Política

Entre machirulos y misoginia, las elecciones ponen en duda el compromiso feminista de los candidatos

Por Lola Sánchez.

A lo largo de las campañas electorales, El Extremo Sur relevó especialmente el discurso y las propuestas de las candidatas y los enfoques con perspectiva de género, así como su compromiso con la agenda feminista, que no aparece con intensidad ni precisión por parte de distintos partidos y sectores. En los debates, las dirigentes de distintos espacios han coincidido en la defensa irrestricta de los derechos de las mujeres. La pregunta clave es si esta capacidad resulta compatible con la defensa de los intereses pragmáticos de cada partido, la mayoría de ellos con líderes varones y figuras conservadoras, incluso en los espacios más "progresistas".

En Chubut, las dirigentes políticas han disputado el poder, no sin obstáculos, y han sido vanguardia en la presentación de proyectos orientados a la igualdad. Eso ocurrió tanto con la Ley de Violencia Política (Nancy González, PJ) o la ordenanza de medios con perspectiva de género (Ana Clara Romero, Juntos por el Cambio).

Se trata de una alianza transversal a los colores partidarios y en sintonía con la agenda feminista que vienen desarrollando los movimientos de mujeres, diversidades y juventudes en las calles. Ahora, el desafío es llevar la militancia a las bancas o los puestos ejecutivos -escasamente ocupados por mujeres en el caso de Chubut pero también en el propio gabinete nacional- y abandonar el rol de la dirigente que "acompaña".

Durante esta campaña electoral, las listas cumplieron casi al 100% con la paridad en todo el país. En la provincia, las mujeres ocupan el 50% de las fórmulas presentadas y muchas de ellas encabezan las listas, hecho que incide directamente en el crecimiento de la participación femenina en los espacios de poder.

Las políticas de género en la Argentina tuvieron un hito fundamental en 1991 con la sanción de la ley de cupo femenino del 30% para la asignación de cargos legislativos, lo que logró dar un salto de 13% a 27% en la proporción de la Cámara de Diputados para 1995, llegando a un pico de 40% en 2007.

Una década después, el porcentaje no registró aumentos y la participación aminoró, por lo que se sancionó la Ley de Paridad de Género a nivel nacional, que establece la obligatoriedad de incluir 50% de mujeres en la conformación de las listas de manera alternada.

"La desigualdad en el acceso a cargos públicos para las mujeres es aún más marcada en el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial", señala el Observatorio Electoral Argentino. "No existen medidas regulatorias que obliguen a reservarles posiciones de poder.

Pese a que Chubut es una de las 14 provincias que cumple con reglamentaciones provinciales y nacionales de paridad, es también una de las múltiples provincias que en su historia registra bajos índices de participación en los niveles ejecutivos y judiciales. Ni la Gobernación ni el Superior Tribunal de Justicia fueron ocupados jamás por una mujer en toda la historia de la provincia.

En cambio, la Ley de Paridad sí logró reconfigurar el esquema legislativo provincial, siendo Chubut la segunda provincia con mayor aumento de puntos porcentuales en 2019, con 48% de mujeres en las bancas y 11 puntos más respecto a la formación anterior.

"Es esperable que no haya una agenda de género en esta campaña"

En diálogo con El Extremo Sur, la politóloga Analía Orr analizó el nivel de compromiso de las campañas y los espacios con la agenda de género. Orr es parte de la Red de Politólogas y se dedica a visibilizar la labor de las mujeres en los espacios de poder.

Reconoció que hay "una participación creciente", motivada por la militancia y por la Ley de Paridad. "Hay un factor institucional y un trabajo político de muchas mujeres que se deciden a ocupar espacios", celebró, aunque sostuvo que "los partidos políticos son estructuras muy masculinizadas, las cuales hay prácticas a veces informales que también hay que desactivar".

Orr consideró necesario revisar, en primer término, el encabezamiento de las listas. De esta forma, "cuando se distribuyan cargos de manera proporcional, haya más probabilidades para que las mujeres ingresen por esos cargos. Si a un partido le tocan tres cargos y a otro partido uno, si ese uno está encabezado por un varón siempre va a haber una diferencia. Hasta ahora vemos que en general hay encabezamientos masculinos". Destacó el caso de Chubut, con varias listas encabezadas por mujeres, como el FIT-U encabezado por Gloria Sáez y el Frente de Todos encabezado por Eugenia Alianiello.

