Política

Antonena celebra su supervivencia como ministro, aunque recauda muy pocos impuestos propios

Oscar Antonena está por cumplir tres años al frente de Economía y él mismo catalogó de "positivo" su balance al frente del ministerio. Sin embargo, la provincia recauda muy pocos impuestos propios y además la pesca y el sector del campo pagan tributos que resultan irrisorios. Antonena se propone "privatizar" la recaudación de impuestos, aunque el problema de fondo son las eximiciones y los bajísimos tributos que deben pagar sectores que se encuentran entre los más ricos y poderosos de Chubut.

"Cumplo 3 años en el cargo y estoy contento de poder llevar esta responsabilidad que me dio el gobernador. Pudimos atravesar una crisis muy profunda y estamos de pie", manifestó el ministro Oscar Antonena al realizar una primera evaluación de su gestión en el Ministerio de Economía.

Luego agregó a FM Tiempo que "Fuimos concretos en decir que esta crisis la vamos a superar. Hoy estamos en un plano de estabilidad. Poco a poco vamos a ir mejorando los indicadores dentro del contexto. Reestructuramos la deuda internacional. En 2021 pudimos regularizar 17 masas salariales y hemos podido resolver esta crisis".

Antonena señaló a Radio Chubut que "Entendemos que el reclamo salarial de los trabajadores estatales es general e importante. La inflación es un flagelo que nos pega a todos, pero a algunos sectores más... esta gestión ha tenido movilidad de los salarios. Tenemos que mantener el balance entre lo que ingresa y lo que se gasta".

En el cierre de los dichos del ministro se encuentra una de las claves principales de por qué los resultados de su gestión no son todo lo positivos que menciona. Los ingresos de la provincia podrían ser mucho mayores a los actuales, pero la ausencia de una decisión política fiscal y recaudatoria imposibilita a Chubut contar con muchos más fondos.

Para el ministro la crisis está resuelta, pero el fondo del problema es el bajo nivel de incidencia que tiene la recaudación de impuestos propios y en particular los vinculados a los poderosos sectores del campo y la pesca.

Si bien es cierto que asumió en medio de una de las tantas crisis económicas por las que viene atravesando Chubut en las últimas décadas, no menos real es que el equilibrio fiscal al que alude se sostiene esencialmente por los fondos percibidos a través de la Coparticipación Federal de Impuestos.

En los últimos tres años la Coparticipación tuvo una incidencia promedio del 46% de todo los recaudado por la provincia, mientras que las regalías incidieron en un 27% y los impuestos propios solamente en el 25%.

Tratándose de una provincia productora de hidrocarburos y un polo de generación energética (eólica) e industrial (aluminio), la incidencia de la Coparticipación es desmedida frente a la explotación de los recursos naturales -algunos no renovables- y exportables.

En medio de la suba de los precios internacionales del crudo y la guerra en Ucrania, Chubut desaprovecha una oportunidad histórica para aumentar su recaudación. El oficialismo y la dirigencia en su conjunto no se propone nacionalizar y estatizar los hidrocarburos privatizados, pero tampoco se les ocurre hacer lo de Bolivia aumentando las regalías al 82% sin que salieran disparadas petroleras privadas.

Más allá de que el esquema tributario existente es beneficioso para algunos empresarios y facilita que estos sectores se beneficien con impuestos que no afectan tanto la rentabilidad privada, mucho peor aún es el panorama frente a los grandes terratenientes del campo y el sector de la pesca.

Desde el campo no se paga casi nada, más allá de la inmensa cantidad de hectáreas que concentran en su poder; mientras que el empresariado de la pesca se resiste a pagar tributos como el Fondo Ambiental Pesquero y apenas tributa migajas mensuales en Chubut.

A ese panorama debe sumarse que por ejemplo Aluar no paga ningún tipo de impuesto provincial especial por estar localizada en Puerto Madryn y lo mismo sucede con los parques eólicos en toda la provincia. Ningún sector de la clase política dirigente se propone ponerle el cascabel al gato.

Es por eso que una parte de lo que dice el ministro es real, porque una de las principales claves para resolver buena parte de los problemas de la provincia se focaliza en cuánto se cobra y se recauda concretamente mensualmente.

La resolución que busca instrumentar el ministro es la privatización de la recaudación en manos de una consultora exógena al Estado provincial, pero el problema es la decisión política para incrementar los tributos y efectivizar su cobro con el capacitado personal con que cuenta la administración pública.

Los sectores del campo, los grandes terratenientes locales y extranjeros junto a la pesca no aportaron a lo largo de los últimos tres años ni tan siquiera el 1% de todos los impuestos recaudados por Chubut. En general promediaron apenas el 0,2% de los impuestos cobrados.

En el campo además estuvieron eximidos de pagar el impuesto Inmobiliario Rural durante largos años y recién el año pasado volvieron a tributar; pero no dejan escapar la posibilidad de conseguir nuevas exenciones ante cada nevada o sequía.

Avanzar sobre esos dos sectores empresarios que pagan impuestos irrisorios es una de las claves, pero no la única porque recaudar más sobre el sector petrolero, el de la energía eólica y el aluminio es otro enorme desafío que el ministro Antonena aún no planteo como objetivo.

En Chubut el problema son los ingresos. Es difícil avanzar en un proyecto de salida de la crisis si no existe una decisión de cobrarlos de manera efectiva e incrementarlos cuando son irrisorios. De lo contrario, la política económica se reduce a los ajustes constantes sobre el gasto público y los endeudamientos permanentes para equilibrar las cuentas provinciales.