Géneros

¿Por qué no se pueden reducir los feminicidios? Propuestas y acciones a seguir para erradicar la violencia de género

Violencia de género y acceso a la justicia. Protocolos de trabajo. Valoración del riesgo. Mecanismos de prevención. Botón anti pánico, tobillera. Técnicas y medidas de investigación con perspectiva de género. Directivas, testimonios, casuística. Valoración de la prueba y pena a aplicar y ¿Por qué no se pueden reducir los feminicidios? Propuestas y acciones a seguir para erradicar la violencia de género", fueron los ejes del "1er Foro de discusión sobre Investigación criminal con perspectiva de género", realizado el 20 de marzo.

Fue organizado por Reconstrucción Forense Especializada y la Universidad de Hartman de México, coordinado por Federico Baudino, contó con la participación de expositoras y expositores tales como Diana Maffia, María Cafure de Battistelli, Sandra Verónica Guagnino, Yasmín Quiroga, Pablo Casas y Ramiro Ramos Osorio.

Violencia de género y acceso a la justicia. Protocolos de trabajo. Valoración del riesgo. Mecanismos de prevención.

Pensado en estos tres bloques con el objetivo de hacer un abordaje integral del proceso investigativo, se inició con la primera parte de la exposición, titulada "Violencia de género y acceso a la justicia. Protocolos de trabajo. Valoración del riesgo. Mecanismos de prevención. Botón antipánico, tobillera". El Foro se focalizó en el inicio del proceso investigativo, donde intervinieron el fiscal Ramiro Ramos Osorio y la fiscala Sandra Verónica Guagnino.

Osorio, de la provincia de Salta, cree fundamental la preexistencia de un protocolo de acción para la toma de denuncias en caso de violencia de género. "No podemos dejar el sistema a la discreción de cualquier funcionario", sostuvo. "Si la recepción de la denuncia es mala, todo el proceso investigativo es consecuentemente malo. Lo mismo si el funcionario público que recibe la denuncia tiene una mala información, o directamente no tiene formación en género. Lo mejor es trabajar con protocolos para minimizar la discrecionalidad de esas personas"

Por su parte, Guagnino, fiscala de cámara especialista en violencia de género, estuvo de acuerdo con esta postura, pero sin perder de vista que estos protocolos pueden sistematizar la denuncia, y que debemos hacer lugar a los emergentes que pueden dispararse de esa declaración.

Posteriormente se discutió sobre el agresor: ¿qué hacer? Botón antipánico, tobillera o cuál es la mejor opción. ¿Es suficiente la privación inmediata de la libertad para prevenir el feminicidio?

En cuanto a la pregunta sobre qué hacer con los agresores y qué herramientas utilizar (además del botón antipánico y la tobillera), Ramiro Ramos Osorio considera que, en general, todos los casos judiciales son tratados iguales, entonces no se toma la dimensión y gravedad de la violencia de género. Hay medida que se adoptaron que demuestran ser obsoletas. No pueden ser considerados de la misma manera, y con medidas de restricción similares, por ejemplo, quien comete un hurto con quien ejerce violencia de género. Requieren de medidas específicas.

Sandra Guagnino centró su atención en cómo "desde el derecho se piensan en medidas en relación a protección a la víctima y su relato, y no en si efectivamente impactan en el agresor. Siempre perdemos de vista al agresor", puntualizó. La protección de la víctima no puede estar desligada de la investigación, que es lo que reforzará esa protección. Tenemos que proteger a la víctima y solo lo lograremos si nos ponemos en la cabeza del agresor. La única posibilidad de que un agresor respete una decisión judicial es conocer si él puede discernir entre lo que está bien o mal, si respeta o no la autoridad y si puede/logra adquirir un sentido de la obligación de cumplir esa protección dispuesta. Debe entender, y desde la justicia percibir si está entendiendo.

Ramos Osorio sostuvo que existen ciertas medidas donde se toman más pensando en la protección de las y los operadores judiciales antes en que analizar el proceso, la víctima y el victimario, con el único fin de que el funcionario judicial quede limpio, protegido. Hay que trabajar sobre la violencia de género y erradicar esa actividad delictiva, a modo preventivo. Se pueden tomar medidas mucho más eficaces y concretas.

