Patagonia

Krebs: "Los 'mormones' nos integramos a la sociedad de Comodoro; los prejuicios van desapareciendo"

Entrevista de Lola Sánchez

Fernando Krebs es encargado de Comunicación y Asuntos Públicos de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, una religión que desembarcó en Comodoro hace 40 años, y desde hace 80 está en la región. Comúnmente llamados "mormones", -por Mormón, un profeta mencionado en uno de sus libros canónicos-, están integrados en la sociedad comodorense y tienen una visión particular sobre la coyuntura local.

Krebs consideró que si bien durante una época existía un fuerte imaginario social negativo sobre los miembros de esta Iglesia, hoy se ha disipado debido a la participación activa de la misma en el entramado social. La necesidad de actuar socialmente está presente en la doctrina y sus miembros la ejercen cotidianamente a través de actividades de servicio social. Lejos de distanciarse de otras congregaciones y del sector político, Krebs señala que actualmente el Municipio busca crear una mesa de diálogo interreligioso, a través de la Oficina de Culto, lo que permitiría avanzar en acciones concretas para el bienestar social.

También se refirió a la complejidad del escenario social actual y la forma en que la Institución enfrenta nuevas expresiones sociales que distan de su mirada más tradicional: "En la medida de lo posible tratamos de ser equitativos con esos cambios, pero hay ciertas normas que la Iglesia mantiene que pueden tener algún tipo de choque con esas nuevas ideas", explicó.

En una sociedad atravesada por variadas problemáticas y signada por un clima de crisis, Krebs considera que la fe también aporta su valor al mostrar esperanza: "Hay tantos aspectos desesperanzadores en la sociedad, que hacen que los individuos a veces tomen decisiones que van en detrimento de ellas".

Hay varios puntos de coincidencia de teoría y práctica entre la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y la Católica, ¿cuáles son las diferencias?

Nosotros nos consideramos parte del cristianismo. El nombre de la Iglesia apunta a eso, Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, más allá de algunos apodos que hubo sobre la Iglesia, sobre todo, por ejemplo, el de mormones. Uno de los libros que consideramos sagrados es la Biblia.

Uno de los libros que consideramos sagrados juntos por la Biblia, el libro de los mormones. Nosotros tenemos una estructura doctrinal que encuadramos dentro de lo que llamamos los Artículos de Fe y son 13 artículos que constituyen la columna vertebral de la Iglesia. Lo primero que reconocemos es, precisamente, nuestro respeto y creencias a una Trinidad con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Nosotros creemos que en esos aspectos tenemos coincidencia con el catolicismo u otras denominaciones que se han desprendido del catolicismo. Nosotros nos consideramos cristianos justamente por respetar y adoptar como un libro canónico la Biblia, consideramos que ha sufrido diferentes modificaciones a lo largo de la historia por la intervención de traductores, no así el otro libro sagrado que nosotros tenemos que es el Libro del Mormón, lo consideramos de contenido cristiano. Nos consideramos cristianos por esas razones y emblemáticamente el nombre también lo demuestra. La doctrina en sí, el amor y el cuidado del prójimo, la preocupación por lo demás, es el estandarte de Cristo y su doctrina.

¿Cómo es la presencia de la Iglesia en la ciudad? ¿Hay una inserción local fuerte?

Sí, en la región estamos hace más de 50 años. Ya en los años 60' podemos distinguir la llegada y apertura de las primeras congregaciones en Comodoro, se vio mucho más temprano en la zona del Valle, en los años 40' ya había una unión de congregaciones establecidas. Recién en los años 60' se produjo la apertura en Comodoro Rivadavia. Hoy está establecida y creo que hemos tratado a lo largo de todos estos años de insertar a la comunidad, formar parte de ella, contribuir a la comunidad con nuestras creencias y por ende el carácter cristiano que tiene la Iglesia de ayudar no solo a sus miembros sino también salir fuera de las congregaciones para colaborar. Incluso estableciendo vínculos con otras denominaciones, en puntos de coincidencia. Lo doctrinal marca la diferencia pero siempre hay puntos en común, hay servicio a los demás.

