Pese a contar con una vacuna, Argentina atraviesa su peor epidemia de denguePor Juan Lehmann (SPUTNIK)
Con más de 100.000 casos y 79 muertes, el 2024 se encamina a convertirse en el año de mayor cantidad de contagios del que se tenga registro: en comparación con el mismo período del 2023, estos se multiplicaron por 11,3. El Ministerio de Salud de la Nación decidió no impulsar la vacunación gratuita contra la enfermedad.
"El panorama es alarmante. Si en enero atendíamos a 20 pacientes por día, ahora son 150, y más de la mitad tienen dengue". Esa fue la frase con la que el subdirector del Hospital Muñiz, Juan Carlos Cisneros, resumió ante Sputnik la situación que atraviesa una gran porción de Argentina a raíz del abrupto crecimiento de contagios de dengue es elocuente para graficar la amenaza en ciernes.
El directivo del nosocomio ubicado en la Ciudad de Buenos Aires relata cómo vive en carne propia un fenómeno nacional. Es que en las primeras 10 semanas del 2024 el país registró 102.898 casos, cifra que refleja un aumento exponencial respecto del mismo período del año anterior, cuando la marca era de 8.343: el contraste representa una suba de 11,3 veces. La enfermedad ya se cobró la vida de 79 personas, la mayoría de ellas con comorbilidades preexistentes.
El drástico salto en el esparcimiento de la enfermedad se resume en un dato: las infecciones detectadas en apenas dos meses y medio representan el 86% de todos los casos registrados en 2023. En ese marco, el 2024 se encamina a convertirse en el año récord de contagios.
A la luz de los preocupantes datos, la enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti concentra todas las miradas. Si bien son múltiples los fenómenos confluyen para la sensible coyuntura que atraviesa el país, el central es el climático: el sinuoso verano que vivió Argentina, sumida en el fenómeno de El Niño -que trajo aparejadas intensas lluvias favorables a la reproducción del mosquito- reviste un rol fundamental en el creciente flagelo.
A pesar de que el país cuenta con una vacuna disponible -la TAK-003 producida por el laboratorio japonés Takeda-, solo tres provincias dispusieron la gratuidad para su acceso: Misiones, Salta y Corrientes, las tres ubicadas en el norte del país, área más afectada por el brote.
En primera persona
"Tenemos cifras realmente muy preocupantes. "A finales de enero teníamos unos cinco casos diarios. En febrero subió a 30 y ahora superamos los 60 por día. Hasta ahora nadie quedó sin atención médica, pero tuvimos momentos en los que estuvimos ajustadísimos", remarcó Cisneros.
"El nivel de internaciones ejerce mucha presión sobre la capacidad del hospital. En un momento tuvimos una cantidad de gente que no podíamos manejar, y muchos pacientes debieron formar filas fuera del hospital, algo absolutamente contraindicado. Hemos tenido que adaptar distintas salas para no generar peligro epidemiológico", relató el subdirector del Hospital Muñiz.
A pesar de que el pico de la enfermedad suele registrarse entre febrero y marzo, el cambio climático ha aplazado la evolución de la curva de contagios. Consultada por Sputnik, Victoria Micieli, bióloga y directora del Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), indicó que "todavía hay un largo tramo de aproximadamente dos meses a recorrer".
Según la investigadora, "a diferencia de otros años, debido al calentamiento global no hubo interrupción de casos de dengue en 2023. Por eso es posible que el mosquito siga picando durante este invierno. Los mosquitos, pese a ser netamente tropicales, se están adaptando al clima templado y eso explica por qué están tan presentes durante todo el año".
"El dengue no es nuevo: existe en nuestro país desde hace más de 30 años. Pero este no es un problema local sino regional: afecta a Brasil, Paraguay y muchos otros países de la región, y llega a nuestro país a raíz del contacto que mantenemos con estos", indicó Micieli.