"Es muy interesante el sentido de que haya cada vez más mujeres encabezando listas; queda ver cómo es su participación y ejercicio efectivo. En general, llegan a un lugar donde todavía hay un poco de poder para decidir si pueden participar de las decisiones o si persisten prácticas que las dejan a un lado", analizó Orr.

Consultada sobre el género como uno de los ejes ausentes de la campaña, argumentó que en general se trató de una coyuntura política extremadamente dificultosa y extraña, "donde no hay mayor precisión respecto a casi ningún tema. En ese sentido no es extraño que no haya una agenda de género pulida predominando en la campaña".

Para la politóloga, con un mayor número de mujeres en las instituciones y los partidos políticos, así como otros cargos ejecutivos, legislativos o judiciales, "hay mayor probabilidad que los intereses de la diversidad de mujeres sean representados. Lo que no podemos garantizar es que todas las mujeres en su enorme diversidad tengan los mismos intereses", precisó.

Sobre la falta de mujeres en el ámbito ejecutivo, subrayó que son "espacios de difícil acceso, a pesar de que son espacios de proximidad como sucede en el ámbito local, pero ellos porque concentran administración de recursos y suelen ser espacios sumamente disputados es donde se puede construir carreras políticas".

"Sabemos que la capacidad de unión de políticas en diferentes espacios existe, lo hemos visto con la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo", comentó. "Es una capacidad de coordinación más allá de la identificación existe y es posible activarla, no está todo el tiempo activada. Por otros temas e intereses, hay una afinidad partidaria que predomina, pero hemos visto que esa capacidad se puede activar cuando es necesario."

La conformación de movimientos de juventudes y mujeres en las calles ha alcanzado los debates políticos, aunque para Orr no es posible, todavía, una transformación en la manera de hacer política. "Sería lo deseable, no sé si ocurre porque las estructuras partidarias y de participación tienen una cierta cultura institucional", y agregó: "Habría que ver que márgenes tienen para que se transformen esas prácticas, que no son sencillas porque se asientan en códigos informales. Sería deseable que con nuevas generaciones lleguen nuevas formas de hacer política, no estoy segura que ocurra de manera inmediata".

Hitos provinciales

Durante la última década se registraron proyectos y ordenanzas orientados a la prevención de las violencias y su visibilización. Sin embargo, eso no implicó, necesariamente, que las y los dirigentes se interiorizaran en el entramado estructural de los partidos, sindicatos y empresas asociados a la clase política. Las legisladoras que llevan adelante reclamos de género por lo general lo hacen por su cuenta o acompañadas por mujeres de su partido e incluso mujeres de otros espacios, antes que por compañeros varones. El debate por el aborto legal, por ejemplo, marco esta grieta no-partidaria.

En varias ocasiones, las mujeres demostraron una capacidad de enfrentamiento a los poderes más "temidos", siempre figuras con rostro masculino. Este año, durante la interpelación al ministro de Seguridad Federico Massoni por el asesinato de Tino John a manos del GEOP, fueron mujeres quienes cuestionaron el accionar de las fuerzas y avanzaron en una fuerte crítica hacia el uso irresponsable de los recursos policiales.

En 2016, la actual senadora por Chubut Nancy González presentó un proyecto para incorporar la violencia política a la Ley 26.485, reconociendo las prácticas materiales y simbólicas que se realizan dentro del ámbito político para reducir o desalentar la participación femenina.

"El acceso y la visibilización de la mujer en ámbitos tradicionalmente masculinos llamados ‘públicos' atañe como respuesta un tipo de adoctrinamiento patriarcal propio de nuestra cultura. En este sentido, la política no es la excepción. Las medidas de acción positiva, como la Ley de cupo femenino, nos han permitido a muchas mujeres acceder a cargos electivos generando una mayor exposición social. De esta manera, las mujeres referentes de organizaciones sociales y/o políticas nos vemos muchas veces sometidas a una nueva forma de violencia: la violencia política", explica en la presentación de la Ley.

Ver el artículo: www.elextremosur.com/nota/26543

En un conversatorio desarrollado el pasado año por el "Día Nacional de los Derechos Políticos de la Mujer" (23 de septiembre), la senadora ratificó su compromiso con la defensa de los espacios ocupados por mujeres, incluso en contra de los intereses del PJ. "Por esto es que muchas mujeres no se animan a meterse en la vida política, porque es dura, compañeras", reconoció. "No solamente por los ataques exteriores que recibimos por ser mujeres sino también por los ataques interiores, porque cuando una mujer comienza su carrera, tiene que salvar montones de obstáculos, y los primeros son los machirulos que tenemos dentro de los partidos. Porque siempre nos cuestionan, nos indagan, y nosotras, ¿cuándo indagamos a los hombres? Nunca".