¿Considerás que circula en la ciudad un imaginario social sobre los miembros de la Iglesia? ¿Hay ideas preconcebidas de quiénes son y qué hacen que tal vez no tienen correlato con la realidad?

Sí, desde luego. Hay algunos preconceptos que ha habido siempre sobre nosotros, como que no hemos tenido llegada a la comunidad, pero con el correr de los años, al ver el accionar de la iglesia, eso se ha ido disipando. Si hubo preconceptos de la comunidad y otras denominaciones religiosas, los consideramos zanjados, porque nosotros nos consideramos plenamente parte de la comunidad. En particular porque hoy la Oficina de Culto del municipio local -que funciona hace prácticamente tres años- tiene la intención de avanzar un un plan de trabajo interreligioso con todas las denominaciones religiosas de la ciudad.Y nosotros hemos tratado de adherir la propuesta del municipio en esos aspectos, incluso hemos tenido diálogos muy buenos con los dirigentes de las otras denominaciones. Hemos participado incluso de reuniones que ha hecho esta área del municipio. La finalidad que ellos persiguen es lograr una mesa de diálogo interreligioso donde se aúnen los criterios de un posible trabajo en comunidad, para distintas denominaciones y explotar los puntos en común, sobre todo en el servicio. Entonces creemos que sí hubo en algún momento algún tipo de de rechazo hacia nosotros está prácticamente allanado.

¿La Iglesia se considera a sí misma un actor social? ¿En su doctrina está expresada la obligación de actuar en pos de la comunidad?

Está en la base de la doctrina de la Iglesia como organización. Nosotros analizamos a Jesucristo, nuestro líder, como ejemplo. Él marcó las pautas básicas, el servicio de la comunidad en todos los aspectos sin ningún tipo de discriminación y siempre apuntando a rescatar al ser humano, al prójimo, a nuestro vecino, para enaltecerlo y y lograr el máximo progreso. Ese es el propósito que nosotros perseguimos como institución religiosa y siempre buscamos esos puntos de contacto. E incluso va más allá de lo estrictamente religioso, porque en el ejercicio pleno de estas intenciones nosotros no hemos asociado -en el país y en el mundo-, con otras organizaciones que no tienen finalidades religiosas, sino que tienen propósitos de ayuda humanitaria, como la Cruz Roja e instituciones de todo tipo de beneficencias. Con ellas trabajamos en conjunto. Y es lo que estamos haciendo últimamente. En Comodoro nos hemos asociado con el Banco de Sangre del Hospital Regional, con la Cruz Roja y hemos estado trabajando en la donación de elementos para donación de sangre y también en la recolección de sangre fuera del ámbito estricto del hospital, llevándolo en primer término a nuestras capillas, con extracción obviamente de parte de los profesionales que conforman el banco de sangre. Y ellos a su vez con algunos elementos que hemos colaborado, han podido llevar adelante donaciones fuera del ámbito del hospital, para beneficio de la comunidad la colecta de sangre, sin conexión directa con nosotros, hemos colaborado para que eso se encamine de esa manera.

En el trabajo de servicio y el contacto con la comunidad, ¿detectaron problemáticas sociales preocupantes o algunos ejes más urgentes a atender?

La Iglesia se caracteriza también por la ayuda a la niñez y a la juventud, es uno de los pilares en los que trabaja la Iglesia, lo hacen desde la estructura misma de la Iglesia a través de la niñez y la juventud que posee y trata de extenderlo a la comunidad, con los edificios en concreto. Las capillas tienen un anexo, fuera de lo que es el ámbito de adoración en el mismo predio, para fomentar la práctica deportiva, con una cancha multiuso. Y buscamos por ese lado ocupar el tiempo libre que tienen los niños, tratar de encauzarlos por ese lado que el deporte, que siempre es renovador de la juventud. Pero además la iglesia posee programas específicos, no solo de recreación, sino para poder ayudar en algún tipo de soporte en la educación complementaria secular, así que tenemos todo ese tipo de programas en la estructura tanto para los niños como para los jóvenes.