Renuncia a la vacunación
Consultado por los periodistas acreditados en la Casa Rosada -sede del Poder Ejecutivo Nacional-, el portavoz presidencial Manuel Adorni declaró que el Gobierno "no ve necesario" incluir a la inoculación contra el dengue dentro del calendario nacional de vacunación. "Vacunar ahora implicaría que la inmunidad la vas a lograr dentro de 4 meses cuando el mosquito no sea un inconveniente", subrayó el funcionario.
Bajo la mirada de Juan Carlos Cisneros, la perspectiva del vocero es equivocada. "No tengo dudas de que la vacuna debería ser gratuita y obligatoria. Está claro que el Gobierno prioriza la faceta económica, porque desde el punto de vista sanitario no está cuestionada", indicó el especialista.
"La vacuna es efectiva. Muchos trabajos científicos prueban que previene en un 60% la probabilidad de contagio de la enfermedad, más del 84% de prevención de la internación. Hay poblaciones de muchísimo riesgo donde debería aplicarse la vacuna de manera obligatoria", postuló el directivo del Hospital Muñiz.
Micieli coincidió con la lectura del entrevistado, aunque destacó la validez de plantear que este escenario no es el ideal para aplicar la inoculación. "Estamos en pleno brote epidémico, por lo que vacunarse ahora surtirá efecto cuando haya menguado. Lo más recomendable es aplicarse la vacuna fuera del brote, en los meses previos. De todos modos, no importa cuándo: lo fundamental es que la población esté vacunada", sostuvo la científica.
Otro factor complementa los efectos de la falta de vacunación: la inexistencia de una campaña de concientización estatal sobre el peligro del dengue. Dado que el Gobierno suspendió la mayor parte de la pauta publicitaria en medios privados -como parte del ajuste fiscal ejecutado-, la decisión trajo aparejada la suspensión de la emisión de mensajes de prevención de la enfermedad.
"Prácticamente es como si no hubiera un ministerio de Salud a nivel nacional, porque no ha habido directivas como las que uno esperaría en una situación así. La salud pública es uno de los pilares del funcionamiento del Estado", apuntó Cisneros.
Por Juan Lehmann (SPUTNIK)
Con más de 100.000 casos y 79 muertes, el 2024 se encamina a convertirse en el año de mayor cantidad de contagios del que se tenga registro: en comparación con el mismo período del 2023, estos se multiplicaron por 11,3. El Ministerio de Salud de la Nación decidió no impulsar la vacunación gratuita contra la enfermedad.
"El panorama es alarmante. Si en enero atendíamos a 20 pacientes por día, ahora son 150, y más de la mitad tienen dengue". Esa fue la frase con la que el subdirector del Hospital Muñiz, Juan Carlos Cisneros, resumió ante Sputnik la situación que atraviesa una gran porción de Argentina a raíz del abrupto crecimiento de contagios de dengue es elocuente para graficar la amenaza en ciernes.
El directivo del nosocomio ubicado en la Ciudad de Buenos Aires relata cómo vive en carne propia un fenómeno nacional. Es que en las primeras 10 semanas del 2024 el país registró 102.898 casos, cifra que refleja un aumento exponencial respecto del mismo período del año anterior, cuando la marca era de 8.343: el contraste representa una suba de 11,3 veces. La enfermedad ya se cobró la vida de 79 personas, la mayoría de ellas con comorbilidades preexistentes.
El drástico salto en el esparcimiento de la enfermedad se resume en un dato: las infecciones detectadas en apenas dos meses y medio representan el 86% de todos los casos registrados en 2023. En ese marco, el 2024 se encamina a convertirse en el año récord de contagios.
A la luz de los preocupantes datos, la enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti concentra todas las miradas. Si bien son múltiples los fenómenos confluyen para la sensible coyuntura que atraviesa el país, el central es el climático: el sinuoso verano que vivió Argentina, sumida en el fenómeno de El Niño -que trajo aparejadas intensas lluvias favorables a la reproducción del mosquito- reviste un rol fundamental en el creciente flagelo.