La posición de Ana Clara Romero

La actual candidata a diputada nacional por Juntos por el Cambio, Ana Clara Romero, es una de las figuras locales que apostó por la participación autónoma de las mujeres en la política. En las elecciones de 2019 fue la única mujer candidata a intendenta en Comodoro Rivadavia.

En octubre del pasado año presentó un proyecto de Ordenanza de capacitaciones de género en medios de comunicación en el Concejo Deliberante, que fue aprobado. En diálogo con este medio, luego de presentar el proyecto, dijo que "en Comodoro tenemos que dejar de ser políticamente conducidas por hombres"".

Romero también destacó, en su momento, la resistencia del Poder Ejecutivo para incorporar mujeres. "Las Secretarías donde manejan mayores presupuestos y mayor volumen político, siguen estando encabezadas por varones. Pasa en este municipio y en muchos otros. Me parece que tenemos que pasar de la fase normativa a la real", argumentó. "Esto significa que realmente el poder empiece a circular entre las mujeres. Es muy difícil, porque los hombres han tenido históricamente el 100% del poder y lo han administrado como quisieron".

Ver el artículo: www.elextremosur.com/nota/26953

"En esa mesa de cinco que firmaron cuál es la lista, en la que decidieron quién entra en el partido, quién no: ahí tenemos que estar sentadas las mujeres. Las mujeres realmente tenemos una enorme capacidad de resiliencia, una enorme capacidad de negociación, lo hacemos todo el tiempo, estamos permanentemente haciendo equilibrio con un montón de cosas", destacó. Y sostuvo que en la política existen muchos sectores que "desperdician una gran capacidad al no contar con nosotras".

"El PJ de Chubut es un partido patriarcal"

Lorena Elisaincin, abogada, miembro de la ONG Puerta Violenta y candidata del Frente de Mujeres Justicialistas, ha reconocido, como muchas de sus compañeras, el machismo imperante del PJ. Recientemente realizó un informe con datos estadísticos sobre el rol de la mujer dentro del PJ chubutense. "El PJ de Chubut es un partido patriarcal y con machismo exacerbado".

"Los números no mienten, y muestran lo que les pasa a las compañeras dentro del PJ, viene mucho más atrás. El PJ tiene que hacer un cambio rotundo", declaró en comunicación con FM Tiempo. Se refirió a los "derechos progres" de los que se jactan los dirigentes, pocas veces llevados a la práctica. Y destacó la militancia femenina, muy por encima de los varones: "En el padrón del PJ hay 20 mil mujeres, de las cuales 15 mil participan siempre. De los 15 mil varones, participan alrededor de 3500. Son las mujeres las que militan constantemente, no dejan de militar, haya elecciones o no. Militan en los merenderos, en las vecinales, en las iglesias y los sindicatos". Por otra parte, enfatizó la dificultad de las militantes para pasar por el filtro partidario de los varones: "Son todos varones los que manejan la mesa chica del PJ, ahí se deciden todos los nombres. Si sos pobre, hay menos posibilidades, porque tenés que gastar mucha plata en la campaña política; quiero cambiar esto para las pibas que vienen", concluyó.

No obstante, todavía no hay proyectos orientados a una agenda feminista activa. No ha sido posible incorporar la militancia de la Marea Verde o la potencia de los movimientos estudiantiles (fuertemente liderados por mujeres) al hermetismo de los partidos tradicionales. Los feminismos no siempre tienen espacio en los esquemas partidarios ni en las discusiones puertas adentro; la política de las calles aún no alcanza las bancas.

La aparición en escena de personajes cercanos a una visión misógina hace tambalear los frentes más progresistas. Las declaraciones del sindicalista Jorge "Loma" Ávila sobre la escasa capacidad de las mujeres para encabezar las listas peronistas le valieron el repudio de varios frentes femeninos.

"Escuchar declaraciones machistas, misóginas y con elevado tono discriminatorio, después de tantos logros referidos a la equidad, la igualdad, los derechos adquiridos en relación al género y las diversidades, no hace más que corroborar que algunos dirigentes no están a la altura de las circunstancias actuales (...) Sus dichos afectan la integridad de todas las mujeres y diversidades que integramos el Frente de Todxs", expresa el comunicado.