¿De qué manera cooperan en la educación de niños y adolescentes, en el marco de la crisis educativa que atraviesa la provincia?

Obviamente que no vamos a incidir ni entrometernos en las estructuras del Estado, no es nuestra intención, sino que abogamos porque el Estado puede realmente prestar esa función. Pero en la medida que podemos tratamos de ser una ayuda, ya sea prestando nuestros edificios en cuanto a lo deportivo o también en algún aspecto que que ayude como complemento para la juventud, lo hacemos. En algunos momentos vemos facilitados edificios también para para reuniones escolares, la cuestión es ayudar en la manera más eficiente y en lo posible ser un complemento.

¿Tienen una visión marcada sobre el panorama actual de Comodoro, en relación a las problemáticas de la crisis económica, la pobreza, el aumento de la violencia?

La sociedad, por distintas razones, va tomando una dimensión sumamente violenta. Hay actores que tratan de que eso no ocurra. El Estado debe ser un garante en esos aspectos, pero también otras instituciones como es el caso de las religiosas también debemos estar preocupadas por aportar con nuestro grano de arena desde nuestra estructura. Por esa razón, nosotros encontramos muy importante, a pesar de que por ahí no puede entenderse en principio, esto de los consejos interreligiosos. Es una muy buena idea los consejos interreligiosos, nosotros lo hemos visto funcionar. Se reúnen algunos pensamientos religiosos con las demás instituciones de la comunidad y de Gobierno para dar un criterio de pautas que puedan hacer una causa común en defensa de la pacificación de la sociedad y las formas de intervenir y poder colaborar en ese aspecto. Es un aspecto importante para nosotros.

¿Cómo analizás el clima social en torno a la Iglesia, a raíz de los reclamos sociales recientes que la han criticado o posicionado como antagonista de ciertos grupos? ¿Creés que pone en riesgo la credibilidad de la Institución?

Entendemos que no, mientras las Iglesias, en conjunto, estemos teniendo cierto equilibrio entre lo que predicamos y lo que ofrecemos a la comunidad, que haya un ofrecimiento real de equilibrio entre lo que se enseña y lo que se hace, que sea de gran ayuda a la gente, porque en realidad el sentimiento religioso siempre está. El hombre siempre está en la búsqueda de algo que es innato, algo que lo trasciende, que es superior a él, eso está comprobado. Y esa necesidad espiritual de todos los seres humanos siempre está presente, lo que pasa que hay que satisfacer esa necesidad, posicionar esos espacios. Si uno analiza el evangelio de Jesucristo ve que no solamente siempre fue prédica, sino que fue de hechos, que constituyen el evangelio de Jesucristo. Nosotros creemos que el ser humano tiene que ser autosuficiente, en la medida de las posibilidades tanto por los propios medios, y es lo que nosotros enseñamos y con algún tipo de incentivo, de ayuda que puede dar una idea religiosa, lograr ese cometido es que el ser humano progrese y sea de lo mejor de sí mismo para su comunidad.

Además de las necesidades materiales y concretas de la población, ¿qué valor tiene la fe en contextos de crisis?

Apuntamos siempre al rescate de la persona, la valorización del individuo. En el caso de nuestra congregación, apuntamos siempre a la participación del individuo como lo más importante. Rescatamos fundamentalmente a la familia, que es la unidad indiscutiblemente necesaria en la sociedad. Eso se logra respetando al individuo, tratando de entender su parecer, su visión de mundo. Es necesario valorar al ser humano, en un contexto tan agresivo, tan violenta. Es sumamente importante rescatar al individuo, para que no se sienta aplastado, abrumado por esos contextos que son tan contrarios al desarrollo del ser humano. Es la esencia del verdadero cristianismo.

Hablabas de la importancia de la unidad familiar. ¿Qué tan abiertos están a aceptar e integrar los nuevos modelos de familia fueron visibilizados en los últimos años, lejos del modelo tradicional de la familia heterosexual?

