Chubut sigue languideciendo por un camino plagado de vencimientos de la deuda, en dólares y en pesos, que la hace transitar una crisis económica y financiera que parece no tener fin. Desde hace más de dos años El Extremo Sur viene exponiendo en detalle que el gran problema de la provincia fue generado por el desquiciado endeudamiento en dólares, que nunca se destinó a las obras encomendadas y terminó usándose para gastos corrientes; que a su vez servían para solventar un déficit que iba en aumento.
La casi totalidad de la clase dirigente, embarcando a oficialistas y la mayoría de los opositores, enarbolaban que "no había crisis" o que los problemas eran simplemente de caja generados por los aumentos salariales a los estatales. Ahora ya todos admiten, muchos por imposición de la realidad y otros por convencimiento, que la deuda eterna es la clave la madre de casi todas las dificultades. Ni siquiera renegociarla solucionará los conflictos medulares que tiene la economía chubutense.
Todavía no se había desatado la brutal crisis de mediados de 2018, esa que se extendió con paros, cortes de ruta y tomas de edificios públicos, cuando desde EES se advirtió que en la deuda anidaba buena parte de las explicaciones y las graves causas que posibilitaban entender el descalabro financiero.
Luego llegarían las devaluaciones de 2018 y 2019 disparando los montos en pesos de la deuda tomada en dólares, a lo que se sumaba un patético mecanismo instrumentado desde el 2016 con el que se tomaba deuda en pesos con el Estado nacional para hacer funcionar al Estado provincial porque los vencimientos del endeudamiento en dólares dejaban en rojo las cuentas chubutenses.
Ese festival de emisiones de Letras del Tesoro autorizado por la gestión del ex presidente Mauricio Macri se cortó, especialmente desde que Mariano Arcioni decidió iniciar su aventura reeleccionista y dejó de comulgar con las huestes de Cambiemos.
A eso se sumó el intento de ajuste que fue impedido por los estatales y el despilfarro de fondos destinado a concretar las elecciones anticipadas y el revoleo fondos públicos en la campaña electoral.
La crisis se siguió acentuando, llegó la devaluación post PASO nacionales que ahondó los problemas y -sin chances de abastecerse de fondos nacionales y mucho menos aún de seguir tomando deuda en dólares- la descarnada realidad chubutense mostró su verdadera dimensión.
El Extremo Sur y la saga de la deuda
Mientras el gobierno, la oposición y medios replicantes de textuales y discursos negacionistas, EES analizó detalladamente y en profundidad la problemática de la deuda de Chubut.
Ahora, a dos años de distancia, casi todos hablan de que las dificultades mayores están centradas en la deuda, pero nadie propone alternativas porque el endeudamiento parece una mancha venenosa que salpica a todos por igual.
Estos son algunos de los artículos más destacados publicados por el EES sobre el tema de la deuda:
25/6/2019: Chubut cerca del default: Arcioni quiere un salvoconducto de la Legislatura para reestructurar la deuda de U$S 1.000 millones (https://www.elextremosur.com/nota/20708)
11/7/2019: La deuda eterna: Chubut está ahogada por vencimientos en dólares y Santa Cruz acumula obligaciones en pesos (https://www.elextremosur.com/nota/20856)
6/8/2019: Causas de la asfixia: Chubut pagó $22.000 millones desde 2015, pero la deuda aumentó 72% en un año y trepó a $43.476 millones (https://www.elextremosur.com/nota/21070)
6/10/2019: "Es la deuda, estúpido": Chubut sigue perdida en su laberinto, paga tasas desquiciadas y tiene 120 mil pobres sin asistencia (https://www.elextremosur.com/nota/21708)
19/1/2020: Las razones detrás del ajuste: Chubut procura deshacerse de 10 mil empleados y reprogramar una deuda irresponsable (https://www.elextremosur.com/nota/21708)
"Las ganancias se privatizan, las pérdidas se socializan"
Durante casi dos años los dirigentes arcionistas, dasnevistas, peronistas y macristas ningunearon y ocultaron la profundidad del problema generado por una deuda en la que todos, por acción u omisión, tienen algún tipo de responsabilidad.
El ciclo de espiralización de la deuda chubutense arrancó con la segunda gestión del fallecido Mario Das Neves, continuó en la de Martín Buzzi y se profundizó en la última gestión de Das Neves y Mariano Arcioni como vicegobernador.
Obviamente fue acompañada por el macrismo nacional, que en 2016 habilitó a la provincia a sumarse al carnaval de endeudamiento que tomaban al unísono Chubut y la Argentina.
Esa deuda descontrolada - hay encender una vela para que no ocurra una nueva devaluación y la vuelva a disparar hacia una magnitud mayor- es la que genera que la provincia viva de crisis en crisis, recurrentes y cada vez más profundas, que llevan a que los ingresos nunca sean suficientes para pagar sueldos, hacer funcionar al Estado, generar inversiones en obras públicas y en paralelo cancelar los vencimientos.
