Este martes, el Tribunal Superior de Justicia de Córdoba (TSJ) decidió, por unanimidad, rechazar el recurso de casación interpuesto por la defensora de Brenda Micaela Barattini, quien está detenida desde el 25 de noviembre de 2017 en la cárcel de Bouwer (Córdoba) por defenderse de Sergio Aníbal Fernández, a quien hirió en los genitales. El caso suscitó opiniones enfrentadas, y muchos pusieron en evidencia la vara patriarcal con que se juzga a las mujeres, en un país donde los femicidas no solamente son beneficiados, sino también alabados y justificados.
En principio, Barattini fue acusada de "lesiones graves", pero tras un largo proceso de revictimización por parte de la institución judicial y los medios de comunicación más influyentes del país, la carátula fue modificada a "tentativa de homicidio". Barattini enfrenta una pena de 13 años por este delito.
Los testimonios del propio Fernández y de la ex pareja de Barattini -quién coincidió con la fiscal al decir que se trataba de una "historia armada" por la joven- fueron clave para la modificación de la carátula. La palabra de dos hombres que se relacionaron sexual y afectivamente con Barattini fueron suficientes para cambiar el destino judicial de la imputada. Por el contrario, los testimonios sobre la violencia de género ejercida por Fernández fueron omitidos.
BARREDA´S WAY
La causa que llevó a una excesiva pena a Brenda Micaela Barattini y por la que es "lapidada" en las redes sociales por su acto de defensa propia contrasta con el endiosamiento que supo tener, y tiene, hasta el día de hoy, el cuádruple femicida Ricardo Barreda.
Barreda el 15 de noviembre de 1992 mató a su esposa, Gladys McDonald (de 57 años), a su suegra Elena Arreche (de 86 años) y a sus dos hijas Cecilia (de 26 años) y Adriana (de 24 años) y luego de contar su versión de los hechos, el femicida se convirtió en una especie de "héroe" para aquellos que querrían hacer lo mismo.
El exlíder de Bersuit Vergarabat cantaba con pasión "Locati, Monzón, Barreda y Cordera, matan por amor" e incluso el reconocido grupo musical Attaque 77 le dedicó un tema entero (Barreda´s Way 2003) justificando su accionar.
Hasta el día de hoy es tendencia "conchita" en Twitter cuando a alguien se lo quiere comparar con Barreda, quien había justificado sus múltiples asesinatos porque, según sus palabras, así lo llamaban las cuatro mujeres que mató a escopetazos.
La fantasía punitivista, sólo para hombres
La decisión del Tribunal reavivó la voluntad aleccionadora de la sociedad, que celebró en redes sociales la condena contra la estudiante de arquitectura. Una gran cantidad de comentarios en Facebook -mayormente escritos por hombres- pusieron en evidencia el deseo latente de castigar la trascendencia de los límites impuestos a la feminidad, en el marco de un paradigma donde la mujer no puede hacer uso libre de su fuerza ni de su rabia, ni siquiera en casos de defensa persona.
El uso de la fuerza física, la herida, pareciera ser posesión masculina. En las redes no falta quienes celebran a los padres de familia o comerciantes varones que con saña defienden lo suyo atacando a ladrones, y hacen por mano propia la justicia que el sistema no provee. Son escenas de la vida cotidiana celebradas por los hombres comunes que ven en la violencia una reivindicación de la identidad. La mirada punitivista, alimentada por los medios hegemónicos y recibida por una sociedad "cansada de la injusticia", se retrae cuando es una mujer la que hace uso de la violencia.
El caso también le da vía libre a los hombres para exteriorizar sus deseos de sadismo sobre el cuerpo de la mujer, y manifestarse libremente en nombre de la "Justicia". En los comentarios, muchos usuarios consideraron que lo correcto sería "hacerle lo mismo" a los genitales de la imputada, sumando otros castigos escabrosos; acciones que en su lógica estarían respondiendo a la "verdadera igualdad".
Los hombres ejercen la violencia cuando se defienden y también cuando no, con extremo sadismo y una red de impunidad que -con suerte- les da algunos años de cárcel. La ejercen los novios, las ex parejas, los maridos, los ministros y los líderes sociales. Se valen de su cuerpo, de armas, de minuciosos planes para dañar el cuerpo y la feminidad de las mujeres (de la misma forma que los medios consideraron que Barattini hirió la masculinidad de Fernández cuando le propició heridas en el pene).
