sociedad se muestra entristecida y agobiada por el devenir cotidiano de una crisis que parece no tener salida. Tampoco surgen ideas de una clase política desbordada e insensible.

La última semana arrancó con el desencajado pedido de aumento salarial del 200% para el gobernador, siguió con el fallecimiento de las dos docentes, derivó en las protestas incendiarias con represión y continuó con la denuncia al macrismo por no darle "ni agua" a la provincia.

Siguió con los pedidos de renuncia y la recolección de firmas por la revocatoria de mandato, se sumaron las denuncias múltiples por amenazas y sobornos, la confirmación del pago escalonado hasta noviembre, el oscuro debate entre Provincia y Nación por los fondos, y -como viene sucediendo desde hace meses- continuaron los paros, las marchas, las tomas, los acampes y los cortes de ruta.

La plata no alcanza, las incapacidades de la política sobresalen y faltan ideas-fuerza para encontrar salidas de fondo.

Como si se tratara de uno de los monólogos del inolvidable Tato Bores, la semana que se cierra en Chubut encajaría a la perfección en cualquiera de los programas que el gran humorista político realizó durante años en la televisión argentina. Lo más triste de todo es que al igual que en aquellos años los temas recurrentes son parte de una realidad que se repite y que escasean las ideas para hallar una solución en medio de la chatura de una clase política y dirigencial que no tiene futuro ni se muestra capaz de enfrentar una crisis estructural con ribetes de ingobernabilidad; al menos temporaria.

Se podría decir que solo está faltando que aparezca una jueza o un juez que prohíba hablar y cuestionar la realidad y así termineríamos todos cantando: "La jueza Barú Budú Budía, la jueza Barú Budú Budía, la jueza Barú Budú Budía es lo más grande que hay".

El show más triste

La muerte de las profesoras Jorgelina Ruiz Díaz y María Cristina Aguilar se transformó en el hecho más triste y doloroso de la semana. Las dos mujeres fallecieron en un accidente en la Ruta 3 cuando regresaban de una marcha efectuada en la ciudad de Rawson por docentes y estatales que siguen reclamando por el pago en tiempo y forma de sus salarios.

Sus muertes, ocurridas entrada la tarde-noche del martes, fueron un mazazo. La noticia impactó en toda la provincia y recorrió el país. Desató un hondo pesar que se transformó en múltiples demostraciones de congoja que se multiplicaron silenciosamente en la colocación de velas frente al estudio comodorense del escribano-gobernador. Miles de docentes, estatales y ciudadanos expresaron su respeto en las marchas enlutadas de silencio que se reprodujeron por Chubut y buena parte de la Argentina.

Como el desatino a veces no tiene límites, el propio gobernador Mariano Arcioni dio al día siguiente una escueta conferencia de prensa donde apenas se animó a dar el pésame y decretar un asueto obligado pero sin sentimiento aparente.

Casi nada dijo por esas horas sobre posibles soluciones al conflicto que de manera no tan indirecta se había cobrado dos víctimas fatales que deberían haber estado en las aulas pero terminaron muriendo en una ruta porque sintieron la necesidad y la obligación de protestar por los que consideraban justo.

La miserabilidad política muchas veces se soluciona con el silencio, pero a veces se desborda y termina reflejándose en el cinismo. Eso sucedió con los dichos de la ministra de Gobierno, Mariana Vega. Al día siguiente de los decesos afirmó que "las muertes no fueron en el ámbito de la protesta. Es lamentable que algunas personas quisieran hacer responsables al gobierno o al gremio. Por respeto, debemos ambas partes priorizar el diálogo".

Cuando la noticia de los fallecimientos se esparció, la noche del martes y la madrugada del miércoles se convirtieron en un hervidero repleto de bronca y dolor. Los manifestantes que acampaban en la Legislatura comenzaron a pedir respuestas y cuando los intentaron desalojar se desataron los encontronazos que terminaron con la fogata que destruyó parte del ingreso al edificio.