La pregunta será cuánto peso tienen estos dirigentes en la continuidad de la militancia feminista de las actuales y futuras legisladoras, y especialmente en la construcción de una agenda feminista. El repudio fue generalizado, pero no se tradujo en un cambio de liderazgo o alguna sanción. Ávila cuenta con el amparo de los líderes políticos que aún abogan -secretamente- por la vigencia de los privilegios patriarcales.

Por una política de las calles a las bancas

Emilse Saavedra, referente del Movimiento Socialista de los Trabajadores, una de las listas que compitió en las PASO y quedó fuera, ratificó la continuidad de su militancia política en las calles, junto a las mujeres.

"No hay preocupación de los partidos por los temas de género, es negativo que en campaña ninguno haya tirado una sola propuesta para la defensa de los derechos de las mujeres", expresó a El Extremo Sur. "Hacia adentro de los partidos, no hubo participación de las mujeres en sus espacios para poder ser candidatas titulares".

"Lo pude ver con las candidatas que participaron en un conversatorio que organizó la Universidad del Chubut. Las mismas candidatas planteaban lo que les había costado llegar ahí, una de las listas del PJ planteaba que se presentaban en disidencia porque no había espacio para el consenso", detalló.

Conversatorio: 

Consideró que se trata de "estructuras muy machistas, que no se plantean ante la ola que estamos atravesando, no se plantean cambiar", e incluso cuestionó la voluntad de cambio que se vio a nivel nacional. "Crearon el Ministerio de Mujeres, que ahora se quiere apropiar de la aprobación de la legalización del aborto. Aunque hagan todas esas medidas cosméticas, la realidad es que se preocupan". Subrayó las medidas que su espacio planteó en campaña, como un mayor presupuesto para combatir la violencia, la construcción de refugios y equipos interdisciplinarios para atender las demandas de las víctimas de violencia. "Es llegar tarde a como se sufre la violencia, el acceso a la justicia está negado para las mujeres", opinó Saavedra.

Dijo que son pocas las candidatas que se cuestionaron la misoginia al interior de los partidos, y consideró que el principal obstáculo tiene que ver con la concepción cultural de que es el hombre el que debe hacer política: "Tiene que ver con esa carga machista, en las estructuras partidarias de los partidos patronales hay mujeres con bastantes capacidades, tiene la capacidad para estar en lugares de poder; para ellos no está bien porque es una estructura sesgadamente patriarcal".

Saavedra abogó por una política de puertas abiertas, capaz de escuchar los reclamos de los movimientos de las mujeres y las juventudes. "Seguramente para muchas candidatas ser legisladora y feminista signifique solamente llevar derechos, para nosotras implica combinarlo con la lucha en las calles. Más allá de tener una responsabilidad y estar sentada en una banca, debatiendo con un montón de dinosaurios en una Cámara, desde la izquierda planteamos que las luchas lleguen al Congreso, y eso significa una apertura de la banca, una banca del pueblo, donde las que llegásemos a ser legisladoras estemos completamente abiertas a escuchar los reclamos y denuncias de las mujeres y acompañar cada reclamo genuino".

Por otra parte, consultada sobre la ausencia de ejes feministas en las campañas, dijo que los partidos provinciales se basan en estructuras fuertemente verticalistas. "Cuando se manda de arriba para abajo y el que está arriba es un varón, pasa esto. Excede a las organizaciones partidarias, vivimos en un sistema patriarcal que nos estereotipa en el lugar que tenemos que estar, a qué nos tenemos que dedicar". Reconoció que a pesar de apuntar contra los "partidos patronales" como el PJ y Juntos por el Cambio, su organización también está atravesada por dicho sistema. "Para nosotrxs es una decisión política reivindicarnos feministas y actuar en consecuencia. Cuando vemos a un compañero que está estigmatizando, actuamos inmediatamente, cosa que no sucede en otros partidos, lo mismo con las candidaturas", concluyó Saavedra.

La participación de las mujeres en la política chubutense es más lenta que en otras provincias. En la provincia tuvimos apenas en 2019 a la primera precandidata a gobernadora. Chubut no ha tenido gobernadoras, y en algunas ciudades, tampoco intendentas. Pareciera que los cargos ejecutivos quedan de cierta forma vedados a las mujeres. Muchas son elegidas y puestas en su cargo por los dirigentes de los espacios, quienes son los que se sientan en las mesas de decisión mientras ellas, muchas veces, lideran la militancia en las calles.

Es evidente que no hay un posicionamiento claro y unificado sobre los derechos de las mujeres en la provincia. Mientras los varones lideran la burocracia y las mesas de diálogo, las mujeres se abocan, una vez más, a la militancia.