A pesar de que el país cuenta con una vacuna disponible -la TAK-003 producida por el laboratorio japonés Takeda-, solo tres provincias dispusieron la gratuidad para su acceso: Misiones, Salta y Corrientes, las tres ubicadas en el norte del país, área más afectada por el brote.
En primera persona
"Tenemos cifras realmente muy preocupantes. "A finales de enero teníamos unos cinco casos diarios. En febrero subió a 30 y ahora superamos los 60 por día. Hasta ahora nadie quedó sin atención médica, pero tuvimos momentos en los que estuvimos ajustadísimos", remarcó Cisneros.
"El nivel de internaciones ejerce mucha presión sobre la capacidad del hospital. En un momento tuvimos una cantidad de gente que no podíamos manejar, y muchos pacientes debieron formar filas fuera del hospital, algo absolutamente contraindicado. Hemos tenido que adaptar distintas salas para no generar peligro epidemiológico", relató el subdirector del Hospital Muñiz.
A pesar de que el pico de la enfermedad suele registrarse entre febrero y marzo, el cambio climático ha aplazado la evolución de la curva de contagios. Consultada por Sputnik, Victoria Micieli, bióloga y directora del Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), indicó que "todavía hay un largo tramo de aproximadamente dos meses a recorrer".
Según la investigadora, "a diferencia de otros años, debido al calentamiento global no hubo interrupción de casos de dengue en 2023. Por eso es posible que el mosquito siga picando durante este invierno. Los mosquitos, pese a ser netamente tropicales, se están adaptando al clima templado y eso explica por qué están tan presentes durante todo el año".
"El dengue no es nuevo: existe en nuestro país desde hace más de 30 años. Pero este no es un problema local sino regional: afecta a Brasil, Paraguay y muchos otros países de la región, y llega a nuestro país a raíz del contacto que mantenemos con estos", indicó Micieli.
Renuncia a la vacunación
Consultado por los periodistas acreditados en la Casa Rosada -sede del Poder Ejecutivo Nacional-, el portavoz presidencial Manuel Adorni declaró que el Gobierno "no ve necesario" incluir a la inoculación contra el dengue dentro del calendario nacional de vacunación. "Vacunar ahora implicaría que la inmunidad la vas a lograr dentro de 4 meses cuando el mosquito no sea un inconveniente", subrayó el funcionario.
Bajo la mirada de Juan Carlos Cisneros, la perspectiva del vocero es equivocada. "No tengo dudas de que la vacuna debería ser gratuita y obligatoria. Está claro que el Gobierno prioriza la faceta económica, porque desde el punto de vista sanitario no está cuestionada", indicó el especialista.
"La vacuna es efectiva. Muchos trabajos científicos prueban que previene en un 60% la probabilidad de contagio de la enfermedad, más del 84% de prevención de la internación. Hay poblaciones de muchísimo riesgo donde debería aplicarse la vacuna de manera obligatoria", postuló el directivo del Hospital Muñiz.
Micieli coincidió con la lectura del entrevistado, aunque destacó la validez de plantear que este escenario no es el ideal para aplicar la inoculación. "Estamos en pleno brote epidémico, por lo que vacunarse ahora surtirá efecto cuando haya menguado. Lo más recomendable es aplicarse la vacuna fuera del brote, en los meses previos. De todos modos, no importa cuándo: lo fundamental es que la población esté vacunada", sostuvo la científica.
Otro factor complementa los efectos de la falta de vacunación: la inexistencia de una campaña de concientización estatal sobre el peligro del dengue. Dado que el Gobierno suspendió la mayor parte de la pauta publicitaria en medios privados -como parte del ajuste fiscal ejecutado-, la decisión trajo aparejada la suspensión de la emisión de mensajes de prevención de la enfermedad.
"Prácticamente es como si no hubiera un ministerio de Salud a nivel nacional, porque no ha habido directivas como las que uno esperaría en una situación así. La salud pública es uno de los pilares del funcionamiento del Estado", apuntó Cisneros.