Diana Maffia, a modo de balance, tomó la palabra y en cuanto a los protocolos, sostuvo que "es importante para estandarizar ciertos datos básicos, pero no encerrarnos en esos datos y que nos impidan conocer dinámicas propias del relato de esa víctima. Además, es menester indagar y explorar la proyección de la violencia, hurgar en la naturalización de esa violencia. En insuficiente el control de las medidas cautelares, y su cumplimiento debería ser analizado y con su correspondiente seguimiento minucioso. Por último, hay construcciones de las masculinidades deben trabajarse de manera integral. Desde la justicia se puede trabajar y existen dispositivos para trabajar con las víctimas, pero apenas existen para trabajar con los agresores".

Técnicas y medidas de investigación con perspectiva de género.

En "Técnicas y medidas de investigación con perspectiva de género. Directivas, testimonios, casuística. Valoración de la prueba y pena a aplicar", e trabajó sobre el mérito probatorio en hechos de violencia de género y flexibilidad de la prisión preventiva.

Pablo Cassas, juez de la segunda instancia en el fuero Penal Contravencional y de Faltas, sostiene que las exigencias probatorias en los testimonios o declaraciones por violencia de género suelen responden a una lógica patriarcal en torno a cómo deben valorarse los testimonios. Hay que saber definir las tensiones entre las garantías legales de los imputados y la tutela judicial a la víctima. Esa victima necesita de un abordaje integral y más complejo de lo habitual. Es urgente escuchar y que llegue a nosotros la sensibilidad de la situación de violencia que sufre mayoritariamente una mujer.

En esta búsqueda de encontrar medidas de restricción que no estén preferentemente sobre las victimas necesitamos ampliar el diálogo. Pensar qué pasa con ese agresor, reconocer los privilegios que gozamos como hombres y que se expresan en micromachismos cotidianos. Como operadores y operadoras judiciales debemos reforzar las capacitaciones y fortalecer la sensibilidad.

Para cerrar, Casas sostuvo que, "ante las voces de los abogados defensores que objetan las declaraciones de las víctimas, es importante entender el contexto de violencia como un agravante y que a la vez confirma la situación de violencia de género en la intimidad".

¿Por qué no se pueden reducir los feminicidios? Propuestas y acciones a seguir para erradicar la violencia de género.

En este tercer bloque Sandra Guagnino tomó la palabra. Reforzó la idea de tener a disposición un equipo multidisciplinario para mejorar la práctica.

El otro gran aspecto que remarcó es el educativo, donde los procesos de enseñanza en las personas jóvenes se ven impactados por otros vínculos que construyen entre sí, donde también hay que decirlo, hay una enorme reproducción de estereotipos. Eso es una asignatura pendiente: trabajar para reducir los niveles de violencia y la reproducción de estereotipos.

El fiscal Ramiro Ramos Osorio añadió la importancia de analizar los casos de femicidios y, una vez cerrado el proceso judicial, hacer un análisis de todo el proceso de manera crítica, para intentar ver en qué sectores el Estado falló y por qué no se detectó esa situación de manera temprana. Las señales siempre están. Necesitamos herramientas de acción, de análisis, de observación de datos para poder detectar y tener una respuesta adecuada a esos conflictos.

Pablo Casas, juez, remarcó lo que señaló al inicio: ¿Qué medidas concretas aplicar? Hay que ser creativos, animarnos a usar las herramientas de la normativa, apostar a las capacitaciones, entre otras cuestiones.

¡Qué aporte puede hacer el feminismo para tratar de erradicar los feminicidios?, se le preguntó a Diana Maffía. La filósofa sostuvo, primero, que el feminismo es una postura política, y que está en todos lados, también en la justicia. El feminismo ofrece el compromiso en pos de una sociedad igualitaria, y lo hacemos en todas las áreas de los lugares de trabajo. La discusión en torno a los roles naturalizados atribuidos al sexo y a la falsa idea de la posesión del cuerpo femenino, entre otros, son logros del feminismo. Pero hay que reconocer, por ejemplo, con la Ley Micaela, que partimos de bases profundamente conservadoras. Esa ley demostró que todavía existen funcionarios judiciales que se resisten a la formación y acusan a la ley para decir que son adoctrinados en algo así como "ideología de género". Pensar que esto es una violencia hacia su formación no tiene sentido.

Fuente: Diario Femenino