Consideramos al individuo como un ser importante, cada uno de los seres humanos lo consideramos Hijo de Dios, esa es la premisa básica, por ende, merece el mayor de los respetos en su forma de ser, de pensar, de actuar. Consideramos todas las ideas que van surgiendo en la sociedad, y vamos tratando de asimilarlas. Todo eso siempre tratando de rescatar lo mejor de las personas. Nosotros concebimos tradicionalmente la base de la sociedad integrada por un hombre y una mujer. Pero últimamente van dándose todas estas situaciones de acuerdo al desarrollo y la humanidad; en la medida de lo posible vamos tratando de ser equitativos con esos cambios. Hay ciertas normas que la Iglesia mantiene que pueden tener algún tipo de choque con esas nuevas ideas, pero tratamos de respetar al ser humano, de eso se trata, de admitir a esas personas en nuestras congregaciones.

¿Existe un sentido religioso fuerte en Comodoro?

Existe ese sentimiento, obviamente que también hay toda una lucha en la escena de la sociedad que tiene que ver con el individuo frente al caudal de información que tiende a hacerlo netamente consumista, aparta al individuo de aspectos más profundos de la vida, como el religioso. Es hasta que el individuo se topa con nuestra prédica. Una de las patas de nuestra Iglesia es el trabajo misional. Respetamos la creencias de las demás personas, pero siempre tratamos de presentar nuestro mensaje a todas las personas que pueden o no coincidir con nosotros, nos sentimos en ese deber de compartir nuestro mensaje que es obviamente cristiano, y lo resumimos en una frase: "Todos pueden venir a Cristo". Todos pueden ver lo que hacemos, que es nada más y nada menos la prédica que hizo Jesucristo cuando tuvo su Ministerio. Tratamos de llevar ese consuelo, esa esperanza. Sobre todo llevar la esperanza, hay tantos aspectos inmoralizantes, desesperanzadores en la sociedad, que hace que los individuos a veces tomen decisiones que van en detrimento de ellas.

¿Han sido capaces, como Institución, de llegar a los barrios periféricos, a las zonas más vulneradas de la ciudad?

Siempre estamos en la búsqueda, tenemos congregaciones en zonas consideradas periféricas. El trato hacia las demás personas es igualitario, estemos donde estemos el trato es siempre el mismo. Vamos a tratar de proporcionar las mismas oportunidades de servicio, ver cómo podemos ayudar. Por eso estamos en esta en esta búsqueda un conjunto con las otras iglesias, pero cuando tenemos la oportunidad de hacerlo, lo hacemos también de manera propia. Ya sea la asistencia elemental de cosas básicas como la alimentación, otros aspectos para la subsistencia y también la asistencia espiritual, más allá de que la persona se una o no a nosotros. Nosotros estamos en la comunidad y trabajando en pos de eso para mostrar que realmente tenemos una doctrina que es cristiana, el nombre de la Iglesia apunta a eso. Seguimos a un líder, que es Jesucristo, y tratamos de unirnos siempre a todo tipo de personas en la comunidad de agrupaciones, de asociaciones que sean o no religiosas y que velen por el bien común. Sabemos que el humano tiene esa necesidad innata de unirse a otros, buscar el bien común, más allá de lo religioso siempre está eso y hay que rescatarlo. Queremos que se nos valore, que se nos tome en cuenta, por eso nuestro nuestro apoyo hacia lo que el municipio está tratando de hacer, esa conformación de la mesa de diálogo religioso a través de Oficina de Culto aquellos que están organizados, así que valoramos eso y queremos tratar de hacerlo mejor en conjunto con todos. Lo hemos visto en otras áreas del país. En Córdoba, el litoral, Buenos Aires, AMBA. Se va dando pero lleva su buen tiempo el trabajo, de aunar criterios. Hemos contribuido con equipos para la salud, con donación de horas de trabajo, con servicio comunitario, la limpieza de algún sitio público, la renovación de sitios públicos. Son las intenciones que tenemos esta comunidad, pero queremos participar, ese es el punto central