Política

Arrancó el paro general que planchó el país completo, las bases de Milei protestan por las consecuencias en el bolsillo

Por José Maldonado 

Trabajadores de los gremios enrolados en la CGT, las dos CTA y la izquierda confluyen este jueves en el segundo paro general en la era Javier Milei, una medida de fuerza que expondrá la profundidad del malestar en las bases y con la que la dirigencia busca mostrar poder de fuego en la pulseada con el gobierno libertario.

El iniciado a la 0 hora de hoy será un paro contundente, advierten los gremios, que enviará un mensaje claro de la clase trabajadora como respuesta a la política de ajuste del mileísmo y en medio de la discusión por la ley ómnibus XS en el Senado, que incluye un capítulo de reforma laboral ampliamente rechazado por las centrales obreras.

Transporte, servicios, bancos, construcción, comercio, salud pública y privada, educación, administración pública, estaciones de combustible y sectores de la industria se ven afectados por la medida de fuerza de 24 horas, esta vez sin movilización.

Un "parazo" contra Javier Milei

El paro fue motorizado por la CGT en medio de una creciente presión de sus bases y de una relación cada vez más conflictiva con el Gobierno, que incluso convirtió en combativos a los sectores más dialoguistas de la central obrera. A la medida de fuerza de sumaron rápidamente la CTA Autónoma, la CTA de los Trabajadores, con fuerte presencia de estatales y docentes, y la UTEP, que nuclea a los trabajadores de la economía popular.

"Va a ser un parazo", aseguró en la previa la CGT, que la semana pasada sacó todo su aparato de movilización callejera a la marcha por el 1 de mayo.

La convocatoria fue anunciada poco después de la reunión que mantuvieron Héctor Daer (Sanidad), Gerardo Martínez (UOCRA) y Andrés Rodríguez (UPCN) con el ministro del interior, Guillermo Francos, y el jefe de Gabinete, Nicolás Posse. Luego de ese encuentro, el Ejecutivo mandó al Congreso el proyecto de ley ómnibus XS que incluía la reforma laboral, desde entonces, el foco central de la lucha de la CGT.

El debate por la ley ómnibus

La central obrera viene interviniendo activamente en las negociaciones. Durante el paso del proyecto por la Cámara de Diputados, logró que la oposición dialoguista quitara los artículos que afectaban las cuotas solidarias de los afiliados de los gremios y otros que penalizaban a quienes bloqueen empresas. Ahora, la CGT intenta que el peronismo en el Senado replique su posición y logre modificar otros puntos, como la creación de la figura del trabajador independiente asociado y la extensión del período de prueba.

La reversión de Ganancias, que golpea a los trabajadores formales con salarios medios y altos, es otro de los objetivos sobre los que presiona la central.

"El paro general es un mensaje para los senadores de otros bloques, entre comillas, dialoguistas, que todavía no se decidieron. Les exigimos que no voten la Ley Bases", dijo Pablo Moyano, titular de Camioneros y cosecretario general de la CGT, hace pocas horas, durante una asamblea de trabajadores de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT).

El camino de la CGT

La de este jueves es la sexta acción de la CGT en los cinco meses de gobierno de Milei y promete ser una de las más contundentes en su efecto. A fines de diciembre, a pocos días de asumir el libertario, la central hizo una movilización acotada frente a Tribunales para rechazar el DNU 70/2023. Después, llegó el paro y movilización del 24 de enero, seguido por la participación en las movilizaciones del 24 de marzo, la marcha federal universitaria y la de la semana pasada en el Día del trabajador.

El paro de este jueves, confía la CGT, mostrará además la adhesión de sectores medios no sindicalizados y capitalizará el malestar creciente en esas capas de la población.

En materia de transporte habrá una paralización total. La confederación de gremios del sector encuadrada en la CGT, la CATT, que nuclea a ferroviarios, metrodelegados y aeronáuticos, ya viene mostrando los dientes en los últimos días. Pero el movimiento clave fue el de la Unión Tranviaria Automotor, la UTA, que resolvió adherir a la medida de fuerza en las últimas horas.

El gremio que conduce Roberto Fernández, de conflictiva relación con los Moyano, había dado un tibio respaldo al primer paro general del 24 de enero. Para el de este jueves, en cambio, anunció su acompañamiento total a una medida "que reclama toda la sociedad, por las medidas del gobierno contra el pueblo trabajador".

La contundencia de la medida en el transporte está asegurada: durante todo el día no circularán colectivos, subte ni premetro, trenes, camioneros ni taxis; no habrá actividad en aeropuertos, incluyendo la cancelación total de los vuelos de Aerolíneas Argentinas, y en puertos marítimos.

El Gobierno preparó el terreno para la pulseada política. El vocero presidencial, Manuel Adorni, dedicó buena parte de su conferencia del miércoles a atacar la medida de fuerza, criticar a la CGT por no haber hecho protestas contra Alberto Fernández y anunciar que se descontará el día a estatales que adhieran a la medida de fuerza. "Mañana paran los que quieren seguir haciendo de la Argentina un camino de servidumbre", dijo.

Fuente: Letra P