El mundo

El almacenamiento de petróleo, al límite en las potencias

La capacidad para almacenar barriles en China y Estados Unidos apenas cubre las existencias récord que hoy registran ambos países. La baja tasación del crudo no ayuda: los operadores colman los depósitos en espera de un repunte en el precio y hay cada vez más demanda de tanques terrestres.

¿Quién hubiera dicho hace unos pocos años, cuando aún se vaticinaba la inminente llegada del peak oil, que en 2015 el gran problema del mercado petrolero mundial sería dónde almacenar el crudo excedente? Con una oferta que, sin mucho esfuerzo, sobrepasa a una demanda estancada, hoy los depósitos están colmados y las compañías de almacenamiento se convirtieron en el negocio del momento.

De acuerdo con un informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), gracias al boom del shale oil las existencias petroleras en Estados Unidos ya superan los 459 millones de barriles, el mayor nivel en 80 años. “De seguir creciendo esa cifra, pronto se pondrán a prueba los límites de la capacidad de almacenamiento del país”, advirtieron desde la entidad que agrupa a las grandes potencias consumidoras de energía a escala global.

Para complicar aún más el panorama, la baja cotización internacional del barril está favoreciendo la especulación de algunas operadoras, que apuestan por una recuperación del precio a futuro y optan por almacenar el petróleo en parques de tanques. Así, en ciudades como Cushing, Oklahoma (que posee una ubicación estratégica en relación con la red norteamericana de oleoductos), la capacidad de almacenamiento ya se encuentra prácticamente agotada.

La situación es igual de preocupante en China, donde las existencias también alcanzaron una marca récord, pese a que la economía viene creciendo al ritmo más débil de los últimos 25 años. Según reconoció la estatal Sinopec, la merma en el precio del petróleo impulsó sustancialmente las importaciones, lo que hizo que por estos días los depósitos estratégicos y comerciales del gigante asiático estén casi llenos.

Según los datos que maneja la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), la oferta planetaria de crudo está superando la demanda en más de 1,5 millones de barriles por día. “Es poco probable que el mercado alcance un equilibrio durante esta primera mitad del año”, admitió el bloque en su último reporte.

 

De parabienes

 

El nuevo escenario resulta particularmente propicio para compañías sin tanto renombre dentro de la industria –como Vopak, Kinder Morgan, Oiltanking y Magellan Midstream, entre otras– que se dedican básicamente al alquiler de instalaciones de almacenamiento. En el transcurso de los últimos meses, los precios del servicio –que en Estados Unidos van desde los 20 hasta los 50 centavos de dólar mensuales por barril– no han dejado de subir. Y la cotización bursátil de estas firmas, por supuesto, se viene comportando de manera idéntica.

Los tanques de almacenamiento de los que se valen estas empresas son estructuras de diversos materiales, por lo general de forma cilíndrica, cuya capacidad varía entre los 500 y los 500.000 barriles estándar de petróleo (cada uno de los cuales equivale a 42 galones o casi 159 litros). Su diámetro, en tanto, puede ir desde los 15 hasta los 280 pies. Su altura, desde los 18 hasta los 48 pies.

Estas instalaciones suelen hallarse regidas por las normas del Instituto Americano del Petróleo (API, por sus siglas en inglés). El código API 6.502 (referido a aspectos tales como los materiales, el diseño, el proceso de fabricación y las pruebas de uso) se destina a los tanques nuevos, mientras que el API 6.533 se emplea para la reconstrucción o modificación de tanques anteriormente utilizados.

 

Demanda en stand by

 

El consumo de petróleo no se recuperará en el corto plazo. Al menos así lo prevé la AIE. “Se esperaba que la continuidad de los bajos precios del barril ayudaría a recomponer la demanda a través de la transferencia de riqueza desde los países productores hacia las naciones consumidoras. Pero eso no está sucediendo”, advirtió.

Sobre la base de sus proyecciones, el crecimiento del consumo recién repuntará para 2020, pero sin retornar a los niveles de su auge. “La demanda mundial de crudo promediará unos 93,6 barriles diarios este año, lo que significará un leve aumento en comparación con los 92,5 millones de 2014. Sin embargo, el incremento de 1,1 millones de barriles es muy bajo en relación con la suba de 3,3 millones experimentada en 2010”, puntualizó la entidad.

Según la AIE, los mercados de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) padecerán una prolongada contracción de la demanda durante los próximos cinco años. Al mismo tiempo, el resto del mundo ya no compensará tanto el desequilibrio como en el pasado. “La necesidad de petróleo por parte de países no miembros de la OCDE sólo se incrementaría anualmente en un promedio de 1,19 millones de barriles por día hasta 2020, lo que implicará una tasa de expansión muy inferior a la histórica”, completó.

 

Rara coincidencia

 

Dependiente de la OCDE, la AIE es un organismo con pretensiones de autonomía nacido tras la crisis del petróleo de 1973, cuando la OPEP resolvió no venderle más crudo a quienes habían apoyado a Israel en contra de Siria y Egipto durante la guerra del Yom Kippur (llamada así por la fiesta homónima de la religión hebrea).

Durante sus más de cuatro décadas de existencia, la Agencia se ha constituido como un bloque de poder que –de manera más o menos homogénea– ha representado los intereses de las tradicionales plazas de mayor consumo energético en todo el planeta.

Precisamente por defender intereses distintos de los de la OPEP, sus estimaciones suelen diferir de las de ésta. El vigente diagnóstico de un mundo en el que la oferta de petróleo es más alta que la demanda y, por ende, la capacidad de almacenamiento se halla al límite resulta, por lo tanto, una rara y curiosa excepción.

 

Fuente: Revista Petroquímica