Política

De aquellos polvos a estos lodos: el adelantamiento electoral más caro en la historia de Chubut

Hace poco más de un año se decidió en Chubut anticipar las elecciones provinciales. En ese momento se aseguraba que sería ínfimo el costo para el Tesoro provincial, que recién empezaba a regularizar el pago de haberes luego de haber apelado al escalonamiento en la primera parte del gobierno de Arcioni. Sin embargo, a juzgar por el ajuste feroz anunciado el miércoles por el ministro Oscar Antonena se puede colegir que aquella jugada aún no se terminó de pagar y que recaerá sobre las espaldas de gran parte de los habitantes de esta provincia, principalmente en los empleados públicos.

Cuando finalmente el Tribunal Electoral Provincial terminó de avalar por 3 a votos a 2 -uno de estos fue el del actual ministro José María Grazzini- el desdoblamiento electoral en Chubut, desde el círculo íntimo de Mariano Arcioni se mencionó un costo de "entre 20 y 30 millones de pesos"; aunque otras fuentes daban valores más altos.

En su edición del 18 de diciembre de 2018, El Cronista afirmaba que "con el 1,3% de los electores nacionales, surge que el Chubut de Mariano Arcioni gastaría $98.020.000. Hace una semana el ministro de Gobierno provincial, Federico Massoni, admitió que costear su propio calendario electoral les demandará cerca de 100 millones".

Después de más de un mes de tironeos en la Legislatura, finalmente Arcioni conseguía su propósito de separar la elección a gobernador de la de Presidente y fijaba los domingos 7 de abril y 9 de junio de 2019 para celebrar PASO y generales.

Cuando se hablaba de costos, defensores y detractores de la maniobra ideada por Arcioni -entre ellos Ricardo Sastre, Rafael Cambareri, Adrián Maderna y Jorge Avila- entendían que se hacía referencia a los actos electorales propiamente dichos; es decir campañas previas, impresión de boletas, movilización de fuerzas de seguridad, capacitaciones y designaciones de autoridades de mesa.

Todo vale para ganar

Antes de ir a las primarias, Arcioni se preocupó por cerrar un frente fundamental en su propósito de ser reelecto: el gremial. Sabía que el voto de los estatales era importante y la historia reciente indicaba que en el Valle su opción previa siempre había sido el dasnevismo, generador de empleo público desde 2003.

Arcioni pagaba los sueldos completos y en fecha hasta ese momento. Sus únicas diferencias con los sindicatos en esa primera parte del año tenían que ver con temas de infraestructura, sobre todo en educación donde no pocas escuelas presentaban problemas de calefacción y el gremio elevaba su voz, lo cual lo ayudaría también en la paritaria por venir.

De buen vínculo con el gobierno nacional de Macri, ya que Arcioni y compañía no descartaban apoyar la reelección del domador de reposeras en virtud de que enfrente por entonces solo estaba Cristina Kirchner, los anticipos por coparticipación y regalías no sufrían trabas burocráticas.

Entonces el gobernador aceleró y cerró paritarias con los gremios de su Estado. Las discusiones no fueron complicadas y antes de las PASO del 7 de abril hubo acuerdo con casi todos, excepto con los docentes que se sumarían recién días después de aquella primaria en la que Arcioni fue el más votado pese a que su partido sacó un par de puntos menos que el Frente Patriótico que se presentó con tres precandidatos: Carlos Linares, Gustavo Mac Karthy y Omar Burgoa.

La lectura de cara a las generales del 9 de junio decía que difícilmente los votos de los candidatos peronistas del Valle fueron en su totalidad hacia un comodorense que generaba desconfianza en ese lugar de Chubut.

Con el sí fácil

El 1 de marzo de 2019, la administración Arcioni acordaba la pauta salarial del año con ATE, UPCN y SOYEAP. El entonces ministro Coordinador, Marcial Paz, y el secretario de Coordinación Financiera, Luis Tarrío, fueron los encargados de la negociación en nombre de la Provincia.

La propuesta oficial fue la de llevar el salario básico de un auxiliar de Educación ingresante a 17.568 pesos en marzo (16%, absorbiendo la zona no remunerativa hasta $1300 y presentismo de $375), con un incremento del 10% sobre el básico testigo en los haberes de mayo, y un nuevo incremento del 10% en el mes de junio.

También se pactó un incremento de la zona remunerativa a un 35%. Además, se planteó una cláusula gatillo basada en el IPC Patagonia para el tercer trimestre del año. Esto es lo que se reclama ahora y que el gobierno ya dijo que no cumplirá.