Para peor, Chubut tiene casi confiscadas sus ingresos por regalías petroleras, ya que fueron puestas como garantía a la hora de emitir los bonos en dólares con que se armó la explosiva bomba del endeudamiento.
Un negocio redondo para los tenedores de la deuda y una lápida para las cuentas públicas provinciales, lo que lleva a pensar en la frase que versa: "las ganancias se privatizan, las pérdidas se socializan".
"El responsable eres tú"
"Los gobernadores que tomaron deuda en dólares son responsables, porque hubo provincias como Santa Cruz que decidió no hacerlo y hoy tiene las cuentas bastante saneadas". La frase no corresponde a ningún partido de izquierda revolucionario o algún grupo antisistema, sino que fue lanzada hace apenas una semana por el actual presidente Alberto Fernández.
El propio primer mandatario nacional agregó que "La situación es muy complicada no solo para Buenos Aires sino también para provincias como Tierra del Fuego, Córdoba, Chubut y Mendoza que también tomaron deuda en dólares. Al igual que la Nación hoy tienen las cuentas públicas realmente diezmadas".
La descripción es bastante acertada, solo que no contempla que varios de esos gobiernos se sumaron a las huestes del oficialismo nacional y nadie les pide explicaciones.
El gobierno de Fernández parece escasamente dispuesto a iniciar investigaciones por el destino de dichos endeudamientos provinciales como sí amenaza hacerlo con la multimillonaria y fugada deuda nacional.
Todo parece indicar que los gobernadores que hundieron a las provincias en deudas desquiciadas, que se esfumaron como si los fondos fueran manejados por Mandrake el mago, volverán a eludir sus responsabilidades. Nada por aquí y nada por allá, ni plata ni responsables.
¿Renegociar es la solución?
El día que anunció el ajuste con que pretende hacerle pagar la crisis a los trabajadores estatales, el gobernador Arcioni hizo uno de sus máximos hallazgos intelectuales y tal vez el más sensato reconocimiento político desde que se sentó en el sillón más importante de Fontana 50.
"Hoy Chubut está en una situación financiera delicada, durante demasiado tiempo se tomaron endeudamientos mal planeados, para obras que no se concretaron o para cubrir una mala administración. El resultado es un Estado profundamente endeudado. Esta es la situación en la que nos encontramos", aseveró el primer mandatario provincial el pasado 15 de enero.
Más allá de que se trata de la misma persona que en septiembre de 2018 aseveró que "podemos decir con orgullo que hoy Chubut es una de las tres provincias mejor administradas del país"; sus dichos actuales no son los de un político que fue parte del gobierno durante los últimos 4 años, sino más bien los de un analista económico o un opositor sin responsabilidad política de gobierno.
Sobre un total de 922 millones de dólares de deuda por pagar en Chubut, el cronograma de vencimientos indica que: en el 2020 se deben cancelar 125,6 millones de dólares; el 2021 será el año más difícil porque vencerán 170 millones de dólares y en bastante complejo será el 2022 con cancelaciones que treparán a los 155 millones de dólares.
Es interesante y a la vez preocupante cómo con un año de vencimientos más acotados el gobierno atraviesa por una de las etapas más graves de la crisis cíclica que ya lleva más de dos años.
De ahí en más los vencimientos se irán reduciendo aunque seguirán siendo muy abultados y vaya a saber cuál será para esos años la relación entre el dólar y el peso argentino.
En 2023 vencerán 141 millones de dólares, otros 128 millones se deberán pagar en 2024, en 2025 serán 119 millones y en 2026 los vencimientos alcanzarán los 86 millones de dólares.
Renegociar los plazos de cada una de las cancelaciones no sólo no resolverá el impacto de la deuda sino que en el mejor de los casos los extenderá en el tiempo y se los trasladará a una futura gestión, que Arcioni no tendría ninguna chance de protagonizar si concluye razonablemente el mandato iniciado hace menos de 60 días.
Ante al actual panorama no parece haber salida real ni renegociando -lo que se enmascara como "reperfilamiento"- y consiguiendo correr los vencimiento de dos a cuatro años hacia adelante.
Eso sería pan para hoy y hambre para mañana, volviendo a poner a la provincia en medio del colapso en un período no muy lejano.
Lo que Chubut necesita no es solamente renegociar su deuda, sino negociar con los acreedores una fuerte quita en el capital y los intereses.
Para lograrlo debe como mínimo encarar una profunda y exhaustiva investigación sobre el destino que tuvieron los fondos de los sucesivos endeudamientos, para que de esa manera se determinen las responsabilidades políticas y penales que justifiquen los argumentos de las quitas. No pagar la deuda por fraudulenta, ilegítima e ilegal no debería ser una opción para descartar.