Algo similar sucedió con la auto-convocatoria de docentes y estatales a las puertas de la Casa de Gobierno, donde otra vez la represión se hizo presente y el fuego consumió parte de la Puerta 2 en medio de corridas, gases lacrimógenos y algunas balas de goma.

Papas fritas con vermouth

El aumento de sueldos a los funcionarios políticos y la continuidad del pago escalonado hasta noviembre son muestras de que algunos dirigentes son capaces de hacer y decir cualquier cosa en cualquier momento, dentro de un rango de mezquindad alarmante. Piden cordura y diálogo, pero se aseguran sus ingresos personales en medio de la pobreza general.

Arcioni convalida a un "súper ministro" como Federico Massoni, que roza el manual de la inutilidad para encausar una crisis que multiplica los riesgos, afecta la gobernabilidad y como mínimo reclama un decoro que muchos parecen no tener y ni siquiera conocer.

Ese mismo martes se supo que el gobernador había enviado a la Legislatura una serie de proyectos de ley y decretos (DNU) donde reclamaba un aumento de salarios para él y sus funcionarios políticos, la continuidad de Jorge Ávila al frente de Petrominera y la habilitación para que el ministro Massoni pudiese hacer uso de la banca 28 y explicar lo sucedido con el desalojo de los docentes acontecido a principios de mes en las Rutas 3 y 26.

El aumento pretendido por el primer mandatario era de un 200% y llegaba hasta un 265% con los adicionales, incluyendo la proporcionalidad para el resto de los funcionarios integrantes de la planta política provincial. Ese provocativo incremento salarial, tan denostado por el gobierno cuando se trató de aumentar los salarios atrasados de los empleados públicos, fue justificado y defendido por Massoni aduciendo que se trataba de "una necesidad imperiosa que tenía toda la esfera política".

La falta de tino político y la incapacidad para medir los tiempos llevaron a los funcionarios provinciales a rociar con nafta el fuego y desatar otra andanada de broncas y cuestionamientos; que no pudieron ser apaciguadas ni siquiera por el ofrecimiento de donación del aumento que hizo horas más tarde el propio gobernador.

Arcioni en persona confirmó sobre finales de semana que "hasta noviembre vamos a estar con el pago escalonado" y no dudó en pedir a los a los docentes que "vuelvan a las aulas" porque "no hay una solución mágica cortando una ruta o haciendo paro o tomando un ministerio". ATECh respondió con la continuidad del paro para lo que será la décima semana sin clases, que se inicia este lunes.

Los divididos y dispersos gremios estatales ya no tienen la contundencia que exhibía la Mesa de Unidad Sindical (MUS), y cada uno parece jugársela por la libre. Algunos exigen la renuncia del gobernador, otros se quedan con la continuidad de las protestas, algunos saltan a la vereda oficialista y dicen que "está todo bien" y otros se recuestan en el oscurantismo de ver qué pasa y cómo se acomodan en función de la bronca de sus bases o el recalentamiento de los reclamos.

Tras el pedido de aumento para los salarios políticos y la muerte de las docentes, se inició una campaña de firmas en Change.org para peticionar que la Legislatura ponga en marcha la revocatoria de mandato del gobernador a través del artículo 264 de la Constitución provincial. El intento se fue desinflando, y al cierre de este artículo llegaba a las 37 mil adhesiones. Para resultar eficaz debería congregar la voluntad del 20% del padrón electoral, lo que representa poco más de 87 mil firmantes.

El "good show" de la falta de ideas

Desde el inaplicable "Plan seis meses" para seguir consiguiendo fondos nacionales con un nuevo gobierno, pasando por la imposición de la rechazada minería sin licencia social y los pedidos de ajuste al estilo de Santa Cruz se suma el debate de miserabilidades entre Provincia y Nación. Por eso, todo parece encaminarse más a la profundización de la crisis que a una salida de fondo.

