Patagonia

Juzgan a Nichols por la desaparición de Bel; la historia de dos comisarios en la dictadura

Tito Nichols comenzará a ser juzgado este lunes por la desaparición de Ángel Bel durante la dictadura militar, cuando él era un alto jefe de policía. Niega haber sido un represor. Guillermo Jones fue denunciado en Comodoro Rivadavia por haber perseguido a Chil Groshaus. Ambos comisarios retirados tienen la particularidad de haber presidido en algún momento las cooperativas de servicios de sus ciudades.

El comisario mayor retirado Tito Nichols es uno de los imputados por el secuestro y desaparición de Elvio Ángel Bel, ocurrido el 5 de noviembre de 1976. Este lunes comienza en Rawson un juicio que concluirá en Comodoro por aquella persecución al maestro y militante del Partido Comunista.

La Justicia Federal acusa a Nichols de haber estado vinculado al procedimiento de los militares llevado a cabo en Trelew, que terminó con la desaparición de Bel. Al parecer la imputación surgió a partir de la declaración de un testigo anónimo en 2008. En 2012 la Justicia había declarado la falta de mérito, pero dos años más tarde reactivaron la causa.

En una entrevista con El Chubut, Nichols, quien fue presidente de la Cooperativa Eléctrica de Trelew, afirmó que "yo no planifiqué, no participé, no secuestré ni presté ninguna ayuda para que se cometa este hecho".

El imputado que espiaba para los dictadores

Nichols llega al juicio en calidad de imputado. Tendrá que explicar allí las acciones que desempeñaba al frente del Departamento de Información de la Policía del Chubut, que tenía a su cargo en noviembre del 1976 cuando se produjo el secuestro de Bel.

"Cada vez que me citó la Justicia, comparecí y no la he esquivado jamás y no la voy a esquivar ahora. Pienso dar una declaración con amplitud; voy a explicar a la Justicia cómo está dividida la Policía y cómo funciona. Yo no tenía a mi cargo ninguna tarea operativa, yo trabajaba administrativamente", afirmó.

En su carrera policial, Nichols estuvo al frente de las comisarías de Trevelin, Esquel, Puerto Madryn, Comodoro Rivadavia y Trelew, además de haber sido jefe de Informaciones en la cúpula policial en Rawson. Insistió en que jamás participó en "procedimientos militares".

En su paso por Informaciones de la Policía, Nichols sostuvo que "yo tenía como misión producir informes para el ministro de Gobierno con un panorama provincial que abarcara cuestiones políticas, sindicales, educativas y migratorias de la provincia. Nunca dejé algo sin firmar, nunca hice nada por izquierda; los informes que iban al Ministerio de Gobierno estaban firmados".

La usura y la subversión

El 6 de noviembre del año pasado, el comisario retirado Guillermo Jones asumía como presidente de la Sociedad Cooperativa Popular Limitada (SCPL) de Comodoro Rivadavia. Desde hace años, era un activo integrante del consejo de administración de esa cooperativa de servicios.

Al día siguiente, el fiscal federal Teodoro Nürnberg recordaría que sobre Jones aún pesaba un capítulo negro de la reciente historia argentina. Se lo acusaba de ser "partícipe necesario de la privación ilegítima de la libertad" del matrimonio compuesto por Chil Groshaus y Alicia Beatriz Levich en junio de 1978 cuando el ex comisario era jefe de la Unidad Regional de la ciudad petrolera.

"Por entonces no fueron torturados, pero fueron sometidos a una presión psicológica muy clara", relataba el fiscal en diálogo con la radio Cien Punto Uno.

Para el fiscal -que recordaba que los delitos de lesa humanidad no prescriben-, "Jones tenía el control de todas las dependencias policiales; tenía una participación en los hechos, y para nosotros eso es muy claro".

Jones -que dos meses después renunciaría a su cargo en la SCPL- respondía desde otra radio que "cuando la justicia provincial pone en libertad a Groshaus, lo detiene personal militar y ahí es donde se inicia su padecimiento. Es interrogado por presunta vinculación con la subversión según me contó él mismo".

Según el expediente, el coronel Héctor Antonio Schillagi, como exjefe de la Policía, planificó un operativo contra el delito de usura simultáneo en varias ciudades, incluida Comodoro. Era mayo de 1978. Se allanó el domicilio de Groshaus y se lo detuvo en la Seccional Segunda.

Le concedieron el arresto domiciliario, pero de nuevo fue detenido en la calle cuando iba a la Seccional Primera, donde estaba su padre declarando. Violó su arresto domiciliario y quedó entonces a disposición del Comando de Área Subzona 53. Lo trasladaron al Regimiento 8 de Infantería por su presunta vinculación con la subversión a través del tráfico ilegal de divisas extranjeras. Su casa tuvo un segundo allanamiento donde detuvieron e incomunicaron a su esposa, Alicia Beatriz Levich de Groshaus, por el mismo cargo.

El matrimonio fue indagado. La mujer quedó libre pero al visitar a su esposo fue nuevamente detenida al igual que él a disposición del Comando Subzona 53. Primero quedó libre la mujer, pero Groshaus siguió preso hasta febrero de 1979, cuando quedó en libertad; ambos sin cargos por presunta subversión.

El comisario que cuidaba el aseo

A la hora de rendir cuentas ante los jueces, Jones diría que él no tuvo vinculación con esa detención, más allá de haber sido "partícipe necesario" por custodiar a Groshaus.

"Estaba detenido en la comisaría, pero por otro lado tenía el pedido de la familia y la defensa de Groshaus de mantenerlo en la comisaría para seguridad de él y para poder verlo, saber cómo andaba y vincularse con él", indicó.

"La misma familia pedía que esté dentro de la jurisdicción policial para poder estar al tanto. Groshaus cuando hace la denuncia me pone como testigo, éramos amigos y tanto es así que, dentro de las posibilidades, a la noche lo llevábamos a su domicilio para que pudiera bañarse, comer y cambiarse", resaltaba el excomisario.

En junio de este año, la Sala III de la Cámara Federal de Casación Penal sobreseyó definitivamente por ese episodio a Jones, por considerar que no fue quien dio la orden de detener a Groshaus y a su esposa.