En cuanto a los trabajadores de Salud, el aumento estableció absorber los conceptos adicionales remunerativos no bonificables de 1.000 y 1.500 pesos al básico, más la implementación del aumento, incrementándose así el valor móvil a 82 a partir del 1° de marzo de 2019, y la aplicación en forma trimestral de la cláusula gatillo a través del IPC Patagónico.

El martes 16 de abril del año pasado -nueve días después de las PASO provinciales-, la Dirección General de Cultura y Educación informaba que "en cuanto a los salarios docentes correspondientes al año 2019, se acordaron aumentos automáticos por trimestre en base a los porcentajes de inflación que indique formalmente el INDEC. El primer pago de estas sumas, de acuerdo al índice de inflación correspondiente al primer trimestre del año, será percibido con los haberes del mes de abril de 2019, en los primeros días de mayo", lo cual efectivamente ocurrió.

"En relación a la recomposición salarial correspondiente a 2018, se logró acordar el otorgamiento de un recupero del 15,6% sobre el salario básico, el cual será abonado en dos cuotas: la primera será percibida en mayo con el cobro de los haberes del mes de abril de 2019; y la segunda se acreditará en agosto con el cobro de los haberes del mes de julio de 2019", se indicaba también.

De acuerdo al gobierno, "el acuerdo paritario obtenido otorga previsibilidad y certeza a nuestros docentes, actores fundamentales en el desarrollo de iniciativas para el fortalecimiento de la escuela pública, que se consolida, además, con el cumplimiento del calendario escolar y con el alcance de los contenidos pedagógicos previstos para 2019".

Tres meses después empezaría la huelga de maestros más larga de la historia de Chubut: 17 semanas entre el 22 de julio y el 19 de noviembre. Claro que para entonces Arcioni y Sastre ya habían ganado la elección y se preparaban para asumir.

También se había alterado el mapa nacional y Macri estaba definitivamente al borde del nocáut, luego del estratégico paso atrás que dio Cristina para ungir a Alberto Fernández, con quien luego se alió Sergio Massa; referente nacional de Arcioni que lo subió a la campaña a pesar de que era más lo que restaba, como explicitó el ganador de Mendoza, Rodolfo Suárez.

Ya no sos mi Marianito

Los compromisos salariales asumidos en campaña por Arcioni agravaron la situación financiera de Chubut y precipitaron los acontecimientos. El mandatario no consiguió lo que quería de Alberto Fernández -más preocupado en otras cuestiones- y terminó anunciando el ajuste más brutal del que se tenga memoria en la provincia, ya que prevé no pagarles a los empleados públicas las deudas que con ellos se tiene y congelarle los sueldos por seis meses.

En tanto, se les pretende hacer pagar a los docentes el costo del paro del año pasado mediante una revisión de sus acuerdos laborales, tal como ha declarado el ministro oriundo de Quilmes, Andrés Meiszner.

"Cuando uno ve cómo se maneja esta Provincia lo que más me sale es preocupación. No hay previsión, no hay previsibilidad y se cambian las reglas de juego continuamente", sostuvo el diputado provincial Carlos Eliceche, que fuera parte activa del gobierno de Martín Buzzi, uno de los que endeudó a Chubut.

Este lunes comenzará un nuevo desfile de ministros por la Legislatura, buscando dar fundamentos para votar el paquete de iniciativas que conforman el ajuste y que básicamente tiene como víctimas a los empleados públicos y a la clase media que deberá tributar más impuestos y nuevos gravámenes para que Arcioni pueda exhibir ante Nación que ya entendió que no todo es sentarse a esperar, sino que debe ser capaz de recaudar por cuenta propia.

Se estima que el jueves 23 habrá sesión, aunque los empleados legislativos podrían sostener alguna medida de fuerza en función de que aún no cobraron sus sueldos de diciembre.

Además, hay diputados opositores que esperan a los enviados con los cubiertos puestos. "Veo un gobernador que no se hace cargo de sus propios actos. En campaña otorgó esas paritarias elevadas con el fin de ganar una elección y ahora propone el congelamiento de los sueldos de los trabajadores estatales perjudicando al empleado público que supuestamente venía a jerarquizar", sintetizó Belén Baskovc.

En este contexto, y mientras desde el gremio judicial aclaran que Mario Vivas no habló por ellos cuando sumó al Poder Judicial a la ola congeladora de sueldos, Arcioni confiaba en que los docentes inicien el ciclo si hay paritaria nacional.

Pero ya el ministro Nicolás Trotta fue claro al respecto. El jueves a la noche dijo que Chubut es una provincia que en teoría debería estar entre las menos afectadas y que él solo se ocupará de que todos los trabajadores alcancen el sueldo mínimo, recordando que Nación contribuye al salario con ítems como el Fondo de Incentivo Docente que desde ATECh más de una vez denunciaron que era retenido en Rawson.