Arcioni insiste en que la única alternativa posible para la provincia es llegar al 10 de diciembre y esperar que asuma la fórmula Fernández & Fernández, para así seguir recibiendo fondos nacionales que le permitan cubrir el pago de los sueldos y los gastos corrientes de una caja chubutense asfixiada por las deudas. Como propuesta resulta de una escasa capacidad de generación de soluciones y por eso propone como salida agachar la cabeza, bancarse el pago escalonado y esperar cueste lo que cueste.

Algunos de sus asesores en las sombras son más osados. El veterano Rafael Cambareri tiene entre ceja y ceja imponer la minería en Chubut a pesar del amplio repudio social que tiene la actividad en la provincia. Aduciendo que las mineras podrían adelantar parte de los tributos mensuales a la provincia si inician las actividades extractivas, impulsa a la minería como "única salida" a la crisis financiera. Para eso, intenta convencer a los legisladores provinciales, especialmente a los 22 que dejarán sus bancas para irse a sus casas en diciembre y sueñan con algún tipo de indemnización.

Frigerio y las papas fritas

A este combo se le sumó el debate con el gobierno nacional macrista. Chubut denunció que Nación no le mandó los fondos prometidos y desde el macrismo le salieron a responder por medios nacionales aduciendo que le habían mandado todo lo comprometido. Inclusive se encargaron de difundir un paper donde se detallan los préstamos y los adelantos financieros.

El propio ministro Rogelio Frigerio detalló que "Ante la situación de crisis económica y social que enfrenta la provincia, el Gobierno Nacional le adelantó fondos a Chubut por 1.227 millones de pesos. El 10 de septiembre se le adelantaron $500 millones; el 11 de este mes otros $500 millones; el 12, $100 millones, y el 13 de septiembre, 127 millones de pesos".

Hasta el borocotizado Miguel Angel Pichetto se incorporó a los debates y arremetió contra Arcioni diciendo que la provincia "tiene regalías del petróleo, rica, con recursos propios", para luego agregar que si "el gobernador no puede pagar los sueldos y echarle la culpa a la Nación es un absurdo".

Arcioni había denunciado sobre finales de semana que "el presidente (Mauricio Macri) dijo que a Chubut no le dieran ni agua, y no es lo único que dijo". Como el diputado provincial Manuel Pagliaroni (Cambiemos) azuza la posibilidad de una intervención federal en la provincia, el propio gobernador se encargó de bajarle el tono al enfrentamiento con Frigerio y sostuvo que "siempre está a disposición, más allá de las cuestiones partidarias. No creo que intervenga la provincia".

A la pesca

Esta semana que viene Arcioni y el ministro de Economía Oscar Antonena estarán por Buenos Aires intentando conseguir más fondos nacionales, porque la plata parece que sigue sin alcanzar para pagar los salarios que faltan.

El agujero negro de las finanzas públicas provincial tiene ribetes de incontrolable. La deuda es el negado problema principal, mientras la aspiradora de fondos es casi lo único que funciona en Chubut.

Para poner la frutilla al explosivo combo que ha generado la clase dirigente, apareció el inefable diputado provincial Alfredo Di Filippo (Convergencia) y propuso un fuerte ajuste al sector público; algo parecido al que se intentó imponer el año pasado y fracasó porque se lo impidieron los trabajadores estatales con sus protestas. 

"Acá se va a transitar con una razonabilidad entre las partes y va a ser una etapa dura, de ajuste fuerte al sector público... Alicia Kirchner congeló los salarios, a los docentes les dio el 10% de aumento. Y fíjense que la gobernadora Kirchner haciendo un ajuste muy duro del sector público logró superávit, una provincia que estaba en crisis grave... en su momento Néstor Kirchner (como gobernador de Santa Cruz) se quedó con el aguinaldo y el sueldo", afirmó el legislador.

En definitiva, no hay vermouth ni agua, pero está lleno de papas fritas. Los que sufren son siempre los mismos. Alguna vez habrá que promover ideas serias que permitan transformar a Chubut en una provincia productivamente sustentable. Por ahora solo se vislumbra un penoso "good show" que nada resuelve y profundiza la crisis provincial.