Poco se indaga sobre la forma en que la psiquis y los cuerpos de las mujeres son dañados en los intentos de femicidio, los abusos y ataques sexuales, o lo qué producen sobre las mujeres (sobre aquellas señaladas y sobre las que no, como posibles blancos) los discursos de odio.
En su momento, la explicación de Brenda sobre sus motivaciones fue clara, así como la historia previa que mantenía con Fernández y los distintos actos de violencia que él ejerció.
Según declaró la joven, la herida fue provocada con la intención de "igualar el dolor" que le provocó Fernández ante la amenaza del hombre de filtrar videos íntimos de Barattini con amenazas de por medio.
"Me di cuenta de que me hacía ver como una cola, que yo solo era una cola, no preguntaba por mí, preguntaba por mi cola, yo era la cola directamente. Con esto de que él me había expuesto, mi carrera, todo lo que yo había estudiado, se había arruinado todo, traté varias veces de sacarle el celular y nunca pude, ni siquiera el día de los hechos", detalló Micaela en su declaración final.
¿Qué límites tiene, entonces, ese sujeto judicial que es celebrado cuando actúa en defensa propia y castiga a quienes lo violentan?
La condena es el resultado de un caso plagado de prejuicios y títulos amarillistas que se colaron en la decisión final del jurado popular y finalmente del Superior Tribunal. Letrados, familiares de víctimas y movimientos feministas han denunciado la inviabilidad de los jurados populares para llevar a cabo condenas con perspectiva de género. Mayormente, perjudican a las mujeres y benefician a los varones. Así se demostró en uno de los últimos casos que contó con esta modalidad.
Doce ciudadanos que componían el jurado popular consideraron que Lucas Pitman (24), Tomás Jaime (26) y Juan Cruz Villalba (25) no fueron culpables por el delito de abuso sexual contra una adolescente de 14 años en un camping de Miramar, hecho por el que fueron denunciados el 1 de enero de 2019. La modalidad de juicio por jurados se llevó a cabo a pesar del pronóstico negativo que el abogado defensor planteó al inicio de la causa.
El abogado de la familia de la víctima, Maximiliano Orsini, manifestó su disconformidad con el veredicto popular: lo calificó como un fallo "preocupante" en el que "ganó el prejuicio por sobre la prueba científica".
En diálogo con la prensa, dijo: "Lo habíamos adelantado hace un año y medio. Nos habíamos opuesto a un juicio por jurados. Entendemos que un juicio por jurados en principio no sería aplicable para un delito de abuso sexual de menores, principalmente porque es un fallo inapelable, y aparte es un procedimiento que la víctima no puede elegir. La ley está hecha para los imputados y no para la víctima".
La familia de Barattini expresa una opinión similar al referirse al sistema judicial que condenó a la joven.
A través de redes sociales, la familia manifestaron que desde el inicio de la causa reciben amenazas y comentarios misóginos, hechos que han registrado pero que son potenciados por "los medios de comunicación hegemónicos y las instituciones que avalan la injusticia machista".
"Machos regodeándose de la condena disciplinar que acaba de enviarse a las mujeres y disidencias por parte de la injusticia patriarcal de Córdoba, este es el castigo que nos espera si nos defendemos de la violencia que nos extermina de a una por día, de las formas más crueles.
¿acaso no es una obviedad que de femicidas y violadores no conocemos caras, nombres, vidas, trabajos, si han sido arrestados o cumplen condena? Lo de Micky es aleccionador, por eso vienen los machos a legitimarse a esta página", expresó la familia en un comunicado en 2019.
En el ámbito mediático, poco ha cambiado desde los primeros titulares del 2019 que apodaban a Micky "La Amputadora". Y si bien un porcentaje de mujeres demostró en redes sociales un alto nivel de empatía con la joven y el reconocimiento de un sistema patriarcal detrás de las condenas, otro grupo -mayormente integrado por varones- todavía fantasea con el castigo y la "justicia" cuando le tocan el falo sagrado.